Todos de acuerdo con el papa Francisco
O casi todos, que tampoco hay por qué exagerar, pero en esta ocasión creo que la unanimidad es grande, y, desde luego, un servidor no puede estar más de acuerdo.
El martes, en la conmemoración de los sesenta años del inicio del Vaticano II, el papa Francisco pronunció la homilía. En ella, de manera insistente, nos invitó a volver al concilio. No se puede estar más de acuerdo.
El concilio, como es natural, tuvo y sigue teniendo sus detractores. Una parte de estos, directamente denuncia textos y afirmaciones que se consideran de más que dudosa ortodoxia. Pero las cosas fueron como fueron y hay que admitir que cada documento conciliar fue aprobado de manera muy mayoritaria por los padres conciliares. Nos podrá gustar más o menos, pero las cosas son como son y no hay más que hablar.
El problema hoy, gravísimo, va por otra parte, y lo que mucha gente rechaza no es en absoluto el concilio, el fetén, ni sus documentos, sean constituciones, decretos o declaraciones. Lo que cabrea, y cabrea mucho es que nos hayan colado por la puerta de atrás otra cosa completamente diferente con la extendidísima disculpa de que eso que nos pretenden vender, una burra averiada y sin remedio, con unos resultados nefastos y por supuesto nada primaverales, sino más bien de invierno ártico, corresponde a un denominado “espíritu del concilio” que nadie sabe en qué consiste ni como se dicierne, ahora que eso del discernimiento parece que se pone de moda, pero que lo mismo vale para un roto que para un descosido.
Lo cierto es que con el omnipresente espíritu del concilio se nos toma por memos y se pretende hacernos comugar con ruedas de molino, de pie y en la mano, desde la prepotencia de los que imponen lo que no tienen derecho a imponer, y la tolerancia de los que deberían poner orden y no lo hacen por comodidad, cobardía o porque están en el ajo aunque lo disimulen, lo que equivale estar a la vez en la procesión y el campanario.
Ni espíritu ni leches. Cúmplase el concilio. Más aún. Léanse los documentos conciliares, porque hoy se da por texto conciliar lo que no pasan de ensoñaciones, abusos y originalidades varias.
Los hijos de la Iglesia, laicos, religiosos o clérigos, no podemos estar más de acuerdo en esto con el papa Francisco. Le pedimos y animamos a volver al concilio, a lo que el concilio dijo, pidió y mandó, porque también manda y prohibe, y rogamos que dejen de hacer de trileros en un juego sin más reglas que la más pura arbitrariedad.
91 comentarios
(Antes de nada decir que tengo el libro:
“Documentos completos del Vaticano II”
Ed. Mensajero .
El texto no coincide exactamente con el enlace del Vaticano.)
Creo que el humo de satanás empezó a entrar con la:
CONSTITUCIÓN PASTORAL
GAUDIUM ET SPES
SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL
(7 de Diciembre de 1965)
Concretamente en la
SEGUNDA PARTE
ALGUNOS PROBLEMAS MÁS URGENTES
Puntos 46 a 52
Desde mi punto de vista , insisto, es sólo un punto de vista, nada más, la redacción desde el punto 46 muestra un espíritu muy comprensivo con la condición del ser humano, pero va mas hacia la línea de lo humano (con un cuerpo y unas circunstancias, circunscritas en el espacio y el tiempo….valga la redundancia) que de la línea de la divinidad del alma, pura, perfecta, bella, sin tiempo ni espacio en el Eterno Presente.
De otra forma “figurada” se puede expresar: se intenta arreglar todo y acaba estropeándolo todavía más. (es mi punto de vista y creo que estos casi 60 años lo confirman en la degradación del ser humano en el tema sexual en la sociedad y en particular en los medios de comunicación y en las ….TICs…etc..).
Voy a reproducir un párrafo (hay muchos más):
" Los científicos, principalmente los biólogos, los médicos, los sociólogos y los psicólogos, pueden contribuir mucho al bien del matrimonio y de la familia y a la paz de las conciencias si se esfuerzan por aclarar más a fondo, con estudios convergentes, las diversas circunstancias favorables a la honesta ordenación de la procreación humana".
La Paz reside en seguir el Gran Ejemplo de la Sagrada Familia y si todos seguimos Su Gran Ejemplo encontraremos la Paz y la daremos y dejaremos a los demás.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía.
🙏🙏🙏
Insisto: Es sólo un punto de vista.
2. El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico especial y pastoral por la participación en los documentos conciliares de todos los citados anteriormente, herejes dentro de la Iglesia Católica: Küng y Cía; masones, marxistas, ... lobos disfrazados de corderos.
3. La idea a establecer era la de una Iglesia reflejo de la Iglesia primitiva: en salida, parlamentaria, sinodal, pastoral, de unión con el Protestantismo, ... Pero, desde una nueva evangelización adaptada a la moda del momento. Nada de una Iglesia inmovilista, nada de una sola Iglesia universal, nada de una Iglesia dogmática, nada de una Iglesia que derriba los ídolos e ideologías, los falsos dioses y la falsa religión (fe). Y nada de protestantes herejes sino hermanos separados.
4. Así, pues, los esquemas iniciales de los documentos principales conciliares fueron para desarrollar unos textos ortodoxos con Trento. Pero, las diversidades expuestas de participantes activos, en las sucesivas modificaciones de los textos conciliares se fue contentando a todos con la suficiente ambigüedad como para permitir cualquier tribu con su hermenéutica particular.
5. El CVII no hizo otra cosa sino que demorar y encubrir a las tribus cismáticas, las cuales han logrado tantos descuentos postconciliares que poco tiene que ver la Iglesia preconciliar con la postconciliar en lo relativo a lo Sagradk y católico en muchas Iglesias locales descristianizadas. Esto nadie lo puede negar.
6. Incluso algunos documentos conciliares son heréticos en directo (Dignitatis humanae - libertad religiosa niega Dios uno y trino encarnado y otorga al Estado el decidir los dioses verdaderos y Nostra aetate que está muy bien el compadreo y la práctica del budismo zen y yoga, la sinagoga de satanás y el islam, cristianismo panteista, para los católicos).
7. No, no hay que volver al Concilio Vaticano II, lo que hay que salir cuanto antes del mismo y regresar a la verdadera Iglesia de todos los tiempos que es la Católica, Apostólica y Romana. No es, precisamente, un feliz 60 aniversario.
Veo los frutos y milagros eucarísticos , donde se dan, según los carismas de ES.
Pero definitivamente me alejo de los discursos de Francisco , porque considero que el Catejon es BXVI.
Yo no conozco la época anterior a este concilio, pero habiendo leído los documentos conciliares, confieso que no lo considero un concilio "progre". Quizá en su época lo fue (han pasado ya más de 50 años, que son muchos), es más diría que hay cosas que se han quedado algo desfasadas ya.
No voy a entrar en el jardín de si supuso una ruptura con el pasado (creo más bien que sí); pero el proceso de secularización en Europa no tiene como causa este concilio, cuyos documentos ni los ha leído ni estudiado la mayoría de la gente; la secularización (fenómeno complejo y múltiple) tiene otras causas que concurren en la situación actual.
El pasado jamás va a volver, no hay soluciones de "recetas", el Evangelio siempre será el mismo, pero las culturas y sociedades cambian inexorablemente, el mundo no es algo estático y monolítico.
Pero esa realidad no exculpa completamente de responsabilidad al Vaticano II en la hecatombe posconciliar y en su recrudecimiento en el calamitoso pontificado actual:
1.- Primero porque todo el Vaticano II, en general, estuvo inspirado por una errónea finalidad de adaptación a los modos modernos de pensamiento e investigación. Y esos modos modernos eran y son los de una modernidad desarrollada contra la filosofía perenne, contra la cristiandad (como encarnación temporal de la fe católica) y contra la misma Iglesia.
