Sostenella y no enmendalla
Una lectora del libro de Rafaela me hizo una pregunta hace algunos días. Partía de que estaba completamente de acuerdo con el diagnóstico que hace Rafaela de la situación de nuestra Iglesia. La pregunta era esta: “¿y qué se puede hacer”. Intento responder aquí para ella y para todos, por si acaso mi reflexión pudiera servir de algo.
Creo que después de la experiencia de estos últimos cuarenta o cincuenta años si algo debemos tener claro, y vistos los frutos, es qué cosas no debemos seguir haciendo.
Tras no sé cuántos años de supuesta asfixia nacional católica, y tras el también supuesto aire fresco del concilio Vaticano II, se hizo una apuesta total a la secularización, la acción social y la supuesta modernidad. Los que tenemos nuestros añitos recordaremos el frenesí de los años sesenta y setenta (han pasado más de cincuenta años, repito).
En la formación, cambiamos los catecismos de siempre, que habían dado unos resultados espléndidos por un copiar, pegar y colorear. La música sacra cedió su lugar a la guitarra eléctrica, el teclado, la batería y los imprescindibles bongos. Se cambiaron los hábitos religiosos y las sotanas por vaqueros, camisas de cuadros, trajecitos de medio pelo. Apuesta por más sociología, más compromiso social, más opción por los pobres, como si se acabara de inventar lo que la Iglesia lleva predicando y practicando toda su historia.
El resultado es trágico. Conventos y monasterios que se cierran a diario, caida en picado de las vocaciones sacerdotales, templos vacíos y una pràctica sacramental bajo mínimos. Ya ni la BBC: bodas, bautizos y comuniones se convierten en una rareza.
Vistos los resultados, ni al que asó la manteca se le ocurre seguir tirando de recursos setenteros. Pensar que hoy la clave de la evangelización pasa por guitarra, bajo, batería y teclado, camisa de cuadros, canciones emotivas, compromiso con la deforestación del Amazonas, más conciencia social, y viva la liturgia creativa, aderezados con un cartel que diga “Dios te ama", no es novedad, es la antigüedad más rancia disfrazada de nuevos tiempos. Tan patético como un setentón haciendo botellón en el parque con chavales de quince años, tan absurdo y tragicómico como la abuela María disfrazada de rapera.
Hablando con Rafaela esto es evidente. No sirve de nada y no es más que un engañabobos y encima no para los fieles, sino un engañabobos para los cuatro que se lo siguen creyendo y que, por desgracia, siguen siendo en demasiadas ocasiones los que cortan el bacalao de los novísimos proyectos pastorales, que son la nada envuelta en papel de “Galerías Preciados", sin ser conscientes de que esas Galerías llevan cerradas años y, por cierto, cómo acabó la cosa. Lo mismo había que estudiarlo.
Los tiempos de la secularización como apuesta de futuro eclesial han supuesto un completo fracaso. Hoy lo que la sociedad demanda es una vuelta a la sacralidad, al culto solemne y bien celebrado, a los signos evidentes de la fe, a presentarnos como creyentes allí donde estemos.
No sé por dónde avanzar, porque la situación es trágica, pero lo que sí tengo muy claro, y vista la experiencia de los últimos cincuenta años, en lo negativo -templos vacíos, ausencia de vocaciones, pérdida de fe- y también en lo positivo (seamos claros, dónde surgen las vocaciones, qué seminarios se llenan, qué templos y liturgias atraen a los jóvenes) creo que nos toca regresar a la sacralidad, a los símbolos, a la fe expresada, a la liturgia solemne, a lo mejor de la música sacra.
Y una última reflexión por si ayuda. ¿Qué piden a la Iglesia los anticatólicos, los que quisieran vernos desaparecidos? Culto en la sacristía, culto externo solo como parte de un folklore y regulado por la autoridad civil, renuncia a todo signo externo de fe como cruces, imágenes o hábitos religiosos, silencio en la predicación y dedicarnos a los pobres para que ellos se puedan gastar las subvenciones en cosas más jugosas.
Y nosotros tan felices pensando que gracias a los bongos estamos entrando en la nueva comprensión del evangelio capaz de atraer a todos a la Iglesia.
Que santa Lucía nos conserve la vista.
72 comentarios
Yo perdí tiempo en contestar a ese enfarragoso cuestionario porque me lo pidió mi párroco y en el apartado de liturgia pedía, entre otras cosas, fidelidad a las normas y rúbricas.
Al términar la presentación de la síntesis me acerqué a hablar con el coordinador del Sínodo en mi Diócesis para manifestarle que de mis contribuciones no había visto nada reflejado en la síntesis de la Diócesis (ni en liturgia, ni en otros temas. Debo ser el raro de mi pequeña, pobre y envejecida Diócesis). Se le cambio la cara y me pidió un ejemplo. Yo le hice referencia a esto porque me había llamado mucho eso de "nuevo lenguaje litúrgico". Su respuesta fue que mi aportación quedaba recogida en "preparar las celebraciones litúrgicas con esmero". A lo que yo le respondí: "Hombre... eso es algo ambiguo... Con esmero también se pueden preparar auténticas aberraciones litúrgicas".
En la síntesis nada de liturgia de las horas (para mí la participación litúrgica más activa que puede hacer un laico en su vida ordinaria), ni Rosario, ni exposición del Santísimo....
Por lo que si a nivel diocesano no se escucha a los que queremos que se respete la doctrina y la liturgia, ¿cómo nos va a escuchar Roma?
Vivir, rezar y predicar a los 4 vientos la Devoción al Santísimo Rosario. Es la clave de todo el problema.
