Cinco años en la Sierra Norte
He querido comenzar esta reflexión releyendo el post con el que es anunciaba el cambio de la parroquia de la Beata María Ana Mogas por la Sierra Norte. Han pasado cinco años. Puede ser momento de una primera evaluación.
Globalmente, creo que Dios acertó conmigo. Vine con muchos miedos y la natural preocupación. Es verdad que ya había sido párroco rural, pero de dos pueblos medianamente grandes. Pasar de la actividad de la Beata Mogas a tres pueblos que no suman entre todos cuatrocientos habitantes era un riesgo. Lo sabía.
Los riesgos, muchos: soledad, aburrimiento, desánimo. Me lo avisaron: no sabes lo largo que es un día de invierno sin gente por la calle, ni lo duro que puede ser celebrar para una persona o dos o quizá nadie. Ya veremos. Dios sabrá.
Mi vida en la Sierra Norte es, sobre todo, estar. Me parece que la primera labor sacerdotal es vivir, embarrarte, reír y llorar con tus feligreses. Aparentemente no es nada, pero cuando nuestros pueblos están medio vacíos, y soy optimista. es un testimono importante que la gente sepa que la Iglesia no se ha marchado.
Además de estar, creo que hay que estar con algo más que la mera presencia. Tenemos unos templos hermosos que no pueden quedar reducidos a museo salvo la misa del domingo y si acaso. Y tenemos unas gentes que, además de solidaridad, quieren su misa, su rosario, sus devociones y el aliento en su sencilla vida cristiana. Acudir cada día a celebrar en la parroquia que sea es un aliento y una bendición de Dios.
No importa ser muchos o pocos, que somos poquísimos. Lo que importa es que las campanas siguen sonando, las puertas del templo están abiertas y el sacerdote está celebrando y rezando. Jamás solo, porque en el caso de celebrar sin pueblo fíiscamente, celebro con todos y me acuerdo de todos.
Tenemos una pobre pastoral sacramental pero viva, y la tarea de acompañar a las familias en el bautizo, la boda -alguna voy haciendo- o las exequias. Ahí sobre todo se hace necesario estar cercano y acompañar no solo como amigo o vecino, sino como el sacerdote que reza. Los enfermos. Un punto basico de presencia.
Creo que hay que inventar y mover lo que se pueda a la gente. Es un momento especial la exposición prolongada del Santísimo que hacemos un par de veces al mes, el rosario de hombres, mantener la minerva, gozarse con la pastorela en Navidad, celebrar con intensidad y alegría las fiestas patronales, aprovechar sus tradiciones, a veces ya olvidadas, para que Cristo ocupe su lugar en la vida de estas comunidades.
Tengo en Braojos el tesoro de la casa de convivencias, que supone vitalidad en el pueblo y es una forma privilegiada de ayudar a tantos grupos de los lugares más diversos a profundizar en su fe. Cuántas veces esos mismos grupos me piden atención pastoral en un fin de semana o en campamentos. Feliz de hacerlo. Todo grupo de espirtualidad que llega a Braojos tiene derecho “a templo y cura". Lo que necesiten de uno.
La Sierra nos ha regalado una nueva parroquia: san José de la Sierra, que surgió medio de casualidad y que supone gran riqueza para todos. Para los amigos de fuera, porque los hace estar en comunión de manera especial con estos pueblos y abre sus corazones a una Iglesia sencilla y rural. Para los de dentro, porque nos sentimos muy acompañados en la oración sobre todo y tambien en presencias que se hacen reales de vez en cuando.
Ni me aburro, ni estoy solo ni siento el desánimo. Todo lo contrario. Me siento muy sacerdote, y quizá por la escasez de gente, profundamente sacerdote. Ya ven qué cosas. Aburrirme, ya ven. Entre los tres pueblos, misa, rosario y adoración cada día, visitas a enfermos, entierros, algunas celebraciones especiales, la casa de convivencias, el blog, la formación on line, la parroquia de san José de la Sierra.
¿Fracasos? Creo que ninguno. La verdad es que no se producen. Humanamente el que seamos pocos, pero es que tampoco somos tan pocos. Ayer una buena amiga me decía que en su pueblo, con seis mil habitantes, acuden a misa seis o siete personas. Los mismos que en Braojos con apenas doscientos. Y si algo que yo quería no pudo ser, será que no estaba de Dios. Bendito sea.
El domingo, al despedirme de don José Cobo me dijo: “¿ganas de trabajar?". Respondí: “todas".
Fue una suerte venir aquí. Es una suerte seguir aquí. A sus avemarías me sigo encomendando.
19 comentarios
Un verdadero poema, una verdad importante. Nada de juntas, planes pastorales y revoluciones clericales que quieren cambiar la Verdad revelada desde hace 2,000 años.
