Garantizar la eucaristía
Han sido, me dicen, nada menos que cincuenta y dos semanas dedicadas a desgranar el compendio del catecismo de la Iglesia católica. Bastante gente, y muchas descargas posteriores de los videos, que en ocasiones han sobrepasado abundantemente las mil cien. Este pasado jueves hemos terminado la tarea y, de momento, unas semanas de vacaciones. Las charlas, por cierto, están colgadas en la web de la parroquia virtual de san José de la Sierra.
El último día lo hemos dedicado a las siete peticiones del padrenuestro. Hoy, en vísperas del Corpus, quiero destacar una de ellas: «Danos hoy nuestro pan de cada día», y, de manera muy especial, su sentido cristiano: “Puesto que «no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios» (Mt 4, 4), la petición sobre el pan cotidiano se refiere igualmente al hambre de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo, recibido en la Eucaristía, así como al hambre del Espíritu Santo. Lo pedimos, con una confianza absoluta, para hoy, el hoy de Dios: y esto se nos concede, sobre todo, en la Eucaristía, que anticipa el banquete del Reino venidero”.
Cuántas comunidades cristianas no tienen apenas acceso a la eucaristía. No me refiero solo a lugares de misión, sino también a lugares muy próximos, a pueblecitos de esta España nuestra, en los que, en el mejor de los casos, tienen misa cada domingo. Otros, apenas alguna vez al año o si surge un entierro o funeral. Las cosas son como son.
Dicho esto, a uno siempre le queda la duda de si los obispos y sacerdotes hacemos todos los esfuerzos necesarios para garantizar algo tan fundamental y tan nuestro como es la eucaristía en cada comunidad. Me hago muchas preguntas que ya sé no son de fácil respuesta.
Me pregunto si hemos sabido, en esta época de pandemia, y especialmente, en los momentos más duros, buscar las formas de garantizar la eucaristía a los fieles, y que si los grandes esfuerzos que todos hemos hecho para hacernos presentes con la misa y tantas cosas en las redes sociales pensamos que han sido lo que había que hacer.
Me pregunto si los sacerdotes no deberíamos dejar quizá tareas que podrían sacar adelante laicos para dedicarnos específicamente a los nuestro, a lo que nadie más que nosotros puede llevar al pueblo de Dios, especialmente la eucaristía.
Me pregunto si no estaremos demasiado contaminados del tan extendido espíritu productivo según el cual no merece la pena celebrar para uno o dos que van… o ninguno.
Me pregunto si los sacerdotes tenemos algo más urgente, importante y fundamental que celebrar la misa con cien fieles, mil, dos, uno o ninguno. Cada día. Y si hay que binar, se bina o se trina.
Me pregunto si todos, empezando por los sacerdotes, sabemos apreciar suficientemente el don de la misa, que es alabanza al Padre, que es renovación incruenta del calvario, que es fuente de gracia y vida en la Iglesia.
Nos resulta sencillo hablar del pan de cada día, la opción por los pobres, Cáritas, solidaridad, pandemia, inmigrantes, desfavorecidos, ecología. Me pregunto de qué nos sirve todo esto si la gente está sin misa, al punto que dejen de valorar la eucaristía como lo más grande que tenemos.
Cosas que se me ocurren en la víspera del Corpus.
44 comentarios
El sacerdote es de Dios, es para el Altar. Nadie puede hacer lo hace el sacerdote, hace bajar a Cristo para que sea nuestro alimento, nuestro pan de cada día. La Iglesia muere sin Eucaristía.
Se ha cometido un error muy grave, gravísimo, suprimiendo las misas, nunca debió hacerse.
He seguido todas sus charlas sobre el Catecismo, me han resultado de lo más ameno y he aprendido muchísimo.
En los momentos más difíciles de la pandemia se vió quienes tenían más confianza que miedo y facilitaron, en lo posible según la razón y la fe, que a los fieles no le faltara el templo abierto y el alimento espiritual posible. Muchas gracias a todos ellos.