Porque es así. Es raro el vicario, gurú o delegado de pastoral de lo que sea que no tenga más fe en los planes pastorales ochenteros que en la resurrección de Cristo (la cual a veces llaman "experiencia de los discípulos"). Y luego ves los frutos y son todos paupérrimos, ridículos, patéticos.
Y claro, si no les sigues la corriente es que no "estás con el Espíritu", que por supuesto lo que nos pide es chachisinodalidad, bongos, liturgia anarco-eco-feminista, cero rúbricas, círculos de silencio y bendición de taoístas del Orinoco, homosexuales, intergéneros, bisexuales, no-binarios y variedad de variedades, dijo Qoelet.
Y el obispo, traga que traga. Silencio.
Si la iglesia no prospera será por infidelidad a Dios.
Así que esperemos en El y sigamos fieles a su Palabra y mandamientos, que son muy claros, quienes no los quieran ver, o los quieran cambiar, seguirán fracasando.
Sin duda que todo ello se encuentra plenamente en la liturgia romana tradicional donde todo, desde el latín y las oraciones hasta el canon recitado en voz inaudible y la orientación común de sacerdote y fieles hacia el altar del sacrificio, se reviste de sacralidad y la inspira. Aunque bien sé que el autor y muchos con él creen todavía que realmente puede recuperarse en la liturgia reformada. En eso yo discrepo: como arar en el mar.
Volver a lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre. Es lo que todos hacemos cuando nos equivocamos de camino: volver atrás y retomar el camino correcto.
Sin embargo, por el momento lo que todavía prevalece en la jerarquía y el clero menguante es el empecinamiento en el error, en innovaciones y reformas supuestamente irreversibles. Pero los tiempos de Dios y de la Iglesia no son los de los hombres.
No seamos ingenuos. No os estáis dando cuenta que quieren cambiar la Iglesia a golpe de Sínodo? Un ejemplo claro. En el Sínodo de la familia, en la votación sobre dar la comunión a divorciados vueltos a casar, no salieron la cantidad de votos para que la propuesta saliese adelante (2/3). Y, que hizo el Papa? Pues cambiar la regla a la mitad más uno para que saliese. Resultado: Amoeris Laetitia número 8 en la que, si somos honestos, se permite la comunión a adúlteros. Es así. Es la vieja estrategia soviética de hacer decir al pueblo lo que el mandamás quiere para luego el mandamás hacer lo que quiera. Se escucha a los que piensan como yo y a los demás se les acalla. El Pontíficado actual es el síntoma más evidente de hacia donde nos han llevado los últimos 50 años... Lo que pasa es que la situación es tan grave, que es mucho más fácil hacer la táctica del avestruz y decir que esto no existe
Sobre su artículo, es que yo creo que, humanamente, no existe solución posible. Es algo que solo Dios puede arreglar. La gente siempre me llama exagerado cuando digo que la Iglesia está en una crisis peor que la de Lutero (testigo del Evangelio?) y, por comparación, solo puede ser como la de Arrio. Confiemos en Dios y tratemos de ser lo más santos posible. No hay más recetas
Cuando vuelva Cristo, habrá Fe en la tierra? Dios nos lo mostrará, pero creo que sí. Haber soportado este ataque con la ayuda de Dios. Ver como estamos soportando este brutal ataque, solo equiparable a los primeros tiempos, me da por posicionarme en el Sí.
Si Dios hace y deshace ¿Porqué quiere contar con nosotros? A ver si nos enteramos: Nos creó y tiene un plan con nosotros que nos ha revelado. Nos da la posibilidad de llevarlo a cabo con Su ayuda, no podemos decirle que no podemos, su poder obra en nosotros con nosotros si confiamos en El y pedimos que lo haga.
El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el inmenso fracaso de sillas vacias de la última celebración sinodal de Osoro.
Las sillas vacias son un fracaso con balcones a la calle, y demuestran que OSORO y sus auxiliares levitan, pero no como Santa Teresa, sino que levitan subidos a la ignorancia de sus propias asunciones.
Tambien ahí al parecer estaba el cura rockero ese enrrollao.
Que por cierto a mi lo que mi importa de un cura no es que toque bien, sino que diga la misa con rigor y recogimiento.
Si Osoro fuese mínimamente humilde y preocupado por la Iglesia y las almas, debería hacer examente de conciencia y rectificar.
Pero admito apuestas, a que seguira como usted dice sosteniendola....
Lo peor de todo es que la línea que se marca desde arriba es la de seguir con lo de los sesenta/setenta, o aumentarlo más. Pareciera que creen que lo de los sesenta/setenta no funcionó porque no se aplicó aún con más radicalidad de lo que se hizo.
Ave Maria, Gratia Plena, Dominus Tecum...
El tema es que los pantalones vaqueros y los bongos no provenían de buenos cimientos ó buena tierra, ni de una atractiva idea nacida de la buena fé que no funcionó, sino de una maléfica y diabólica conspiración, llena de marxistas y masones, con KGB incluida, atiborrada de falsos profetas, falsos teólogos, falsos pastores e infiltración en seminarios, medios de comunicación, y altos cargos para engañar a muchos millones de tontos útiles, muchos de los cuales hoy simplemente por edad están en posiciones de responsabilidad, en todos los ámbitos.
Ante la duda, por sus frutos les conoceréis. Si el enemigo está dentro, entonces el peligro es mucho mayor.
Es una gigantesca herejía, una falsa Iglesia que vive en paralelo "parasitando" a la verdadera, quitándole la sangre y la vida, y desmoralizándola y desnaturalizándola, vaciándola hasta dejar la apariencia de una burda sombra de sí misma. Lo vemos muy claro en la Iglesia de Alemania de hoy, al borde del cisma y del abismo. Ese es el proyecto y la intención de los conspiradores, aunque la Iglesia de Jesucristo es una institución sobrenatural, gobernada en realidad por nuestro Señor, y esta etapa es simplemente una prueba de amor y fidelidad... ¡pero qué prueba!.