2.- Segundo porque, en algunos documentos y pasajes del Vaticano II, se encuentran varios puntos innovadores y controvertidos que muchos católicos doctos han denunciado y tienen por erróneos: el "subsistit", el pretendido derecho natural a la libertad religiosa, el valor salvífico de las religiones falsas.
Contra esto no basta con afirmar que el Vaticano II fue un concilio ecuménico válidamente convocado y cuyos textos fueron válidamente aprobados por el papa Pablo VI.
Porque el Vaticano II fue también el único concilio general que, a diferencia de los veinte anteriores, no quiso hacer uso de la autoridad infalible e irreformable del magisterio solemne, sino que se mantuvo en el grado más modesto de un novedoso magisterio pastoral.
Lo cual autoriza a los católicos a debatir legítimamente sobre estos puntos disputados.
3.- Y tercero porque, además de esos reputados errores en algunos puntos particulares, los textos del Vaticano II responden en general a un género literario pastoral, y contienen por ello muchas ambigüedades, que han favorecido las derivas posteriores.
Ambigüedades que, además, fueron plantadas deliberadamente como bombas de relojería por los peritos y obispos modernistas, para hacerlas explotar después del Vaticano II ¡y no hay duda de que han explotado!
Y Pablo VI volvió a repetir en 1966 que el Vaticano II no había hecho uso de la autoridad infalible del magisterio solemne sino de lo que llamó, con expresión novedosa, un magisterio ordinario conciliar.
"Se ha preguntado cuál deba ser la calificación teológica de la doctrina expuesta en el esquema de Ecclesia [constitución dogmática Lumen gentium] y que se somete a votación.
.... En esta ocasión, la Comisión doctrinal remite a su Declaración del 6 de marzo de 1964, cuyo texto transcribimos aquí:
"Teniendo en cuenta la costumbre conciliar y el FIN PASTORAL del presente Concilio [Vaticano II], este santo Sínodo define que deben mantenerse por la Iglesia como materias de fe o de moral solamente aquellas que como tales declarare abiertamente."
Y nada hay en los documentos del Vaticano II que así se declare abiertamente, con esa autoridad solemne del irreformable magisterio infalible.
Cardenal Raztinger, alocución del 13 de julio de 1988 a los obispos chilenos.
Convocar aquel Concilio en aquel momento (años 60) fue un completo error, y se dejó arrastrar por los 'aires del mundo', o lo arrastraron. ¿Siguen a vueltas con que el Concilio Vaticano II no fue malo? Ese Concilio fue un completo error y de aquellos polvos, estos lodos. Lo ven hasta los ciegos. Ciegos con Fe. Sacerdotes de vueltas al pueblo en Misa, ellos van de protagonistas, cuando el Único protagonista es Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sacerdotes que reparten el cuerpo de Cristo como si fueran caramelos, las dichosas guitarritas, que parece que en vez de en Misa uno está en un concurso de televisión. La gentes hablan en los templos como en la calle, sin respeto de ninguna clase, y nadie dice nada. Curas y monjas vestidos de paisano, para NO dar testimonio de lo que son. ETC ETC ETC Lo ven hasta los ciegos, es una Iglesia desacralizada, y tolerada por la curia mandamás. Por eso están vacíos los seminarios y los templos. Y por eso vamos cuesta abajo y sin frenos.
O interviene la Divina Providencia, o el Vaticano es historia. La vidente beata Ana Catalina Emmerich ya profetizó cosas al respecto.
Otra Iglesia de Jesús más pequeña y aferrada a la tradición continuará. Y si es Voluntad de Dios, así será. Y que quieren que les diga, para lo que nos llega día a día desde Roma, pues mejor que no nos llegue nada de nada. Que con un sacerdote con una buena sotana y la Fe Verdadera de Cristo, ya nos apañamos, oiga. ¿Nadie es capaz de hacer una buena purga de masones y liberales/marxistas/reformistas/progres en la Santa Iglesia, porque son éstos los que mandan? Pues entonces eso significa que la curia vaticana y su panda de seguidores, ya no forma parte de la Iglesia de Jesús, sino de aquella otra Iglesia de los fariseos de Jerusalén.
......
Querido Jorge, por si te ayuda. Tengo entendido que "el espíritu del Concilio" es algo así como "el fantasma de la ópera". Pero reconozco que no es un discernimiento del todo seguro.
Un abrazo y una Avemaría.
“¡No, queridos hermanos en el episcopado, no! Tendrían ustedes razón si éste fuese, como los anteriores, un concilio dogmático, pero se trata ahora de un magisterio pastoral, de un género literario distinto …”.
Pero, terminada con éxito esa operación de escamoteo de las verdades católicas, enseguida se alegó que aquellos textos imprecisos y equívocos tenían una autoridad superior a la de todo el magisterio precedente, seguía explicando Monseñor Lefebvre, y que debían tenerse por irreversibles todas las innovaciones y reformas salidas del Vaticano II.
La liturgia (en la medida en que se haya desvirtuado) sólo ha reflejado el proceso de destrucción de la mentalidad propiamente católica por el asedio del mundo. Quienes creen que solamente conservando la antigua liturgia todo se solucionaba creen en una fantasía y, de hecho, caen en el mismo voluntarismo mágico que creen condenar en los modernistas.
¡Cuidado con esas frases! Eso de que "no hay más que hablar", porque los textos fueron aprobados por la mayoría de los padres..." no es patente de corso. Recuérdese que también fue "aprobado" por el papa reinante que los adúlteros pueden, sin necesidad de abandonar su adulterio (ni tan siquiera confesarse como Dios manda), pasar a comulgar en la confianza de estar siendo fieles a lo que Dios les pide en sus circunstancias. ¡Tela!
No es un problema de mayorías ni siquiera de unanimidades. La Verdad es lo que tiene: que es Verdad, aunque digan lo contrario el papa y los suyos.
2. El cardenal Siri afirmó el 8 de octubre de 1983 en el Aula sinodal del Vaticano, en presencia de Juan Pablo II: «Si se estudian los índices del Vaticano II, se puede constatar fácilmente que, después de las citas sacadas de las Sagradas Escrituras, las más numerosas son las sacadas de los escritos de este Pontífice.»
3. De ahí que haya indicado en mi comentario anterior que los esquemas iniciales de los textos principales conciliares eran ortodoxos, pues ya estaban elaborados en la etapa de Pío XII. Los documentos definitivos del Concilio contienen 201 citas a 92 documentos del magisterio de su pontificado. Sólo en la constitución dogmática Lumen gentium se cuentan 58 citas que remiten al magisterio de Pío XII.
4. En el Angelus del 18 de marzo de 1979, recordando a su predecesor, dijo: «En este cuarenta aniversario del comienzo de aquel significativo pontificado, no podemos olvidar cuánto contribuyó Pío XII a la preparación teológica del Concilio Vaticano II, sobre todo por lo que respecta a la doctrina sobre la Iglesia, las primeras reformas litúrgicas, el nuevo impulso dado a los estudios bíblicos, la gran atención a los problemas del mundo contemporáneo.»
5. La constitución pastoral Gaudium et spes, el documento conciliar más abierto al diálogo con el mundo contemporáneo, tiene su origen en 1950 en el texto de una Concilii oecumenici declaratio authentica, que ha de ser considerado un documento precursor de los contenidos del futuro esquema inicial que llegó a la Gaudium et spes.
6. Pío XII emprendió iniciativas para otorgar valor a la Pontificia Academia de las Ciencias, fundada el 28 de octubre de 1936 por Pío XI. Es la única Academia de ciencias de carácter supranacional y de clase única existente en el mundo. Los académicos pontificios son elegidos sin discriminación entre los insignes estudiosos de ciencias matemáticas y experimentales de cada país. Y entre ellos, incluso en tiempos de Pío XII, había ilustres estudiosos judíos. En su magisterio, por ej. Humani generis, Pío XII quiso eliminar afirmaciones de incompatibilidad entre la fe y la ciencia, en continuidad con el Vaticano I. Las encíclicas Divino afflante Spiritu y Mystici Corporis son inspiradoras de los textos conciliares preliminares.
