Cárguense las moniciones de una puñetera vez
Me declaro enemigo acérrimo de introducciones y moniciones. Salvo alguna excepción del todo extraordinaria, organícese en cada parroquia el comando MNG, moniciones no gracias, que vele por la desaparición total de toda introducción, exhortación, preámbulo, preludio, admonición o recordatorio. Me lo agradecerán.
Hay algunas moniciones previstas para días muy especiales -domingo de ramos, vigilia pascual…- que aparecen en el mismo misal romano. Se aceptan porque forman parte de la liturgia de ese día. El resto, sean exterminadas de la faz de la liturgia católica.