No es un tema de conservadores frente a progresistas. El conservador está de acuerdo con el cambio de rumbo, pero quiere moderarlo y reinterpretarlo de manera positiva. "Se lo cree", y quiere hacer lo mejor de él. El tradicional cree que el cambio de rumbo fue un error, y quiere volver a la ruta y al proyecto originales, aún aceptando reformas que no modifiquen el rumbo original.
En teoría los nuevos vientos post conciliares eran un cambio meramente pastoral y de "modernización" en las formas, pero en realidad ha servido muchas veces como una excusa y un disfraz de los malos para hacer los cambios por la puerta de atrás, mientras los conspiradores contaban milongas bienpensantes y se difamaba a los que se oponían a los cambios más tóxicos.
Ciertos cambios prácticos en cierta pastoral no católica promovidos por los conspiradores no son en las formas, sino que se han llevado al fondo de las cosas, interpretando la Doctrina de forma modernista, con actitudes no católicas frente a los problemas y a los retos morales de hoy, sin que ésto aparezca en los textos ni en la Doctrina oficial.
La laxitud en demasiadas ocasiones es total, una laxitud "pastoral", aunque la Doctrina permanezca inalterada. Un truquillo diabólico, que no podrá con la Iglesia de Cristo, y que necesita engañar continuamente con verdades a medias, malas interpretaciones, vista gorda, escándalo y mala doctrina sin el apoyo de los textos, interpretaciones torticeras y que le dan la vuelta a la Doctrina haciéndola decir lo contrario a lo de antes, laxitud ilimitada, infiltración en centros de poder, etc. Con unos silencios muchísimo más relevantes que las frases que sí se dicen.
Volvamos al catecismo de Ripalda, a la Evangelización misionera de propios y extraños, a los Diez mandamientos y a las bienaventuranzas bien entendidas, a la conciencia de pecado, a la sana Doctrina de siempre (en homilías, catequesis y colegios), y a celebrar la Eucaristía de cara a Dios, AD ORIENTEM, como recomendó el cardenal Sarah, siendo el máximo responsable de la liturgia (en mi experiencia personal no he encontrado ni una sola misa "novus ordo" celebrada Ad-Orientem, de cara a Dios). Y recemos para que cese la comunión en la mano, y cualquier comunión en pecado mortal, que vuelva la conciencia de pecado. Y ojalá que la Iglesia de Cristo vuelva a su maravillosa liturgia Tradicional, una Lex orandi totalmente en línea con la Lex Credendi.
Tantas cosas... la solución vendrá de arriba, mientras tanto ¡catolicismo de siempre!.
Esto no quita que sabemos por místicos contemporáneos que la Iglesia está sufriendo su Pasión, no sabemos exactamente en qué momento de la Pasión nos encontramos, si en el Jueves o Viernes Santos. Por ello, la Santísima Virgen nos pide continuamente que oremos y oremos.
Que nuestro actuar sea el Amor puro y desinteresado y la oración continua.
Que Dios os bendiga.
Una pregunta: los jerarcas son conscientes del diagnóstico?, Quieren seguir mantenenlla?, son conscientes de que a este ritmo la iglesia va a pasar a ser un apéndice del poder mundano, sometida a sus directrices?
No sé, lo único que me da esperanza es que el poder de satanás no podrá con la iglesia, aunque le están dando muchas facilidades desde la jerarquía vaticana.
Le rezo su Ave María
El insistir y el profundizar en estas pastorales progres es (lo digo sin moderación) propio de cabestros imbéciles, cobardes y prostituidos .
No se puede cambiar un órgano de iglesia por unos bongos impunemente (esto como metáfora).
Si tengo que confesarme por este mal pensamiento, no lo haré con James Martin S.I.( al cual el Papa agredece su labor) en un confesionario cerrado.
Que soy alto y vistoso, y las chicas me decían que tengo ojos muy bonitos.
Por mi corta experiencia de vida, creo que el Vaticano II ha dado muchos frutos muy buenos y que entran en choque total precisamente con los que interpretaron el Concilio como un "todo vale".
Además, con el cambio social de la década de los 60 y 70, es muy probable que sin el Concilio las iglesias hoy en día estarían mucho más vacías.
Creo que es muy probable que la revalorización de la liturgia se debe a que (o me ciega la esperanza o estoy en lo cierto) los curas con camisa de cuadros y todas las demás interpretaciones sesgadas del CVII ya van muriendo y dando paso a una nueva generación que ha vivido y mantenido la fe gracias precisamente al Concilio.
Yo doy gracias a Dios por el Papa Francisco. Déjeme que me explique. Está revelando lo enferma que está la Iglesia. Con Benedicto y JPII la cosa se tapaba pero con este hombre es ya imposible para el que quiera ver. REPITO: para el que quiera ver. Si queremos seguir pensando que todo lo que hace la jerarquía está bien, que ellos manejan, que el Papa siempre tiene razón y que TODO lo que dice es infalible, que tiene poder absoluto sobre la fe y puede hacer y deshacer a su antojo... Pues no hay solución posible. Lo grave no es que Bergoglio sea Papa: lo grave es cómo ha llegado a serlo.
Son muchos años de abuso doctrinal, liturgico, catequetico... Incluso monetario y sexual sin que nadie le ponga freno. Así tenemos el engendro que tenemos. Que Dios nos asista
Solo cabe añadir que los cánticos actuales de las misas, lo único que hacen es quitarme la devoción ¡Con la cantidad de oratorios que nos han dejado los clásicos y que tanto elevan el espíritu! En fin, para qué seguir si entre Ud. y los lectores ya lo han dicho todo.
