Belenes ideologizados y manipuladores
El belén es lo que es desde tiempos de san Francisco de Asís. Es la representación plástica del nacimiento del Hijo de Dios. El belén o nacimiento, que decimos por ejemplo en mis pueblos, no necesita nada más. Ya saben: el portal con María, José y el niño acompañados por la mula y el buey, el ángel anunciando a los pastores, los pastores que adoran, los reyes magos, y, si acaso, al fondo, el castillo de Herodes.
A estos elementos básicos y que reflejan exactamente lo que leemos en los evangelios de la infancia, la piedad popular ha añadido pequeños elementos como la posada, algunos comerciantes, río y lavanderas… Pero bueno, la cosa es evidente de qué trata: representamos que el Hijo de Dios nació en Belén, que un ángel lo anunció y que fueron los pastores a adorarlo, y más tarde los magos de oriente. No hace falta más. Es lo que pasó según los evangelios.
Últimamente van apareciendo otros supuestos belenes que, más que presentar ese hito esencial de nuestra fe católica, lo que hacen es soltar ideología, generalmente en una única dirección, a base de manipular y forzar el nacimiento de Cristo. Belenes donde María y José son refugiados viviendo en la cárcel, otros con concertinas, los hay con recogida de residuos y apuesta por el medio ambiente, alguno con patera y seguro que algún memo con balcones a la calle, qué digo balcones, miradores, ha colocado una inocente Greta. Que los hay capaces. Esto es lo que llamo ideologizar y manipular.
El hecho es que el Hijo de Dios se encarnó en el seno de María virgen y nació en Belén, y vino para redimirnos del pecado y obtenernos la salvación entregándose libremente a la muerte y una muerte de Cruz. Y ya. El resto, son interpretaciones muy libres y muy discutibles.
Aquí nos viene uno y nos dice que abajo fronteras. Otro, con santo Tomás en una mano y Benedicto XVI en la otra, afirma que los estados tienen derecho a proteger sus fronteras. Los hay que creen que lo del medio ambiente, con Greta y todo, es la esencia del catolicismo. Otros, en su pleno derecho, afirman que nos toca cuidar la creación, cierto, pero que lo del calentamiento global precisa de más aclaraciones. Son dos ejemplos, pero es que cuando uno, del hecho salvífico por excelencia, saca conclusiones forzadas para llevar el agua a su molino, eso se llama ideologizar la navidad y manipular al personal. Pues se hace. Ya lo creo que se hace.
Un progre no va a colocar el belén como su abuela o como lo hacía su párroco de niño. Un progre siempre está en la línea reivindicativa-social escorada lo más posible a la izquierda. Belén sí, pero belén progre, con concertinas, muros made in Trump (jamás made in Corea del Norte, que siempre ha habido clases), refugiados, inmigrantes rechazados por Salvini (que no famélicos venezolanos), mares rellenos de plásticos y un cielo contaminado que apenas permite vislumbrar el sol. Cielo norteamericano, entiendo, no chino, y una central nuclear petada, supongo que la de Fukushima, porque Chernobil no quedaría bien.
Así que te vas a ver el belén y no sabes si ha nacido el niño Jesús o te están colando el telediario de la Sexta. Quizá es que, en el fondo, a estos progres les importa un bledo la encarnación y la redención y han decidido compensarlo con un poco de ideología y un bastante de manipulación. Con su pan se lo coman.
27 comentarios
Creo sinceramente que los jesuitas progres tienen un trauma con los orígenes de la Compañía. Cualquier día de estos, uno anuncia que van a aceptar a mujeres, para que haya más "paridad" y porque eso de que la única mujer jesuita fuera infanta de España y princesa en Portugal no ayuda nada a la "igualdad".
Y ahora, si me lo permite, un mensaje para Haddock, que suele descolgarse por aquí: en otro blog se despedía porque le habían censurado un comentario: vuelve, aunque tengas que moderarte (morderte la lengua), que en esa circunstancia la tal Yolanda se lo tenía más que merecido. Cuando entré estaban cerrados todos los comentarios, por eso no te lo pude decir allí.
