Me estoy echando a perder
Y no saben mis amables lectores hasta qué punto. El problema es que según voy explicando y releyendo los documentos de la Iglesia que explico a mis seguidores cada jueves a las 20 h., me voy dando cuenta de que mis celebraciones litúrgicas necesitaban ser mucho más conciliares, que me estaba pasando un poco, y además necesitaban crecer en creatividad, variedad y capacidad de explorar todas sus posibilidades.
Les cuento cosas.
Quizá, la primera, que seguimos utilizando el latín en ocasiones, con gran respuesta de los fieles. Kyries, sanctus y agnus de la misa de angelis no tienen secretos para mis fieles. Tantum ergo y Salve Regina, ni les cuento.
Para que vean cómo me echo a perder, confieso que, además de la plegaria eucarística II, hay veces que proclamo otras, incluyendo el canon romano.
Imbuído no del espíritu, sino de la letra expresa del Vaticano II, ni se me ocurre, añadir, quitar o modificar nada en la liturgia, lo que hace que esté atento al misal y a las rúbricas cada vez con más detenimiento.
Convencido de la libertad de los hijos de Dios para comulgar como deseen, hasta voy teniendo algún reclinatorio para los que quieran comulgar de rodillas.