Ave María
En Europa la historia de la decadencia de la Iglesia es muy diferente y tiene dos hitos fundamentales, la Revolución liberal y el Concilio Vaticano II, aunque lógicamente no se reduzca a ellos. Pero no hay que descartar que termine también a manos del islam.
¿Auge mundial de la Iglesia? No será, además de la Europa apóstata, en la América hispana invadida por sectas protestantes en expansión, merced a la hecatombe posconciliar.
En fin, los tiempos de Dios y de la Iglesia no son los de los hombres. Y cuando vuelva Cristo ¿encontrará fe sobre la tierra? Mantengamos las tradiciones apostólicas y eclesiásticas, sabiendo que nuestro trabajo no es en vano en el Señor.
Lo que sabemos es lo que ha ocurrido tras las innovaciones y reformas salidas del Concilio Vaticano II. Claro está que algunos siguen cerrando los ojos a la realidad y saliendo por la recurrente invocación de la falacia post hoc ergo propter hoc. Que si los Beatles, que si la minifalda, que si la píldora o la llegada del hombre a la luna. Cualquier cosa salvo reconocer ninguna responsabilidad al concilio y los papas y obispos en la hecatombe posconciliar.
Se dice supuesta asfixia porque solo ahogaba a los que no sois católicos, aunque no pocos de ellos se encuentren dentro de la Iglesia.
Y ¿qué quiere que le diga, D. Jorge?... se nos ha infiltrado tan profundamente en las almas la "cultura del Descartes", (ya en sus últimos estertores de degeneración) que pastores y jerarcas viven en su "existe lo que pienso", y no en la verdad de la realidad palpable.
Algo así era el viejo castigo divino de "para que viendo no vean y oyendo no entiendan".
Cada vez que escucho como gran invento pastoral la agrupación de parroquias en "Unidades pastorales", no se me cae el alma a los pies porque intento levantarla con oración penitencial.
Es frustrante que sabiendo, como saben nuestros pastores y jerarcas que una simple zarza ardiendo en el Sinaí, por el simple fuego divino, convierte el entorno en "tierra sagrada" y por tanto, ¡descálzate Moisés!, los presbiterios desde donde se elevan la plegaria y el sacrificio perfecto de Adoración Trinitaria, con la presencia del mismo Hijo de Dios, sea un trasiego irreverente, y el interior de la Iglesia una versión del patio de butacas.
Afortunadamente, tenemos la enseñanza de la Bendita Madre de Dios, la Santísima Virgen María, jovencita, que al enterarse que había sido elegida como la zarza ardiente divinalmente mejorada, exclamó con una elegancia espiritual magnífica: "He aquí la esclava del Señor. Hágase..."
Y ya puestos: !Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum; benedicta tui n mulieribus et benedictus fructus ventris tui, Iesu.
Sancta Maria, mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
¿alguien habla de los anticonceptivos? ¿pecado mortal?
¿se recuerdan los novísimos, Cielo, infierno y purgatorio?
¿se dice que vamos al Cielo únicamente a través de Cristo, y que fuera de la Iglesia no hay salvación, salvo si no es culpa tuya no hacerte católico y cumples los Diez Mandamientos, y aún así los no bautizados necesitan un bautismo de deseo y entrar así en la Iglesia para llegar al Cielo? ¿se tiene en cuenta que la mayoría de los que se salvan son católicos, como dijo María Simma, la mística de las almas del purgatorio?
¿Se pide a los familiares en un funeral que recen por el difunto para aliviarle las llamas y tormentos del purgatorio, que son terribles y que todavía podemos hacer muchísimo por nuestro ser querido fallecido rezando y mortificándonos por él?
¿Se recuerda que el aborto es el mayor crimen abominable que puede existir y que es más grave que todos los muertos en todas las guerras y más grave que la esclavitud y que cualquier abuso? ¿se puede dormir tranquilo por las noches teniendo sólo en España 100.000 abortos al año y 75 millones de abortos al año en todo el mundo?
...¿ó es que da "vergüenza" decir la Verdad? ¿ó es que no es cómodo decir la Verdad? ¿ó es que no se quiere "ofender" a nadie con la Verdad?, no es necesario ser crudo ni desagradable, pero la Verdad hay que decirla... por el bien de las almas y por fidelidad a Dios.
Si Jesucrísto, ¡¡Dios encarnado!!, está en las especies del Pan y del Vino y en la bendita Hostia Consagrada, entonces la solemnidad y la reverencia de la Consagración y de la COMUNIÓN deben de ser totales, ABSOLUTAS.
El mundo, lo mundano ha decidido, una vez más y van...desprenderse de las molestias, que generalmente son morales y ha elegido desconocerlas.
Pero las molestias siguen estando y de alguna forma sobreviven, eso no es comprensible para los que están molestos que han decidido imponerse.
Para eso se necesita traidores, que abran las puertas desde dentro, la traición siempre es interna y muchas veces va acompañada de una gran estupidez.
"El pez a oler mal empieza, por la cabeza", cuando algo se pudre es siempre de arriba abajo.
Providence parece no tener muy claro si se dirige a mí o a un tal D.Blas, pero en todo caso no se cumple la condición por la que me convertiría a mí en su hombre de paja. Yo no he hablado para nada de si los címbalos con los que acompañaba David sus salmos eran profanos o sagrados o multiusos y menos aún de si los miembros de un coro deben curarse o no una faringitis con medicinas dulces o amargas. Esa discusión no me interesa. Ni defender el honor de Andres Segovia o Yepes y la guitarra española. No lo creo necesario.