Lo de hoy son las reuniones, la nueva sexualidad, la ser comprensivo con el pecador que no se arrepiente, al cabo que Jesús vino para todos y por eso el infierno está solo.
Se olvidan de lo que dice el Evangelio de San Juan, capítulo 15,19
"Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, él mundo los odia"
Y si algún párroco valiente intenta poner los puntos sobre las íes, pues un buen jalón de orejas para que se ponga a hablar de algo absolutamente intrascendente, de cualquier cosa, hasta del futbol afgano.
Cada uno sabrá cuantas misas y en qué horarios celebra. Y qué cosas priorizaba antes que ir a Misa diaria.
Todo el mundo tiene justificaciones para todo, pero ante Dios solo vale la verdad.
Sería de malvado, no de tonto, dudar lo más mínimo de su amor apasionado por Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, porque lo demuestra vd. con creces.
Permítame una humilde sugerencia fraterna "escriturística": escriba con mayúscula inicial "Eucaristía" y "Misa". Un santo sacerdote español del siglo pasado repetía algo sabido desde siempre: "Las almas grandes (¡y la de vd. lo es!) tienen muy en cuenta las cosas pequeñas".
Desde que fui ordenado sacerdote me propuse procurar no decir nunca "Misa" y "Eucaristía", sino "Santa Misa" y "Sagrada o Santísima Eucaristía".
Dios lo bendiga como sólo Él sabe y puede por la excelente siembra de fe y de amor que realiza vd. a través de su blog.
Pero veo algunos pequeños inconvenientes. Uno de ellos es si verdaderamente hay laicos formados que quieran tomar responsabilidades y liberar a los sacerdotes de esas tareas de las que ahora se ocupan los sacerdotes y además sin cobrar por ello. Y en muchas parroquias la realidad es que los laicos no quieren participar y hay hasta escasez de catequistas.
Segundo el peligro de celebrar muchas misas puede conllevar la devaluación de lo sagrado.
Buena inquietud, pater. Los diáconos fuimos fundados para eso precisamente. Pero no nos dan cancha.
Creo conocer lo que se cuece, al menos en mi diócesis, y es cierto que hay mucho cura agobiado que hace de todo, pastoral o no, y que da la impresión que la misa le roba tiempo para hacer más cosas y la celebra apresurado. Pero hay otra clase de cura cuyo celo pastoral es nulo. Es el cura eminentemente burocrático.
Totalmente de acuerdo con que las funciones y potestades propias del presbítero son las que deben ocupar su día, pues otros no podemos hacerlas. Deben ser su amor diario, pues son las que pueden hacer en exclusividad y son con las que santifican al Pueblo de Dios. Pero hay tareas que sí podemos hacer los demás. Se trata de las demás tareas "de batalla", administrativas, patrimoniales, curiales, de enseñanza de religión en colegios e institutos, caritativas, o incluso catequéticas, las cuales sí podemos hacer bajo la dirección-supervisión o no, pero nunca acaparamiento, de los párrocos. Necesitamos a los presbíteros como tales. Son insustituibles en sus tareas propias, pero totalmente prescindibles en las que podemos y debemos hacer los demás. Conozco a varios curas que no se sientan a confesar porque "tienen mucho que hacer en el despacho". De traca. Y gente sin poder recibir el sacramento.
En mi diócesis hay decenas de curas en puestos administrativos, directores de colegios o entes diocesanos, puestos curiales, de archiveros, de profesores de religión, de bibliotecarios, de delegaciones, etc, que no requieren para nada la potestad del orden presbiteral. Y luego están, por otro lado, los curas rurales, agobiados, porque no llegan de tantos pueblos que tienen. Uno no se ordena cura para ser administrativo. Se ordena para ser pastor a tiempo y destiempo.
Me troncho además cuando nos dan a los que no somos curas charlas sobre sinodalidad: que si la Iglesia somos todos, que entre todos hemos de remar, decidir, blablabla. Un despropósito. El problema no está en los diáconos o laicos, que deseamos colaborar. Está en estos puestos "no presbiterales" ocupados por presbíteros y en los obispos y párrocos que no delegan. Denles las charlas a ellos.
