5.01.19

Me despido... por una semana

Mi costumbre es escribir tres o cuatro veces por semana cuando menos. Y mis lectores, que ya saben de esa costumbre, buena o mala según, si de repente me ven inactivo una semana entera son capaces de barruntar cualquier inconveniencia, inconveniente o imposibilitante. Por eso prefiero contar lo que pasa.

Bueno, en realidad, pasar, lo que se dice pasar, no pasa nada. Simplemente que esta próxima semana voy a dirigir unos ejercicios espirituales a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Lugo. No sé si voy a tener internet ni me importa. Personalmente quiero también a provechar la semana que viene para estar tranquilo, rezar, leer y no hacer otra cosa que pasarla en Dios con ese grupo de hermanos.

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2.01.19

Aciruelarse

Si me lee algún antiguo compañero agustino, recordará sin duda al P. Ramiro Fincias. Le gustaba echar su partidita de vez en cuando y no se le daba mal el mus. Para los que no lo conocen, digamos, simplemente, que es un juego de apuestas, no de dinero, sino de puntos. Ante la apuesta de un jugador, se puede aceptar, declinar o responder aumentando la cantidad. Cuando el P. Ramiro aumentaba la apuesta y el otro se echaba atrás, su expresión, que no sé de dónde la habría sacado, era “se ha aciruelado”.

La prudencia es virtud cardinal de no fácil práctica. Ser prudente ante los acontecimientos de la vida y de la historia, ser prudente ante los conflictos para responder de manera tan proporcionada como eficaz, es virtud solo al alcance de algunos. El problema es que podamos tener la impresión de que en nuestra Iglesia nos hemos hecho tan prudentes que más que ser virtuosos simplemente nos estemos aciruelando.

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31.12.18

Cinco misas ayer y cuatro mañana

Eso sí, hoy solamente una.

Nunca me he preocupado de saber exactamente con el derecho canónico en la mano cuántas misas puede celebrar un sacerdote cada día. Mi costumbre es celebrar a diario, aunque alguna vez no tenga pueblo, y después las  veces que exija al bien pastoral de los fieles. Los domingos y festivos aplico las misas por cada parroquia encomendada y recibo únicamente un estipendio por día, aunque celebre varias veces. 

Ya digo que nunca me he preguntado cuántas misas puedo celebrar. Si tengo tres parroquias, los domingos son tres misas, como son tres misas,al menos, días como miércoles de ceniza o difuntos, por poner un ejemplo. Añadase a esto lo que pueda surgir. Ayer, por ejemplo, un compañero que me pide el favor de celebrar en una pequeña parroquia para que él pueda salir unos días para visitar a su familia. Sin problemas. Por la tarde suplí a otro por lo mismo. Cinco misas. Como si hubieran sido seis o siete. 

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28.12.18

Nosotros, ni cajero

Nochebuena y Navidad. Cenas solidarias, televisión, radio y prensa destacando el hecho. Decía el otro día el P. Ángel que “fue una cena para personas que si no, habrían dormido esa noche en un cajero".

No he podido por menos de esbozar una sonrisa tragicómica. Habrían dormido en un cajero. Hace algún tiempo me decía un compañero sacerdote que ver dormir a un indigente en un cajero o a un pobre rebuscando en los contenedores de cualquier centro comercial tendría que hacernos pensar mucho. Le respondí: ya quisiera yo que en cualquiera de mis pueblos hubiera un cajero o un lugar donde hacer la compra.

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24.12.18

La sorpresa que se llevaron y me llevé ayer en Braojos

Me gusta enredar y sorprender a mis feligreses. La parroquia necesita vida y una forma de conseguirla es lograr esa complicidad que te permite algunas sorpresas que ya se sabe son fruto del cariño y el deseo de animar y fortalcer la vida parroquial. 

Misa del cuarto domingo de adviento. Sobre una mesa, junto al altar, una cuantas imágenes del niño Jesús para ser bendecidas al acabar la celebración. En uno de los primeros bancos, dos matrimonios que han venido con sus familias a pasar la Navidad a un alojamiento rural de Braojos y que me pidieron celebrar hoy sus bodas de oro matrimoniales. ¡Por supuesto que sí! 

Comienza la eucaristía. Normalita. Las chicas (abuelas y bisabuelas algunas) entonan el canto de entrada. Saludo, encendido de la cuarta vela de la corona, acto penitencial y de repente el señor cura, osease, un servidor, decide, sin encomendarse a Dios ni al diablo, entonar los kiries de la misa de angelis. No se lo esperaban. Tampoco yo que me respondieran sin problema. Vamos, como si lo acabaran de ensayar. Al acabar la misa me dicen: ¡ay qué bonito!

En aras de una supesta sencillez y una hacer más “a la pata la llana” hemos ido despojando la liturgia de belleza y misterio. Lo curioso es que la gente, cuando se reencuentra con un incensario, el gregoriano o un detalle antiguo de solera, no solo no se molesta, con alguna estúpida excepción, sino que lo agradecen y se emocionan.

Hoy es la noche de la nochebuena. En Braojos celebraremos la misa del gallo con pastorela, cantos y bailes seculares, y con toda la solemnidad que se pueda, incluyendo bajar del museo una buena casulla que tiene siglos, el cáliz del XVIII, las vinajeras de plata y el incienso que no falte. Mi buen Cándido, el sacristán, me decía el año pasado: “ay que misa tan bonita, como si estuviñeramos en una catedral” . 

Misa del gallo en Braojos. Misas de Navidad en Braojos, Gascones y La Serna. Con toda solemnidad, la mejor casulla, el cáliz ese de plata que estaba guardado, misa cantada aunqe seamos los cuatro de siempre y en Gascones lo hagamos en la capillita pequeña por la cosa del frío. Pero es que ha nacido el Hijo de Dios y eso no se puede celebrar de cualquier manera.

Lo que es cierto es que esa respuesta unánime al canto de los kiries nos abre perspectivas. Ayer, al terminar la misa, ya andaban recordando el Agnus. Je. No saben dónde se están metiendo. 

Feliz Navidad. Desde Braojos, Gascones y La Serna. A todos los lectores, a los feligreses de San José de la Sierra, a todos los hombres de buena voluntad. Gloria a Dios, paz en la tierra.