Gracias, P. Jorge
Ninguna obra de teatro clásica se presenta ya con el "mensaje" que quería transmitir en un espacio y un tiempo determinado, para que los espectadores seamos conscientes del "ser y sentir" de la época en que se escribió; se trata de manipularla según la conveniencia actual de los poderosos, no sea que nos influyese y nos diese "malas ideas" en su contra... Un claro ejemplo en Cataluña es "Terra Baixa" (Tierra Baja) de Àngel Guimerà, que plantea un tema aún actual cual es la lucha contra el malvado cacique local, pero a los poderosos no les gusta que sea el trabajador pueblerino honrado, servicial y bondadoso que se dé cuenta de la afrenta, no sea que exija a los "nuevos caciques" que no manipulen engañosamente los precios agrícolas quedándose todas las plusvalías del producto (en versiones actuales los "masovers" son prostitutas y gente barriobajera de mal vivir, iguales en bajeza moral que el cacique ajusticiado: el lobo).
Que los que odian a la Iglesia la quieran destruir no es novedad, si lo es el descaro con que actúan, incluso dentro de la jerarquía: Algún truhán en Vaticano puso el ejemplo hace un par de años con un nacimiento gay. Lo que vemos hoy es solo es el siguiente paso en el plan.
No solo la boca, también los belenes hablan de lo que rebosa el corazón.
Y por eso sirven de espejo de ellos mismos: los jesuítas se ven a sí mismos y se interpretan como una ONG cualquiera, que se vende en un remate social con los tópicos del pauperismo. Y así los otros esperpentos.
Por ejemplo: la Colau, a la que le encantan los gestos "escatológicos", quisiera que Cristo, y la "familia" fueran cachivaches para lanzarlos al desván o a la basura.
Es que se retratan en toda su miseria. Da pena.
Greta es ahora portada del "Time". Y me llama la atención el que las imágenes que he visto de una chica sonriente sean escasísimas. ¿Cómo se sentirá el día en que aparezca otra "persona del año" y a ella la arrinconen?
Sin embargo, desde la fe y el respeto al misterio de la Natividad, es un ejercicio muy saludable imaginar cómo se haría carne hoy el Señor entre nosotros. Lo de menos es imaginar escenarios más o menos bizarros. Esto lo pienso en relación a una necesidad personal como creyente: ¿cómo estoy viviendo la espera de su venida?; ¿cuál es la naturaleza de mi alegría, hoy que estamos en el domingo de Gaudete?; ¿estoy alegre siquiera? Esto sí es interesante planteárselo, pero, claro, poniendo en primerísimo lugar el misterio del nacimiento del Señor.
Como usted bien dice, todo lo demás sobra, pues lo central de este misterio divino no es el rechazo social o la incomprensión humana, asimilando pesebre con inmigrante sin papeles o con la tierra maltratada por el hombre egoísta, sino que lo infinitamente grande se hace lo más humanamente pequeño e indefenso para salvarnos, prefigurando su entrega amorosa en la cruz. Lo demás, sí, sobra.
En un momento estaban todos en el silencio de la noche y llegó la Salvación, la noche se iluminó, la estrella se detuvo, los ángeles subían y bajaban y los pastores fueron a ver y lo encontraron, era de Verdad, era la Verdad, se cumplía la profecía y el hombre se salvó para siempre.
Frente a este regalo inmerecido no hay progre, ni greta, ni cuestión alguna que pueda alterar los efectos salvíficos y Gracias a Dios que así sea, en realidad no saben lo que hacen porque no entienden el nacimiento del Mesías, esperan un Rey del clima y de las cosas terrenas, en definitiva no presentan un Belén sino otra cosa totalmente ajena al designio Divino.
Y todo para no reconocer que si nos hacemos regalos, comemos exquisiteces, nos felicitamos, nos reunimos con familiares y amigos... es porque celebramos la noticia más increíble que ha tenido la humanidad: que Dios se ha hecho hombre para ponernos a su altura.
Y así nos va. Por culpa de los elfos y los renos nevados.
Y nosotros mirando al Misterio y cantando Gloria a Dios en el cielo...
Ayer domingo, en la salida de la iglesia, hubo una persona, que me dijo, o diría a todos los que iban saliendo: "Feliz Navidad", era una mujer musulmana pidiendo limosna. Pues así están las cosas. En la viña del Señor hay de todo.
En el escaparate de una tienda veo a los magos, uno en camello, otro montado en un elefante, otro a caballo. Hice alguna fotos que no se ve aquí.
Son muchos los que cuando preparan belenes en sus escaparates, ponen cualquier cosa, incluso hasta inmundicia. O en mi pueblo, que parodia el belén, pero que está cargado de impiedad. Y por la falta de fe, tiene mucho público. Y tienen que comprar entrada para ver esas maldades.
