Me rindo
En alguna ocasión, comentaristas me han dicho que por qué no nos olvidamos ya de la Amoris Laetitia. Facilito: no nos olvidamos porque los hay empeñados en sacar el asunto a colación día tras día. En Madrid, por ejemplo, y sin ir más lejos, este curso ya hemos tenido dos tandas de charlas para sacerdotes sobre el particular, y todavía hace poco otra sesión organizada por PPC y con tal relevancia que el propio cardenal Osoro presidió su inauguración.