Vamos niños al sagrario
La otra noche, las niñas del campamento de las Siervas del Hogar de la Madre de Braojos, mantuvieron turnos de adoración al Santísimo de nueve a nueve. Es decir, comenzaron a las nueve de la noche y turnos de vela de hermanas, monitoras y niñas hasta las nueve de la mañana.
Al día siguiente, en la homilía, les hablé de san Manuel González, la devoción a la eucaristía y esa campaña que mantuvo toda la vida como reparación por los sagrarios abandonados. Acabé con una llamada a que dedicatran horas a estar en oración delante del sagrario y hasta me atreví a cantar con ellas y que aprendieran esa canción tan tierna de mi infancia que decía eso, seguro que recuerdan:
Vamos niños al Sagrario
Que Jesús llorando está,
Pero viendo tantos niños
Muy contento se pondrá
Muy contento se pondráNo llores, Jesús, no llores,
Que me vas a hacer llorar,
Pues los niños de este pueblo
Te queremos consolar.Ahí quedó la cosa.