Entre la mano derecha, la izquierda, la lámpara y el celemín
Contaban ese chiste, perdón por la broma, en el que un apóstol, tras escuchar al Maestro eso de que “dentro de poco me veréis y luego no me veréis", le respondió: “lo que más me gusta es lo bien que te explicas". Complicado el evangelio.
Acabamos de escuchar ayer en el evangelio que hay que dar limosna discretamente, rezar en tu cuarto que está en lo escondido y ayunar en secreto. Comprendido. Pero el caso es que también uno puede leer en el mismo evangelio “brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".