El asunto no se quiere entender, la cosa funciona de otra manera , es cristianizar el mundo, no al revés.
Lo que realmente dijo a nuestros primeros padres fue "aherrojad" la Tierra (según las traducciónes más precisas), ó lo que es lo mismo "esclavizad" la tierra y los animales, plantas y minerales que en ella están. Usadlos a vuestro servicio porque están por debajo vuestro y para vuestro disfrute y dominio.
Otra cosa es que esa tierra y sus seres vivos son de TODOS. Si contaminamos el mar, que es propiedad de todos, entonces estamos pecando de egoísmo frente al resto de seres humanos, pero no en lo que respecta a la tierra ó al mar ó a la naturaleza en sí mismos. Si a mí me prestan un libro, debo cuidarlo por respeto al que me lo prestó, pero el libro en sí mismo no tiene ningún derecho.
Según Dalmacio Negro (catedrático y miembro de la academia de ciencias morales y políticas), lo que diferencia precisamente a los cristianos del resto de religiones es que tienen el derecho y el deber (frente a Dios) de dominar la Tierra y someterla.
El resto de religiones (salvo la religión judía) temen afectar demasiado a la naturaleza porque la imaginan llena de dioses y espíritus que la poseen y son los dueños. Aprovechan la naturaleza (sin duda con la intuición de la Verdad), pero saben que el mar "es" de Neptuno y la tierra "es" de Gea ó cualquier otra divinidad. Los germanos adoraban al árbol, los chinos a las montañas, los aztecas a los volcanes, etc etc etc. Todo lo anterior tiene implicaciones en cómo se desarrollan luego las civilizaciones, y explica el impresionante desarrollo material de la civilización occidental cristiana.
Los católicos sabemos que la Tierra es para usarla y está a nuestro servicio, pero sin atentar contra el derecho a usarla de los demás hombres, ya que todos poseemos la tierra por igual (mientras la habitamos durante esta corta prueba espiritual que es la vida mundana). Así que no hay que cuidar nada, sino respetar a nuestros hermanos y no contaminarles su medio ambiente (que es muy distinto).
Recordaba un poco el chiste del hombre que va al médico y le pregunta ¿qué puedo hacer para vivir más tiempo?. Y le dice el médico; nada ver futbol, nada de cerveza y aperitivos, nada de ir a la playa, nada de chiringuito, nada de siesta, nada de marisco... y le pregunta el hombre, ¿entonces así viviré más tiempo?, y le responde el médico; no, pero se le va ha hacer más largo.
Pues parecido con las medidas que se quieren tomar con el cambio climático puede que luego la vida en la tierra dure lo mismo, pero se nos va ha hacer más larga.
Por contra la tradición católica está llena de celebraciones y nada de puritanismos en el comer y estadísticamente los países católicos Mediterráneos tienen más esperanza de vida.
Uno de los principales problemas del lobby calentologo, es que basicamente miente.
Por no comer carne no se va a cambiar el clima. Además si comemos judicas el metano que no producen la vacas lo vamos a producir nosotros.
La única solución al calentamiento global si es que la hay, que no es seguro es la tecnología. Es que no hay otra.
El clima lleva calentandose desde la última glaciación en el pleistoceno, cuando el hombre para comer carne tenía que jugarse la vida. Y no había coches.
Ademas si el cambio climatico fuese algo que les importase de verdad a los que lo promueven, como hace poco el cantante Alejandro Sanz, dejaría sus vuelos en avión privado. Este señor ha dicho que se compromete a reducir la huella de carbono de sus conciertos. Yo le doy una idea gratis, que venga nadando desde Florida con todo su equipo, así sera el cantante mas ecologico del mundo.
Durante medio siglo se decía que en el Unión Soviética se vivia muy bien, y una gran parte de subnormales se lo creían, y una gran parte de sinverguenzas, hasta que se les cayo el muro.
Hay una hipótesis de que en 2030 se va a producir otra miniedad del hielo. Si eso se produce, y puede ocurrir, va a tirar por tierra todas las mentiras de los calentólogos.
Lo que hay que hacer es no contaminar o contaminar lo menos posible. Pero sin mamarrachadas de ignorantes como cantantes o niñas raritas que han decidido dejar de estudiar por ella lo vale.
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