Momento para la fidelidad y el martirio
Espero que estén conmigo en que como Iglesia católica no vivimos el mejor momento. No me meto, Dios me libre, en la conciencia de nadie. Pero hay datos que son del todo elocuentes. Al menos en lo que respecta a España no lo podemos negar. Los datos simplemente sociológicos nos hablan de un desplome en el número de los que se consideran católicos, hoy apenas dos tercios de la población. Bodas, bautizos y comuniones caen en picado, las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada escasísimas, conventos cerrando día tras día e incluso económicamente camino del desastre. Las finanzas vaticanas en estado preagónico -creo que soy optimista- e incluso diócesis que tradicionalmente se mantenían con una cierta comodidad, como Madrid, pasan por momentos complicados.
Mucha gente me pregunta qué hacer.
Hace unos días, en un post que titulé “Que lo arregle el siguiente”, ofrecía algunas cosas que me parecen esenciales como Iglesia si queremos ser lo que Cristo espera y es su voluntad que seamos.
Está bien, pero eso de recuperar de repente la Iglesia la unidad total en dogma, moral y liturgia, y retornar unánimes a la vida sacramental y de gracia, queda bien pero no parece posible a corto plazo, con lo cual se acaba en el desánimo.
¿Y algo más de andar por casa?
A mis fieles reales de Braojos, La Serna y Piñuécar, a los fieles también reales aunque a distancia de san José de la Sierra, y a todo el que me pregunta por cómo vivir la fe y afrontar las dificultades del momento, en la Iglesia, claro, pero también preocupados por el sesgo sectario del actual gobierno de España, les digo que es momento para dos cosas:
1. Momento para la fidelidad personal, porque si algo no nos podemos permitir es el desánimo, el contagio de la desidia, caer en el relativismo. Toca ahondar y profundizar en la fidelidad más absoluta a Cristo y a su Iglesia. Todos sabemos eso cómo se hace. Se trata de cumplir los mandamientos de Dios y de la santa madre Iglesia, mantener una vida constante de oración y práctica sacramental y practicar las obras de misericordia.
Oiga, pero es que el papa dice y el obispo opina, y no entiendo, y me parece… Puede ser, pero cada uno en fidelidad a su vocación y a su llamada.
Hoy más que nunca, precisamente por la situación de increencia que estamos atravesando, el mundo necesita testigos de su fe por su vida coherente. Es que nadie viene a misa. Pues yo sí. Es que la gente no se confiesa. Yo sí. Y además rezo el rosario, bendigo la mesa y no me avergüenzo de tener una imagen en mi mesa de trabajo. Es que la gente no colabora con la Iglesia. Pues aquí estoy yo. Fidelidad personal. No podemos permitirnos el triste lujo de volvernos ahora relativistas y mucho menos pasotas.
2. Momento para el martirio. Cada vez lo veo más claro. No descarto siquiera el martirio de sangre. En cualquier caso, nos va a tocar sufrir mucho si pretendemos mantenernos en fidelidad. Desde el gobierno nos van a hacer la vida imposible poco a poco a base de impuestos, trabas a la enseñanza religiosa, dificultades a la enseñanza concertada, prohibición de capellanes en hospitales, retirada de fondos para restauración de templos. De momento. Pero incluso desde la Iglesia podemos sufrir ataques quizá por no querer adaptarnos a los nuevos tiempos: “Os expulsarán de las sinagogas. E incluso llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios.” Hay que asumirlo.
Creo que por ahí van las cosas.
Posiblemente llegue alguien y me diga que soy un exagerado, que todo va bien, que la Iglesia está en una situación envidiable y que no hay que pasarse. Vale.
47 comentarios
Lo ha clavado.
Después de entender algo de lo que nos quiso decir Jesús bar-Abbá de Nazaret en la parábola del mayordomo infiel, respecto al descuento que hace de la deuda que es su comisión, solo me asusta que tengamos que dejar nuestra sangre en la arena del Circo para llegar al Paraíso.
Espero que San Josemaría tuviera razón y no nos pida el martirio de sangre, pero by the flies, a estar preparados que se ven nubes tenebrosas desde el otero.
QDLB.
Es cierto que antes de quitar la paja en ojo ajeno...cada uno de nosotros tenemos que, independientemente de la crítica posterior, ser fieles como usted dice...y así lo intentamos, pero es realmente complicado, se lo aseguro yo.