7. Otro gallo cantaría si se hubiesen seguido fielmente las directrices marcadas por Pío XII para el Vaticano II.
Y, como ya se ha dicho mucho, una cosa es el Concilio y otra el espíritu del Concilio.
Saludos cordiales.
La herejía es una doctrina que se opone inmediata y directamente a alguna verdad revelada por Dios en la Escritura o la Tradición y enseñada como tal por la Iglesia.
Una doctrina puede ser errónea sin constituir por ello una herejía.
De acuerdo con las censuras clásicas, una doctrina errónea puede ser próxima a la herejía, sospechosa de herejía, temeraria, ofensiva para los oídos piadosos etc.
Por lo tanto, cabe imputar errores al Vaticano II sin afirmar que sean herejías. Usted mismo, Néstor, admite que algunos de los textos del Concilio "son muy mejorables y es de desear que sean mejorados en el futuro".
Otra cosa es la aplicación o interpretación del Concilio, que se ha hecho regular, mal y muy mal en general.
No entiendo a los que dicen que puede decir herejías porque las mayorías se pueden equivocar, si la cosa la lleva el Espíritu, no las mayorias.
Como dice Nestor por ahí, puede que algunos textos sean mejorables, para que no se puedan malinterpretar, y que hay que leerlos en continuidad con todos los anteriores concilios. Pero no se puede decir que el Concilio Vaticano II sea herético, al menos si no queremos quitarle validez a todos los anteriores.
Un saludo
No puedo añadir nada porque es un tema del que no sé nada en absoluto. Me nutro de ustedes.
Solo comentar mi experiencia. Me acerqué a la Iglesia a través de las llamadas #misas de niños# en un centro para personas con graves discapacidades. Veía que ahí estaba mi sitio, aunque todavía muy alejada. La noche, el mundo, no podían aportar nada parecido. Solo cáscara. Y finalmente, vacío. Ahora acudo a una del novus ordo normal, no infantil. Espero poder madurar en la Fe, si Dios así lo quiere y me da tiempo, y asistir en alguna ocasión a una como la que sustituyeron. Confío en que todo esto pasará, los que quedemos maduraremos y volveremos a tener una liturgia, si no igual del todo, porque ningún tiempo es exactamente igual a otro, por lo menos similar en belleza y madurez. De las pruebas se sale fortalecido.
Su Ave María, padre.
Ahí le ha dado, querido P. Iraburu. ¡Y con gracia!.
Esto es, que haya sido válidamente convocado, válidamente reconocidos sus documentos, no le dan una "infalibilidad efectiva".
Y la infalibilidad doctrinal tampoco es automática, depende del tenor magisterial, y SOBRE TODO, de la continuidad con la Tradición. No basta la unanimidad de los Padres Conciliares.
Proposición condenada número 80 y última del Syllabus (1864) de Pío IX:
"El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización".
Contra el Syllabus Ratzinger opone, con toda razón, la constitución pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo moderno que, junto con la declaración Dignitatis humanae sobre la libertad religiosa, realizaron la reconciliación y transacción oficiales de la Iglesia con el progreso, el liberalismo y la moderna civilización:
"El texto de Gaudium et spes desempeña el papel de un contra-Syllabus en la medida en que representa una tentativa de reconciliación oficial de la Iglesia con el mundo tal y como se presentaba desde 1789".
(Ratzinger, Teoría de los principios teológicos, ed. Herder, Barcelona, 1985).
Ahí le has dado. Nadie sabe lo que es "volver al concilio". Hay tantos concilios como interpretaciones. El mismo, es el primer Papa formado íntegramente en la época postconciliar y... Como nos va?
Estoy de acuerdo con lo que dice uno de los comentarios: nadie se ha leído los documentos. Aunque sí que es cierto que existe un cierto ambiente de que antes del concilio "creíamos esto" o "las cosas eran así" y ahora ya no. O como que existía una iglesia "preconciliar", horrible y oscurantista y después del concilio ya todo es primavera y alegría.
Yo si pienso que en Vaticano II existen unas ambigüedades muy peligrosas, incluso documentos que, para mí, son inaceptables. Nostrae Aetate no ha por donde pillarlo, por ejemplo. Y si hablamos del nivel práctico de dicho concilio, está claro que lejos de traer la unidad y acercar a la gente a la Iglesia, posteriormente a éste ha ocurrido todo lo contrario... A mi no me dice absolutamente nada, sinceramente. Entonces tenía -40 años, que quieren que les diga.
Sobre la cuestión litúrgica, que ha salido por ahí. Miren, eso fue un mangazo total. Yo no niego que la Liturgia necesitase una reforma. Un poquito de vernáculo aquí y allá, que todos canten el Pater Noster, formar a la gente en liturgia... Pero ya está. Que, por cierto, es lo que dice Sacrosanctum concilium. La Novus Ordo, aunque bien celebrada (ad orienten, canto gregoriano, etc) es muy pobre. Creo que el consilium hizo un churro de cuidado. Nadie en su sano juicio piensa que si cambiamos otra vez a la liturgia antigua todo será alegría y ortodoxia. Recordemos que los liantes de la que nos ha caído celebraron esa liturgia en algún momento. Pero sí que creo que no se tomaría lo sagrado tan a pitorreo, llegaríamos de belleza nuestras iglesias y dejaría de ser todo un despelote donde cualquiera hace lo que le da la gana.
Que Dios nos asista
¡No, falacia "post hoc ergo propter hoc"! claman los conservadores.
A juicio de los conservadores el Vaticano II no sería causa ni concausa de ninguno de los desastres que le siguieron. El Vaticano II pasaba por allí y es completamente inimputable. Nada que ver.
La culpa de la hecatombe posconciliar fue de los Beatles, de la píldora contraceptiva, de la minifalda y de la llegada del hombre a la luna.
Cierto que el humo de Satanás se coló en la Iglesia ¡pero no fue por las ventanas abiertas al mundo por Juan XXIII y Pablo VI!
"El Concilio Vaticano II es el acontecimiento más importante para la historia de nuestra Iglesia, no lo rebajemos"
En serio? Mas importante que Pentecostés, Nivea o Trento? De verdad estáis muy mal...
O en términos más gráficos, abrir las ventanas de la Iglesia a los vientos del mundo (es lo que había dicho Juan XXIII, abriendo las ventanas de su despacho, cuando una visita le preguntó por la finalidad del concilio).
Aggiornamento que no tiene fin, porque la evolución del mundo sigue en un sentido de acelerada radicalización anticristiana.
Por esas ventanas abiertas entró el humo de Satanás de que habló Pablo VI, sin por ello cerrarlas, ya que persistió en el camino equivocado.
Negar que santos canonizados (como san Juan Pablo II, san Pablo VI o san Juan XXIII) sean santos, no es conforme a la doctrina católica. Y el que no los reconoce como tales, se delata a sí mismo como quien rechaza al Magisterio infalible de la Santa Iglesia Católica.
Es lógico, por otra parte, que los lefebvrianos desbarren luego en más cosas, al suponer "una imperfecta y contradictoria noción de Tradición" (Ecclesia Dei, n. 4). "Parvus error in principio, magnus est in fine..." (aunque aquí no parece nada "parvus").
Vamos, Urbel. Ud. era el que decía que "...las nuevas misas, cuando se celebran sin abusos, no son abiertamente heréticas pero favorecen la herejía (favens heresim)".
Mientras que el Concilio de Trento dice: "Si alguno dijere que las ceremonias, vestiduras y signos externos, que usa la Iglesia Católica en la celebración de las Misas son más bien incentivos de impiedad, que obsequios de piedad, sea excomulgado" (sesión XXII, canon 7).
Ave María grátia plena, Dóminus tecum...
"En la liturgia romana siempre ha habido un único Canon, introducido por la Iglesia hace varios siglos. El Concilio de Trento estableció expresamente en el capítulo 4 que este Canon está libre de error, que no contiene nada que no sea pleno de santidad y de piedad y nada que no eleve a los fieles a Dios. Está compuesto sobre la base de las palabras de Nuestro Señor mismo, la tradición de los apóstoles y las normas de los papas santos.
