Café y rosquillas con la señora Rafaela
Yo me estaba resistiendo, pero es ella la que me dice que por qué no lo cuento, que tiene ganas de soltarlo y que o lo digo yo o lo empieza a cacarear ella por el pueblo, pero que mejor yo.
Sea. No seré yo quien lleve la contraria a tamaña mujer.
Lo que tenemos que contar es que estamos a punto, estamos, los dos, de publicar un libro con nuestras conversaciones y que llevará por título lo que tienen ustedes abrendo este post, y es que, en realidad, de eso se ha tratado. Quedamos, café, rosquillas, a veces se añade Joaquina, aparece don Jesús y vamos charlando de lo divino, lo humano y lo eclesial. Hasta que un buen día le propuse sacar un libro con nuestras cosas.
El asunto fue más o menos así:
- Mira, cura, vamos a ser claritos los dos.
- Claritos como el agua clara, que ya nos conocemos.
- Si quieres contar algunas de esas cosas que hablamos o que yo te sugiero, me parecerá bien. Pero…
- ¿Pero?
- Sí. Pero. A nadie le importa quién soy, cómo me llamo o dónde vivo. Soy la señora Rafaela, tú sabes todo de mí, pero no quiero ni visitas, ni risitas. Tampoco medallas ni palmaditas en la espalda. Yo digo lo que pienso y no voy a dar cuenta de ello más que a dos personas: a ti, porque te aprecio, y a Dios Padre cuando me llame a juicio.
- El problema, Rafaela, es que la gente me pregunta…
- El problema cura, es que preguntar es una cosa, y lo que tú respondas otra.
- El caso es que quería publicar un libro recogiendo nuestras charlas.
- Pues lo haces. Pero ojito con largar de mí lo que no debas. Te juegas las rosquillas y algún pescozón.
- Amén.
En estas estamos. El libro, tras las correcciones, está en fase de maquetación y ultimando la portada. Sí puedo avanzar que, además de nuestras charlas, algunos amigos han aportado su semblanza de Rafaela, aunque ella eso no lo sabe. Esperamos que en unas semanas lo tengan a su disposición. Pero es que ella no se aguanta y yo, seamos, claros, casi que tampoco. Así que ya lo saben. En pocas semanas, libro nuevo. Y sea lo que Dios quiera.
39 comentarios
"Mire que es usted antigua, ¿Cómo viene todavía a misa con mantilla?"
Todavía tengo la imagen vívida en mi memoria como si fuera hoy. Mi abuelo se paró pensando en lo que se le venía encima a aquél pobre pardillo. Mi abuela se volvió le tomó la mano y se la besó y sin subir el tono, ni hacer alaraca, pero con una firmeza que pocas veces he visto, le dijo:
"Mire usted, hace tres años, si entrabas en una iglesia sin velo, te hacías digna del fuego del infierno. ¿Ha tenido usted esta noche alguna especial revelación de San Pablo diciéndole que las mujeres en la iglesia hemos de estar con la cabeza descubierta? ¿No? pues entonces si se quiere condenar, condénese usted, yo seguiré viniendo a la iglesia con mantilla, mientras Dios me mantenga en esta tierra."
Cuanta falta hacen en nuestros día, cuanta falta.
Ave María...
En la Iglesia, Pueblo de Dios, Pueblo como Rafaela, en estos tiempos se le ha dado vuelta a la parábola. El pastor no va a buscar a la oveja perdida, sino que el rebaño, con Rafaela a la cabeza, va a buscar al pastor que perdió el rumbo.
Rezo su Ave María
¡Felicidades a ambos!
Si la justicia humana se pareciese un poco mas a la divina, sería el primero de muchos libros que conducirían, sin duda alguna, al premio Nobel de literatura. Pero si Barak Obama obtuvo el premio por la paz.... dudo que siquiera se parezcan.
A ver si en el apéndice del libro, D. Jorge tiene la caridad de ponernos la receta.
Ave María.
Ave María....
La verdad es que ansío leer las intimidades (secretos) que se cuentan doña Rafaela y usted. Tengo que reconocer que soy un simpatizante de su grandisima feligresa y ese libro me da la oportunidad de conocer más su pensamiento. Además le doy las gracias a usted por darme esa posibilidad por medio de su libro.
Le rezo su Ave María. El Señor le bendiga
Y un Ave María por usted y otro por la señora Rafaela, desde Guatemala.
Consultado Monseñor Casalotodo menciona que escuchó, en "radio pasillo", que ha aumentado considerablemente el tráfico de comunicaciones encriptadas entre distintos organismos, algunos pidiendo lupas de gran escala, otros microscopios anti virus catequéticos, otros preguntando (en clave Traducciones Custodios) si alguien ha conservado un ejemplar del Index librorum prohibitorum y por qué motivo Pablo VI lo eliminó sin avisar y cómo remediar tal situación.