¿Faltan vocaciones a cura? Pues déjenme hacer cambios. Yo ahora mismo en mi diócesis (en todas es igual) les libero 20 curas para mandarlos a pueblos. Pero será difícil imagino, pues muchos no se dejarán. No es lo mismo echar tres horitas en el obispado por la mañana moviendo algunos papeles y ya (les prometo que los hay así), que ser cura de varios pueblos. Los primeros tienen la tarde libre y no cogen el coche, los segundos tienen que celebrar seis misas y hacer 120 kms cada finde.
-Cristo, sacerdote único del Altísimo, que encomendaste a los sacerdotes ofrecer tu sacramento,
haz que su vida sea fiel reflejo de lo que celebran sacramentalmente.
Amén, amén, amén.
Ya no recordamos aquellas semanas con ataúdes apilados en las pistas de hielo. Ni los meses en que nuestros hijos no consentian que salieramos, nos llevaban la compra a casa y nos la dejaban a la entrada, meses y meses sin podernos darnos un beso.
Si los curas hubieran doblado el numero de misas, pues otra cosa no se hacía, y hubieran recomendado tener más cuidado, podríamos haber ido más personas a misa y más confiados, a pesar del aforo.
Pero sta vez dejemos en paz a los obispos que las misas es misión de los curas.
Tuve que llevar a mi madre a una residencia, en un pueblo al norte de Segovia, hablé con el parroco, por la misa o al menos que algún día llevase la comunión a mi madre. Buenas palabras pero nada. Lo pedí al obispado y me dijeron que habían hablado con el párroco y estaba solucionado. Pero nada. Insistí e hice propuestas de un sacerdote itinerante para todas las residencias, no hay sacerdotes.
Un día fui a visitar a mi madre y me dijeron que iba a venir el obispo a decir misa. Así fue.
Al terminar la misa me acerqué al secretario y le dige que yo era quien había pedido lo de la misa.
Inmediatamente me presentó al obispo, yo avergonzado ¡¡tragame tierra!! el obispo me dijo: Hijo mio no puedo hacer más, mi intención es procurar que el párroco se anime, ya no puedo hacer más".
Se me saltaron las lagrimas. Para mí madre y muchos ancianos fue de lo más reconfortante. ¡¡era la primera vez que habían estado en una misa de un obispo y revestido como en la catedral!! Según les dijo
Pero el párroco no estaba por la labor no valió el ejemplo: que si el local no reunía condiciones, que si al menos hubiera una capellania (generoso él)...
A los pocos meses jubilaron al párroco vino otro, tambien mayor y enfermo, pero decía misa en la residencia y la dirección daba facilidades.
Muchas personas no vuelven a poder asistir a misa una vez que entran en una residencia. No tienen una capellanía...
Son necesarios sacerdotes en los hospitales, también en las residencias.
Que sencillo y gran obispo, D. Ángel Rubio.
Hay muchos obispos callados, sencillos, entregados que como dicen que decía monseñor Rouco : Hay que arar con los bueyes que se tienen.
Cuando veo misas concelebradas por un buen número de sacerdotes mientras hay sacerdotes que tienen 4 y 5 parroquias, me cuesta digerirlo.
La misa es lo primero y principal, lo que debemos procurar que no le falte a ningún cristiano.
Muchos sacerdotes celebran para 2 o 3 personas, día tras día, año tras año. Mi admiración. ¿No es comercial?
De valor incalculable.
Benditos y Bienaventurados curas.
Que no nos falten. Tampoco en la ancianidad.
La Misión de la Iglesia es Eucarística y sin Misa no habrá ni Misión ni Eucaristía, entonces para que corno estamos los bautizados en la Tierra, no puede ser qué únicamente para poner los pies sobre la misma.
Si no nos tomamos la Misa en serio a qué le vamos seguir a la ecología o al clima, decía un humorista "paren el mundo que me quiero bajar"...
