9.03.18

Los - las cuatro (o cuatra) exaltados o exaltadas de ayer

Cuatro exaltados o exaltadas que se aprovechan. No tiene mayor importancia. Eso escuché y leí ayer en varios medios al aparecer las fotografías de varios templos, en Madrid y otras ciudades, que sufrieron de manera especial ataques de libertad, respeto y convivencia. Por ejemplo, en Madrid, y que yo sepa, templos como la iglesia del Espíritu Santo o las parroquias de San Juan de la Cruz, San Antonio de Cuatro Caminos o san Cristóbal. Por ejemplo, San Sebastián, con no sé cuántas mujeres con las domingas al aire.

Cuatro exaltados o exaltadas que aprovecharon el paso del Pisuerga por Valladolid para llevar a cabo la machada o la hombrada de acercarse por la noche a un lugar tan peligroso y de riesgo como un templo parroquial y dejar en él sus reivindicaciones de respeto ¡je!, amén de pedir aborto libre y gratuito, así como su agradecimiento al saber que la Virgen también iría.

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6.03.18

Adoración nocturna en Braojos. Necesitamos un extra de avemarías

No lo den más vueltas. La parroquia, o se hace de rodillas ante el Santísimo, o no se hace. Pobres, ingenuos de nosotros, si nos creemos que la parroquia se construye con actividades, grupos, marcha y simpatía a raudales. Oigan, que todo eso está bien, pero como no sea más que eso, adiós parroquia.

Lo más grande que he hecho como sacerdote, o al menos de las cosas más grandes, porque la importancia en definitiva será Dios quien la mida, fue la capilla de adoración perpetua de la parroquia de la Beata María Ana Mogas. Locura de este servidor que se atrevió a pedir al Señor nada menos que la gracia de poder adorarlo continuamente en la custodia. El Señor lo quiso y acaban de cumplirse cinco años desde que se abrió aquella bendita capilla.

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2.03.18

De internis neque ecclesia, eminencia

Me han sorprendido algunas reflexiones del cardenal Maradiaga que he podido leer esta mañana, y que parecer realizó, así lo cuenta Religión Digital, en la presentación del libro “Todos los hombres de Francisco”.

El cardenal Maradiaga se hace eco de una realidad incuestionable, que el papado de Francisco suscita reacciones diversas y que hay personas, medios muy críticos con Francisco. Normal. Opiniones diversas sobre su actuación las sufren el papa, el presidente del gobierno de España, el obispo de Tananarive y el señor cura párroco de Gascones, es decir, un servidor. Naturalmente, uno prefiere las alabanzas a los garrotazos, pero es lo que hay. Nadie, ni el papa, somos billete de cien euros que a todos conviene (y seguro que incluso en eso podría haber algún discrepante.

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1.03.18

Un reino dividido no puede subsistir

Por supuesto que las diferencias entre católicos y protestantes son notorias. La fundamental, nada menos que las fuentes de la revelación y el magisterio. Los católicos tenemos dos fuentes de revelación: la Escritura y la Tradición, interpretadas correctamente por el Magisterio. Los protestantes, evangélicos o similares solo tienen la Escritura como fuente de revelación, y no reconocen un Magisterio. Siguen en su libre interpretación.

Tras quinientos años, las consecuencias son evidentes. La Iglesia católica, pese a todos los pesares, se mantiene unida bajo la autoridad y el magisterio del sucesor de Pedro y los obispos. Las iglesias evangélicas son cientos o miles. Normal. Si no hay autoridad, cada cual piensa lo que quiere y tiene los seguidores que tiene.  Cristianos separados fruto de la rebelión luterana, aunque sean anti papado, en el fondo sienten envidia por la figura del sucesor de Pedro, porque reconocen que gracias al papa nos mantenemos unidos en fe, doctrina, liturgia y caridad. Memos seríamos si pusiéramos en jaque la unidad de la Iglesia.

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28.02.18

Resquicios que nos vuelven locos

Decir que lo que siempre fue blanco, ahora ha de ser considerado negro, o al revés, es un problema, pero no lo peor. Lo más grave es que todo sea como siempre, aunque no lo es, o siéndolo no vamos a ser rigoristas, y dependerá, y según el caso, y nunca se han de cerrar las puertas, porque eso te deja en una indefensión y un sin saber que acaba con la moral de cualquiera.

Nos encontramos aquí con tres problemas, a mi modo de ver.

PROBLEMA PRIMERO: DOCTRINAL. Cualquiera quisiera tener claro cuál es la doctrina de la Iglesia y cuál su moral. Por ejemplo, saber si tras la consagración el pan y el vino contienen a Cristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. O si solo un poco, o depende, o sí, pero no es lo más importante.

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