Mucho que aprender de la fiesta ayer en Piñuécar
Es lo que tenemos los curas de pueblo, que andamos como los almendreros, de fiesta en fiesta. Aquí, aunque parece que todo es lo mismo, cada día tiene su afán y cada afán es una nueva oportunidad de encuentro, celebración y anuncio del evangelio.
Es aburrido escuchar siempre las mismas chorradas a los puristas de la nada. Aquí te llegan cuatro iluminados expertos en Boff y Castillo, con cuatro charlas a sus espaldas y dos mil quinientas reuniones reivindicando el tan ignoto como cacareado espíritu del concilio y rápidamente acaban con todo desde una sonrisa de conmiseración ante estos pueblerinos que apenas saben de la fe poco más que sacar a la Virgen en procesión y pujar por unas andas y unos ramos de plástico.