Y respecto a otro comentarista y su monotema, tengo muy claras tres cosas:
1- Un concilio ecuménico convocado y confirmado por varios papas no puede contener errores y herejías, de entrada. Pero además si han leído ustedes los documentos del concilio lo pueden comprobar. En el fondo una vez más los extremos se tocan y el procismático sedevacantistas supuestamente "tradicional" coincide con el innovador "progre" en inventarse un supuesto espíritu del concilio en contra de lo que realmente dice.
2- Desde luego que cae en la falacia post hoc ergo propter hoc, en vez de buscar las verdaderas causas de la crisis.
3- No hay mejor manera de empeorar aún más la crisis que la de negar el magisterio de un concilio y varios papas, promoviendo el cuestionamiento de concilios y papas y el libre examen de la tradición al margen del magisterio. Y promoviendo así, por tanto, el cisma y la herejía.
En conciencia creo que debo decir esto, así como ese equivocado comentarista supongo que pensará que debe decir lo otro, o al menos lo repite pertinazmente, poniéndose en la línea peligrosa del sedevacantismo cismático y a veces herético.
En fin, esto es un continuo "déjàvu" bastante "jartible". No tengo la menor intención de discutir una y otra vez lo mismo, pero no se puede dejar que se ataque impunemente a un concilio ecuménico, faltando a la verdad.
Despedida cordial.
Ave María
Vieron un nuevo mundo deslumbrante ante ellos (que me parece que ese nuevo mundo no es tan nuevo, sino que es el que se esconde detrás del sexto mandamiento). En fin, los damos por pedidos.
¿Ha sido la renovación un fracaso? Lo que para usted y para mí es un fracaso, muchos pensaran que no. Para ellos tenemos una iglesia "diferente", que será una iglesia sin monasterios, sin sacramentos, incluso sin sacerdotes.
Una Iglesia que se funda con el mundo, que se disuelva en el mundo ¿No se trataba el CVII de "dialogar" con el mundo? ¿Dialogar para qué?
Una vez que la Iglesia este ya disuelta en la modernidad, posiblemente la jerarquía sesentera dirá "misión cumplida". Y seguirán en su nuevo viejo mundo, sin sexto mandamiento.
Dicho todo lo cual... evidentemente hay una reacción. Que se quiere sofocar. Pero la reaccion es muy fuerte y les da miedo. Eso explica documentos tan duros como Traditiones Custodes. Que dan risa.
Hombres rezando el Rosario en la calle era algo inimaginable hace un par de años.
El caso es que la Iglesia de Cristo es una, santa, católica y apostólica. Lo que hacemos en ella unos y otros es achacadle a quienes lo hacen o dicen, a pesar de nosotros pecadores la Iglesia es santa y eficaz.
Puede ser que pequemos de quejosos, si nos miramos a nosotros mismos hay mucha falta de conversión y santidad, pero si meditamos en lo que hace y enseña Jesucristo, tenemos que alabar y dar gracias a Dios, nos ha dado esta posibilidad perfecta para cambiarnos de mal a bien, de seres terrestres a hijos Dios camino del cielo.
La Iglesia es de Cristo con quienes creen en él y le son fieles. Los traidores no son Iglesia si no se arrepienten, los parásitos de la Iglesia no son Iglesia, son gente que está equivocada o escoge el mal… Sabemos que Dios nos dejara crecer juntos, todos tenemos la oportunidad de recibir gracia para arrepentimiento y santificación.
En estas estamos, la iglesia está en este mundo creyendo, esperando y recibiendo el amor de Dios, su tiempo no es nuestro tiempo, ni su medida es nuestra medida, cumplirá su plan.
No, Señor Piqué, no hay ninguna herejía en el concilio Vaticano II. Eso es una mentira y una calumnia y además lo herético es rechazar un concilio ecuménico convocado y confirmado por varios papas.
De verdad que no comprendo la deriva que están teniendo algunos de ustedes, que no hará más que contribuir a empeorar las cosas, tal como expliqué en mi comentario anterior. No hay peor enemigo de la tradición y los auténticos tradicionalistas que esos falsos tradicionalistas que rechazan el concilio y a todos los últimos papas, santos incluídos.
Habla usted de la encíclica "humanae vitae" ¿acaso esa encíclica es culpable de que no la hayan hecho el menor caso, o más bien es que la gente seguía ya por ese camino poco católico y no les ha dado la gana de escuchar ni a ese papa ni a esa encíclica? Y la campaña de desprestigio orquestada desde el otro extremo contra ese papa, poniéndole de necio y cosas por el estilo, no creo que vaya a mejorar las cosas sino todo lo contrario. Los extremos se unen para destruir a la Iglesia, el demonio sabe enredar las cosas. El rechazo del concilio y de varios papas no es el camino de salida de la crisis, precisamente.
Y PEP, lo que pretendía la Iglesia era el mismo "diálogo" de San Pablo con los gentiles: explicar las cosas de un modo comprensible en lenguaje actual, sin cambiar el contenido de la fe, y enfrentarse a nuevas situaciones actuales que requerían soluciones adecuadas. Pero la doctrina de la Iglesia sigue siendo exactamente la misma.
Dirá usted que visto como está el mundo no han tenido mucho éxito, y no lo han tenido, según parece; pero lo cierto es que no conozco a una sola persona que se haya ido de la Iglesia por ese supuesto "diálogo" que usted señala, y sí conozco a muchas, incluida yo, que si somos católicos es porque tenemos claro que el catolicismo no está reñido ni con la ciencia ni con la razón, ni con el sentido común. Nada que ver con ningún tipo de sincretismo ni relativismo, sino un acercamiento para la evangelización.
Despedida cordial
Paz y Bien.