El canon 6 del capítulo 4 amenaza con la excomunión a aquellos que sostengan que el Canon Missae contenga errores y por lo tanto deba ser abolido.
En el Capítulo 5 el Concilio estableció que la naturaleza humana requiere de signos exteriores para elevar el espíritu a las cosas divinas. Por tal razón, la Iglesia ha introducido ciertos ritos y signos: la oración silenciosa o hablada, las bendiciones, las velas, el incienso, las vestiduras, etc. Muchos de estos signos tienen su origen en prescripciones apostólicas o en la tradición.
A través de estos signos visibles de fe y piedad se acentúa la naturaleza del sacrificio. Los signos fortalecen y estimulan a los fieles a meditar sobre los elementos divinos contenidos en el sacrificio de la Misa.
Para proteger esta doctrina, el Canon 7 amenaza con la excomunión a aquel que considere que estos signos exteriores inducen a la impiedad y no a la piedad."
Como se refiere Trento al único Canon Romano (en el Novus Ordo modificado, muy poco usado y puesto en plano de igualdad con variadas plegarias eucarísticas), se refiere también a ritos y signos (la oración silenciosa o hablada, las bendiciones, las velas, el incienso, las vestiduras, etc.) muchos de los cuales tienen su origen en prescripciones apostólicas o en la tradición.
Signos visibles de fe y piedad que acentúan la naturaleza del sacrificio. Signos que fortalecen y estimulan a los fieles a meditar sobre los elementos divinos contenidos en el sacrificio de la Misa. En suma, signos que, como el único Canon Romano, son los protegidos por los anatemas de Trento.
En los 65 años posteriores a Trento únicamente se canonizaron 6, de ellos 5 de una sola vez el 12 de marzo de 1622: San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús, San Isidro y San Felipe Neri (los romanos dijeron con gracia: "Felipe Neri y cuatro españoles").
¿Qué dice esta comparación sobre el estado de la Iglesia después de Trento y después del Vaticano II? Nada, salvo la devaluación de las canonizaciones en nuestro tiempo.
Como dijo Talleyrand, obispo indigno pero hombre de extraordinario ingenio: todo lo que es exagerado es insignificante.
Desde los primeros siglos de la Iglesia y los papas mártires, nunca se había conocido semejante explosión de santidad papal.
Todos los papas del Vaticano II han sido y serán tan grandes papas como San Gregorio Magno y San Pío V y tan grandes santos como San Agustín y San Francisco de Asís.
Repito, todo lo que es exagerado es insignificante. Verdad, aunque la dijera Talleyrand.
Entiende que es una manera exquisita -florentina- de poder "estudiar-discernir-aplicar" lo que los Documentos "dicen" y poder "evitar elegantemente" lo que "dicen que dicen pero no lo dicen", viendo claramente que si se hubiera podido decir y no se dijo es porque no había materia válida para escribirlo.
Aconseja llevar en el regreso copia de Redemtionis Sacramentum.
La duda "dubia" que le queda flotando es por qué luego de tantos años de Pontificado recién ahora se hace semejante pedido, será una forma de decir "empecemos de nuevo"...
"En serio? Mas importante que Pentecostés, Nicea o Trento? De verdad estáis muy mal..."
Pero fue precisamente Pablo VI quien afirmó, en una carta dirigida el 29 de junio de 1975 al arzobispo Marcel Lefebvre, que el Concilio Vaticano II "goza de la misma autoridad e incluso, en algunos aspectos, es más importante que el de Nicea".
No sabemos qué aspectos convierten al Vaticano II en un concilio tan importante ¡o incluso más! que el de Nicea, el cual proclamó la divinidad de Cristo, anatematizó la herejía de Arrio y fijó la mayor parte del Credo.
2. No entiendo la pertinaz negación de la rendija = Vaticano II por donde se ha colado el humo de Satanás en el Templo de Dios.
3. Si no se admite la enfermedad dificilmente se podrá curar. Volver al Vaticano II es volver a reproducir de forma más virulenta la enfermedad.
4. No podemos seguir dejando que crezca la enfermedad, porque llegará un día que se producirá una metástasis y se perderán muchas almas y será difícil hallar fe. Al menos el resto fiel continuará siendo católico, apostólico y romano.
5. El subsiste es una doctrina herética porque suprime de la Iglesia la Romanidad y se queda sólo en lo Católico y Apostólico al modo Protestante.
6. ¿Por que un 28 de octubre precisamente se aprueba Nostra aetate? La fecha elegida no es casualidad. En el proemio: "En nuestra época, en la que el género humano se une cada vez más estrechamente y aumentan los vínculos entre los diversos pueblos, la Iglesia considera con mayor atención en qué consiste su relación con respecto a las religiones no cristianas. En cumplimiento de su misión de fundamentar la Unidad y la Caridad entre los hombres y, aún más, entre los pueblos, considera aquí, ante todo, aquello que es común a los hombres y que conduce a la mutua solidaridad."; no va en contra del diálogo del Señor Jesús cuando dice: 《Sois de vuestro padre el diablo.》(Jn 8,39-59); ¿Acaso en "nuestro tiempo" ya no «Quiso Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación» (1Cor 1,22)?; o ¿ya no es válido quitarse el polvo de los zapatos?: «id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado se salvará; pero el que no creyere se condenará» (Mc 16,15-16); ¿qué criterio es el de nuestra época en el CVII para desobedecer el mandato divino del Señor?
7. La Iglesia Católica, Apostólica y Romana es la única que sabe de un Dios verdadero, porque nosotros sabemos que el Señor Jesús es el único que tiene Palabra de Salvación, es el Mesías y no hay otro Nombre que nos haya dado el Cielo. Compartámoslo predicando no compadreando a lo común bueno y permitiendo el error. Pues, convencidos en Nostra aetate de que para evangelizar el mundo lo más conveniente es no predicar el Evangelio abiertamente. ¿Qué nos dice el Apóstol de los gentiles?: «yo no me avergüenzo del Evangelio, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree» (Rm 1,16). Nuestro Credo no es el de Nostra aetate. Quien es apóstol del Señor con el valor de la Caridad denuncia el pecado de los hombres y de los pueblos, las herejías dentro de la propia Casa, los errores y perversiones morales extranjeras, sea el judaísmo, el islam, el budismo, el hinduismo, etc. No hay nada malo en buscar la Verdad, pero a esos hombres que buscan a Dios se les ha de predicar la Verdad para que se conviertan y no darle palmaditas en la espalda y compadrear con sus errores y perversiones.
Río vivo de la Tradición, Tradición viva, tradición en el sentido activo y subjetivo de la vida de la Iglesia a lo largo de los siglos.
Sin estancarse en las tradiciones, apostólicas y eclesiásticas, tradición en el sentido pasivo y objetivo del depósito de la fe y del patrimonio de siglos de doctrina, piedad y ritos.
Río vivo de la Tradición que ha sido redescubierto, esto es, que se había perdido en los siglos previos al Vaticano II, nueva Pentecostés de una nueva Iglesia.
Significativo que el 11 de octubre de 1962 se celebrase la fiesta de la Maternidad divina de la Santísima Virgen María, y el 11 de octubre de 2022 se haya celebrado la memoria de San Juan XXIII.
Nada nuevo bajo el sol. Mismas herejías, otros nombres. El gnosticismo de los modernistas o el donatismo de los lefebvristas.
¿Que el Concilio Vaticano II tiene textos muy mejorables? Sí, sin duda. Como también algunos cánones del Sacrosanto Concilio de Trento, que se pueden interpretar de modo tomista (ortodoxo) o molinista/semi-pelagiano (herético). Y quiera Dios que se mejoren.