Su Ave María, padre.
La Iglesia no es cosa de uno.
Pocos se libran del deseo de tener otros jefes más buenos, más listos, más sabios...
Pero en una organización los jefes nos son dados. Y en la Iglesia decimos que nos los da el Espíritu Santo. Y como somos lo que somos, muy listos, hasta podemos hacer como que el Espíritu Santo se ha equivocado.
Amor, unidad, servicio, obediencia. Esto de la obediencia cuesta.
Sigo pasándolo muy mal, cuando asisto a misas concelebradas hasta por una decena de sacerdotes, conociendo la escasez en tantos pueblos, a tan pocos kilómetros. Coros excelentes, medios todos o muchos... La misma Eucaristía, la misma Palabra, la misma Iglesia.
Que nada pueda contra la fuerza centripeta del amor y el mandato-oración de la Última cena.
"Y si algo que yo quería no pudo ser, será que no estaba de Dios. Bendito sea"
Bendito sea.
Ave María grátia plena, Dóminus tecum...
Ahí está todo, la relación de vida con Dios es eso, además, o hay otra.
En el caso de ustedes tiene hasta la Gracia de la "escena", los lugares, los colores, el silencio, la cercanía que permite conocer de verdad a las personas, llamarlas por su nombre y que reconozcan tu voz.
Hay un libro que cuenta "que la sensación de encierro que tenía en su residencia de Castel Gandolfo, había provocado que en mas de un centenar de ocasiones se escapara de incógnito junto a un reducido grupo de religiosos, hasta alguna pista cercana. Para ello, salía vestido con un anorak oscuro, boina y gafas de sol".
Quédate donde estás confiado en la Providencia.
Ave María por Piñuécar,
Ave María por La Serna
Y por el páter Don Jorge
Ave Maria, gratia plena...
y otras tres Avemarías
por San José de la Sierra.
Muchas gracias, sacerdote.
He visto entrevistas diversas sobre la aldea de Garabandal y el modo de vivir en ese lugar aún en los años sesenta
Siento verdadero dolor que la tecnología haya inducido y acelarado el abandono de pueblos españoles.
El modo de vida del pueblo era verdaderamente cristiano, era una calca de la vida de los monjes benedictinos con alegría y familia.
Ora et labora,con el ofrecimiento de obras, estaciones, Santa Misa, Ángelus, oraciones por los difuntos , Rosario en cada familia, Rosario bajando a las vacas y Rosario en la parroquia.
Todos se ayudaban a trabajar, por parejas en las cosechas y las niñas jugaban mucho.
Había escuela de niños y de niñas
Las festividades litúrgicas eran la felicidad, los himnos a San Sebastián patrono, eran cantados con todo el animo
Y allí no había divorcio ni utilización de sexualidad.
Los niños tenían un infancia larguísima.
Y las campanas marcaban el ritmo
Las oraciones por las ánimas eran cotidianas, al paso de la campana que portaba una encargada de la parroquia.
El Sacerdote era un pastor en forma
El médico venía cada dos días.
Y no tenían baños las casas.
No había asfalto.
Y las niñas se tejiann sus abriguitos con lana de los corderos.
Todos eran solidarios , no había soledad.
Mucha inocencia y ganas de salvarse
La gente moría santamente.
Padre, siga cristianizado en los pueblos esperanza como en Garabandal para de una vida como la del Monte del Carmelo donde la Virgen no era ofendida como en tantas ciudades.
Una pena que con el paso de los años y la crisis de vocaciones tan grande que vivimos en muchos de estos pueblos sólo quedará la misa los Domingos. Como me decía D.Emilio.
Hoy día la verdad que es una suerte contar con sacerdote propio. Que aparte de llevar mi pueblo la capital 500 habitantes, tiene que atender otros 18 pueblos. En total no llega a 900 habitantes. Un abrazo
Todo tiene sus pros y sus contras... pensemos en los pros y aprovechémoslos al máximo. Hoy en día con la globalización el tener lo mejor del campo y de la ciudad (interconexión, fácil transporte, compras online si algo se necesita, etc) es todo un lujo, e incluso dicen que una tendencia con futuro. En todo caso lo importante es el Amor a Dios y al prójimo, salvar nuestra alma, la conversión de las almas y la salvación de todos, así que si eso va bien, entonces vamos muy bien!!!.
Vamos, que básicamente, a los mas "tradis" los envian a iglesias con poca o ninguna vida.
A lo mejor estoy equivocado y es solo coincidencia.
En cualquier caso, la sola presencia es una posibilidad de encuentro con Cristo.
Un abrazo desde otro pueblo de la sierra.
Dejar un comentario