Homilía. Domingo XXI A: Rezar por el papa
Nos movemos, la gente se mueve, entre la más absoluta papolatría según la cual todo lo que dice el papa es la Palabra de Dios y el desprecio a la figura del pontífice convirtiéndolo en uno más dentro de la Iglesia, cuando no un sospechoso de un antievangélico vivir.
Cambian las tornas. Los más relativistas de papados anteriores hoy son francisquitas y papistas más que nadie. A su vez, se acusa a los grandes defensores de los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI de ir hoy contra Francisco. Mal asunto en uno y otro caso, porque no se trata de si soy de Francisco, de Benedicto, de Juan Pablo, de Pablo, de Juan, de Pío, de Leon… sino de comprender qué es la figura del papa y cuál su misión.
La primera lectura y el evangelio, como casi siempre, vienen a coincidir. Alguien es investido de total poder con el signo de la entrega de las llaves. Es Jesús el que directamente entrega las llaves de la Iglesia a Pedro anunciando de forma explícita que su misión es mucho más que una mera coordinación terrena: lo que ate en la tierra quedará atado en el cielo, y al revés.
La Iglesia siempre ha interpretado estas palabras de la misma forma: Pedro, y sus sucesores, los pontífices, reciben del mismo Cristo autoridad. Son constituidos piedra firme, roca firme sobre la cual se edifica la Iglesia, roca firme, fortaleza, baluarte frente al cual nada podrá hacer el maligno.
La clave para ser elegido Pedro está en su confesión de fe: cuando los discípulos no se atreven a confesar la fe en el Cristo, Pedro se lanza sin dudarlo: Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo. Por eso es elegido, no por simpático o adusto, no por inteligente o más rudo, no por más o menos estratega. Esa es la clave de Pedro y de sus sucesores y eso es lo que se pide hoy al pontífice: que sea hombre de fe en el Cristo, en el Hijo de Dios vivo, y que sea la roca firme desde esa fe en Jesucristo. Roca firme, fe contundente, garantía de fidelidad al Maestro. Eso es lo que pedimos, necesitamos, y eso es por lo que rezamos por el papa: que sea la roca firme que defienda la fe, la proclame y la anuncie a todos los pueblos.
Es verdad que hay veces en que los católicos nos hemos sentido confundidos a lo largo de la historia por pontífices que, como diría Benedicto XVI, probablemente el Espíritu santo no los habría elegido. Pero esto no es motivo para desanimarnos ni desesperarnos. Los caminos de Dios no son los nuestros, Él escribe a más largo plazo y quien sabe si lo que a nosotros, en un determinado momento, nos parece un error, para Dios es lo que se necesita en un momento determinado pensando en el devenir de la historia toda.
No tenemos miedo. Pedimos al papa fortaleza en la fe, fidelidad a la doctrina recibida, que nos estimule en el camino de la fidelidad y el anuncio del evangelio, pidiendo una vez más, como repetimos en el salmo, que el señor no nos abandone nunca, ya que su misericordia es eterna.
53 comentarios
Un detalle formal: A pesar de las actuales recomendaciones en clave igualitaria de la Real Academia Española, considero preferible escribir 'Papa' con mayúscula inicial.
La figura del Papa, siempre será respetada, pero no pertenece a la figura ni al pensamiento del Sucesor de Pedro, el relativismo, ni el libertinaje, ni el adulterio, ni el deporte, etc.
Cuando Jesús nos habla, nos enseña que a quien debemos seguir únicamente y obedecer es a Él, no a los hombres, y menos aún a quienes intentan demoler desde dentro, la Iglesia de Dios. Podemos escuchar a nuestros pastores, examinar que es lo que nos enseña, según la Palabra de Dios.
Los Santos cuando terminaban de predicar, como San Francisco de Asís, nos dice San Buenaventura, que enseguida desaparecía de entre la multitud de las personas que le habían escuchado. Es verdad, todos los santos son así, cuando predican, se esconden, para no echar a perder la Palabra de Dios, pero si un predicador, tras decir las palabras, se da paseos por ahí, con la satisfacción personal, y feliz de que han recibido tantos aplausos, que no cesan, dice el Señor que estos ya recibieron su recompensa.
