La homilía de hoy: la tempestad calmada
Siempre se ha identificado la barca de Pedro con la Iglesia. Hoy nos encontramos, en el evangelio, con esa barquita en medio de una tempestad. No hace falta pensar mucho para identificar la tormenta con este tiempo actual en el que la iglesia trata de vivir en fidelidad a Jesucristo.
Borrascas desde el mundo, y cada vez parecieran más fuertes. El avance del laicismo, el odio a la religión, ataques a los principios más básicos no solo de la Iglesia, sino de la ley natural. El ambiente es complejo. Asaltos a iglesias y capillas, pintadas, profanaciones, procesiones burlescas… ¿sigo? Intentos de expropiación de la catedral de Córdoba, leyes sobre ideología de género, intentos de manipular la educación concertada, demandas contra sacerdotes y obispos por predicar la fe y la moral de la Iglesia… Hay gente que no lo reconoce, pero los hechos son tercos.
Muchos tenemos también la sensación de una fortísima galerna desde dentro de la misma institución eclesial. No es normal que unos obispos contradigan abiertamente a otros, que la liturgia sea creativa, la moral según como y el catecismo papel mojado.
No creo que esté exagerando. Qué digo temporal, tormenta o galerna, digo un huracán tropical de grado máximo. Tanto que muchos católicos se sienten cansados, derrotados, con ganas de esconderse en su particular catacumba y no querer saber nada de lo que está pasando.
Aquí, ahora, resuenan las palabras del Maestro: no tengas miedo. Grandes y necesarias palabras. Sí, hay tormentas, pero no vamos a tener miedo porque nos fiemos de aquel que tiene poder sobre todo y sobre todos.
Impactante primera lectura: el susurro de una brisa suave. Aunque solo veamos lo negativo, o lo más contradictorio parezca ganar terreno, hoy es un día también para contemplar los signos callados y oscuros que hablan de fe, de vida, del triunfo de Cristo, que, en definitiva, nos llenan de esperanza.
Nadie hablará de las capillas de adoración perpetua extendidas por toda la Iglesia, ni de la nuestra, con cuatro años y medio de existencia. Jamás harán ruido los miles de contemplativos que en el mundo dan su vida por Cristo. De puntillas veremos camnar de un lado a otro a miles de sacerdotes que intentan ser fieles a su vocación llevando las almas a Cristo. Pasarán desapercibidas todas las personas, las familias que en este domingo de agosto acudirán a celebrar la eucaristía en cualquier templo del mundo. Callarán los medios ante tantas buenas personas que, a pesar de todos los pesares, siguen profesando el credo, intentan cumplir los mandamientos, piden perdón por sus pecados, enseñan a rezar a sus hijos, ayudan a los pobres y cada día alaban a Dios de corazón.
Estos son hoy el sostén de la Santa Madre Iglesia. Por eso cuando vemos la tormenta, nos asustan las cosas y el futuro pinta sombrío, nos asomamos a esta sencilla y profunda realidad compuesta de claustro, capilla, parroquia, familia, asociaciones, grupos y personas que, en su más absoluta sencillez, son hoy el auténtico rostro que nos muestra la misericordia y la salvación que se nos dan de parte de Dios.
17 comentarios
(Pero por favor, corrija lo de " De putillas veremos caminar..." que queda muy feo.)
----------
Jorge:
Corregido. Muchas gracias 😀
Pero es que la ayuda en Cáritas comparada a una manifa antifascista se queda en muy poca cosa, socialmente hablando.
Debemos salir a la calle. Aunque nos de pereza. ¿ Quien convoca ? La sociedad civil católica. Si no salimos el vuelco cultural en el que estamos inmersos seguirá y seguirá y seguirá.... más lejos que el conejito de duracell.
En fin, a nosotros nos queda rezar y ayunar. Al final mi Inmaculado Corazón triunfará.
"esta sencilla y profunda realidad compuesta de claustro, capilla, parroquia, familia, asociaciones, grupos y personas que, en su más absoluta sencillez, son hoy el auténtico rostro que nos muestra la misericordia y la salvación que se nos dan de parte de Dios".
Ánimo, don Jorge.
"Bajado (Pedro) pues, que hubo de la barca, empezó a hundirse por haber tenido miedo.El hundirse dependía de las olas;pero el miedo se lo infundía el viento".
Es decir, que se le (nos) concede la gracia de andar sobre peligros ciertos, pero lo que le hunde es el miedo, o desesperanza, o dudas,o falta de fe ante peligros aparatosos pero más inciertos.
Bonito motivo de reflexión.
_______________
Este trozo me recuerda algo parecido a lo que dejó escrito Juan Pablo II en su libro Cruzando el umbral de la esperanza/ Para no tener miedo. Y que dice así:
- "Al final de este segundo milenio tenemos quizás más que nunca la necesidad de estas palabras de Cristo resucitado: "No tengáis miedo". Y sigue como advirtiendo:
"Es necesario que en su conciencia resurja con fuerza la certeza de que existe Alguien que tiene en sus manos el destino de este mundo que pasa; Alguien que tiene las llaves de la muerte y de los infiernos Alguien que es el Alfa y el Omega de la historia de del hombre, sea la individual como la colectiva.
Y aquí el asunto: a saber:¿ Quién es este Alguien, tres veces Alguien, que aunque así, en indefinido pronombre denominado, un Papa dice, y lo deja escrito, que al final del siglo pasado ya existía?;
Y dado que al final no se dio a conocer. Cabe pensar que será al principio de este siglo cuando el susodicho personaje, como Alguien, de indefinido pronombre denominado, se dará a conocer como tal al que no hay que tener miedo. Y eso que tiene en sus manso el destino de este mundo que pasa,.. entre otras misiones que cumplir.
Muchas gracias. Me ayuda mucho leerle.
-----
Jorge:
Veo que tiene mucha información. No tengo ningún problema en publicarla en mi blog si me da su nombre y apellidos y su DNI. De todos modos, ante cualquier situación, cualquier persona puede dirigirse al obispo diocesano y denunciar injusticias o irregularidades. Hágalo.
- - - - -
Jorge:
Comprendido. "Si hablas, tarde o temprano te liquidan". Así que yo no doy mi nombre.
Claro. Mucho mejor que me liquiden a mí. Así da gusto.
Un saludo Don Jorge y que Dios le bendiga por ser tan buen Sacerdote.
Dejar un comentario