Homilía. Domingo XXV A: Dejar a Dios ser Dios
Cuando pregunté a los niños si era justo que los que trabajaron apenas una hora cobrasen lo mismo que aquellos que tuvieron que bregar toda la jornada, evidentemente dijeron que no. Seguro que los mayores también lo pensaban, pero no se atreven a proclamarlo en público.
Ayer invité a mis feligreses a aproximarse a las lecturas del domingo desde tres consideraciones.
PRIMERA: “Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos - oráculo del Señor-“.
Les decía que tenemos que acostumbrarnos a dejar a Dios ser Dios, a comprender que tiene sus planes, sus tiempos, y que cosa nuestra es esperar, confiar, saber que todo es para nuestro bien. Y es que demasiadas veces nos dedicamos a enmendar a Dios la plana: y por qué permite, por qué hace, por qué no hace… Por tanto partimos de la necesidad de dejar a Dios ser Dios, de confiar y aceptar su voluntad.
SEGUNDA: Tener fe, vivirla desde niños, ¿es una suerte o una desgracia? Esa gente que dice que no hay derecho a que te pases la vida cumpliendo los mandamientos, yendo a misa los domingos, confesándote, renunciando a tantas cosas por ser fiel, y luego te viene uno que ha estado toda su vida como un sinvergüenza, se arrepiente al final y va al cielo como tú.
Si pensamos así, es que estamos viviendo el don de la fe como una maldición y una mala desgracia.
Por el contrario, deberíamos estar felices y contentos porque, mientras otros no han tenido la misma suerte, nosotros, desde niños, hemos gozado de la gracia, los sacramentos, un camino cierto para vivir como hijos de Dios, la Iglesia, la comunidad, la Palabra, todo. Otros se lo han perdido. Pobres. Qué lástima.
Dios no se cansa de llamar. A unos nos llamó desde chiquitines. A los que no respondieron, los ha seguido llamando, y siendo jóvenes dijeron sí. Otros de adultos, otros respondieron en su ancianidad, y los hay que no conocieron a Cristo hasta el último momento. Debemos alegrarnos porque estos hermanos, finalmente, han respondido a la llamada del Señor y han salvado definitivamente su vida.
Esta es la diferencia. El que vive su fe con gozo, se alegra de la salvación del hermano y se siente dichoso de poder encontrarse con él un día en el cielo. El que la vive como carga, se disgusta porque piensa que se le ha hecho un desprecio. Orgullo del que siendo criatura se siente con más derechos y más discernimiento que su creador.
TERCERA: “Lo importante es que vosotros llevéis una vida digna del Evangelio de Cristo”. Así es. Más que andar dando vueltas y pensando si dos hace las cosas bien, es momento de renovar nuestra voluntad de en todo vivir como pide la dignidad del bautizado. Es facilito y muy simple: cumplir los mandamientos de Dios y la Iglesia, practicar las obras de misericordia y gozar de la vida en Cristo en la comunidad, en la oración y la vida sacramental.
22 comentarios
Y lo que también sería motivo de reflexión es qué pasa con los llamados a la viña y, o no van, o trabajan pero abandonan antes de que se pague el jornal.
24/09/17 7:43 PM
Saludos de uno que no pide cuentas a Dios, sino que tendido en el suelo adora y se humilla ante El. Saludos de J.L.M.
Respecto a su homilía, de acuerdo con todo, Dios conoce los tiempos e interviene en su momento, a veces, en nuestra impaciencia, no comprendemos lo que nos parece una falta de acción por parte de Él y una vez pasado el tiempo y los acontecimientos, nos damos cuenta de que Dios ha actuado en el momento más oportuno.
Mal andaríamos, mejor dicho, mal andaría Dios si sus planes y sus caminos fueran como los nuestros.
Ciertamente los planes del Dios creador no son que permanezcamos eternamente en este sepulcro de oscuridad y de muerte llamado Tiempo Universo. Para ello, para abrirnos esta nuestra sepultura temporal, nos envió un Mesías Salvador.
Los planes de Dios son el hacernos pobladores de una nueva dimensión de luz y de vida iluminada y poblada, llamada Nueva Jerusalén; la que desciende el cielo de mi Dios donde no existe frontera que la limite; ni noche y puerta que se cierre. Cuyo nombre nuevo, científico, es Fotogoniotom (Ap.3,12-13)
Y para que esto pueda ser y cumplirse según la ley de Dios. Él y solo Él; porque solo Él lo puede hacer: tiene que despellejarnos, en la parte y el todo de nuestro ser responsable; sea: desvestirnos de esa nuestra vieja vestimenta de oscuridad y de muerte que adquirimos por causa y efecto de nuestro Pecado Original.
Y bien que por ser Dios el único que puede hacer, de lo viejo desvestir y de lo nuevo volver a vestir, a toda su Creación responsable; para nosotros el asunto y dilema reside en que solo Él sabe del día y de la hora cuando todo esto será finiquitado.
No obstante señas y pistas deja, Él, para ver y comprender qué y cómo ya no falta mucho tiempo (Ap. 3, 10-12) para que todo sea consumado según fuera profetizado. Pues Dios necesita de la colaboración del hombre para que éste, y a su vez lo que le precede, como alfa y omega de la Creación; sea, por el poder del Dios su creador, salvado.