La gente que no quiere atender a Jesucristo, siempre se inclinan por la papolatría, como dicen algunos, o por el excesivo papismo, como escribía el cardenal Gerard, Müller. Y como este cardenal, estaba más que con Cristo, como otros, se les ha alejado o silenciado. Pues al demonio, nuestro enemigo, no puede soportar, que los pastores llenos de amor de Dios, consiga que las almas piensen más en Cristo Jesús, se conviertan y se salven. En estos tiempo, en esta demolición, se está perdiendo muchas almas.
Si uno defiende los intereses de Cristo, permaneciendo en la Sagrada Tradición como nos pide la Palabra de Dios y los Santos Padres, los hijos de este mundo, dirán claramente, "eres enemigo del Papa, eres cismático, etc". Es una prueba que no quieren contar con Cristo, seguir a un Papa, pero excluyendo al Señor Jesús.
El Apóstol Pedro dijo que en Jesús no existió nunca la mínima mancha de pecado, es lo que comprendemos cuando leemo:
«Pues para esto fuisteis llamados, ya que Cristo padeció por vosotros, dejándonos un ejemplo para que sigáis sus huellas: Él no cometió pecado, ni en su boca se halló insultos; al ser maltratado, no amenazaba, sino que se puso en manos del que juzga con Justicia » (2P 2, 21-22).
Pues siguiendo a Jesús, nos alejamos cada vez más de la vida de los pecados y de los vicios.
Hoy por el contrario, he leído que dijo el Papa Francisco, que Jesús se manchó con el pecado, pero esto no es confirmar en la verdad, sino en que se acepte un pensamiento de la propia medida, que no tiene que ver con el Espíritu Santo.
Mientras que hay pastores, y tantos cristianos, que han caído en el engaño, pues al someterse al diablo, se imagina cosas que no son verdades, como Jesús cayó como víctima del pecado,
Jesús, por ser Dios, es más fuerte y poderoso que el diablo, por eso, la tentación fue desechada, esas tres tentaciones, que nos enseña el Evangelio.
«Ya no hablaré mucho con vosotros, porque el príncipe de este mundo, porque viene el príncipe de este mundo; contra mí no puede nada» (Jn 14,30)
¿A ver entre San Pedro y el Papa Francisco dice la verdad?
Pues el Apóstol Pedro, que aunque negó al Señor, le amó aún con más profundidad, con sinceridad, rechazando todas las doctrinas que no eran ni son de Cristo Jesús.
Un Papa nos dice siempre la verdad, siempre que está en comunión con Cristo, pero nadie puede estar con Cristo, cuando dice cosas que no son verdades, quienes están en comunión con el mundo, es enemigo de Dios.
El Papa como tal puede acabar con la tradición de siglos de la Iglesia, y lo aceptaría, puede aplicar una liturgia nueva, cambiar o ampliar los mandamientos de la Iglesia, permitir a los curas casarse o a las mujeres ser sacerdotes, pero NO PUEDE CAMBIAR LO QUE DIOS MISMO HA MANDADO, porque sería usurpar su puesto, hay cosas que hasta él debe respetar.
Jesucristo aplicó la misericordia pero siempre decía "Vete y NO peques más", amaba al pecador hasta el punto de morir por él, pero aborrecía el pecado, no por capricho, sino porque eran normas dictadas para nuestro bien.
Puedo asumir que para que una ley sea justa hay que aplicar excepciones, porque hay atenuantes, debilidades, etc pero con A.L. la excepción se ha hecho NORMA, ha acabado con varios mandamientos y sacramentos de un plumazo, eso no lo puedo aceptar.
Y, como vd mismo dice, "Eso es lo que pedimos, necesitamos, y eso es por lo que rezamos por el papa: que sea la roca firme que defienda la fe, la proclame y la anuncie a todos los pueblos".