Lo que dices es interesantísimo ¿cúal es el problema? Pues que no hay foros, cauces, espacios, etc para hablar abiertamente de esto y muchos temas más que conciernen a las diócesis ; y se supone (quizá es mucho suponer), que nos conciernen a todos los creyentes.
Al final, acabamos en comentarios de pasillos, quejándonos en páginas de estas de opinión; pero es que la sinodalidad, si nos la creemos de verdad, precisa de que en las comunidades (es decir parroquias principalmente)se aborden sin complejos y miedos TODOS los temas que sean necesarios.
Anda , que cuando a uno le interesa algo, la caza , el deporte, el club de mus, la comunidad de vecinos, la asociación X.......no se reúne, piensa, critica, busca, se mueve, discute.......pero parece que en la Iglesia hay cosas que son "tabú". Y ¿que ocurre? pues que hay gente que tiene cierta inquietud por la fe y la iglesia, aunque no son convencidos, pero al ver ciertas realidades dicen "pero qué es esto", y como son críticos (aunque sin mucha formación) se van desapegando progresivamente; y esto lo he visto personalmente, que no me lo invento.
En fin, no se, si lo veis así, claro que lo que digo será matizable y discutible, pero sinceramente creo que por ahí van los tiros de lo que pasa.
Los fieles no somos convidados de piedra, se tarda lo mismo en decir rápido “Me alegro de veros por aquí” a feligreses de visita , que salir diciendo “Lo siento, tengo prisa” marchándose raudo.
“Los horarios entre binar y trinar” si tienen unos segundos para, si alguien necesita algo del sacerdote, poder atender o quedar con la gente estaría mejor.
Tu comentario me mueve a contar está historia.
A mi parroquia llegó, no hace mucho tiempo, un buen sacerdote, me parece un santo sacerdote, muy espiritual y profundo, que ademas le gustan mucho las plantas.
Ha llenado todos los alrededores de la Iglesia de geranios y en el patio ha puesto un huertecito, con lechugas tomates y alguna hortaliza más. Tambien ha cortado una acacia que habíamos puesto como árbol bíblico, pero es que le estorbaba, siempre hay cosas aparecen contradictorias, aunque no lo sean.
Todo está muy bien. Muy delicado y muy bonito.
Se dice que hay pocos sacerdotes y que España es tierra de misión. Una misión difícil porque antes no lo era, y es peor que empezar de cero.
Lo que yo no entiendo cuál debe ser la actividad de los sacerdotes cuando son pocos en una tierra de misión.
Puede ser que el Papa no acierte, puede ser que no se haya explicado o entendido bien el Vaticano II. Pero la fortaleza del rebaño está en función, principalmente, de cómo le cuiden, de la dedicación que los sacerdotes dediquen a todos los fieles simpáticos, más remolones y los alejados, a todos.
Y si sobra tiempo a los geranios, que tambien los sacerdotes deben relajarse.
Lo malo es cuando son pocos y además no saben que hacer. No me refiero a que "maten el tiempo" en reuniones, papeleos y burocracia.
Me refiero a mezclarse, convivir, contactar, cosas difíciles, molestas y a veces con mala acogida. No, no es facil ser sacerdote.
Y es que la vida, fácil... fácil... para muchos no es.
La sinodalidad que les gusta a muchos es la de decirles que sí a todo. Es todo un titular, un fuego de artificio sin nada detrás.
Una pequeña reflexión: ¿Por qué los retratos más conmovedores y hondos del misterio (y ministerio) del sacerdocio los han escrito, o filmado, los seglares? En mi opinión, porque percibimos mejor que los curas la trascendencia de su ministerio, y justo por ello nos duele cuando se apartan de él; no siempre por una herejía o desviación doctrinal; a veces, como Marta, se afanan en las cosas de la casa, pero dejan de lado la mejor parte.
