El santo cura de Ars ¿un mal cura?
Reunión de sacerdotes con nuestro obispo. El tema: espiritualidad sacerdotal. Como es natural se nos habló de formación permanente, asistencia a reuniones de arciprestazgo y diocesanas, participación en los grandes acontecimientos diocesanos. Días de retiro y ejercicios espirituales, oración personal. De paso salieron otras cuestiones de organización parroquial: consejos parroquiales, libros, economía, catequesis, caritas y más ahora…
En un momento el obispo nos puso como ejemplo de celo sacerdotal a San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, que pasaba hasta dieciocho horas diarias confesando. No pude por menos que exclamar: “pues qué mal cura”. Porque claro, si se pasa dieciocho horas en el confesionario, de formación permanente nada, ni asistir a reuniones con los compañeros, ni a las diocesanas. Ni cuentas, ni consejos parroquiales, ni grupos de matrimonios, ni peregrinaciones con los jóvenes, ni coro parroquial… confesar, confesar y confesar (que no digo que no haya que hacerlo).