Mucho Müller
Ya tocaba alguna alegría y de las gordas. Son ya unos cuantos años en los que las palabras que nos van marcando son algo así como “bueno”, “depende”, “hay que matizar”, las circunstancias”, “la acogida”, “no hay que ser inflexible”. Todo esto, que en principio podría hacerse pasar por prueba de madurez, caridad constante y profundidad evangélica, no es más que una bajada de pantalones o subida de sotanas que claudican ante el más burdo relativismo presentado como el no va más de la evolución católica personal. Somos tan católicos, tan maduros, tan evangélicos y tan misericordiosos, que hemos llegado a la conclusión de que todo depende.
Cuando esta mañana me he encontrado con la Declaración de fe «¡No se turbe vuestro corazón!» (Juan 14,1), del Cardenal Müller, he de reconocer que he sentido una inmensa gratitud hacia el cardenal, unida con una alegría y de las gordas.
No estamos acostumbrados a que se llame a las cosas por su nombre. Tan extraño nos resulta que hasta nos da pavor y nos produce erisipela. Un cardenal que se atreve a hablar claro y, además, sorprendentemente, exponiendo en su integridad la doctrina de la Iglesia. Cómo no va a sorprender cuando ayer otro cardenal, Schönborn, no tenía reparos en hablar de matrimonio entre homosexuales. Sí, MATRIMONIO. Pues eso. Que estamos mal acostumbrados.
El cardenal Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe desde entre los años 2012 a 2017, ha sido capaz, prueba de su privilegiada cabeza y su más que sólida formación intelectual, prueba de ello es que fuera nombrado prefecto de Doctrina de la Fe por Benedicto XVI, de presentar la esencia de la fe católica en poco más de dos mil palabras, tres folios, claros como el agua clara y sencillos como paloma torcaz.
Dice cosas tan simples pero tan hondas como que Cristo es verdaderamente Dios, que Jesucristo fundó la Iglesia como signo visible e instrumento de salvación, que subsiste en la Iglesia Católica. Sigue diciendo: “La Iglesia no es una asociación fundada por el hombre cuya estructura es votada por sus miembros a voluntad. Es de origen divino”. “La tarea del Magisterio de la Iglesia es «proteger al pueblo de las desviaciones y de las fallas y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica». “La confesión de los pecados en la confesión por lo menos una vez al año pertenece a los mandamientos de la iglesia”. “El conocimiento de la ley moral divina y natural es necesario para hacer el bien y alcanzar su fin”. “Existe también la terrible posibilidad de que un ser humano permanezca en contradicción con Dios hasta el final y, al rechazar definitivamente su amor, «condenarse inmediatamente para siempre»”.
Y no se pierdan el final, donde leemos cosas como esta: “Ocultar estas y otras verdades de fe y enseñar a la gente en consecuencia, es el peor engaño del que el Catecismo advierte enfáticamente”.
¿Qué quieren que les diga? Que me ha alegrado el día. Apenas tres folios, pero que bastarían para que los fieles tuvieran claro lo que es el fundamento de su fe. Evidentemente hay gente a la que le pican estas cosas y que se refiera a este importantísimo texto del cardenal Müller despachándolo con un “Müller se echa al monte”, y con la gilipulluá de que a los conservadores lo que les molesta es que Francisco esté con los pobres. ¿Se referirá a los pobres venezolanos? Y no sigo.
Bueno, sí. Que si Müller ha dicho algo en contra de la doctrina de la Iglesia, me lo expliquen. Gracias.
35 comentarios
Siempre estuvo alerta, para defender la verdad del Evangelio, de la genuina tradición de la Iglesia, sin ceder a aplausos mundanos, o buscando notoriedad. Nunca juzgó que fuese más importante un cargo vaticano, que
la verdad de la fe y la moral católicas.
Gracias, Card. Mueller por su valentía, en un ambiente tan oscuramente zarandeado, que anda padeciendo la Iglesia.
El Ave María por sus parroquias y por todas las del mundo, incluida esta cibernética, ya va por delante. Que el Señor le ilumine, la Virgen Santísima le acompañe y San José le guíe.
Hoy tres Avemarías.
"No está clara la razón de Müller para hacer esta "profesión de fe" en este momento, a pesar de que sería arriesgado juzgarle intenciones poco claras."Lo único que deberías juzgar es si el Cardenal Müller en su profesión de fe dijo o no dijo la verdad, si se apartó o no de las Escrituras, la Tradición y el Magisterio. Si dijo la verdad, entonces no hay nada que objetar porque la verdad siempre proviene del Espíritu Santo, la diga quien la diga. Y al que le duela la verdad, al que le moleste la verdad, desdichado de él que encuentra tropiezo en la misma.
