Cuando los alejados llegan a la iglesia
Nos decía una vez el cardenal arzobispo de Madrid, don Antonio María Rouco, hablando de los alejados y de cómo ir a su encuentro, que no necesitábamos salir a buscarlos, que aún una gran mayoría de ellos vienen a nosotros sin que nos demos cuenta. Que el problema es que cuando vienen se encuentren con algo que merezca la pena.
Es cierto. Cuánta gente completamente alejada de la Iglesia acude todavía alguna vez al año aunque sólo sea por un compromiso familiar o social. Todavía bautizos, primeras comuniones, bodas y funerales traen a la iglesia a mucha gente alejada o directamente no creyente. Las fiestas patronales, romerías, procesiones… aglutinan junto a ellas a un número ingente de personas carentes de fe que ahí están.