Estoy bien. No se preocupen
Agradezco a mis lectores la preocupación por la salud física, moral y eclesial de un servidor. Además de todos aquellos que tienen a bien pasar por este blog, que son unos cuantos miles cada día, los comentaristas, decenas y decenas, luego están los que se dirigen de manera más personal a uno a través de mensajes privados en Facebook o directamente vía mail o incluso teléfono.
Bien, pues de todos estos, no pocos muestran preocupación por un servidor de manera ordinaria, y unos cuantos especialmente desde este pasado miércoles cuando hice saber en el blog que este domingo comenzamos a celebrar una misa dominical “ad orientem”. Preocupación que se resume en un “Jorge ten cuidado, sé prudente a ver si te van a decir algo”. Debe ser porque servidor tiene la mala costumbre de soltar lo que piensa de las cosas y de hacerlo con claridad para que no haya dudas y en un blog con nombre y apellidos.