NO me tengo que salir de mi parroquia para discutir con catequistas y similares sobre temas como el aborto, el divorcio o el tema LGTBI...
El padre de mi parroquia, que creo que da unos muy buenos sermones, se centra muy principalmente en (resumiendo) como voy a amar a Dios a quien no veo si no amo a mis hermanos...así que todo va hacia ese lado.
Dígame si las iglesias están abiertas con un párroco dentro todo el día...que parece que no hace nada...pero ESTA AHÍ para quién le necesite. Igualmente con la confesión, que reconozco que en mi caso he tardado muchísimos años en acudir porque me daba VERGÜENZA...pero cuando sentía que debía confesarme...que TENIA que confesarme...ningún confesionario ("modo ironía on": horario de confesión lunes y jueves de 9 a 9:30 horas: "modo ironía off"). Menos mal que en uno de esos arrebatos de vergüenza estaba en una iglesia en la que, mientras se iba a celebrar la misa, había un padre en el confesionario...(no he vuelto a ver en otra iglesia siquiera el confesionario...ya no digo al padre).
En estos momentos me acuerdo del cura de mi pueblo D. Benigno, que siempre estaba ahí, en el pueblo, para lo que se le necesitase...paseando con mi padre con la sotana arriba y abajo...pero claro, era épocas de oscuridad...ahora somos libres
Comparando mi vida con la de Monseñor Schneider, por ejemplo, me doy cuenta de lo que suponían para él los sacramentos y la misa y de lo que suponían para mi: para él eran valiosísimos y escasos y para mi eran cotidianos y sin demasiado valor. Ir a confesar a 100 km. y burlando a las autoridades no es lo mismo que dirigirte a la parroquia, que está a 300 m de tu casa, y acercarte al confesionario eligiendo, además, a este cura o al otro porque en aquel momento había varios confesando.
Cuando yo nací no había protestantes, por eso desconozco lo que dicen, y mucho menos musulmanes. Aparentemente todos éramos católicos y no tenía ni idea de que al envejecer me iba a encontrar que solo seguían siéndolo unos pocos.
¿Cómo iba yo a suponer en 1955 que al apremiante "Sígueme" de Jesucristo solo iban a atender unos pocos cuando las iglesias estaban llenas?
Supongo que a la hora del martirio, el Espíritu Santo envía la fuerza necesaria.
Sobre "Desde el gobierno nos van a hacer la vida imposible", discrepo. Hace muchos años que ya nos están haciendo la vida imposible, a excepción de los sacerdotes, religiosos y los bienes eclesiales para los cuales siempre había una excepción a la hora de aplicarles la leyes que se nos aplicaban a los laicos católicos.
No es el momento de profundizar en esto, pero ahí es dónde se veía que concepto de Iglesia tienen sus colegas y asimilados. La Iglesia son sus cosas, sus locales, sus trabajos.
La vida para un laico católico en este país es asquerosa. Tiene que pasar toda la infancia y juventud secuestrado en un sistema educativo decadente e inútil.Tiene que renunciar a casarse en la plenitud de su juventud. Tiene que enfrentarse a tener que ganarse la vida en una sociedad corrupta hasta el tuétano, en la que, o te corrompes o no hay sitio para ti. Tiene que soportar el peso de un Estado que se mete en todo y para todo lo relacionado con tu vida de manera salvaje. Y ha tenido que sufrir a un clero que no quería saber nada de lo anterior, y que de todas partes, DE TODAS, lo único que se limitaban a decir era que el buen cristiano cumplía ejemplarmente todas las leyes.
Ahora se empieza a atisbar que todo eso se le puede aplicar al clero, y entonces es cuando empiezan las preocupaciones. Ahora hay impuestos injustos, ahora hay limitaciones en la educación, en los trabajos, etc.
Para mi es evidente que la guerra contra la Iglesia católica está pasando a su fase armada. Así que no puedo estar mas de acuerdo, se acerca el momento de la prueba y de defender la fe.
Usted está entre lo heroico y lo tierno. Se nota que es español por ese sentido quijotesco de defender causas perdidas, con la diferencia de que el hidalgo manchego veía gigantes en lo que eran molinos, y usted ve reales gigantes en lo que los medios falsamente llaman molinos.