¿Lo pediríamos y sentríamos esa necesidad si ya lo fuese? No, como no se pide al camarero la bebida que ya te ha servido. Si pedimos al Papa esa firmeza y subrayamos cómo la necesitamos es porque, salta a la vista, el actual papa no nos la da de forma consistente sino de una forma inconstante e impredecble, con ocasiones en que incluso se diría que la rechaza expresamente.
Personalmente no tengo nada en contra de la persona de Bergoglio, como tampoco tengo razones para sentirme más afín personalmente a Ratzinger o Wojtila. Como personas gozan de la misma absoluta dignidad de una Santa Teresa o de un narcotraficante, por poner dos extremos opuestos.
Pero en función de su actividad como papas, sí tengo la necesidad y la obligación de evaluarles y juzgar sus actos, y del mismo modo que a Santa Teresa no la voy a meter en el mismo saco que al narcotraficante por razón de sus distintos actos, tampoco voy a meter a San Juan Pablo II o a S.S. Benedicto XVI en el mismo saco que al actual papa, que parece esforzarse a veces mucho en seguir los pasos de Honorio I.
Porque del mismo modo que los pastores como el Papa tienen establecido su mandato, también nosotros, sus ovejas, tenemos el nuestro, que es reconocer al buen pastor y distinguirlo del malo, para confiar y seguir al primero y no al segundo. Que si Dios nos ha mandado esto, también nos ha dotado de la capacidad para cumplirlo, no vayamos a dilapidar ese talento en papolatrismos ciegos.
Recemos por el papa, sí, pero muchas veces más por su conversión que por sus intenciones, que aunque no soy quién para juzgarlas, sí lo soy para intuirlas y, como oveja bien mandada, para discernirlas. Y bien que lo siento si con esto estoy rechazando ciertas indulgencias plenarias, para las que hay que rezar por sus intenciones: que responda claramente las dubia y las aclare y veremos si merecen ese apoyo.
PD: Hay aquí una frase ambigua, y es esa de "rezar por las intenciones del papa". Es una frase que puede entenderse como "rezar por que pueda llevarlas a cabo" o como "rezar por la santidad de sus intenciones". En el primer caso estaríamos en un papolatrismo, en el segundo no.
En el comentario la he utilizado en el primero de los sentidos expuestos para así diferenciarla del "rezar por su conversión", ya que en el segundo caso ambas frases significan lo mismo, toda vez que "rezar por una conversión" equivale a "rezar por la santificación" del converso, sin prejuzgar la situación actual de aquél por quien se reza, de quien no conocemos su interior.
Esto último (que la conversión no tiene el matiz de juzgar negativamente a la persona a quien se aplica el término) lo baso en cosas como la cuaresma, que es tiempo de "penitencia". Esa "penitencia" no lo es en el sentido de "cumplimiento de acciones encomendadas en confesión", sino que lo es como sinónimo de "conversión". ¿Significa entonces que aquellos a quienes se llama a "convertirse" se les está juzgando herejes o apóstatas? No, ya que esa "conversión" a su vez equivale a "purificación" y "santificación", de modo que no se prejuzga nada grave sino que solo se constata que no somos perfectos y sí pecadores.
Un saludo.
Vamos que, contrariamente a los que creen en el ora et labora; no es de aquellos que siendo de Dios, por Dios y para Dios; el final lo dejan todo en manos de Dios.
Como cuando Jesús reprendió a Pedro diciéndole ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Mt,16,23)
Y lo que más encorajina es que siento como si, él en su extraña misericordia hacia el otro, está convencido de que su forma de pensar y decir es moralmente más verdadero y efectivo para el prójimo que el servir a Dios primero.
Vamos que, mal que le pese, no le entra en la cabeza de que Jesús ha dicho: -Muchos serán los llamados y pocos los escogidos.-
Y aquí el dilema, la incógnita a resolver: ¿Dónde quién y cómo son los escogidos de los que Jesús habla?
