Socio agradecido y emocionado
Es que no es para menos…
Esto me escribe ayer un compañero desde Cuba:
Querido P Jorge … me llamo … soy sacerdote diocesano cubano, de la diócesis de … Hace ya tiempo que sigo sus escritos y los comparto en mis grupos de la parroquia. Quiero agradecerle por su claridad meridiana y finísima y edificante ironía, jjjjjj. La Rafaela es tremendo personaje. Ojalá hubiera una o dos en cada parroquia. En Cuba las había, lamentablemente se están extinguiendo. Le cuento también que tengo un cachorro de 7 meses bautizado como Socio, en honor del suyo. Aquí le mando una foto. Es un Spaniel Tibetano, y también me ladra en Navidad…
Yo ya sabía que Rafaela está creando escuela. Es más, me dicen que en algunos lugares se escucha cada vez más el grito de “yo también soy Rafaela". Pues que tengan cuidado porque si una Rafaela tiene su peligro, unas cuantas en jarras, rosario en mano, son invencibles. No hay quien pueda con ellas por más que vista de seglar, de negro, púrpura, rojo o incluso, con todo el respeto, de blanco.
Por cierto, adelanto aquí que la señora Rafaela lleva tiempo en conversaciones con un servidor que están tomando forma de libro que esperamos pueda aparecer en pocas semanas.
Dicho esto, no es que Rafaela esté creando opinión en muchos lugares. Es que, ahora, Socio también parece que comienza a tejer una red internacional de “Socios” expertos, hay que entrenar, eso sí, en bocado en la canilla ante cualquier proposición herética o inconveniente. Morder, solo morder, que ya saben que no pueden comer porquerías.
Al grito de “yo también soy Rafaela” se añade el de “tengo un Socio". Qué cosas. Invencibles.
16 comentarios
La Iglesia en Cuba también es perseguida por los comunistas. Es Iglesia perseguida y con mártires entre nuestras filas. Por ello y por el mensaje de Esperanza y Alegría que transmite el padre desde Cuba:
¡Qué el Señor les siga bendiciendo a ambos!
¡Ave María, padre!
- Pero, bueno, si tú eres EmiliO!
- ¿Y qué pasa, tienes algo contra los transgenders?.¡Ah, bueno!.
Y también tengo, bueno tenía, una Socia, Rubia, a la que tuve que cambiar de nombre, pues sucedió que una vez estaba lejos, y la grité: ¡Rubia!, y una mujer -rubia- que por allí andaba se volvió y me imprecó que por qué no la llamaba de otra manera. A lo que yo repuse:
- ¿Y qué tiene usted de...? Y menos mal que me paré a tiempo, pues si decía "rubia" mal, y si decía "perra" peor.
Hoy ya sólo la tengo de salvapantallas en el ordenador, pues se envenenó al querer comerse la comida de sus competidores los gatos del barrio. La echo mucho de menos, y siempre que, como ahora, cierro la sesión la saludo diciéndole, como entonces: ¡hala, vamos de paseo!. Sólo que ahora no me mueve el rabo ni nada.
(Espero haber sacado alguna sonrisa desprevenida...)
Por lo demás, me alegro de que Socio tenga un tocayo allende los mares y le sugiero de nuevo que lo incluya en las historias de la señora Rafaela, por ejemplo, cómo se pone de zalamero para que esta acabe dándole una rosquilla sin que Ud. se dé cuenta.
Le rezo su Avemaría y encomiendo a los Socios a san Francisco de Asís y a san Roque, que también tenía un perro cuyo nombre (que yo sepa) no ha pasado a la historia.
Pues nada, ya son tres los influencers de su parroquia: usted, Rafaela y Socio.
Ave María
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Tengo la convicción íntima que es conocida en el primer círculo del Vaticano.... y es temida, como la Verdad.
Tuve mi primer perro a los 7 años, le encontré recién nacido agonizando en un lodazal, lo lave y lo metí dentro de mi camisa para darle calor. Le escondí entre los animales y durante una temporada mi madre estuvo muy contenta por lo bien que yo desayunaba. Cuando mi padre encontró el cachorro se llevaron una desilusión, no es que me hubieran entrado las ganas de comer, es que mi desayuno se lo comía el perrito. Mi padre se enfadó mucho conmigo por fuera, pero por dentro le debió de gustar mi acción, permitió que me quedase con el perrito y se le asigno su parte de leche y pan, tenía su merito pues no sobraba. Después tuve otro perro, no eran mascotas, pues aquellos perros no habrían consentido tal degradación, estaban muy orgullosos de ser perros y de perros ejercían, se ganaban el sustento. Llevaban y sobrellevaban una vida de perros, sin quejarse, pues los humanos también sufrían muchas carencias.
Ahora los perros, perdón las mascotas; también dan a los humanos lo que estos necesitan y es algo muy importante: COMPAÑIA.
Ya no se les pide pastoreo, ni que cuiden el ato cuando el surco es largo y el amo y la yunta están al otro lado, ahora lo que se les pide es compañía, docilidad y no hacer sus necesidades en cualquier sitio. Otras se las tienen que aguantar, como tener cachorritos.
¡¡Cuanto debemos y seguimos debiendo los humanos a los perros!!
¿Pero es que los humanos no encontramos compañía en otros humanos? ¿Nos comunicamos mejor con nuestras mascotas (antiguos perros) que con nuestros semejantes? ¿Son mas obedientes o manejables las mascotas que...? ¿Las mascotas ya no llevan una vida de perros? ¿Hay humanos que llevan una vida de perros?
Era yo muy niño cuando entre mi perro y yo llevamos un día un conejo a casa con el que cenamos. Los humanos nos comimos su carne y mi perro disfrutó de los huesos que le encantaron; se los había ganado.
Pronto tuve que dejar mi pueblo. En la ciudad nuca he tenido mascota. Me costaría mucho que no pudiera tener la libertad que tenían mis perros. No creo que sea rentable cambiar la libertad por la comodidad. No se si será agradable para un perro, convertirse en mascota.
¡¡¡ Cuanto tenemos que agradecer los humanos a los perros y también a las mascotas!!!.
Las Rafaelas saben distinguir a un San Cristóbal de un San Roque y a un San Antonio de un San Francisco. Un santo con un perro a los pies puede no ser San Roque, tal vez sea Santo Domingo de Guzmán, pero no hay pérdida porque Santo Domingo lleva hábito de dominico mientras que San Roque no pertenecía a ninguna orden, era un peregrino.
Todavía recuerdo que estando en un edificio oficial en León, no sé si era el ayuntamiento u otro, estaban las vidrieras que representaban a los escudos de los principales municipios de la provincia y le pregunté a la guía:
-¿San Martín de Tours es el patrón de Sahagún?
-No tengo ni idea, voy a preguntar.
Vuelve y me dice:
-Pues sí, ¿cómo lo ha adivinado?
-No lo he adivinado está en el escudo.
La hagiografía es algo que se les da muy bien a las Rafaelas, pero hoy en día no es cosa muy valorada por lo que suelen poner unas guías en los monumentos históricos que las pueden escandalizar.
"¡Ay, Jesús! y dice que es Santa Inés ¿y dónde está el corderito?"
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Jaja. Desde luego. No hay división Panzer que pueda con ellas. ¡Qué Dios las bendiga y nos perdone a todos!
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