2. Reconocer a los santos como santos no equivale a igualarlos en su grado de santidad: es bastante obvio. Pero no admitir la santidad de los santos formalmente canonizados por la Iglesia, no es conforme a la doctrina católica, ya que en la canonización se ejerce la infalibilidad del Magisterio.
3. Sobre el Discurso de apertura del CVII de san Juan XXIII, sería bueno considerar los siguientes pasajes:
"El supremo interés del Concilio Ecuménico es que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz".
"...el Concilio Ecuménico XXI —que se beneficiará de la eficaz e importante suma de experiencias jurídicas, litúrgicas, apostólicas y administrativas— quiere transmitir pura e íntegra, sin atenuaciones ni deformaciones, la doctrina que durante veinte siglos, a pesar de dificultades y de luchas, se ha convertido en patrimonio común de los hombres; patrimonio que, si no ha sido recibido de buen grado por todos, constituye una riqueza abierta a todos los hombres de buena voluntad".
4. El canon de Trento se refiere a la Santa Misa, lo cual vale para cualquier rito o forma de rito aprobado por la Iglesia.
De acuerdo con Iraburu, Claudio, Néstor ("mejorables" no porque contengan errores sino porque deberían formularse de modo que no los puedan llegar a tergiversar los q carecen de comprensión lectora y/o buena voluntad) y sobre todo de acuerdo con Federico Ma.
Pero curioso que, cuando en otros asuntos se abandonan o se disminuyen o falsean doctrinas comunes y tradiciones de siglos con el argumento de que no son dogmáticas, se ponga en cambio tanto acento en la doctrina común de la infalibilidad de las canonizaciones para cubrir con ese manto el escándalo de la canonización en serie de todos los papas del Vaticano II.
Con la finalidad espurea de pretender canonizar o infalibilizar a un concilio que nada definió ni condenó con la autoridad infalible del magisterio solemne. O, como se reconoce expresamente, hacer irreversibles las innovaciones y reformas salidas del Vaticano II.
Pero, aunque sigan también las demás canonizaciones semejantes anunciadas o presentidas por Francisco, sólo se conseguirá añadir exageración a la exageración e insignificancia a la insignificancia.
Pero sí rigoristas, que es etiqueta semejante aunque con menos pedigrí. Rigoristas es una palabra que no se le cae de la boca.
En materia de herejías antiguas, Francisco suele preferir tildarnos de pelagianos, sin que sea fácil saber qué entiende Francisco por tal. Los peronistas no acostumbran a ser muy exigentes en cuestiones de precisión conceptual.
Pero sin duda las citas evangélicas tienen un peso inconmensurablemente mayor que la de Quevedo.
Paz y bien.
2. Nostra aetate es un impedimento para la Iglesia en su misión apostólica de evangelizar a todas las naciones, puesto por el humo de Satanás en pos de sus hijos de la fraternidad universal.
3. Al demonio es al que le gusta Nostra aetate, porque es a él al que le pesa la misión apostólica de la Palabra y las Obras en Cristo. Solamente con el Auxilio, Gracia y Favor de Dios, Nuestro Señor confundirá al demonio y saltará Nostra aetate para convertir al judaico, al musulmán, al budista, al hinduista, etc. Porque esto será gloria grande de Dios, porque si nos ha convertido a nosotros siendo viles, como no va a confundir una opinión tan grande, como es el demonio.
4. Los santos, a lo que está llamado cada bautizado, ¿quién dice que el bautismo protestante es válido? ¿El CVII?, son santificados por el Espíritu Santo si obran como otro Cristo cumpliento la Voluntad del Padre y Dios nuestro.
1. El Espíritu Santo está en Su Iglesia desde Pentecostés: María y los Apóstoles.
2. La Constitución sobre la Liturgia del CVII afirma (SC, 59): “Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva a dar culto a Dios: pero en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por eso se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma, rendir culto a Dios y practicar la caridad.”
3. Un bebé recibe la Gracia, el don de la virtud teologal de la fe, esperanza y caridad. Pero, el Evangelio no lo ha oído ni ha puesto su confianza en Cristo sin conocerLo.
4. El Directorio Ecuménico del año 1967 establece que (DE (1967), 55): “La celebración de los sacramentos es la acción de la comunidad celebrante, que se realiza en la comunidad como tal, y que manifiesta su unidad en la fe, en el culto y en la vida.” ¿Quién bautiza Cristo por medio del Espíritu Santo o la comunidad celebrante?
5. El Concilio Vaticano II establece quienes son otros cristianos (UR,3): “…porque estos, que creen en Cristo y recibieron debidamente el bautismo, están en cierta comunión con la Iglesia católica, aunque no perfecta… justificados en el bautismo por la fe, están incorporados a Cristo y, por tanto, con todo derecho se honran con el nombre de cristianos, y los hijos de la Iglesia católica los reconocen, con razón como hermanos en el Señor.”
6. Pregunto: ¿un cismático-hereje puede tener válido el Sacramento del Bautismo? ¿Está presente el Espíritu Santo? y ¿si se mantiene cismático-hereje puede ser santo?
7. En tiempo de Iglesia ¿cuál es el verdadero Israel espiritual? ¿Es válido por el Ecumenismo el Sacramento del Bautismo el celebrado por la comunidad cismática-hereje? ¿Con qué Autoridad y Poder? Por eso digo, que el Vaticano II es rehabilitador de herejes y herejías.
Negarlo es incurrir en la herejía donatista.
2. En 1919, Roma habló. Benedicto XV dijo que la única unidad posible se encontraba en el retorno de los protestantes a la Iglesia Católica.
3. En 1928, el papa Pío XI publicó su encíclica Mortalium Animos, en la que trató con palabras duras las primeras iniciativas del movimiento ecuménico.
4. El papa Juan XXIII produjo un cambio de rumbo con la creación del "Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos", una comisión preparatoria al Concilio Vaticano II que más tarde recibiría el nombre de Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. El 6 de junio de 1960, Juan XXIII designó al cardenal Augustin Bea como primer presidente del recién creado Secretariado. El Secretariado participó en 1961 de la conferencia de Nueva Delhi y fue el responsable de la redacción de diferentes borradores de documentos críticos durante el Concilio Vaticano II, entre ellos el del decreto Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo.
---
5. La Iglesia Católica, a través del Vaticano II, estableció, entre otros puntos los siguientes:
- El ecumenismo debe ser fomentado por los obispos (Decreto Christus Dominus 16).
- Los presbíteros no han de olvidar a los hermanos que no gozan de plena comunión eclesiástica con los católicos (Decreto Presbyterorum ordinis 9).
- Se ha de cultivar el espíritu ecuménico entre los neófitos (Decreto Ad gentes divinitus 15).
- Se exhorta a los católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, participen diligentemente en la labor ecuménica (Decreto Unitatis redintegratio 4).
- Los católicos, en su acción ecuménica, deben, sin duda, preocuparse de los hermanos separados, orando con ellos, tratando con ellos de las cosas de la Iglesia y adelantándose a su encuentro (Decreto Unitatis redintegratio 4).
- Es necesario que los católicos reconozcan con gozo y aprecien los bienes verdaderamente cristianos, procedentes del patrimonio común, que se encuentran entre los hermanos separados (Decreto Unitatis redintegratio 4).
- La práctica del ecumenismo se ha de basar en: (a) la renovación de la Iglesia como aumento de la fidelidad hacia su vocación, incluyendo movimientos bíblico y litúrgico, la predicación de la Palabra de Dios, la catequesis, el apostolado seglar, la espiritualidad matrimonial, etc. (Decreto Unitatis redintegratio 6); (b) la conversión interior (op. cit., 7); (c) la oración unánime por la unidad (op. cit., 8); (d) el conocimiento mutuo de las distintas Iglesias, con un mejor conocimiento de la doctrina, de la historia, de la vida espiritual y cultural y de la psicología religiosa de las otras Iglesias (op. cit., 9); (e) la formación ecumenista (op. cit., 10); y (f) una mejora en cuanto a la profundidad y exactitud en el lenguaje con que se expresa la doctrina de la fe (op. cit., 11), entre otros puntos.