No sería el primero de quien se pueda decir que no aceptan que este mundo Universo no es ni justo; ni menos eterno o infinito; ni atómico o indivisible como sí que lo es el infinito Dios que mora en el infinito Cielo.
No obstante recemos por él como Papa
En mi opinión lo fundamental de todo esto esta en el párrafo que Vd .Tan acertadamente Ha escrito, posiblemente iluminado por el Espíritu Santo: "Él escribe a más largo plazo y quien sabe si lo que a nosotros, en un determinado momento, nos parece un error, para Dios es lo que se necesita en un momento determinado pensando en el devenir de la historia toda.".
También creo que estamos en "Los Últimos tiempos". Por lo que he leído, no porque yo sea más listo. Con lo cual estaríamos en unos momentos históricos. Que explicaría esta situación
Seguiré rezando por el Papa, por Vd, y todos sus hermanos sacerdotes, Obispos, Cardenales, monjas, monjes, y toda persona consagrada. En la oración tenemos la mejor arma.
Un abrazo y ánimo Padre, Aunque ya se que no necesita de mis palabras de ánimo.
Este papa, a lo que parece, se atreve a cambiar la doctrina de la iglesia. Menos mal. Es claro que hay que cambiar mucho mas, pero al menos ha puesto una señal nueva, en la buena dirección: comulgar es asunto de conciencia. Es una cosa personal. Nadie tiene derecho a decir a nadie, tú sí, tú no. Nadie, escepto Cristo, que siempre guarda silencio para los eruditos, e indica el camino a los iletrados, que no se atreven a seguirlo, porque los eruditos les dicen que no pueden ir por ahi. Pero al menos, para desesperación de unos pocos, esta vez el erudito mayor, que es el papa, lo ha dicho: comulgad. No os quedeis sentados. Seguid la llamada de Cristo. Entrad en el reino de los cielos, divorciados y vueltos a casar.
Saludos, p. Jorge.
Galatas. 1:10 : " ¿ A quién busco agradar , a los hombres o a Dios? Si tratara de agradar a los hombres , No agradaría a Dios."
Sería bueno que alguna persona próxima a usted y versada en filosofía le explicara la imposibilidad metafísica de que Emilio Asmodeo pueda separarse en sus comentarios de "la raposa", de Judas, de todos los herejes que en el mundo han sido, y de la actriz porno más cotizada actualmente.
Si no la tuviere, le puedo pasar un teléfono.
Padre Jorge, hay muchos pero muchos católicos que estamos pacíficamente convencidos que no hay ninguna oposición radical entre los papados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. No no sentimos confundidos por las diferencias en los modos de confirmarnos en la Fe que tienen entre si, no pensamos que el Papa sea infalible hasta cuando la CDF emite una notificación sin su firma, pero tampoco consideramos que somos los jueces del Papa y de cómo gobierna la Iglesia. Y no perseguimos ni censuramos a nadie cuando no piensan como nosotros y gozamos de la alegría que nos concede el Espíritu Santo por ser hijos de Dios. Eso si, nos duele el cultivo de la división y por eso hacemos lo que Nuestra Madre nos pide: oramos y reparamos por los que no han entendido aun cuál es la voluntad de Dios ni cuál es Su Ley y por la cual TODOS seremos juzgados al final.
El problema es que Francisco es un hereje. La publicación de la carta a los obispos -también herejes- argentinos ya no deja lugar a dudas.
¿Y ahora qué? ¿Qué hacemos con un Papa hereje?
"Habrá muy pocos cristianos que obedecerán al verdadero Sumo Pontífice".
"Un hombre, elegido no canónicamente, se elevará al Pontificado, y con su astucia se esforzará por llevar a muchos al error y a la muerte".
"Aquellos que preserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad, han de sufrir injurias y persecuciones; serán considerados como rebeldes y cismáticos".