La infalibilidad de la Iglesia se predica de su magisterio solemne y del magisterio ordinario universal. Así se expresa por el Concilio Vaticano I.
Es claro que el Concilio Vaticano II no quiso hacer uso de la autoridad del irreformable magisterio solemne: no definió verdades ni anatemizó errores con esa autoridad.
Tampoco pertenecen sus enseñanzas al magisterio ordinario universal, que consiste en las enseñanzas de los papas y de los obispos dispersos por el mundo a lo largo de los siglos: lo que se ha enseñado siempre y en todo lugar (Commonitorium de San Vicente de Lerins, siglo V).
Pablo VI habló en una ocasión, para referirse a las enseñanzas del Vaticano II, de un novedoso "magisterio ordinario" no universal (audiencia del 12 de enero de 1966). Pero con mucha más frecuencia se ha hablado de un también novedoso magisterio meramente pastoral, desde el discurso Gaudet Mater Ecclesia de apertura del concilio el 11 de octubre de 1962 por Juan XXIII.
Que las enseñanzas del Vaticano II no sean infalibles no basta para concluir que no tengan ninguna autoridad, ya que hay grados de autoridad magisterial inferiores a la del magisterio infalible, ni basta tampoco para concluir que sean en algunos puntos materialmente heréticas.
Pero basta para que los católicos podamos debatir sobre si contienen ambigüedades, expresiones temerarias y hasta errores que favorecen la herejía.
"Se ha preguntado cuál deba ser la calificación teológica de la doctrina expuesta en el esquema de Ecclesia [constitución dogmática Lumen gentium] y que se somete a votación.
.... En esta ocasión, la Comisión doctrinal remite a su Declaración del 6 de marzo de 1964, cuyo texto transcribimos aquí:
"Teniendo en cuenta la costumbre conciliar y el FIN PASTORAL del presente Concilio [Vaticano II], este santo Sínodo define que deben mantenerse por la Iglesia como materias de fe o de moral solamente aquellas que como tales declarare abiertamente."
Y nada hay en los documentos del Vaticano II que así se declare abiertamente, con esa autoridad solemne del irreformable magisterio infalible.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
No se niega que sea un concilio ecuménico legítimamente convocado y celebrado. Pero un concilio que, a diferencia de los veinte anteriores, no quiso hacer uso de la autoridad del irreformable magisterio infalible, sino que inauguró un nuevo género de magisterio meramente pastoral.
Le agradecería que tuviera la amabilidad de ser más explícito y explique el contenido y autoridad de esa noción. Gracias de antemano.
Lo cual no quita para que avise a otras personas q veo q se están dejando comer el coco por alguien q pone sus propios criterios por encima de los del magisterio y practica el libre examen de la tradición. Es un camino peligroso.
Echo de menos a Pablo, q fue el primero en señalar el peligro filocismaticosedevacantista. Espero q se encuentre bien, pues lleva un tiempo desaparecido.
Yo creo que con lo q dice Néstor en su comentario sobre el concilio basta para no coger por caminos de desorientación y ser prudentes.
Paz y bien
Los católicos estamos obligados a creer lo que dice el Vaticano II. Y, créame cuando le digo que sinceramente creo que el CVII fue demasiado positivo y ambiguo en algunas de las partes. Eso se lo acepto. Al igual que digo que, muchos de los problemas que ocurren en el presente Pontíficado, tienen como base el inacabado Concilio Vaticano I.
Lo que pasa es que dice algunas cosas que no son verdad:
1. El Concilio era meramente pastoral por eso es una anomalía. Eso es falso: existen concilios en la edad media también de esta naturaleza.
2. ElConcilio contiene errores. Eso no es verdad. Con respecto a la libertad de conciencia, ya santo Tomas de Aquino hablaba de que la fe debe ser libremente aceptada. Otras partes más pastorales como el ecumenismo o el diálogo interreligioso pues ya son más debatibles, pero el concilio como tal no tiene ningún error.
3. En cuanto a las syllabus que tanto nos gustan, las cuales también se tuvieron que aclarar al principio al no ser muy claras, dicen lo siguiente como error: XXIII. "Los Romanos Pontífices y los Concilios ecuménicos se salieron de los límites de su potestad, usurparon los derechos de los Príncipes, y aun erraron también en definir las cosas tocantes a la fe y a las costumbres." Le condenan al decir que un concilio ecuménico, legítimamente convocado, puede estar errado.
Y, fíjese, yo estoy de acuerdo con que el diálogo interreligioso o el ecumenismo no valen para na. O que lo que decidió el consilium y la nueva liturgia es un bodrio comparado con lo que pone en el concilio y lo que había. Pero también es verdad que, por ese lenguaje positivo, ambiguo de los años 60, mucha gente se alejó de la verdad católica con esa excusa. Si quieres irte a donde comienza la crisis, empieza en el modernismo y los movimientos liberales infiltrados en la Iglesia. Simplemente aprovecharon que el concilio no condenaba claramente y su lenguaje positivo para camuflarse entre las ovejas para luego después acabar con ellas "porque lo decía el concilio"
Que no, que los modernistas no se creen que esas recetas funcionen para la promoción del Evangelio y la salvación de las almas. Las siguen promocionando porque la modernidad es muy cómoda, les permite una vida mundana y comodona. Es más, lo primero que hizo el CVII fue suprimir del diario de los Obispos numerosas oraciones y penitencias porque, decían los pobrecitos, que no les dejaba tiempo para la acción pastoral, qué graciosos los jodíos. Aquello fue toda una declaración de intenciones conciliar, un pelotazo sinodal; el éxito del modernismo se cimenta en los pecados capitales y en el siempre insatisfecho deseo de vivir como curas, pero además sin parecerlo siquiera.