---
6. ¿Cabe hermenéutica de la continuidad? o ¿es ruptura con el Magisterio anterior?
7. Como católico que sigo a Pío XI o a Juan XXIII; a Trento y Vaticano I o al Vaticano II. Seamos serios y reconozcamos las cosas como son y no como nos guste que sean.
Si alguno dijere, que el Bautismo, aun el que confieren los herejes en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con intención de hacer lo que hace la Iglesia, no es verdadero Bautismo; sea excomulgado.
Hay cerdos ciegos que quieren aprovechar que el Tíber pasa por Roma para erigirse en guías donatistas y lefebvrianos del pueblo de Dios.
Están encantadísimos de poder usar a Francisco como excusa para enlodar a todos los papas y concilios que no les molen a ellos y a su falta evidente de entenderas. El caso es que ese camino hacia atrás puede llegar hasta el siglo I.
Pues tampoco yo me callo, no sea que tengan que hablar las piedras.
1. Que el Espíritu Santo está en la iglesias cismáticas-herejes, pues si no el Bautismo no es efectivo y real.
2. Que la Iglesia Católica subsiste en la Iglesia de Cristo, donde está el Espíritu Santo.
3. Que hay una contradicción entre la "intención de hacer lo que hace la Iglesia" y la que hace la Protestante. ¿Cuál es esa intención de la Iglesia Católica? La vida eterna del bautizado. ¿Y cómo se llega a la vida eterna? Bautismo y fe verdadera.
4. Por supuesto, que para ser hereje hay que estar bautizado válidamente y que en el siglo XVI los protestantes tuvieron la impostura herética de decir que la Confesión es invención humana del siglo XIII porque conocen que negar la Confesión es aprobar los vicios. Esto es, que la intención del bautismo-protestante no es el mismo de la Iglesia Católica porque se aprueba el Pecado de los vicios justificados por la fe sin Sacramento del Orden, Confirmación y Confesión justo en el momento del bautismo-protestaste y el Bautismo católico es una exorcización del demonio.
---
Necesito ver más Magisterio.
Y no es una atea ni mucho menos. Es una chica católica de 32 años que desde pequeña va a misa todos los domingos, participa en grupos parroquiales y hasta fue catequista. ¿Qué se ha hecho mal para que un católico en 32 años no escuche gregoriano una sola vez en misa, siendo esta música la propia de la liturgia católica?
Totalmente de acuerdo con usted. Volvamos al Concilio. Pero como dice usted, al de verdad, al que nos anima a recuperar el gregoriano y no olvidar el latín en la liturgia
"Todos de acuerdo con el Papa Francisco". Cuando algo así es "noticia" es pq el desacuerdo debe ser tónica.
En fin, hasta un reloj parado da bien la hora correcta dos veces al día.
Omnes cum Petro! yeah
Ahora yo le animaría al Papa a ponerse manos a la obra!!!, que el tiempo apremia!!!! Tiene todo un ejército esperando que les diga lo que tienen que hacer!!!!! Espero verlo pronto en las noticias !!!!
"Lo novedoso del Vaticano II es que no está marcado por responder a ninguna herejía, sino que intenta hablar de Dios y de la Iglesia a los hombres de nuestro tiempo de dentro y de fuera de la Iglesia."
Lo de " a los hombres de nuestro tiempo" me temo que está bastante desfasado. Los tiempos desde los años 60 han cambiado muchísimo. Así pasa, que ves a los obispos y hablan para un mundo que ya no existe... Y ahí está la madre del cordero. La Iglesia tiene sus propios tiempos y sus propios ritmos. Si queremos adaptarnos a los tiempos y andar detrás del mundo, siempre llegaremos tarde. Para que me entiendan, la Iglesia NO se tiene que mover con el mundo, tiene que MOVER al mundo. No buscar lo que la gente quiere sino lo que Dios quiere. No hacer lo que a la gente le gusta sino lo que a Dios le gusta. Hasta que no entendamos esto, vamos por el camino equivocado
Pues parece que para la Congregación para la Doctrina de la Fe no es meramente "doctrina común"... Véase, en efecto, lo que sostiene en la "Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la Professio fidei" (conviene leerla toda):
"Las verdades relativas a este segundo apartado pueden ser de naturaleza diversa y tienen, por tanto, un carácter diferente debido al modo en el cual se relacionan con la revelación. En efecto, hay verdades que están necesariamente relacionadas con la revelación mediante una relación histórica; mientras que otras verdades evidencian una conexión lógica, la cual expresa una etapa en la maduración del conocimiento de la misma revelación, que la Iglesia está llamada a recorrer. El hecho de que estas doctrinas no sean propuestas como formalmente reveladas, en cuanto añaden al dato de fe elementos no revelados o no reconocidos todavía expresamente como tales, en nada afecta a su carácter definitivo, el cual debe sostenerse como necesario al menos por su vinculación intrínseca con la verdad revelada" (n. 7).
"En lo que se refiere a la naturaleza del asentimiento debido a las verdades propuestas por la Iglesia como divinamente reveladas (primer apartado) o de retenerse en modo definitivo (segundo apartado), es importante subrayar que no hay diferencia sobre el carácter pleno e irrevocable del asentimiento debido a sus respectivas enseñanzas" (n. 8).
"Entre las verdades relacionadas con la revelación por necesidad histórica, que deben ser tenidas en modo definitivo, pero que no pueden ser declaradas como divinamente reveladas, se pueden indicar, por ejemplo, la legitimidad de la elección del Sumo Pontífice o de la celebración de un concilio ecuménico; la canonización de los santos (hechos dogmáticos)..." (n. 11).
"...el asentimiento se funda sobre la fe en la asistencia del Espíritu Santo al Magisterio y sobre la doctrina católica de la infalibilidad del Magisterio (doctrinas de fide tenenda)" (n. 8).
La Nota de Doctrina de la Fe no cita a este respecto ninguna definición dogmática. Y una Nota de Doctrina de la Fe no es una definición dogmática.
CAN. VI. Si alguno dijere, que el bautizado no puede perder la gracia, aunque quiera, y por más que peque; como no quiera dejar de creer; sea excomulgado.
CAN. VII. Si alguno dijere, que los bautizados sólo están obligados en fuerza del mismo Bautismo a guardar la fe, pero no a la observancia de toda la ley de Jesucristo; sea excomulgado.
CAN. VIII. Si alguno dijere, que los bautizados están exentos de la observancia de todos los preceptos de la santa Iglesia, escritos, o de tradición, de suerte que no estén obligados a observarlos, a no querer voluntariamente someterse a ellos; sea excomulgado.
CAN. IX. Si alguno dijere, que de tal modo se debe inculcar en los hombres la memoria del Bautismo que recibieron, que lleguen a entender son írritos en fuerza de la promesa ofrecida en el Bautismo, todos los votos hechos después de él, como si por ellos se derogase a la fe que profesaron, y al mismo Bautismo; sea excomulgado.
CAN. X. Si alguno dijere, que todos los pecados cometidas después del Bautismo, se perdonan, o pasan a ser veniales con solo el recuerdo, y fe del Bautismo recibido; sea excomulgado.
CAN. XI. Si alguno dijere, que el Bautismo verdadero, y debidamente administrado se debe reiterar al que haya negado la fe de Jesucristo entre los infieles cuando se convierte a penitencia; sea excomulgado.
CAN. XII. Si alguno dijere, que nadie se debe bautizar sino de la misma edad que tenía Cristo cuando fue bautizado, o en el mismo artículo de la muerte; sea excomulgado.
CAN. XIII. Si alguno dijere, que los párvulos después de recibido el Bautismo, no se deben contar entre los fieles, por cuanto no hacen acto de fe, y que por esta causa se deben rebautizar cuando lleguen a la edad y uso de la razón: o que es más conveniente dejar de bautizarlos, que el conferirles el Bautismo en sola la fe de la Iglesia, sin que ellos crean con acto suyo propio; sea excomulgado.
