Inmatriculaciones. Huele a gloria bendita
Bueno, pues ya tienen sus señorías y tenemos todos el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia católica en España en los últimos años. Creo que andaban todos, políticos especialmente de cierto pelaje y algunos clérigos de pelaje cierto, frotándose las manos porque al fin iban a salir a la luz los turbios manejos de la Iglesia en uno de esos asuntos en los que, a falta de argumentos, se despacha uno con un “no se sabe mucho, pero la cosa huele muy mal".
Allá cada cual con su mejor, peor o nulo olfato, porque lo cierto es que la cosa huele a mirra, áloe, incienso del bueno y esencias crismales. Las conclusiones son claras: “de los informes recabados del Colegio Oficinal de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España a este respecto no se puede concluir que existan inmatriculadas fincas a favor de la Iglesia sin mediar el necesario título material a su favor”.
Vamos, que inmatriculaciones fetén. No hay inmatriculaciones por las buenas, que por cierto hubieran puesto en solfa al colegio de registradores. No hay chanchullos, apropiaciones indebidas, documentos falsos. Rien de rien. Luz y taquígrafos y todo perfecto.
Claro que puede haber errores. Son casi treinta y cinco mil inscripciones. Vale. Si hay algo deficiente, que se arregle, pero parece evidente que la cosa pinta bien y huele a gloria bendita.
La Iglesia siempre ha sido una magnífica administradora de sus bienes, o por lo menos lo era. Bastan unas pocas religiosas en un monasterio para mantenerlo restaurado y en funcionamiento. Se van las monjas, lo asume cualquier administración y los gastos se disparan haciéndolo imposible. El cura más simple con cuatro euros consigue que la iglesia del pueblo se vaya manteniendo. La Iglesia tiene patrimonio entre otras cosas porque no ha derrochado donaciones ni vendido por vender, y porque sus dirigentes, obispos, curas y monjas, vivimos sin excesos, vamos como cualquier diputado o ministro.
El problema es otro. Nuestros políticos tienen sus necesidades, muchas, tanto que ya ni se sabe a dónde se está disparando el déficit. Además de sus necesidades materiales, crecientes, disparatadas, tiene otras, entre las que destacan la periódica necesidad de desviar atenciones hacia las maldades del clero, aunque solo sea para que la gente esté distraída en otras cosas. Ahora, desde hace año, toca eso de que “la Iglesia nos roba", con la previsible consecuencia chavista de “exprópiese” y sin justiprecio. Todo es del pueblo.
Y con nuestros políticos se han asociado unos cuantos curas cabreados con su iglesia entre otras cosas porque pensaban que iban a ser algo y no son más que la nada sin sifón. Decir que la Iglesia roba al pueblo al menos garantiza una foto y unos minutos de gloria.
Rien de rien. Todo pinta de gloria. Las conclusiones son de alegría pascual. El olor de mirra y aloe. La luz, de arco iris. Estoy contento. Mucho.
14 comentarios
Para dar buen aroma, lo mejor ahora es un membrillo.
Basta asomarse a su muladar mediático, Irreligión Digital, para comprobar cómo parecen lamentar que se esté comprobando que la Iglesia hizo todo bien, que de robar, nanay. Ellos hubieran querido lo contrario, para luego quedar de progresistas, justos y recibir los aplausos...pero les ha salido mal la jugada.
Pobrecitos. Deben estar rabiando. Yo creo que habría que hacerles llegar algún premio de consolación: alguna declaración u homilía ortodoxa y polémica de Munilla o Reig Pla, para que tengan algo con lo que seguir trabajando y expulsando bilis.
No creo que nadie con dos dedos de frente dude de la buena administración de la Iglesia.
El patrimonio nacional cultural se ha preservado gracias a la Iglesia. De dónde han desaparecido los religiosos, ruina de los edificios.
Un ejemplo muy claro es la Catedral Alhambra de Granada, sin la tutela y mantenimiento de la Iglesia, esa joya de la humanidad hubiera desaparecido. Existen otros muchos y válidos ejemplos.
Al Valle de los Caídos, yuyu de los rojos, se le ha negado durante años y años la asignación que le corresponde. Ahora la entrada principal a la Basílica amenaza ruina, la Comunidad de frailes hace lo que puede y es mucho con tan poco. Existe un paseo precioso el de las capillas al aire libre con muchas de ellas en muy mal estado por falta de mantenimiento. La última vez que estuve no estaba permitido realizar dicho paseo por peligro de desprendimientos.
¿Desarmotizaciones? Léase el fiasco de la Mendizábal, sin ir más lejos.
Sin Iglesia ruina y a más a más Guerra Civil. ¿Qué padre se estaría quieto si no tuviera nada para dar de comer a sus hijos?
No es al ayuntamiento, ni a las comunidades, ni al congreso de los diputados dónde acuden los necesitados. ¿A que no?
Mis disculpas.
Ojo al IBI , sabemos que ya hubo una "campañita" para que la Iglesia lo pagase, y ahora que tienen los datos y vista la voracidad de estos hijos de las tinieblas, veremos.
También hablaban de denunciar los acuerdos con la Iglesia. Ojo al parche. A Dios rogando y con el mazo dando.
Ya estamos acostumbrados a ser mansos como palomas, pero nos falta ser astutos como las serpientes, que una cosa. enterémonos, no quita la otra .
Hoy damos gracias al Señor al empezar la Cuaresma y bendito sea siempre pues la noticia se lo merece. Que Él le ampare y la Virgen le acompañe siempre D. Jorge. Rezamos las tres Avemarías y alguna "propinilla" más, que la crisis en todos los órdenes, merece dar un poco más de lo nuestro y no ser "tacaño".
Los laicistas, tienen todos en la cocina de su casa una imagen de Álvarez Mendizabal, el gran desarmotizador, acompañada de una vela negra salpicada de azufre. Mendizabal es apellido vasco, de Mendi (monte) y zabal (ancho, espacioso) pero el se apellidaba Méndez, apellido de larga tradición judía que como todo canalla, no dudó en cambiarlo avergonzándose de su madre.
Su desamortización fue la mayor catástrofe para el patrimonio cultural de España hasta esa fecha, así como creadora de la última hambruna que padeció España al eliminar la célebre "sopa del convento" de la que vivían miles de indigentes. Naturalmente eso se hizo porque "el pueblo" (la gente, diría hoy Pablo Iglesias) pasaba hambre, pero por el camino se perdieron los incunables, los salzillos, los zurbaranes etc. Tal vez la Casa de Alba sabe algo al respecto.
No anda muy a la zaga la otra catástrofe contra nuestro patrimonio cultural que perpetró la segunda república. Tuvo que ser un espectáculo el ver cómo un miliciano analfabeto con su mono y su suciedad a cuestas destrozó el único Miguel Ángel que había en España, en Jaén, el San Juan Bautista Niño.
Pero los socialistas/comunistas tienen todavía mucho trabajo por delante. Empezarán por destrozar la mayor cruz del mundo y seguirán por convertir las catedrales en "casas del pueblo" o en "Museos de la memoria democrática" o alguna otra gilipollez semejante.
Eso sí: Lo harán por la convivencia entre todos y atendiendo a la "gran demanda social".
Saludos cordiales.
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