Al protestantizar la liturgia no se contó con que los herejes costean directamente a su pastor y el local donde se reúnen, allí no hay cepillo para los centimillos, se suelta la pasta o por aquí no vengas. Pero como hay competencia entre pastores tienen que lanzarse al espectáculo e invierten en compositores, músicos y puesta en escena a fin de atraer más adeptos que aflojen el bolsillo. La Iglesia funciona de otra manera a nivel de sostenimiento parroquial, por lo que no hay dinero para músicos, compositores o puestas en escena, lo que deriva en una caricatura de las reuniones protestantes. En la Parroquia cualquiera se atreve con la guitarra y si el músico o la monja son buenos músicos, tranquilos, que se le añadirán cuatro sordos/as con la pandereta para destrozar cualquier atisbo de belleza musical. De lo del no podemos caminar y demás horteradas ni hablamos, eso junto a la mayoría de los sermones forma parte del paquete penitencial comunitario impuesto a los que todavía asistimos a la Santa Misa.
Como tienes criterio de lo que va mal cuando vas a misa, lo adecuado sería que hablaras con el párroco para aportar tus ideas de cómo mejorarlo, incluso ofrecerte para colaborar, porque los fieles no somos espectadores sino parte interesada de que todo nos vaya bien. Todos tenemos que aportar y participar con todo lo que tenemos para el reinado de Dios
La novedad de la declaración conciliar Dignitatis humanae, contraria a todo el magisterio precedente, es la inmunidad de coacción frente a cualquier potestad humana para profesar públicamente religiones falsas. Esa es la libertad religiosa igual a la libertad de culto condenada por siglo y medio de magisterio antiliberal.
Como siempre la Iglesia, Santo Tomás de Aquino reconoce la libertad del acto de fe. Pero no por ello deja Santo Tomás de Aquino de considerar la herejía como un delito gravísimo en el orden social, más grave, dice, que la falsificación de moneda, y merecedor por lo tanto de ser castigado por la potestad temporal.
No es una pregunta retórica ni capciosa. Estoy sinceramente interesado en el dato.
Por lo tanto, la proposición condenada del Syllabus que usted invoca es ajena al debate sobre los errores imputados al Vaticano II.
Si hay ambigüedades o expresiones temerarias o incluso erróneas en el Vaticano II, no fueron definidas como tocantes a la fe y las costumbres. Sino que son precisamente materia de un novedoso magisterio meramente pastoral.
El verdadero problema que generó el Concilio II es su pastoralidad, en la práctica cómo aplicamos en los hechos, sin alterar lo moralmente no negociable, textos que por su forma de estar escritos dan lugar a interpretaciones diversas pastorales que generan casuística.
La diferencia entre lo que dice el Concilio (letra) y lo que dicen que dijo (espíritu) es enorme y además cada uno se queda con la parte que quiere.
Hay algo definido, un límite, la Infalibilidad es limitada, con la falibilidad que Dios nos ayude.
Gracias a Dios que en el Concilio VAT I que es muy importante por ser dogmático el Papa promulgó dos documentos extraordinarios: Constitución dogmática Dei Filius (24 de abril de 1870)
Constitución dogmática Pastor Aeternus (18 de julio de 1870). En esta último se dice claramente que El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables."
Como muestra un botón textual del concilio:
"...Confiesa asimismo el santo Concilio que estos deberes afectan y ligan la conciencia de los hombres, y que la verdad no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y fuertemente en las almas. Ahora bien, puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo."
Paz y Bien.
Pero como él sigue mintiendo, habrá que decir la verdad.
Totalmente de acuerdo en que "la diferencia entre lo que dice el Concilio (letra) y lo que dicen que dijo (espíritu) es enorme". Esto es verdad en ambos extremos ideológicos. En el caso de Urbel no es que haya una diferencia enorme entre lo que dice él y lo que dice el concilio, es que no hay el menor parecido, el concilio dice todo lo contrario de lo que él le quiere imputar. Ya está bien.
A los textos del concilio me remito.
“Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de personas particulares como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera, que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, solo o asociado con otros, dentro de los límites debidos”.
La libertad religiosa consiste en que todos los hombres -todos, los que cumplen la obligación de buscar la verdad y los que no la cumplen- han de estar inmunes de coacción por parte de cualquier potestad humana en materia religiosa.
Y esto de tal manera que, en materia religiosa, no se impida a nadie -ni a quienes cumplen la obligación de buscar la verdad ni a quienes no la cumplan- actuar conforme a su conciencia -sea recta o errónea- en privado y en público, sólo o asociados con otros, dentro de los límites debidos.
Es palmario que ese derecho a la libertad religiosa ampara a quienes -hayan cumplido o incumplido la obligación de buscar la verdad- deseen actuar conforme a su conciencia errónea y manifestar en público y propagar las religiones falsas.
Aunque yo había tomado nota de que no tenía usted la menor intención de discutir una y otra vez lo mismo.
Cierto que moralmente la conciencia invenciblemente errónea obliga a quien cae en ella, como enseña Santo Tomás: quien por error invencible cree en conciencia que debe profesar un error religioso o cometer un acto objetivamente malo, está moralmente obligado a hacerlo.
Pero esa conciencia invenciblemente errónea no le confiere ni frente a la Iglesia ni frente al Estado ningún derecho natural, en detrimento del bien común.
Se entiende mejor con un ejemplo extremo, aunque concedo que sea muy extremo: quien por error invencible cree en conciencia que debe cometer un crimen, estará moralmente obligado a cometerlo, pero es claro y evidente que ni la Iglesia ni el Estado deberán respetarlo, al contrario, en sus respectivos ámbitos deberán impedirlo o castigarlo.