CAN. XIV. Si alguno dijere, que se debe preguntar a los mencionados párvulos cuando lleguen al uso de la razón, si quieren dar por bien hecho lo que al bautizarlos prometieron los padrinos en su nombre, y que si respondieren que no, se les debe dejar a su arbitrio, sin precisarlos entre tanto a vivir cristianamente con otra pena mas que separarlos de la participación de la Eucaristía, y demás Sacramentos, hasta que se conviertan; sea excomulgado.
---
Es en el movimiento ecuménico del Vaticano II donde se establecen las condiciones para que sea válido el Sacramento del Bautismo fuera de la Iglesia Católica (la referencia ya no es Trento).
---
Primero quién es cristiano.
1. Creer que Dios es Uno y Trino, o sea, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
2. Aceptar a Jesucristo como la segunda persona de la Trinidad y como Dios y hombre verdadero, que murió y resucitó por nuestra salvación tal como aparece expresado en la Biblia.
3. Confesar que Jesucristo es el Mediador entre Dios y las personas y es el Señor Glorificado.
4. Confesar al Espíritu Santo como consubstancial al Padre y al Hijo y que está presente por su acción en la comunidad cristiana.
5. Aceptar que la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, es la revelación de Dios a su Pueblo. No existe otro libro que sea igual o superior a la Biblia.
6. Aceptar y practicar el Bautismo cristiano como sacramento de iniciación cristiana y medio de incorporación a la Iglesia de Cristo.
7. Conmemorar la última Cena o Eucaristía.
8. Creer y proclamar la fe en la resurrección de los muertos.
9. No debe faltar un testimonio de vida según el evangelio de Jesucristo.
---
Después hay unas normas a tomar en cuenta para la validez del bautismo en el Directorio Ecuménico y el Código de Derecho Canónico.
---
De lo que sale que las iglesias y comunidades eclesiales con bautismo válido son:
1. Iglesias Orientales.
2. Iglesias Ortodoxas.
3. Iglesia Evangélica Luterana.
4. Iglesias Presbiterianas.
5. Iglesia Anglicana (Episcopalianos).
6. Metodistas.
7. Bautistas.
8. Congregacionalistas.
9. Discípulos de Cristo.
10. Adventistas.
11. Pentecostales.
No tienen bautismo válido:
1. Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
2. Testigos de Jehová.
3. Ejército de Salvación.
4. Sectas Pseudo Cristianas.
Pero cierto que la infalibilidad de las canonizaciones, afirmada por Lambertini (después Benedicto XIV),en su tratado clásico sobre las beatificaciones y canonizaciones, es la doctrina común.
"Quien las negara, asumiría la posición de rechazo de la verdad de la doctrina católica y por lo tanto no estaría en plena comunión con la Iglesia católica".
Por otra parte, con el principio de que "no hay al respecto una definición dogmática", se podría incluso llegar a cuestionar todo el Magisterio, pues no parece haber ninguna definición dogmática de la legitimidad de la elección de los Sumos Pontífices o de la celebración de los Concilios Ecuménicos.
Asimismo, su principio sería la delicia de algunos progresistas: respecto de la ordenación sacerdotal reservada exclusivamente a los hombres no hay ninguna definición dogmática. Se citan además, como no sancionadas por ninguna definición dogmática, la ilicitud de la eutanasia, de la prostitución y de la fornicación. Bien, entonces...: ¿hacemos de todo eso "doctrina común"?
Me viene a la memoria un buen post de Bruno: los lefebvrianos, en general, no hacen sino marear la perdiz: infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1103100914-de-perdices-mareadas-cismas-y.
San Juan XXIII, san Pablo VI, san Juan Pablo II, orate pro nobis.
Han pasado casi 60 años desde el final del Concilio Vaticano II y, nunca como ahora, desde varias partes, está surgiendo un intenso y profundo debate sobre las enseñanzas y las implicaciones de este acontecimiento eclesial.
Entre las diversas interpretaciones, los Pontífices que han tomado parte personalmente en el Concilio (como Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI) han sostenido una lectura de acuerdo a la llamada “hermenéutica de la continuidad”, según la cual el Concilio no se pone en contraste con el milenario “depositum fidei” propio de la tradición católica.
Como explicó el Pontífice Benedicto XVI, según este tipo de lectura no hay ruptura entre modernidad y tradición. Así se lo expresó a los cardenales, arzobispos, obispos y prelados superiores de la Curia Romana y ofrecemos un extracto de la misma:
*DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI SOBRE LA HERMENÉUTICA DE LA CONTINUIDAD DEL CONCILIO VATICANO II.*
Jueves 22 de diciembre de 2005.
"El último acontecimiento de este año sobre el que quisiera reflexionar en esta ocasión es la celebración de la clausura del concilio Vaticano II hace cuarenta años. Ese recuerdo suscita la pregunta: ¿cuál ha sido el resultado del Concilio? ¿Ha sido recibido de modo correcto? En la recepción del Concilio, ¿qué se ha hecho bien?, ¿qué ha sido insuficiente o equivocado?, ¿qué queda aún por hacer?
Nadie puede negar que, en vastas partes de la Iglesia, la recepción del Concilio se ha realizado de un modo más bien difícil, aunque no queremos aplicar a lo que ha sucedido en estos años la descripción que hace san Basilio, el gran doctor de la Iglesia, de la situación de la Iglesia después del concilio de Nicea: la compara con una batalla naval en la oscuridad de la tempestad, diciendo entre otras cosas:
"El grito ronco de los que por la discordia se alzan unos contra otros, las charlas incomprensibles, el ruido confuso de los gritos ininterrumpidos ha llenado ya casi toda la Iglesia, tergiversando, por exceso o por defecto, la recta doctrina de la fe..." (De Spiritu Sancto XXX, 77: PG 32, 213 A; Sch 17 bis, p. 524).
No queremos aplicar precisamente esta descripción dramática a la situación del posconcilio, pero refleja algo de lo que ha acontecido.
Surge la pregunta: ¿Por qué la recepción del Concilio, en grandes zonas de la Iglesia, se ha realizado hasta ahora de un modo tan difícil?
Pues bien, todo depende de la correcta interpretación del Concilio o, como diríamos hoy, de su correcta hermenéutica, de la correcta clave de lectura y aplicación. Los problemas de la recepción han surgido del hecho de que se han confrontado dos hermenéuticas contrarias y se ha entablado una lucha entre ellas. Una ha causado confusión; la otra, de forma silenciosa pero cada vez más visible, ha dado y da frutos.
Por una parte existe una interpretación que podría llamar "hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura"; a menudo ha contado con la simpatía de los medios de comunicación y también de una parte de la teología moderna. Por otra parte, está la "hermenéutica de la reforma", de la renovación dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha dado; es un sujeto que crece en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del pueblo de Dios en camino.
La hermenéutica de la discontinuidad corre el riesgo de acabar en una ruptura entre Iglesia preconciliar e Iglesia posconciliar. Afirma que los textos del Concilio como tales no serían aún la verdadera expresión del espíritu del Concilio. Serían el resultado de componendas, en las cuales, para lograr la unanimidad, se tuvo que retroceder aún, reconfirmando muchas cosas antiguas ya inútiles. Pero en estas componendas no se reflejaría el verdadero espíritu del Concilio, sino en los impulsos hacia lo nuevo que subyacen en los textos: sólo esos impulsos representarían el verdadero espíritu del Concilio, y partiendo de ellos y de acuerdo con ellos sería necesario seguir adelante. Precisamente porque los textos sólo reflejarían de modo imperfecto el verdadero espíritu del Concilio y su novedad, sería necesario tener la valentía de ir más allá de los textos, dejando espacio a la novedad en la que se expresaría la intención más profunda, aunque aún indeterminada, del Concilio.
En una palabra: sería preciso seguir no los textos del Concilio, sino su espíritu.
