Es que es un lío
Muchas iniciativas pastorales de posible buen resultado no llegan siquiera a plantearse en serio abortadas bajo un contundente “es que es un lío”. Todos podemos poner mil ejemplos.
Podíamos hacer, se podría organizar, qué tal si empezáramos… Ya, pero es que es un lío. Evidentemente que toda actividad pastoral es un lío. Un simple horario de misas ya supone andar de jaleos: abrir las puertas con tiempo, encender la calefacción, preparar el altar, registrar los libros, disponer de formas y vino, contar con ornamentos, vasos y demás objetos litúrgicos… amén de lo que se gasta en luz, y limpieza y todas esas cosas, para que luego vengan cuatro. Si es por eso, mejor nos cargamos el horario de misas.