La conciencia recta obliga "simpliciter" o de modo absoluto, mientras que la conciencia invenciblemente errónea sólo obliga "secundum quid" o de modo relativo.
Se trata de una frase añadida a la declaración conciliar por la propia mano de Pablo VI y en la recta final de la deliberación. Algunos obispos que hasta ese momento habían votado non placet, como bastantes españoles, dijeron entonces: “¿Cómo no votar ahora placet? El número 1 nos recuerda que queda a salvo la doctrina tradicional sobre los deberes del Estado hacia la Iglesia”. Lo cual amparaba al Estado católico por entonces vigente en la España de Franco.
Pero esa breve frase es un miembro ajeno, no sólo al espíritu y contexto de Dignitatis humanae, sino también al espíritu y contexto del conjunto de los documentos del Vaticano II.
Lo cual se confirma plenamente por el hecho incontrovertible de que en la constitución pastoral Gaudium et spes, aprobada también el 7 de diciembre de 1965, lejos de encontrarse nada semejante a ese reconocimiento del deber moral de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo, se encuentra precisamente una doctrina muy diferente, la de la “autonomía” de lo temporal.
Autonomía únicamente limitada por el orden moral natural, como para “cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión”, pero no por el reinado social de Jesucristo como se describe y exalta en la encíclica Quas primas (1925) de Pío XI al instituir la fiesta de Cristo Rey:
“La celebración anual de esta fiesta recordará también a los Estados que el deber del culto público y de la obediencia a Cristo no se limita a los particulares, sino que se extiende también a las autoridades públicas y a los gobernantes. […] Porque la realeza de Cristo exige que todo el Estado se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios cristianos en la labor legislativa, en la administración de la justicia y, finalmente, en la formación de las almas juveniles en la sana doctrina y en la rectitud de costumbres.”
Además, más allá del análisis puramente textual de los documentos conciliares, es palmario hasta qué punto la doctrina del reinado social de Jesucristo (que es la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo) se ha debilitado, oscurecido y finalmente olvidado, cuando no incluso negado, en la predicación posconciliar de papas y obispos.
Hasta tal extremo que, hoy por hoy, la necesidad de la separación entre la Iglesia y el Estado, siempre y en todo lugar, y nunca su alianza, se tiene como doctrina católica, desde los papas y obispos, pasando por el clero y entre los fieles. ¡Que viva el Estado laico y la libertad religiosa!
¿Deber moral de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo? No, al contrario: obligación de las sociedades de tratar a todas las religiones e iglesias por igual, permitiendo que todas actúen con igual libertad.
De tales invenciones surgieron documentos muy valiosos, necesarios y correctivos como Redemptionis Sacramentum.
El único Espíritu que existe en la Iglesia es el Espíritu Santo y es a quien decimos VEN. No hay cabida de otro espíritu ni en el Concilio ni en ninguna otra parte.
Se advierte con luminosidad que la actuación del verdadero Espíritu nunca puede conducir a dividir, si hay división es producto de otro "espíritu".
Pidamos al Espíritu que se haga presente en la unidad y que evite que sigamos al tentador que genera las peleas, no entremos en eso y dejemos al Concilio en paz.
No ha pillado usted lo de la asfixia. Es una cuestión local e histórica. Por eso la gracieta de Bobalan.
Y desde luego que lo que crea división no viene del Espíritu.
Pidamos pues por esa unidad.
Paz y Bien.
"...Por su parte, todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla.
Confiesa asimismo el santo Concilio que estos deberes afectan y ligan la conciencia de los hombres, y que la verdad no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y fuertemente en las almas. Ahora bien, puesto que la libertad religiosa que exigen los hombres para el cumplimiento de su obligación de rendir culto a Dios, se refiere a la inmunidad de coacción en la sociedad civil, deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera religión y la única Iglesia de Cristo. Se propone, además, el sagrado Concilio, al tratar de esta verdad religiosa, desarrollar la doctrina de los últimos Pontífices sobre los derechos inviolables de la persona humana y sobre el ordenamiento jurídico de la sociedad."
Por su parte, los fieles, en la formación de su conciencia, deben prestar diligente atención a la doctrina sagrada y cierta de la Iglesia . Pues por voluntad de Cristo la Iglesia católica es la maestra de la verdad, y su misión consiste en anunciar y enseñar auténticamente la verdad, que es Cristo, y al mismo tiempo declarar y confirmar con su autoridad los principios de orden moral que fluyen de la misma naturaleza humana. Procuren además los fieles cristianos, comportándose con sabiduría con los que no creen, difundir "en el Espíritu Santo, en caridad no fingida, en palabras de verdad" (2 Cor., 6, 6-7) la luz de la vida, con toda confianza y fortaleza apostólica, incluso hasta el derramamiento de sangre."
"Reprobó ciertamente la incredulidad de los que le oían, pero dejando a Dios el castigo para el día del juicio . Al enviar a los Apóstoles al mundo les dijo: "El que creyere y fuere bautizado se salvará; mas el que no creyere se condenará" (Mc., 16, 16). Pero El, sabiendo que se había sembrado cizaña juntamente con el trigo, mandó que los dejaran crecer a ambos hasta el tiempo de la siega, que se efectuará al fin del mundo .
Ese capítulo tiene la enorme ventaja de ser corto, breve, un acto de sabiduría ("Si tuviera más tiempo, hubiera escrito una carta más corta", dice la leyenda).
Pero espléndido, como diciendo "veamos, de qué estamos hablando aquí".
Si reconocemos a la luz que ilumina a la gente y la necesidad de la Iglesia para la salvación (LG N° 14) hemos comenzado a entender...
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