Probé al jubilarme a ir a misa otra vez, y lo dejé por dos veces: no me llenaban. Incluso estuve en un coro de Iglesia cinco años, y con la pandemia se acabó. Eran todos jubilados, también. Fue en una curiosa experiencia, y no negativa. Descubrí algunas cosas, interesantes. Descubrí que nadie del coro creía ya en las cosas que dicen que hay que creer. Eran muy creyentes en apariencia, sí, pero pronto salieron a la luz evidencias de su más que dudosa fe. Pero eso no quita que eran bellísimas personas, amigables y muy acogedoras. A todas les guardo un gran cariño. Al acordarme de ellas ahora... Sonrío 😏.
No creo que vuelva a verlas si voy a mi antigua casa. Vivimos diseminados en aldeas, y d no ser por las misas y los ensayos, no hubiésemos sido amigos. Eso me hace ver la importancia de las misas en los sitios rurales. Son actividades sociales muy importantes. El cura allí no se encargaba de nada, salvo decir misa. Venia con una maletita, con su casulla y poco más. Cuando llegaba, ya se lo teníamos todo preparado, las hostias, el vino, el agua... Era una bellísima persona, y muy creyente. Nunca nos confesamos en los cinco años, pero comulgábamos todos, a veces dos veces el mismo día, porque había doblete.
Le diré, P. Jorge, que e trataba de un sacerdote polaco, ya jubilado, que estaba allí de misionero. El y otros dos. Y varias monjas. Hacían todo lo que podían, y casi no se quejaban (aunque una vez el P. Damián, que así se llamaba, me confesó su sentimiento de frustración, porque creía que nunca seríamos católicos como los de Polonia, que hacían colas para confesarse, y estaban callados en la iglesia). Nosotros, me dijo, no atendíamos, sino que hablábamos durante la misa y nos reíamos. Un día fue hasta el confesionario de una de las iglesias, y lo abrió: "vea", me dijo. Estaba lleno de escobas, mochos y productos de limpieza. Yo asentí con una sonrisa de compromiso. "Aquí ya nadie se confiesa, Padre" le dije, "al menos se le da un uso práctico". " Que pena!", dijo el P. Damián, andando hacia el coche, para ir a su tercera misa.
Se hubiese creado un atasco de narices, entiéndame. Aparte de que hubiese supuesto una falta de caridad para con mis compañeros de coro, que no hubiesen entendido mis reparos. Además, yo no tengo grandes pecados que confesar, creame. Soy un tipo muy aburrido que peca de a poquito. Cuando me confieso de allá para cuando, los curas ni me ponen penitencia. Con eso se lo digo todo. Luego no, no tenía grandes cosas que reparar.
En cuanto a la salvación de mi alma, si me preocupa, dice usted. Responder a esa pregunta con un sí o un no, es imposible. Y la respuesta sería, yo creo, demasiado larga para ponerla aquí por escrito. En cuanto a que la vida es un suspiro, cien por cien de acuerdo, pero la eternidad no viene luego, señor José. La eternidad es ahora. Eso que dijo su hermana, que la vida es un punto en una recta infinita, es una reflexión profunda, en efecto. Pero para mí, la verdadera vida es la recta infinita, no el punto. El punto es una mera ilusión, creo yo.
Un saludo, cuidese, compañero.
Tan pronto dice q no se han confesado en cinco años como q cuando ud se confiesa son pecados pequeñitos y ni le ponen penitencia. ¿En qué quedamos? ¿Se confiesa o no?
Respecto a ud mismo, por tanto se contradice.
Respecto a los demás, hace ud juicios temerarios y difamatorios. Ud no sabe si los demás tienen pecados graves o no, ni si se han confesado o no.
Lo mismo digo de sus generalizaciones sobre la falta de fe ajena.
No me extraña q a ud la misa no le "llene", porque su ego parece llenarlo todo. Y es q como buen gnóstico cree identificarse con esa recta infinita, cuando probablemente es solo un punto muy gordo, tan gordo q se cae fuera de la recta por su propio peso.