Hoy hay que replegarse en la trinchera; mañana habrá que replegarse en la catacumba y pasadomañana coincideremos en esos nuevos coliseos llamados campos de reeducación.
Pues vale.Intentaré ir con mis mejores galas, la cabeza bien erguida y con mi enorme frente apuntando a las estrellas.Sin sonrisitas de merengue. Eso se lo dejo a los eclesiásticos que ronronean en las rodillas del poder; a los políticos cagapoquitos y chupa cabras; al que siendo un referente mundial felicita torpemente a Biden por una victoria aún no conseguida. Todavía podremos hacer algo:
Transmitir que hay personas a las que no se les puede comprar su fidelidad ni su dignidad.
En efecto, no a otra cosa estamos llamados por el Señor. Ser de una pieza cuando se es débil sólo puede lograrse por gracia de Dios, como la fe misma regalada. Pero la fe es como una planta que nos ha sido entregada como semilla. Cada uno debemos hacerla crecer, y para ello necesita de muchos cuidados: los sacramentos, la lectura de la Palabra y su meditación, la oración, los actos de misericordia, una comunidad de creyentes que en verdad lo sea (creyentes y comunidad)...
La fe no se aumenta por medio de un voluntarismo ético. Así, se podrá ser sólo un buen fariseo, un beato en el peor sentido del término, un bicho de sacristía. Para vivir la fe necesitamos experiencias reales de amor. Por supuesto, los sacramentos, comenzando por la eucaristía, son no sólo las experiencias más reales de nuestras vidas, sino la expresión más excelsa del amor de Dios por nosotros. Y eso nos debería bastar... Pero ¿realmente nos basta? A algunos, sí; a muchos otros, entre los que me cuento, no. El sacramento de la penitencia lava los pecados, nos hace poder volver a levantarnos tras cada caída. Pero seguimos cayendo una y otra vez. Y la planta de la fe se va quedando por el camino. A pesar de ello, Dios nos sigue amando; incluso hay momentos de gracia en los que llegamos a sentirlo casi como una presencia física. ...Pero seguimos cayendo.
Es cierto que vivimos momentos durísimos para vivir la fe siquiera sea débilmente, pero si pensamos que las dificultades que nos acosan sólo vienen de fuera, no hemos entendido nada.
Estoy en un momento de mi vida en que no me hago ninguna ilusión ni sobre el mundo ni sobre mí, en que sólo puedo responder al amor de Dios como Pedro lo hace cuando le pregunta tres veces si lo ama. Yo no amo a Dios como quiero o como sueño, sino ya sólo como puedo, como un anciano que se dirigiese al cuerpo joven de su amada.
El mundo, como la Iglesia, está formada por personas. Si el mundo y la Iglesia en su dimensión humana son hoy simas de podredumbre es porque el hombre, cada uno de nosotros, también lo es. Sin embargo, a pesar de nuestras limitaciones, de nuestros pecados, con la gracia que Dios nos conceda a cada uno, cumplamos, como bien dice, con el llamado a la fidelidad personal de seguir a Cristo.
El segundo consejo que nos brinda, el prepararnos para el martirio, no es algo tan terrible. ¿Acaso no hay peor martirio que vivir en este mundo queriendo estar con el Señor?
La sangre de los mártires ya corre por el mundo.
Más oración, más humildad, más vida sacramental y más refugiarse en el Corazón Inmaculado de la Madre.
No a la desobediencia y a la desconfianza en las promesas que el Señor nos hizo.
Nada de desesperación.
Bendiciones.
Lo dificil es vivir, y ser un un buen cristiano, porque el mal, también ataca a los creyentes, y quizás en estos momentos a los que más. A algunos de los que son celosos de defender la Fe, porque sacan la espada, y no queda títere con cabeza. Otro tipo de creyentes, les da por medir el bien que hay que hacer, segun lo que ellos creen que harian en ciertas circunstancias. No se atreven a decir a nadie lo que hay que hacer, es decir, lo que Dios quiere que hagamos, ni siquiera a sus hijos, porque piensan que ellos a lo mejor no lo hubieran hecho. No se dan cuenta que que en vez de poner a Dios como modelo, se estan poniendo a ellos mismos, y se sienten encima muy humildes.
Luego están los acomodaticios, o acopladores, son los que van cediendo terreno, (terreno que no es suyo) intentando ser "positivos con todo el mundo", su idea del cristianismo es llevarse bien con todos, digan las burradas que digan, y no informarles de la verdad.
