Yo soy Valdeluz
En estos últimos días, desde que saltó a toda la prensa la palabra “Valdeluz”, son ya unas cuantas las personas que me preguntan por el asunto, muy posiblemente con la vana pretensión de obtener de mí alguna revelación secreta o al menos palabras de reproche contra lo que ha sido mi vida durante años. Insisto: vana pretensión.
He sido religioso agustino veintitrés años de mi vida. De ellos, nueve como conventual de Valdeluz, profesor de religión y responsable de pastoral en el colegio, y vicario parroquial de Santa María de la Esperanza, la parroquia “del colegio”. Dejé la orden hace casi veinte años. La razón fundamental es que mi vida ha sido siempre la parroquia y se me hacía difícil compatibilizar la vida de comunidad con la misión parroquial. Que nadie pretenda sacar otra conclusión. Quiero a los agustinos y me sigo refiriendo a ellos siempre como “mis frailes”. Más aún, mantengo una excelente amistad con muchos de ellos.