De ese modo, como es obvio, queda un amplio margen para la pregunta sobre cómo se define entonces ese espíritu y, en consecuencia, se deja espacio a cualquier arbitrariedad. Pero así se tergiversa en su raíz la naturaleza de un Concilio como tal. De esta manera, se lo considera como una especie de Asamblea Constituyente, que elimina una Constitución antigua y crea una nueva. Pero la Asamblea Constituyente necesita una autoridad que le confiera el mandato y luego una confirmación por parte de esa autoridad, es decir, del pueblo al que la Constitución debe servir.
Los padres no tenían ese mandato y nadie se lo había dado; por lo demás, nadie podía dárselo, porque la Constitución esencial de la Iglesia viene del Señor y nos ha sido dada para que nosotros podamos alcanzar la vida eterna y, partiendo de esta perspectiva, podamos iluminar también la vida en el tiempo y el tiempo mismo.
Los obispos, mediante el sacramento que han recibido, son fiduciarios del don del Señor. Son "administradores de los misterios de Dios" (1 Co 4, 1), y como tales deben ser "fieles y prudentes" (cf. Lc 12, 41-48). Eso significa que deben administrar el don del Señor de modo correcto, para que no quede oculto en algún escondrijo, sino que dé fruto y el Señor, al final, pueda decir al administrador:
"Puesto que has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de lo mucho" (cf. Mt 25, 14-30; Lc 19, 11-27).
En estas parábolas evangélicas se manifiesta la dinámica de la fidelidad, que afecta al servicio del Señor, y en ellas también resulta evidente que en un Concilio la dinámica y la fidelidad deben ser una sola cosa.
A la hermenéutica de la discontinuidad se opone la hermenéutica de la reforma, como la presentaron primero el Papa Juan XXIII en su discurso de apertura del Concilio el 11 de octubre de 1962 y luego el Papa Pablo VI en el discurso de clausura el 7 de diciembre de 1965. Aquí quisiera citar solamente las palabras, muy conocidas, del Papa Juan XXIII, en las que esta hermenéutica se expresa de una forma inequívoca cuando dice que el Concilio "quiere transmitir la doctrina en su pureza e integridad, sin atenuaciones ni deformaciones", y prosigue: "Nuestra tarea no es únicamente guardar este tesoro precioso, como si nos preocupáramos tan sólo de la antigüedad, sino también dedicarnos con voluntad diligente, sin temor, a estudiar lo que exige nuestra época (...). Es necesario que esta doctrina, verdadera e inmutable, a la que se debe prestar fielmente obediencia, se profundice y exponga según las exigencias de nuestro tiempo. En efecto, una cosa es el depósito de la fe, es decir, las verdades que contiene nuestra venerable doctrina, y otra distinta el modo como se enuncian estas verdades, conservando sin embargo el mismo sentido y significado" (Concilio ecuménico Vaticano II, Constituciones. Decretos. Declaraciones, BAC, Madrid 1993, pp. 1094-1095).
Es claro que este esfuerzo por expresar de un modo nuevo una determinada verdad exige una nueva reflexión sobre ella y una nueva relación vital con ella; asimismo, es claro que la nueva palabra sólo puede madurar si nace de una comprensión consciente de la verdad expresada y que, por otra parte, la reflexión sobre la fe exige también que se viva esta fe.
En este sentido, el programa propuesto por el Papa Juan XXIII era sumamente exigente, como es exigente la síntesis de fidelidad y dinamismo. Pero donde esta interpretación ha sido la orientación que ha guiado la recepción del Concilio, ha crecido una nueva vida y han madurado nuevos frutos. Cuarenta años después del Concilio podemos constatar que lo positivo es más grande y más vivo de lo que pudiera parecer en la agitación de los años cercanos al 1968.
Hoy vemos que la semilla buena, a pesar de desarrollarse lentamente, crece, y así crece también nuestra profunda gratitud por la obra realizada por el Concilio.
Pablo VI, en su discurso durante la clausura del Concilio, indicó también una motivación específica por la cual una hermenéutica de la discontinuidad podría parecer convincente. En el gran debate sobre el hombre, que caracteriza el tiempo moderno, el Concilio debía dedicarse de modo especial al tema de la antropología. Debía interrogarse sobre la relación entre la Iglesia y su fe, por una parte, y el hombre y el mundo actual, por otra (cf. ib., pp. 1173-1181). La cuestión resulta mucho más clara si en lugar del término genérico "mundo actual" elegimos otro más preciso: el Concilio debía determinar de modo nuevo la relación entre la Iglesia y la edad moderna."
Lean lo que dijo La Virgen de la Revelación, en Tre Fontane según el testimonio de Bruno Cornacchiola. 12 abril 1947
Ave María, gratia plena, Dominus tecum. …
2. Esta noticia y miles similares:
El pastor considera que predica de forma increíble. Pastor metodista de Florida invita a «una» drag queen a predicar un sermón con niñas a su lado.
infocatolica.com/?t=noticia&cod=44637
Me pregunto si quiera si será hereje como un arriano o donatista.
3. ¿Alguien cree que el Espíritu Santo pueda estar ahí? y si los bautismos de ese "pastor" son válidos tal y como acepta el Vaticano II.
5. El Vaticano II acepta como válidos el bautismo de las ramas protestantes:
3. Iglesia Evangélica Luterana.
4. Iglesias Presbiterianas.
5. Iglesia Anglicana (Episcopalianos).
6. Metodistas.
7. Bautistas.
8. Congregacionalistas.
9. Discípulos de Cristo.
10. Adventistas.
11. Pentecostales.
6. ¿También es válido el bautismo protestante cuando lo realiza una "pastora"?
7. ¿Son válidos los bautismos de las obispas?
Es el magisterio ordinario y universal, tan infalible como el solemne.
A ese magisterio ordinario y universal pertenecen, por ejemplo, condenas morales como las de la prostitución y la fornicación, o la afirmación de que el sacerdocio únicamente puede conferirse a los varones (salvo que se considere definición dogmática el texto de Juan Pablo II).
Pero la infalibilidad de las canonizaciones no es una enseñanza de esa naturaleza. Una Nota de Doctrina de la Fe no es de suyo magisterio ordinario y universal.
Ni siquiera es de suyo magisterio meramente auténtico. Es una Nota de Doctrina de la Fe.
Reconozco y acepto que la infalibilidad de las canonizaciones es la doctrina común, respaldada en particular por la gran autoridad de Lambertini (después Benedicto XIV), en su tratado clásico sobre las beatificaciones y canonizaciones.
Aunque todavía puesta en duda recientemente, después de la Nota de Doctrina de la Fe, por, entre otros, Gherardini, el último gran teólogo de la escuela romana.
Né il Denzinger, né il CJC del 1983, né il Catechismo della Chiesa Cattolica la espongono: segno evidente che essa è estranea all’ambito di ciò che la Chiesa dichiara e promulga “definitorio modo”.
Pertanto, la dottrina comune della canonizzazione va ricercata altrove, e precisamente nel magistero ecclesiastico non “ex cathedra”, nelle stesse Bolle di canonizzazione, in altri interventi ecclesiastici non dogmatici e nel dibattito teologico."
Brunero Gherardini, "Canonizzazione ed infallibilità", revista Divinitas, segundo semestre de 2003.
"Riguardo la canonizzazione dei Santi, l'opinione maggioritaria da san Tommaso fino ad oggi è favorevole a ritenerla atto di magistero papale infallibile. Non esistono, però, definizioni su questo punto e la questione ha assunto aspetti delicati dopo l'insegnamento del Vaticano I circa le condizioni di esercizio del magistero infallibile e le discussioni al Vaticano II circa l'oggetto proprio della infallibilità. L'Autore dopo aver mostrato le difficoltà teologiche e pastorali cui vanno incontro le diverse soluzioni, propone l'ipotesi, di comprendere la canonizzazione come atto di magistero ordinario definitivo."
Maurizio P. Faggioni, OFM "La canonizzazione dei Santi. Infallibile?", en la revista Gregorianum nº 96, 3 (2015).
Los comentarios están cerrados para esta publicación.