Es dificil desenmascarar todos los vicios en los que caemos los creyentes en estos tiempos, hay que vivir en vela porque el demonio no tiene otro plan que engañarnos, sobre todo aprovechando lo de que " a rio revuelto, ganancia de pescadores"
Yo si el martirio es rápido, me apunto.¡ No caerá esa breva !
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Es cierto que no vivimos el mejor momento en la Iglesia, pero tampoco es el peor. Si no tenemos memoria histórica pues hacemos un repaso a lo escrito y pronto vemos que hemos pasado por peores momentos.
Cierto que solo un tercio se consideran católicos. Si un tercio de la población ejerciéramos, aunque fuese solo un poco como católicos la sociedad sería mucho mejor. Los que confiesan que son católicos ante los vecinos y ante los compañeros de trabajo creo que somos menos, porque no esta bien visto, por no ser tachado de anticuado o por otras razones. Es que ya no se lleva.
No parece que la diócesis (perdón archidiócesis, que nadie se enfade) de Madrid ande mal de finanzas. Lo digo por la calidad, y supongo que el precio, del papel de los cuadernillos del PDM y del "Quiero entrar en tu casa". Con un papel más económico se habría conseguido el mismo resultado. Y creo que hay donde economizar en cosas más importantes , esto es solo un pequeño detalle que muchos hemos visto y puede ser tenido por un síntoma.
Es verdad que hay menos bautizos, comuniones y bodas. Pero tenemos que reconocer que más de una de las que se celebraban lo eran por la bonita de la escalinata y lo grandiosa de la iglesia. Si para ser valido el sacramento era necesario tener el propósito de que hasta que la muerte nos separe, a los resultados podemos remitirnos. Y en demasiados casos sería más preciso hablar de la única comunión en vez de la primera comunión. No digo que la situación no haya empeorado, digo que tampoco antes estábamos para lanzar las campanas al vuelo.
Cierto que este gobierno nos la esta poniendo difícil y con intención de que cada vez sea peor. Pero esto viene de lejos y de varios gobiernos; poco puede haber peor que el aborto.
Es verdad y muy grave que hay muy pocas vocaciones sacerdotales. Pero podemos estar seguros de que en la actualidad ningún sacerdote lo es para asegurar un buen modus vivendi.
La situación actual cierto que ha empeorado pero me parece que sobre todo lo que ha ocurrido es que se ha puesto al descubierto lo que viene de lejos, pero la inercia de la costumbre, más que el compromiso, tenia medio oculto. Como si no quisiéramos ver lo evidente, mientras las apariencias llenasen las iglesias y las colectas se mantuvieran, o simplemente porque podíamos "ir tirando"
La pandemia ha acelerado el tocar fondo. y nos reclama autenticidad.
Que de verdad es necesaria una nueva evangelización para presentar con autenticidad el mensaje, lo agradable y lo que entraña pasar por la puerta estrecha. Con la palabra y con el ejemplo. Porque si solo un tercio se consideran católicos son muchos menos los practicantes y muy pocos a los que se les nota que lo son, o somos, fuera de la iglesia.
La jerarquía no se como funciona por encima de las parroquias. Lo malo no es que el párroco deje claro que allí el que manda es él y que se hará lo que la gente diga siempre que coincida con sus deseos. Lo malo es que esto se contagia y en mas de un caso, quien tiene un cargo lo considera como una propiedad.
Pero es esperanzador la capacidad de dialogo de muchos párrocos no solo con los simpáticos, sin perjuicio de que lo que no debe ser pues es explica que no debe ser. Y junto con esto la dedicación, a lo largo del tiempo, de muchos laicos que emplean lo mejor de su tiempo en servir con generosidad a la parroquia adaptándose a las innovaciones de los sucesivos párrocos.
No se entiende bien que para designar al pastor haya que tener cuidado en hacerlo con el titulo de obispo, arzobispo o cardenal. Eso no casa con la cercanía, con el todos somos iguales en la iglesia.
La escasez de sacerdotes es una llamada a la colaboración de los laicos en funciones de la iglesia que sean la predicación y los sacramentos.
La hostilidad gubernamental terminara comprometiendo a los cristianos en la política y en la necesidad de tener en cuenta a la hora de votar, el bien común y la mejor forma de conseguir o mantener los valores cristianos.
