Me despido... por una semana
Mi costumbre es escribir tres o cuatro veces por semana cuando menos. Y mis lectores, que ya saben de esa costumbre, buena o mala según, si de repente me ven inactivo una semana entera son capaces de barruntar cualquier inconveniencia, inconveniente o imposibilitante. Por eso prefiero contar lo que pasa.
Bueno, en realidad, pasar, lo que se dice pasar, no pasa nada. Simplemente que esta próxima semana voy a dirigir unos ejercicios espirituales a un grupo de sacerdotes de la diócesis de Lugo. No sé si voy a tener internet ni me importa. Personalmente quiero también a provechar la semana que viene para estar tranquilo, rezar, leer y no hacer otra cosa que pasarla en Dios con ese grupo de hermanos.
Ya saben mis lectores que formamos, más que un grupo, una comunidad eclesial peculiar bajo el patrocinio del señor san José, en la distancia virtual, que no de comunión en Cristo, y que esta semana próxima les toca apoyar estos ejercicios con su oración.
Esta semana próxima, pues, ni escritos en el blog, ni recibir “El serranito” ni nada parecido. Mis tres pueblos quedan al cuidado de un compañero cercano.
Lo dicho, recen por nosotros y ya les contaré a la vuelta.
¡Felices reyes!
22 comentarios
>Ave María, llena eres de gracia...
>San José de Nazaret, patrón de la Iglesia Universal, ruega por nosotros.
P.D. ¿Qué hay que hacer para recibir «El serranito»?
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Jorge:
Solicitarlo... Te apunto.
Ave Maria...
Ave Maria, grátia plena, Dóminus tecum...
Descanse, dese unos paseos por la muralla y le esperamos ansiosos.
Pórtese bien: no los revolucione demasiado... Sólo un poquito. :)
Cuente con las oraciones.
Dios te salve María.....
Pido en mis oraciones que el Espíritu Santo lo ilumine para que la predicación de los Ejercicios Espirituales sea provechosa y rica en frutos.
Leyendo en estos días de Navidad el prólogo del Evangelio de San Juan, y también algunas de sus cartas, me he dado cuenta de que al menos una buena parte de los sacerdotes no lo han meditado, y por tanto no comprenden la profundidad que tiene, de forma que se puede leer cien veces y sigue encontrándose algo nuevo, a pesar de que el evangelista lo repite una y otra vez de diferentes formas. Quizás esa falta de comprensión se debe en parte a la traducción, en el que el Logos se ha sustituido por el Verbo y más recientemente por la Palabra, y aun esta por su significado más elemental. Incluso me sorprende un poco su desconexión con el Génesis en el que Dios dice: “Haya luz”; que muestra como la ciencia se aproxima cada vez más a la religión con las últimas teorías del Big Bang, en la que el Universo parte de una partícula infinitamente densa y pequeña en la que no existe ni espacio, ni tiempo, ni luz. Me parece un Evangelio de meditación inagotable.
Le rezo su Avemaría y les encomiendo a san Froilán para que esos ejercicios resulten muy fructíferos tanto a Ud. como a sus compañeros, sin olvidarnos del buen san José, nuestro Patrón.
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