Sólo me faltó aplaudir delante del ordenador.
«Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio.»
La Providencia no dejará de hacer surgir muchos Müller allí donde y cuando más se necesiten.
Sí, Müller es mucho Müller porque Dios es mucho Dios.
Las cosas son más complicadas de lo que parecen y hay que tener discernimiento. Entramos en un tiempo lleno de asechanzas y aunque la claridad actual de Müller es muy de agradecer hay temas relacionados que no están claros. . .
Comparto su alegría y tranquilidad por la declaración del Cardenal Muller, lástima que ya no presida la CDF. Esperemos que sus palabras tengan eco en la Jerarquía como ya lo tiene entre los fieles.
Es mejor aspirar a una vida larga que te permita completar tu camino hacia la santidad total. Y desde el punto de vista humano es mejor aspirar a lo máximo por si te quedas a la mitad.
La opción preferencial por los pobres consiste en que si solamente se puede optar entre dos personas para que sean evangelizadas se ha de elegir al pobre primero, por ser el más expuesto a morir sin conocer a Dios ni el Evangelio. Nada tiene que ver con la pauperomanía, síntoma de semicristianismo que asola la Iglesia.
Afortunadamente con las nuevas tecnologías es muy raro, aunque no imposible, que se haya de elegir entre un pobre y otro que no lo sea para que conozcan el Evangelio.
Dios nos quiere ricos ya en la Tierra, basta leer el fragmento del Evangelio: S. Marcos 29, 30.
La única peguita es que es con persecución, no iba a estar todo chupado.
Todo este fragmento intermedio de mi comentario es por lo escrito por el joven que se conforma con vivir hasta los 30.
A Rosa de Jesús: España e Iglesia van con mayúscula excepto que iglesia se refiera al edificio, al templo. Sin acritud. Paz y Bien, hermana.
A D. Jorge: Creo que finalmente podremos conocernos en persona. ¡Qué alegría para mí, padre!
Hay muchas mujeres víctimas del divorcio que se mantienen fieles a sus maridos y a Dios.
Por lo demás, una inmensa alegría este documento.
Hay tiempo, la reconquista contra los moros duró ocho siglos, lo importante es empezar.
Esto es este documento: Un torpedo en la línea de flotación del yate en el que viajan (de gorra, por cierto) tanto teolojete herético y tantos pastores convertidos en ovejas enfermas, conocidos principalmente por sus silencios.
Creo que cuando Thomas Harris escribió "El silencio de los corderos" pensaba en ellos.
"Solo los hombres muy hombres
se reconocen culpables,
cuando de esto alguien te hable
recordá la diferencia:
no conozco ni un ladrón
que no ha gritao su inocencia".
Hoy en día el reconocimiento de culpabilidad es lo que cuesta, todos gritan su inocencia y eso no es cristiano.
Pero haría falta una matización, según me parece. Puede ser problema de la traducción, aunque no lo parece.
Dice el texto: "De la lógica interna del sacramento se desprende que los fieles divorciados por lo civil, cuyo matrimonio sacramental existe ante Dios, los otros Cristianos, que no están en plena comunión con la fe católica como todos aquellos que no están propiamente dispuestos, no reciben la Sagrada Eucaristía de manera fructífera (1457) porque no les trae la salvación."
No me parece que el mero hecho de estar divorciado por lo civil sea causa suficiente para no poder comulgar... si el divorciado vive en castidad (como los solteros) y vive de acuerdo con el resto de las normas de la Iglesia.
bendito sea Dios
Ante tan grave e insospechado error del cardenal Muller hay que preguntarse porqué lo hace. Y quiénes son los que le han pedido que lo haga, que dice el cardenal que lo hace a su requerimiento. Entre los que no cita ni al Papa ni a ningún otro cardenal, máximas autoridades de la Iglesia.
Rafael, ¿aún se pregunta que qué sentido tiene esta declaración de este buen obispo en los tiempos que corren? ¿y qué tiene de malo el 8 de febrero? Mi agradecimiento al cardenal Müller y a S.S.Benedicto XVI.
Creo, si te he entendido bien, que te equivocas. Si Cristo es Dios, y vive Dios que lo es, tiene que existir desde siempre y ser consustancial o como queramos llamarlo con el Padre y el Espíritu Santo. Luego de su Pasión volvería al Padre, si es que se puede decir así, puesto que para Dios el concepto de espacio es una bobada, vamos que se parte de risa. Y el de tiempo igual. Si lo ha creado el.
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