Y por supuesto saber que ser cristiano es tener conciencia clara de que Jesús esta entre nosotros, que todos somos iguales porque todos somos hermanos , que sin El nada podemos hacer, que los honores y sentirse los más importantes mejor dejarlo para después y que lo diga quien lo tiene que decir. Si alguien tiene dudas que le pregunte a la madre de Juan y Santiago.
Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus,
nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
Lo de fuera padre es asunto de la historia, se escribirá la de nuestro tiempo como la de los que pasaron, aburriremos a los estudiantes con nuestras tonterías que ellos sufrirán como una lista de asuntos intrascendentes. Dios será más paciente con nosotros, y escuchará todo lo que le contemos. Si no me cree miré al Calvario, allí no hubo fracaso.
___________________________VINCEMMO, VINCEREMO. ✠
Si fuesemos capaces de profundizar en esto...
Y es que Dios nos creò a su imagen y semejanza (con capacidad de amar y ser amados, nos llama a la existencia, a la vida eterna y a la comùn uniòn con Èl.
Y todo lo que crea Dios, lo crea para el hombre.
La pregunta que yo harìa serìa la siguiente ¿còmo puede competir una hora de misa a la semana contra el mundo?. Al final acabamos por crearnos nuestros proprios dioses.
Le rezo su Avemaría.
Que la Voluntad de Dios se cumpla en la tierra como en el Cielo.
Aunque nuestros enemigos más peligrosos actúan desde dentro infiltrados en la Iglesia;
es indudable que con los nuevos pactos de los socialistas-comunistas con terroristas e independentistas se conforma una masa diabólica similar a la que llevó al martirio a miles de católicos en 1936.
Si llegamos a la sangre del martirio dependerá de lo que los masones europeos decidan y de la evolución de la pandemia. Ya que desde dentro de España el aborregamiento es tal que mientras se siga recibiendo ayuditas aquí no se mueve ni el tato.
En cuanto al ataque abierto a la Iglesia Institución a golpe de ley o decreto ley, es evidente desde la malhadada ley Celáa, para cargarse la educación concertada, hasta el futuro desalojo de la comunidad benedictina de la abadía del Valle y posterior voladura de la Santa Cruz, que en este caso será con goma 2 en vez de dinamita, ya que se encargarán los de Otegui de ejecutarlo.
Tiempos difíciles para los católicos. Mucha oración, sí. Pero también acción.
Creo que desde arriba, Dios ve las cosas de otra manera (perdonen la pedantería, bastantes interpretes tiene ya Dios, como para sumarme yo) es una forma de hablar.
Lo que quería decir que, desde mi limitado saber, creo que hay dos grandiosos edificios hechos en tiempos en que la Iglesia parecía que estaba en lo más alto:
Santa Sofia, y hoy es una mezquita, menos mal que al menos desde allí se da culto al Dios Único Misericordioso, seguro que mas de un piadoso musulmán lo hace con reverencia agradable a Dios, peor sería que fuese una discoteca, que en eso se han transformado algunas iglesias. Santa Sofia más de una vez profanada y quizás nunca como cuando fue profanada por ¡¡Los Cruzados¡¡. Que cosas.
La Basílica del Vaticano, grandiosa, su grandiosidad proclama la "grandeza " de la iglesia en aquellos momentos. Y mientras se construía el gran edificio se estaba rompiendo la unidad de la Iglesia, quizás con mas virulencia y daño que nunca. Y Jesús dejó muy claro que la unidad de lo suyos era muy importante.
La iglesia ha tenido momentos de grandeza y poder, otros de persecución y pobreza. ¿Cuál se parece más a la que Jesús quiere? Quizás la que está por llegar, la que con nuestros fallos y aciertos, triunfos y persecuciones estamos construyendo o desconstruyendo a pesar de la fuerza de El Espíritu.
No nos paremos, hagamos lo que el Espíritu a cada uno le sugiera que tiene que hacer en estos momentos. Miremos con amor al hermano que piensa diferente. Estemos dispuestos hasta comer la carne ofrecida a los ídolos o dejar de comerla, lo que sea más conveniente para no escandalizar al hermano.
Comer o no comer la carne ofrecida a los ídolos teniendo en cuenta no escandalizar al hermano, mas que lo que nosotros creamos bueno o malo... cosas de Pablo; él creía que eran cosas de Jesús.