"Algunos predicadores mantendrán silencio sobre la verdad, y otros la hollarán bajo sus pies y la negarán. La santidad de vida se llevará a cabo en medio de burlas, proferidas incluso por aquellos que la profesarán hacia el exterior, pues en aquellos días Nuestro Señor Jesucristo no les enviará a éstos un verdadero Pastor, sino un destructor.”
Bula “Cum ex apostolatus officio”, de Paulo IV: “Si en algún tiempo aconteciese que un Obispo… o electo Pontífice Romano que antes de su promoción al Cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en herejía, o incurrido en cisma, o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto…”.
“San Roberto Belarmino, cardenal y Doctor de la Iglesia, De Romano Pontifice, II, 30: "Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción".
San Antonino (1459): “En el caso en que el Papa se convirtiera en un hereje, se encontraría, por ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza separada de un cuerpo no puede, siempre y cuando se mantenga separado, ser cabeza de la misma entidad de la que fue cortada. Por lo tanto, un Papa que se separara de la Iglesia por la herejía, por ese mismo hecho en sí, dejaría de ser la cabeza de la Iglesia. No puede ser un hereje y permanecer siendo Papa, porque, desde que está fuera de la Iglesia, no puede poseer las llaves de la Iglesia” (Summa Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.).
“Mas respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres”. (Hechos 5:29)
La doctrina no cambia, y el símil del semáforo es incongruente. La doctrina no te indica ir a la izquierda y a la vez indicarte ir a la derecha, eso es absurdo.
No puede ser doctrina afirmar no comer del árbol de ala ciencia del bien y del mal y afirmar también que puedes comerlo segun circunstancias atenuantes...hacerlo es contradictorio y por lo tanto una será verdadera y la otra falsa.
Si comulgar es una cosa de conciencia, bueno, ya a ello San Pablo adelantó: aquel que come y bebe el cuerpo y sangre de Cristo indignamente, come y bebe su propia condenación.
Así que la doctrina en nada se parece a un semáforo que cambia de color y peor aún a señales que cambian de sentido según los tiempos. No me imagino que sea posible afirmar que por ejemplo, para el caso del bien común definido en la doctrina social de la Iglesia, se puedan consentir situaciones en las que se justifique luego de discernir, que en el seno de la comunidad cristiana, sea posible admitir no compartir lo que se posee con el prójimo, cuando éste verdaderamente y visiblemente lo necesite.
Y no me refiero sólo el compartir bienes materiales sino la propia vida, como cuando se "discierne" abortar.
; )
Realmente dentro de poco ya no será importante si hay vocaciones o no. Total, cada uno nos podremos discernir a nosotros mismos.
Qué gran consternación!! Recemos por él.
Rezar por la conversión de Francisco me parece un acto de gran caridad, porque si sigue así, nos espera lo peor. Y no sólo a la Iglesia, al mundo también, porque el cisma que ya parece inevitable provocará graves consecuencias políticas nacionales e internacionales.
Si lo de Lutero fue grave, al lado de esto puede resultar un poroto...
Explique el valor de los SACRAMENTOS y que significa cada uno de ellos; explique porque algunos se salvan y otros se condenan; explique en porque del sufrimiento y de la corredención; explique porque son muy desgraciados los que no tienen Cruz; explique porque algunos se dan el piro - son conscientes de ello - y otros se quedan al lado del Crucificado; explique porque algunos curas y monjas tienen mal caracter y otros curas y monjas no lo tienen, acaso porque a los primeros les falta oración; explique porque muchos curas abandonaron el sacerdocio a pesar de ver la muerte casi todos los meses, y que el paso por este mundo es más rapido que el paso de una rafaga de viento. Explique claro, no Ud, sino muchos curas, para nos llevemos algo positivo de la explicación del evangelio. Falta FE, falta el sentido de la CRUZ, falta apostolado, y falta saber que los laicos seran la recuperación de la Iglesia, cuando los curas acaben cansandose.
Aún no han dicho - los curas - ¡¡ SEÑOR: CUANDO QUIERAS, COMO QUIERAS Y DONDE QUIERAS ¡¡.
