Estar con la gente ahora más que nunca
Cada uno de los sacerdotes estamos viviendo estas excepcionales circunstancias de forma muy diversa. Mi reconocimiento muy especial a los compañeros capellanes de hospitales y tanatorios y también a aquellos que están sufriendo esta epidemia en zonas de especial incidencia. Su trabajo, al igual que el de tanta gente en mil lugares, es realmente heroico.
Me ha tocado vivir estos días en circunstancias de una gran tranquilidad. Mis pueblos son pequeños y parece que de momento no tenemos especiales problemas.
Estoy muy satisfecho con el funcionamiento de las misas a través de mi Facebook. Ya ven, con lo tecnológico que es uno y ni siquiera me lo había planteado.
El domingo, la primera, improvisada y como pude. Ayer de nuevo, aunque ya con más detalles y mayor cuidado. Y hace un rato se me ha ocurrido conectar en directo con el repique de las campanas y el rezo del ángelus. Las reacciones son realmente extraordinarias.
Uno, en estos días de manera especial, intenta estar cerca de sus feligreses, los de Braojos, Gascones y La Serna y también los de nuestra virtual parroquia de San José de la Sierra, y la verdad es que estas misas a las que se puede acceder a través de Facebook nos están uniendo aún más si cabe como hermanos en una misma fe.
No estamos lejos. Estoy en la casa parroquial. Esta mañana me he acercado a la farmacia a Braojos y he podido saludar en la plaza, con todas las distancias mandadas, a varias personas que me confirman que todo está bien. Tanto en La Serna como en Gascones tengo personas de confianza que me mantienen informado. Todo parece que transcurre dentro de la normalidad.
Las redes sociales nos permiten estar cerca de otra forma. Mañana recibirán, como cada miércoles, “El serranito”; por WhatsApp estoy al tanto de la gente, los correos nos acercan y tenemos el teléfono para estar en contacto y preocuparnos unos de otros.
No es momento para venirnos abajo. Es más bien un tiempo extra para rezar, leer, llamar a ese amigo del que hace tiempo no sabemos nada, organizar la casa, redescubrir el placer de cocinar sin prisas, ver una buena película juntos.
Un abrazo solidario para todos.
Socio, bien. Aburrido como todos, pero contento porque nos pasamos el día juntos.
22 comentarios
Bromas aparte, es cierto que tenemos un tiempo para rezar, reflexionar y acercarnos más a Dios, no hay mal que por bien no venga, tal vez sea un aviso, como ha ocurrido en otras épocas de la historia y volvamos nuestros ojos a Él, que tanto nos ama. Que Dios bendiga a todos.
Que Dios le siga iluminando, y nos permita seguir accediendo a Él por medio de Ud. y de aquellos que son como Ud. Que la Virgen siga intercediendo por todos los que a Ella acudan y San José, cuya festividad está a la vuelta de la esquina, nos ayude a sobrellevar estas circunstancias.
Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus,
nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.
Rezando y preparado para la gran batalla.
___________________________VINCEMMO, VINCEREMO. ✠
pastoralsj.org/ser/842-orgullo-gay
Acabo de denunciar ante la Conferencia Episcopal este artículo que clama al cielo porque es totalmente contrario a las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia recogidas en el Catecismo. Hagan lo mismo, por favor.
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Que un sacerdote diga que las prácticas homosexuales no son pecado es muy grave. Si yo me confieso con el tal Olaizola padre jesuita de que he pecado de prácticas lésbicas homosexuales que me dirá? Que esta bien? Que siga? Que no lo deje? Que no es pecado? Ese sacerdote no ayuda a la conversión ni al arrepentimiento de los fieles.
Que triste estos pastores pusilánimes
14 marzo, 2020
Queridos hermanos:
Todos estamos preocupados por la situación de desconcierto que estamos viviendo ante la incidencia del Coronavirus. Desde nuestra diócesis hemos dado unas medidas con las que queremos contribuir a evitar las consecuencias de este mal. Ahora, con estas letras, quiero ofrecer una visión de lo que nos está ocurriendo con los ojos de la fe. Los cristianos tenemos una manera de mirar la vida y la historia distinta del mundo, tratamos de ver nuestra realidad y la de nuestra sociedad leyendo los signos de los tiempos y la presencia de Dios en ellos (Mt 16,23).
Vivimos un tiempo de Cuaresma, tiempo de oración y de penitencia, tiempo de recordar que «somos polvo y en polvo nos convertiremos». Este momento puede ayudarnos a redescubrir nuestra propia fragilidad y a recordar que somos vulnerables, mucho más de lo que creemos. Así, no podemos olvidar que nuestra fortaleza es sabernos hijos de Dios y «que en la vida y en la muerte somos del Señor» (Rm 14,8).
La realidad que nos golpea con la fuerza de la enfermedad y la muerte nos recuerda que no tenemos todas las respuestas ni la fuerza para vencer al mal por nosotros mismos. «¿Quién de vosotros, por más que se empeñe, puede añadir una hora al tiempo de su vida?»(Mt 6,27); nos dice Jesús, no para asustarnos, sino para llamarnos a la confianza total en Dios, el Padre bueno que nos ama y nos cuida, y para concluir con su llamada: «vosotros buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas las cosas se os darán añadidas» (Mt 6,33).