Y va el papa Francisco y dice que: ¡¡Cuanto le gustaría una iglesia pobre al servicio de los pobres¡¡
Pues parece que a ello caminamos.
Baya follón... que no... tranquilos... ya veremos...
Animo Padre Jorge, que no decaiga.
! Señor aumentanos la fe ! para que convezcamos con nuestra vida !
Conseguiran más pocos auténticos que muchos falsos
Estoy muy de acuerdo con usted te de
Cuánto más, aunque fuera sutilmente, se fuera hablando esto en la Iglesia, sobre todo por los pastores, mejor. Porque toca vigilar y prepararnos, y si no vemos o queremos ver la realidad de ahora no lo estaremos. Ese es el punto fundamental, don Jorge, y por eso le agradezco mucho que hable de ello.
Un abrazo fraterno.
Saludos cordiales.
En realidad, parece que da igual eso de "para que el mundo crea", y que lo que importa es el yo-me-mí-conmigo, el nosotros grupuscular, o como acertadamente dice Bergoglio: la autorreferencialidad.
Y es muy esperanzador ver que no estamos parados, que se acta desde sensibilidades diferentes.
Aquí mismo en infocatólica hablando sobre el Congreso Católicos y Vida Pública se lee:
Lo primero que tiene que hacer un católico siempre en estas circunstancias es rezar y reparar. Esto es algo fundamentalísimo porque si no hay oración y reparación lo que hacemos no vale para nada. Después hay que meditar en la parábola de los talentos y preguntarle al Señor en la oración que podemos hacer según nuestras habilidades. Hay que pedir con toda la humildad, pero con el arrojo de buscar donde podemos ser más necesarios.
Hay mucha gente que por muchos motivos, principalmente por cobardía, no se atreven a dar el paso adelante para implicarse en las luchas en defensa de la Iglesia, como mucho animan a los que luchan. Hacen falta muchas cosas (brazos, mentes, inteligencia, hace falta ayuda económica, consejo…). Cada uno tiene que ver en lo que puede ayudar. Si uno no vale para organizar, puede aportar su dinero o su tiempo. Si miramos a nuestro alrededor seguro que encontramos una comunidad en la que nos podemos insertar para hacer el bien.
La Iglesia anima a los católicos a influir en la política.
Dentro de lo que podemos hacer por el Señor, sin duda está implicarse en la vida política y debería estar porque hay muy pocas vocaciones políticas entre los católicos. Bien es verdad que ser católico en el ambiente político actual es una rémora para el que quiere hacer carrera política. Eso no debería echarnos atrás sino asumirlo como la cruz que nos toca.
Sí.
Pero dentro de la Iglesia existe una rémora que se puede expresar así: “qué más da la vida pública, si aquí nos salvamos los de siempre”.
Por lo que he aprendido en mis muchos años, a quienes quiero les aconsejo que “si quieren vivir con ética y estética no se metan en negocios ni en política”. Si queremos mejorar el mundo, cada uno debe mejorar como cristiano y dar testimonio de la verdad evangélica en toda nuestra forma de ser de y de vivir. No hay otra manera, porque la política corrompe y hace imposible ser cristiano, si no te vas te echan. Jesucristo hacía el bien y enseñaba cómo hacerlo, es nuestro proyecto, realizar lo que nos mueve a hacer el Espíritu de Dios, meterse en política siendo cristiano es un error, se dejan confundir con ideologías que parecen buenas pero son ateas. Cristo aseguró que siéndole fieles mayores cosas podríamos hacer, si ni somos santos auténticos para cambiar el mundo, lo de meterse en política es un contra Dios, porque su proyecto es que nos convirtamos de verdad para que a Él le sea posible hacer todo lo demás, es lo que quiere de nosotros.
2. Martirio
3. Ver y participar en el programa La Sacristia de la Vendee, anunciado en esta misma página.
4. Hacer una transferencia mensual infocatolica, por lo que costaría una cerveza a la semana.
Los obispos españoles tienen un clarísimo ejemplo de participación laical en la política: la Falange y la Cruzada. Y los laicos españoles tenemos también un preclaro ejemplo de la participación clerical en política: cargarse lo previo y fomentar el Latroborbón, el aborto, el divorcio, la ruina nacional, el escándalo parlamentario diario y todo ello auspiciado por una pseudorreconciliación nacional sin Cristo, porque si no está Cristo no hay reconciliación.