Muestra ud un desprecio considerable por la fe cristiana y eso es algo más q un pecadillo sin importancia. Cada comunión hecha por "no interrumpir la fila" (excusa absurda) es un sacrilegio.
Y suponer q los demás son como ud es mucha presunción x su parte: ¿Cree el ladrón....?
Si le hablo con franqueza solo se debe a que la Verdad nos hará libres.
Paz y Bien
Yo intento comulgar a diario, ¡qué gran privilegio!, y cuando rezo el Padre nuestro pienso en el Pan del Cielo, ¡¡¡QUE NO NOS FALTE NINGÚN DÍA!!! ...¡te lo pedimos SEÑOR!, así como siempre recibirlo en Gracia y sin pecado mortal sin haberlo confesado y siendo conscientes del increíble privilegio y regalo que significa comer Su Carne y beber Su Sangre... es el momento más sagrado de nuestras vidas.
Pero en la fábula siempre queda alguna pista que indica la fantasía del relato:"Cuando me confieso... los curas ni me ponen penitencia".
"Cuántas comunidades cristianas no tienen apenas acceso a la eucaristía"
No solo en muchos pueblos, también en residencias de ancianos; pues no en todas, ni mucho menos, "utilizan la TV para esas cosas de curas que ya nadie aguanta o no tienen por qué aguantar los demás" y por otro lado hay curas que dicen misa para 2 o 3, y algunos, pocos como el P. Jorge, aunque no haya nadie.
Que la cosa, si se analiza tiene su guasa.
Por otro lado me asombro al comparar las reflexiones tan solidas y también tan complicadas de muchos de nuestros escritos (también los míos en lo de complicadas) con la sencillez de la religiosidad de otras personas.
A estas sencillas personas, muchas de una espiritualidad admirable, no les impide seguir adelante los graves problemas de Alemania ni tampoco creen que les corresponde a ellos utilizar las leyes y la moral como plantillas para ver si el Concilio, el Papa u otras personas se pasan de la raya. ¡¡Que barbaridad, como si ellos no tuvieran bastante para vigilarse a si mismos que más de una vez, o se pasan o no llegan!!
Y ver como sus hijos y sus nietos, eso de la misa ni con casulla larga ni con casulla corta, les dice nada, que no, que no es que no vayan a misa porque se diga en castellano y no en latín, es que como s la dicen en bable. Y el caso es que "todos me han salido muy buenas personas" bendito sea Dios.
Creo que estas personas a las que me refiero piensan que la religión es para vivirla mas que como un almacén de sabiduría.
Y es que a veces nos sorprendemos de tantas leyes y normas que tenia el judaísmo y nosotros ya casi estamos a la par. Jesús era fiel a varias de aquellas normas, a otras no, o según y cuando. Quizás aquí este el meollo de la cuestión.
Juntarnos para animarnos es muy bueno, con respeto y paciencia. Con sencillez.
Jesús mandó bastantes cosas. Una es "tomad y comed", "haced esto en memoria mía". Pero no sólo mandó eso.
También mandó "id y HACED DISCIPULOS y ENSEÑADLES".
Eso también es muy importante. Lo pide Jesús. Y no es la misa.
Hacer discípulos y enseñar forma parte del mandato de Jesús para los sacerdotes (y también para los otros cristianos). No es secundario: es "urgente, importante y fundamental". No menos que la misa.
Un pueblo cristiano puede mantener la fe con una misa al año o menos, como se ha demostrado en muchas persecuciones. Pero no puede mantener la fe si no hace discípulos y no enseña.
Lo demás que lo hagan los diáconos y seglares.
Queria darle las gracias D. Jorge, acabo de escucharle en la cadena del Hogar de la Madre, hablando de lo que ha pasado en Alemania, y la falta de actuación. Ojala todos los sacerdotes y obispos comentaran al igual que Ud. su preocupación, de esa manera, se sabria que la Iglesia está despierta, que no somos indiferentes ni a las profanaciones del Cuerpo de Cristo, ni a las bendiciones del pecado.