Ciertamente, esta crisis nos debe ayudar a mirar nuestra vida y redescubrir dónde está lo verdaderamente valioso. Con frecuencia nos preocupamos de muchas cosas, demasiadas, y dedicamos nuestros esfuerzos a lo que sólo es pasajero y no permanente. Corremos el riesgo de hacer de lo relativo algo que nos parece esencial, y sin embargo lo esencial lo relativizamos. Es tiempo de volvernos a Dios y de recordar que más allá de la salud de nuestro cuerpo, la salud de nuestra alma también necesita ser cuidada, pues Jesús nos avisa de que más que la muerte del cuerpo hemos de temer a «aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno» (Mt 10,28).
Ahora, más que nunca, necesitamos renovar nuestra confianza en Dios, recordar una y otra vez que el sentido de nuestra vida es la esperanza en su salvación. Sin dejar de cumplir con todos los deberes y cuidados que nos exige la situación, no debemos olvidar que existe un Dios que cuida de nosotros. Como creyentes volvamos ahora nuestra mirada a nuestro Padre bueno para pedirle por los enfermos, por los que los cuidan, por los que han muerto a causa de este virus, por las personas en riesgo y quienes más van a sufrir las consecuencias económicas de esta crisis que nos amenaza. Recemos, como cristianos, para implorar a Dios que nos libre de este mal y nos conceda la salud para que podamos vivir según su voluntad. No podemos, en este tiempo vivir distraídos y dispersos, aumentemos nuestra oración.
Para ello, como signo de esperanza en quien está por encima de todo, sugiero que nuestros templos estén abiertos más tiempo del habitual, de modo que, evitando aglomeraciones, muchos puedan acudir a ellos, entrar a orar y encontrar momentos de recogimiento y de intimidad con el Señor.
Asimismo se debe mantener, mientras sea posible, la celebración de la Eucaristía tanto diaria como dominical en los horarios habituales, o incluso ampliándolos para facilitar la asistencia sin aglomeraciones de personas. Que no se pierda el encuentro con Dios, pidiendo a aquel en cuya mano está nuestra suerte (Sal 31,5) por el fin de este mal que nos atenaza.
Nuestra Iglesia anima a las familias a la oración en casa y a la escucha confiada de la Palabra de Dios. Puede ser un buen tiempo para el rezo del rosario en familia, con la confianza de que la intercesión de la Virgen es siempre poderosa.
No podemos olvidar a las personas más vulnerables que no podrán acudir a la celebración eucarística, hemos de asistirlas cuando soliciten recibir la Sagrada Comunión en casa. Nuestra atención espiritual a los enfermos debe seguir funcionando con la mayor normalidad posible, salvando siempre las medidas higiénicas y sanitarias necesarias.
Este tiempo y el recogimiento que se nos pide, nos ofrece la oportunidad de vivir una cuaresma de mayor intimidad con Dios. Aprovechemos el momento para crecer en la oración y en la confianza con el Señor. ¡Que Él os bendiga!
+ José Mazuelos Pérez
Obispo de Asidonia-Jerez
El otro día me quejaba (conmigo mismo) por no poder asistir a una Misa oficiada por Ud. y hoy me ha sorprendido con el uso de la tecnología para incluirme entre su feligresía.
Si bien acá en México no tenemos la gravedad de la pandemia, en cuanto al número de contagios y decesos, sí se ha afectado la actividad económica en muchos negocios.
Le agradezco la invocación a San Roque, para que su intercesión primero por los que más sufren, también nos alcance a los que desde México también padecemos "el bichito", como Ud. le llama.
Rezo su Ave María y me sumo a su ciberaudiencia.
En Cristo.
De lo poco que he seguido de este pobre hombre, la verdad que deja que mucho desear. Miren su carita en Youtube hablando contra el Magisterio de la Iglesia, se nota de qué pie cojea (nunca mejor dicho).
youtube.com/watch?v=0lH2q5STcrs
en directo vía web, nos han enviado link, o sea un enlace o conexión, para poder ver el Santísimo expuesto … y algún otro ha salido a dar un paseo por las calles con la custodia como si se tratara del Corpus Christi (y me pregunto con qué permiso, porque para muchas cosas somos muy
estrictos y para otras no tanto.)»
El obispo de Teruel, tan francisquista él, no se ha dado cuenta que al primero que critica es al papa Francisco que transmite su misa todos los días y que incluso ha bendecido con la custodia.
Como fiel cristiano agradezco mucho a todos los sacerdotes que con medios rudimentarios han puesto sus misas en facebook en you tube y en otros lugares. Eso sí que es pensar en los demás y no usted señor obispo encerrado en su palacio, esperando salir de Teruel a mayores y mejotres destinos, que de todos es conocida su ambición, y elucubrando esos escritos que de nada sirven.
Nos anima con su fe firme , simplicidad, humildad y la mirada creyente en estos momentos *muy* difíciles.
Acudamos a la Virgen de Fátima , y a los Santos Francisco y Jacinta.🙏👼👼🙏
Ave Maria gratia plena Dominus Tecum...
Aquí veo algunos comentarios esperanzadores.
Espero q la verdad sea esa esperanza.
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