Le ejemplo más popular y puro de antiliberalismo a nivel divulgación, reacción y Antiguo Régimen (siempre a la francesa, porque todos los antiliberales y reaccionarios lo son a la francesa, no los conozco españoles), Juan Manuel de Prada, dice claramente que los obispos deben meterse en política y dar directrices claras a los fieles para saber a quién votar o no.
La iglesia tiene un problema grandísimo y es que si se pudre la cabeza, se extiende al resto.
Muchas personas sinceramente pasan de la Iglesia Católica (no de Cristo) porque desde hace tiempo constatan que dejó de ser "Santa y Madre".
El problema no es de los fieles.
A la bosta los elegidos si ha sido por su arrogancia, por su mal ejemplo, por su doble moral por lo que tantos otros pierden la Fe.
Y en España ha habido mucho de eso, mucho, empezamdo por el Opus.
Otra cuestión es cómo se articule en concreto esa opción de vida dentro de las opciones políticas de un tiempo histórico. Hay caben todo tipo de discusiones sobre si deben existir partidos confesionales, si debemos volver a los estados confesionales, etc., etc. Pero todo eso, con ser importante, es secundario con respecto a la esencia de la vocación pública de nuestra fe.
En particular, yo estoy afiliado a VOX, un partido que no es católico o confesional, al menos no lo es programáticamente, aunque seamos no pocos los católicos que nos hallamos en su militancia. Milito allí no por razones de fe, ni mucho menos como vía para hacer proselitismo cristiano o evangelización, sino porque lo considero urgente en la situación terminal en la que se haya España, y además por el hecho de que son los que más defienden el derecho a la vida, la familia tradicional y la libertad individual, dentro de las fuertes limitaciones que ineludiblemente presenta un partido que no posee ninguna visión concreta trascendente de la vida.
La fidelidad si es mandato de Dios porque es la que nos lleva a disfrutar de las riquezas de Su Gloria. El martirio siempre es por culpa de los hombres,
O nos ponemos a ver qué es lo que hay que hacer según las Escrituras, o seguimos dando vueltas a políticas que nada han arreglado ni arreglarán.
Tanto hablar de pobreza y los pobres descuidando lo principal que es cambiar nuestro equivocado punto de vista sobre casi todo,
Jesús no predicaba como lo principal y único erradicar la pobreza, sabiendo que siempre habrá pobres, y no solo por injusticia ajena sino por propia línea de conducta también. Lo que predican Juan Bautista y Jesús no son asuntos políticos ni económicos, sino una alternativa mejor que arregla la convivencia, y nos lleva a cuidar todo con generosidad responsable. Convertíos, predicaban en el desierto a oídos sordos tal como hoy.
Pues nada, a seguir dándole vueltas, el decálogo está muy claro pero no lo aceptamos por nuestra concupiscencia, vendrán otras generaciones y seguirán con los mismos problemas y peores soluciones. Dios seguirá esperando...
Pero me siento confusa. No sé qué pensar de muchas cosas.
Confieso q mi fe se fortalece más frente a los ateos militantes q entre la ¿ortodoxia? cuando esta es inmisericorde. Confío en q la misericordia de Dios sea infinita. Sé q a muchos les desagrada este tipo de fe, pero sin ella yo no podría vivir ni sabría morir.
De vuelta siempre al Evangelio no hay pérdida. La oración con fe, la oración q pide la fe.
Y aprender del samaritano quien es mi prójimo. Aunque sea más "hereje" q el letrado q pasaba x ahí.
Gracias por el post y por muchos comentarios, especialmente los màs sinceramente personales.
Ave María
El resto fiel, el remanente del pueblo de Dios será cada vez más pequeño contra lo que digan los relativistas y políticamente correctos que todo lo ven bien ahora muy "fraternales" y ecoteológicos,
Contra eso unirnos en oración y pedir la intercesión de la Virgen María Santísima y que Dios tenga misericordia de nosotros.
Revisa lo que escribes porque con tu comentario parece que el Opus es el responsable de la descristianización de España.
El Opus o la gente del Opus tendrán sus defectos como todos, pero atribuirles el ocaso de la Fe a su responsabilidad es una...., en fin, ya sabes, sideral.
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