Sostiene que no está claro si es por alguna publicación especial o por las palabrotas tuiteras surgidas a partir de la división ocasionada en cierta Congregación limada por asignación de algunas competencias a otros.
-no se me puede negar-
que se inscriba en mi ejemplar
el preciado galardón
de una dedicación
de la señá Rafaela,
coautora, ilustre abuela.
convecina y feligresa
que al estilo de Teresa,
reparte gracia y candela.
Estamos de enhorabuena; Ud por esa publicación, la Señora (Señá, me suena más próximo y popular) Rafaela, por ver que al menos Ud., no echa en saco roto sus decires y sentires, y los que le seguimos hace ya algún tiempo, porque disfrutaremos con ese nuevo libro, como hemos disfrutado con alguno anterior. Con todos mis respetos, ese "Sínodo particular" de mesa camilla, dice en ocasiones, mucho más y con conceptos más de "pie de obra", que el oficial y sus sesudos participantes.
Que Dios le siga iluminando y la Stsma. Virgen le acompañe siempre.
Los fartones son como una especie de bizcochos que toman con la horchata
Ave María.
En efecto: Ella pudo conseguir(bajo el nombre de Rudolf Straustenbirgenen, que acojona mucho) audiencia con Osoro; mientras él tocaba la lira en un triclinio con toga y sandalias romanas mientras contemplaba cómo ardía la Iglesia de España.
A la pregunta de qué medidas iba a tomar para enfrentarse a los enemigos de la Iglesia, Osoro respondió con un tierno "Miau".
Así mismo, Campesina nos trasladó la valiosa información de que la base teológica de Religión Digital surge de las fotonovelas de los 70, y de las primeras películas del destape.
Este libro puede marcar un antes y un después.
Ava Maria.
Lo que hay que agregar es que ese agente/a conoce quienes son en la actual situación "lírica" que relata, Ofonio Tijelino pero también Cayo Sulpicio Galba...
Pienso que es la receta de las rosquillas de siempre:
Rosquillas de la abuela
Para 30 unidades
Harina de trigo 230 g
Azúcar 45 g
Levadura 5 g
Leche 30 g
Anís dulce (licor)15 ml
Huevos 30 g
Mantequilla a temperatura ambiente45 g
Aceite de girasol en abundancia, para freír
Azúcar para rebozar
En un cuenco o sobre una superficie de trabajo limpia,
Mezclamos la harina con el azúcar y la levadura, hacemos un hueco en el centro, a modo de volcán. En el hueco ponemos la leche, el anís dulce, el huevo (previamente batido) y la mantequilla.
Trabajamos los ingredientes líquidos a mano haciendo movimientos circulares y procurando integrar la harina poco a poco. Podemos ir integrando harina a los ingredientes líquidos con la otra mano, poco a poco, para que la masa vaya tomando cuerpo lentamente. Cuando todos los ingredientes estén integrados, amasamos durante un par de minutos para homogeneizar bien.
La cantidad de harina es orientativa y puede que, según la temperatura, la humedad del ambiente o la marca con la que trabajéis, la masa requiera de un poco más porque nos quede en exceso pegajosa. Si este es el caso, añadimos un poco de harina y amasamos bien para comprobar su punto antes de añadir más.
El punto de la masa ha de ser pegajoso, pero manejable. Una vez alcanzado, se envuelve o se tapa con film transparente y dejamos reposar en la nevera durante 30 minutos. Con el reposo, la masa tomará cuerpo y perderá "pegajosidad" así que es importante no pasarse con la harina.
Transcurrido el tiempo de reposo, tomamos porciones de la masa, en forma de bolita con agujero en medio dando forma de rosca, o estiramos la masa en forma de cordón y unimos los extremos presionando para que no se abran al freír. Calentamos abundante aceite en un cacito o sartén y, a fuego medio, freímos las rosquillas. Volteamos cuando la parte inferior esté dorada. Retiramos y dejamos escurrir sobre papel absorbente. Rebozamos en azúcar y servimos.
Que lo paséis bien
Es altamente recomendable mejor que espolvorear las rosquillas con azúcar, preparar un almíbar, y rebozar las rosquillas en él, incluso aderezado con unas gotas de anis, de verdad que están exquisitas...
Otro detalle importante.. .la masa debe quedar blandita y antes de freír cada rosquilla, la masa debe reposar de 10 a 15 minutos...
Bon apetit!!
Gracias a Martinna y a María M. por la receta de las rosquillas.
Dejar un comentario