"Puede usía hacer mutis por el foro y cuidándonos menos seguro que aguantamos más".
Desconozco si quien la escribe tiene potestad real o moral para pedir que un comentarista se vaya. Pienso queda todos los comentarios que pasan por el filtro del moderador tienen derecho a estar.
De acuerdo con otris comentarios creo que tenemos el mando de evangelizar. ¿a quién? ¿ a quién nos gusta o a quien lo necesita? A todos los hombres.
Decía un sacerdote que nos gusta pescar en la pecera, mejor que salir a aguas menos tranquilas y con más dificultad.
Si creemos que alguien necesita, no le echemos, tratemosle con caridad y es posible que con esto y razones consigamos algo.
Quisiéramos que todos pensarán como nosotros, en la sociedad y tambien en la Iglesia y ademas qye sus tuempos fueran nuestros tiempos. Pero lo nuestro es sembrar y hacerlo a lo cristiano. Lo de germinar no depende de nosotros y puede ser que germine de otra manera.
Que el controlador controle y quien es deban dirigir la Iglesia lo hagan y cada uno a su ministerio y a sus dones.
Haciendo y dejando hacer. Que mucho es lo que a cada uno corresponde.
Perdona, dices:
"Fraileví: No se la coja con papel de fumar, no puedo mandar a nadie que se vaya, pero puedo sugerírselo".
Perdona, debes tener razón, pues siempre lo he hecho para juzgarme a mi mismo, y tiene sus problemas . No lo hacía para juzgar o pedir a los demás.
Pero ahora veo que por cualquier rendija se está introduciendo la suciedad y la falta de delicadeza y respeto que se genera en eso que llaman tertulias de las TVs, ya ocurre hasta en el "Gato" de 13TV.
Y creo que deben recuperarse los saludables métodos de la antigua educación.
No es que esto sea culpa del CVII, esto al menos nadie lo cree, pero si los Cristianos aportamos algo...
En todo caso tienes razón...
Bueno en lo de cogermela.... No termina de gustarme... Pero haré un esfuerzo..
(José Ángel Antonio)
Eso, lo mismo en griego, que en román paladino, que en el resto de lenguas cultas del mundo, se llama proselitismo. Justo lo que condenan acerbamente una y otra vez Francisco y la 'Iglesia en salida'. Podrán dar luego sus innumerables intérpretes todos los volatines lingüístico-hermenéuticos que quieran, pero prohibiendo el proselitismo se creen mayores que Cristo.
Postdata: opino igual que África Marteache aquí arriba.
Consecuentemente no hay q creer tampoco lo q dice sobre el coro. No comprendo q nadie le diga q sea él un ejemplo para los demás cuando probablemente no es más q un calumniador q los difama con falsas generalizaciones en plan "cree el ladrón.."
Claro q ese tipo de críticas generalizadas a los demás sabe q serán aquí bien acogidas.
Cómo va a comulgar si no tiene fe ni en la Eucaristía ni en el cristianismo, q eso lo ha dejado bien claro. Sus suposiciones sobre la falta de fe y la falta de confesión de los demás, en cambio, no hay por qué creerlas, puesto q quien lo dice ya ha mostrado con sus contradicciones q es un mentiroso.
A partir de ahí, se vaya o se quede, sabemos que puede mentir y cuál es el valor de su "testimonio" difamatorio sobre los demás. Pero no invento nada, me limito a señalar lo que él ha escrito y él se delata. Yo no especulo sobre los demás, señalo la prueba de la contradicción.
Otra cosa es lo que usted solía hacer: acusar de mentir gratuitamente y sin ninguna prueba a personas que estaban diciendo la verdad, simplemente porque a usted inexplicablemente le apetecía creer que mentían aunque nada hubiera en sus comentarios que diera pie a ello.
En cualquier caso, siga usted invitando a irse y yo seguiré diciendo la verdad e invitando a decir la verdad. Siempre señalando lo que cada cual exprese objetivamente en sus comentarios.
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