C’è troppa frociaggine
- Santidad, disculpe las horas. Soy el P. James Martin, su hermano jesuíta.
- Para ti no hay horas… Encantado. ¿Cómo estás? Y no me llames santidad, somos hermanos, puedes llamarme Francisco o incluso, si lo deseas, Jorge, como siempre.
- Pues desde la confianza, llevo horas recibiendo mensajes de hermanos gays que se han sentido muy molestos con tu afirmación de que en los seminarios hay demasiado “frociaggine” o como se diga en italiano. Ellos te creían más comprensivo y han quedado decepcionados.
- Sabes que lo soy. Mira cuántos gestos, desde aquél, ¿recuerdas? “quién soy yo para juzgar” hasta llegar a Fiducia supplicans, en mí el colectivo homosexual no ha podido encontrar mças que acogida, comprensión e incluso apoyo a todas sus reivindicaciones.