Cantamañanas no. Cosas que estoy diciendo en la homilía de este domingo
El final del evangelio de hoy es de los que puede llevar a la demagogia y ponerse en plan cantamañanas: “no podéis servir a Dios y al dinero”. Qué gran tentación la de volver a repetir esa barbaridad de que el dinero es malo, nefasto, una desgracia y volver a lo de los pajaritos del campo, que se alimentan solo de lo que Dios les da (por eso tienen las patitas tan gordas, decía un paisano socarrón).
Yo he dicho esta mañana a mis fieles en la homilía que de dónde han sacado que el dinero sea cosa mala. Todo lo contrario: un signo de la bendición de Dios según se lee frecuentemente en la Escritura. Otra cosa es que tenga su peligro.