La discriminación del incienso
Hace no mucho me dejaron el comentario en el blog. Una persona se quejaba de discriminación porque es alérgica al incienso y eso supone que no puede participar en algunas celebraciones litúrgicas de la iglesia católica. La solución que sugería era la que dejásemos de utilizar el incienso en la liturgia católica para que nadie se pudiera sentir apartado de la comunidad.
A un servidor le parece que andamos todos perdiendo la olla, porque lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Con más de mil millones de católicos en el mundo es claro que cualquier cosa que se haga puede ser motivo de alergia, discriminación o malestar por parte de alguno. Por otra parte, reto a cualquiera a pensar en una liturgia que a todos nos deje satisfechos por igual, cuando además hay derechos que necesariamente entran en confrontación con otros.