Me devuelva los 1.200 € (cosas de la señora Rafaela)
Nota previa: Esta entrada fue publicada en mi blog “Jorge. De profesión, cura”, va a hacer dos años. Quizá alguna vez publique aquí cosas tomadas de este blog, advirtiendo siempre que ya fueron publicadas en su momento. Gracias.
Menuda es la señora Rafaela. Hace no mucho estaba ella tan tranquila escuchando la homilía de su cura. Porque ella es de su parroquia, aunque con el párroco de cuando en cuando se las tenga tiesas.
Hablaba el sacerdote del final de la vida. Y su teoría, demasiada extendida por cierto, es que cuando uno se muere se va derechito al cielo. Automático. No importa cómo hayas vivido, ni lo que hayas hecho, ni tu fe o la falta de ella, ser honrado o sinvergüenza. Todos al cielo. El razonamiento simplísimo: si Dios es bueno y es misericordia está claro. No hay purgatorio, no hay pecados que expiar, no hay pena, no hay necesidad de nada. Todo es gratuito de parte de Dios. Por tanto, era la conclusión, no nos agobiemos por los difuntos porque todos sin excepción están en el cielo desde el mismo momento de su muerte.
Rafaela no tiene estudios especiales, pero sí su formación con un catecismo muy bien aprendido. Y de tonta ni un pelo.