Es triste tener que decirlo, pero es así. Oremos por que el Papa Francisco se arrepienta de sus herejías, especialmente de la de autorizar en algunos casos la absolución y comunión sacrílegas de los adúlteros impenitentes; pero si no lo hace algo tendremos que hacer, pues permitir tener a un Papa hereje dentro de la Iglesia sería como permitir tener al zorro dentro del gallinero o al lobo dentro del aprisco de las ovejas o al pirómano como jefe de bomberos.
Respecto a la administración del barco, este punto de la herejía sostenida desde la cabeza visible debería ser el punto más importante que nos preocupe después de nuestra propia salvación.
Que clara es la profecía de san Francisco para estos últimos tiempos (que no fin del mundo).
Lo raro es que escribas tan mal que parezca todo lo contrario y no des el tipo de místico y ellos escribieran tan bien que arrastraron a otros hacia Dios. Miles de personas se han convertido leyendo a Chesterton, me gustaría que levantara la mano una sola que buscara la trascendencia gracias a ti.
La Doctrina católica es la expresión de la Verdad, la Bondad y la Belleza de la naturaleza divina, y como ésta es eterna e inmutable y permanece siempre la misma, la Doctrina tampoco puede cambiar o variar esencial o substancialmente.
Los mandamientos de Dios (Doctrina moral del Decálogo) son la expresión de la bondad moral que Dios quiere para la naturaleza humana, y como la naturaleza humana no cambia y permanece inmutable, así tampoco los mandatos divinos pueden cambiarse.
El robo, el homicidio, la fornicación, el adulterio, la pederastía, la violación, no pueden ser algo malo en unos tiempos y bueno en otros, pues son comportamientos que van en contra de la bondad moral que Dios quiere para la naturaleza humana inmutable.
Es cierto que si la Religión Católica no lleva a la Fuente, que es Dios mismo, carece de valor, pero los viadores o peregrinos que intentamos llegar hasta la Fuente necesitamos del Agua de la Doctrina que mana de la Fuente para poder arribar hasta la Fuente. Sin el Agua de la Doctrina que mana de la Fuente desfalleceríamos de sed y jamás daríamos con la Fuente.
Además una fuente de la cual no manase agua sería una fuente seca e inútil. Así también sería seca y estéril la Fuente divina si de ella abundantemente y a borbotones no manase hasta nosotros el Agua de la Doctrina perenne que nos permite llegar hasta la Fuente.
Y de esa Doctrina perenne e inmutable que nos permite arribar con éxito hasta la Fuente divina de la que brota, es depositaria la Iglesia Católica, la cual no puede variar sin traicionarse y corromperse a sí misma ni un ápice de la Doctrina revelada y recibida de la Fuente divina.
La carta va dirigida al Duque de Norfolk porque éste es, entre la nobleza, el más importante de los católicos ingleses y le pide ayuda para cortar los infundios que sobre este dogma estaban esparciendo los anglicanos.
Recogido después en el Catecismo (1778) la defensa de la conciencia que hizo este eminente cardenal nos dice que: "La conciencia es la mensajera del que, tanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia, a través de un velo nos habla, nos instruye y nos gobierna. La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo"
Cristo y su doctrina en peligro de cisma ......
Pero no se puden hacer las cosas de otra manera?
Hay que rezar mucho y pedirle a Dios que nos ilumine y nos de la fuerza necesaria para estos tiempos que corren.
12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?
Un saludo.
¿Está usted diciendo que el Espíritu Santo no hubiera elegido a Francisco?
¿Lo sabe su obispo?
¿Asume usted las consecuencias de lo que ha escrito?
El Obispo será tan bueno como el Papa y, por lo tanto, nadie tiene por qué asumir ninguna consecuencia porque los anteriores papas arruinaron a la gente la vida por eso, tú lo has dicho. Tú de acusador resultas ridículo, pero seguramente como todos los buenistas eres más fundamentalista que nadie.
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