Así que del preocuparse por lo del Tiempo Universo y su medio ambiente que como "LAUDATO SI" nos quiere alertar; mejor no distraerse haciendo caso de ello, pues es cosa de gentes de este mundo y no es cosa de Dios.
Es que Dios no entiende de democracia ni de 3%tos.
Haddock, después de la reflexión del padre suelo buscar su comentario para echar alguna sonrisilla. :)
El ingenio breve y elegante aprovecha más.
Pues mire don Jorge: según se mire. Porque en este mundo si vives la fe tal cuál y cómo nos la enseñó Jesús el Cristo, la verdad es que es una desgracia para quien por razón de fe, justamente, quiere vivirla.
Y aquí cómo y cuándo no te engañan, justamente, por tener fe, te quieren hacer caer diciéndote que eres tonto, y retrasado por creer en tales cosas. Vamos que todo es relativo; que todas las religiones y sus moralidades son más o menos iguales; que ya no es pecado eso de la sexualidad: Que Dios es libre y libre es el amor que en libertad metal y sexual, libremente, hay que practicarlo si se quiere honrar a Dios. Vamos que vale más amparar la desnudez del cuerpo ajeno que vivir arropado de su propia fe.
Y si no vives la fe, al final, en el último suspiro; cuando te ves a las puertas del hondo y profundo abismo caer; cuando entiendes que todo lo ganado de nada te sieve; cuando ves que el rechinar de dientes por el tiempo perdido de nada te vale, entonces sí que desearías haber tenido fe. Pero ya es tarde
Si pero para esto hay que tener fe.; Mucha fe hay que tener. Muchísima fe diría yo que hoy día hay que tener para vivir una vida digna del Evangelio de Cristo
Y menos mal que la fe no es patrimonio de los que no tienen fe.
Ahora, que yo misma soy la trabajadora de última hora comparada con otros que llevan toda la vida entregados al Señor, la veo como la tabla de salvación. Lo que me demuestra mi propia miseria que sólo se da cuenta cuando le toca, mientras fui joven lo del trabajador de última hora pagado como el de la primera se me resistía, ahora que soy vieja lo entiendo mejor.
¡Ay, Señor, perdónanos que somos muy pequeños y egoístas! Damos mucho mérito a lo poco que hacemos y queremos cobrar mucho y luego miramos atrás y decimos: ¿Y éste qué?
Cuando entendí estas dos parábolas creo que fue cuando más me aproximé a Jesús, les debo mucho a las dos por haberme abierto los ojos a pesar de mi resistencia. Labor del Espíritu Santo sin duda alguna. ¡Gloria a Dios!
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En versión evangélica, el sueldo y paga convenido para estos viñadores en el día del juicio final, es la salvación; dicho sea, lo que será la resurrección de los muertos prometida.
De entre todos lo profetas habidos hasta el final del tiempo; solo dos al final como los últimos de entre estos, son en el vivir y morir para este mundo; y por ende, de este morir, el resucitar y recibir la paga.
Es en el Apocalipsis (11,1-14) donde se nos muestra el carácter profético de estos dos profetas. Dónde y cómo son muertos. Y cómo, por el poder de Dios, siendo, estos, los últimos profetas, a su vez son los primeros en ser resucitados que es su paga como profetas.
Así como el hombre individual o socialmente, de por su propios medios, nadie, puede salvarse. Y aquí: " lo de que siendo imposible a los hombres, es posible para Dios (Lc. 18,27);
Así, por otra parte, Dios necesita de los hombres para que estos se puedan salvar que es el resucitar, no solo por fe, de alma sino incluso de cuerpo, físicamente.
Y Dios, en este asunto necesita, de estos dos profetas, fiel entregados a su divina misión, para que con su muerte por el poder del Demonio; (Ap.11,7-) ; Y con su resurrección, por el poder de Dios, (Ap.11,11); el resto del genero humano pueda resucitar y salvarse. Empezando por los primeros, que son profetas y siguiendo por los otros primeros que serán sus coetáneos en el sufrir los agobios del tiempo final.
Y así como el hombre, por causa del Pecado Original y más muerto que vivo; Vive temporalmente, generación tras generación sujeto a un equilibrio negativo de muerte continua, de la que por sí mismo no se puede librar;
Y donde tanto es el hombre ( +6,6,6,) como hijo de Dios; tanto es la Bestia (-6,6,6) sometiendo al hombre ; Tanto Dios puede romper este equilibrio negativo que la Bestia hace al Hombre, aumentando su gracia como hijo de Dios.
-Después de tres días y medio, un espíritu e vida que procede de Dios, entro en ellos y los hizo levantarse sobre sus pies, y un temor grande se apoderó de quienes lo contemplaban. (Ap.11)
Y en este mismo momento por el poder de Dios; y en día y hora que solo Dios lo sabe; Contrariamente a cómo según el Principio del Movimiento Continuo o Control de la Energía Libre Ilimitada es formado el Universo. Se producirá, una reacción en cadena de divisiones progresivas, (Mt.34,36)_a potencia de potencia que hará resucitar, y juzgar según la ley de Dios, a todos los muertos habidos desde el principio hasta el fin de la Creación.
-Empezando por los últimos, al tiempo y día del fin nacidos, que como estos Profetas serán los primeros en recibir; Y terminado por los primeros, al tiempo y día de Adán y Eva nacidos, que serán los últimos en recibir.
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