Lo que de verdad nos agota a los curas
¿Que nos cansamos a veces los curas? Nos cansamos. ¿Que en ocasiones nos hartamos? Pues sí. ¿Que hay días en que mandarías a todo el mundo a hacer gárgaras? Sin dudarlo. Lo que me apetece hoy es contar qué cosas son esas que acaban con la paciencia de uno.
Vaya por delante que, salvo rarísimas excepciones, a nadie nos fastidia lo que es propia y realmente el ejercicio del ministerio. Lo triste es que al final, lo que se dice al final, lo que te acaba agotando, son justo las cosas más intrascendentes pero que para tus feligreses parece ser lo que de verdad importa. ¿Me dejan poner ejemplos? ¡Vamos a ello!
- Si ponemos a la Virgen el manto blanco, el verde o el que regaló doña Pepita.
- Las flores de la capilla de la adoración perpetua, que siendo las que son, son muchas para Juani, pocas para don José, pobres para Alfonsa y a quién se le ocurre colocar esos lilium que echan un olor que no hay quien aguante. Por cierto, don Jorge (otro u otra) qué detalle los lilium, con lo bien que huelen.
- Los bancos reservados para los papis en las comuniones. ¿Y no van a reservar para abuelos?
- El aire acondicionado en verano, jamás en su punto justo.
- La llamada de teléfono a las a las 14:30 h. pidiendo concretar fecha para un bautizo. Es que estoy haciéndome la comida… Huy, disculpe… ¿pero no me podría hacer el favor de mirarlo?
- Tres meses sin poner el mantel que regalaron los Martínez de la Putufuá.
- Los niños ¡ay los niños! Que si es que usted aguanta muy poco. Lo que pasa es que usted aguanta demasiado.
- El politono de Paquito el chocolatero en la consagración.
- Pues en la Iglesia de santa Veneranda lo hacen así.
- Media hora de sesión fotográfica tras bautizo. ¿Podrían ir saliendo, que tenemos misa en diez minutos? No, si encima de que venimos, nos echan.
- El día de catequesis de Vanessa, que no puede ser ni martes, ni jueves ni viernes, no quiere estar con María, pero sí con Beatriz, y que no le toque de catequista Puri.
- Pasarte, tras una boda, media hora barriendo arroz.
- …
Creo que no hace falta seguir. Bueno, ahora seguro que tengo que añadir el de qué cura más antipático que por todo se molesta. Quizá tengan razón. Pero tampoco me apetece discutir.
31 comentarios
Completamente de acuerdo; si supiera las luchas que me traigo con el famoso PDE; por favor, como vamos a ser una Iglesia en salida si da pena la fe, el compromiso y los conocimientos de la gente; eso sí, opinar y mangonear en todo; sin saber ni por donde sale el sol ni hacer la 'o' con un canuto, pero bien que opinan y mangonean. No se enteran de nada pero siguen con sus opiniones; y quizá para arreglar la Iglesia padre Jorge, lo que hace falta es un grupo de Liturgia que lleve Puri, y nosotros empecinados en el error logrando por nuestra culpa que estemos en descomposición.
Saludos cordiales
Si te falta el humor.....¡¡¡ No ganas para disgustos!!...
Se resume rápido: "Eso el lo que hay y aquí quien mando soy yo" ( a la hora de recaudar dinero para la parroquia es de todos pero luego....)
Y si hablamos de las hermandades, apaga y vámonos: son iglesia para la limpieza, para colaborar con cáritas, para pagar las misas mensuales de hermandad, para colaborar con todos los actos de la parroquia, para el regalo al seminarista o al diacono que se va....pero a la hora de sus cultos y procesión todo es un problema (montaje de altares, montaje del paso, horario de cultos, repertorio del coro, incienso en la función, toque de campanas. Y el cura si puede llamarte a ti por ser miembro de una cofradía a la hora que quiera, tú a él nooo que le moleta tal y como cuenta este articulillo.
Es como el cuento del padre, el hijo y el burro... si lo montaban, criticados, si lo llevaban a hombros, criticados...
Sin duda el retroceso en la educación de la calle también afecta. ¿ El cura ? Uno más. ¿ Llamarlo de Don ? Quiá, si sólo es el camarada cura... uno más.
Lo que tiene que pasar un sacerdote hoy en día... recuerdo una peli... en Irlanda... una parroquia se las hacía pasar canutas a su sacerdote. Él, un valiente servidor del Señor.
si me falta el humor, nada soy,
lara-la-raaa lara-la-ralaraaa.
Si me falta el humor..."
(Con el estribillo de la canción " Sin amor, no me sirve la fe"). Vamos que seríamos "pepinillos en vinagre" ¡Aunque los hay muy ricos con sabor a anchoas! No sé si los sabe quien tanto los nombra; yo desde luego no le voy a enviar un bote. Prefiero guardarlo para un día que coincidamos de paso con Don Jorge G. Guadalix. No nos confundamos de Jorge.
*El dolor que sentimos es tan grande por la situación eclesial, y el entorno de los Amores de Leticia, que como mecanismo saludable de la psique, nos sale a borbotón espontáneo el humor. Gracias a Dios.
Apostasía generalizada, falsificación de la Palabra de Dios, prostitución de la Sagrada Liturgia, herejías fomentadas por Cardenales, exterminio de nuestros hermanos católicos en Asia y África... "No pasa nada" según su frase que ya es un leitmotiv entre sus seguidores.
Lo que verdaderamente nos inquieta y suscita entre nosotros un punto de combatividad, es qué manto ponemos a la imagen de la Virgen, por qué esa señora tiene reservado el primer banco y que el cura no ha puesto mi ofrenda floral encima del altar citándome.
Uufffffffff!
Mi primer apellido es Haddock. El segundo Boanerges.
Con algunos he llegado a trabar cierta amistad y cuando te hablan con el corazón en la mano descubres muchas cosas que no se te podían ocurrir; críticas amargas, desaliento pastoral, desencanto por el ministerio, aunque permanezcan el el por fidelidad.
Y es que una cosa es la formación de los años del seminario (donde, por cierto, no se tratan de muchas cosas que habría que tratar), años de ilusión e idealismo, y otra la vida real de lo que es el ministerio, la religiosidad de la gente, que no coincide con la Teología que se enseña, y muchas cosas que hacen que se caigan "los palos del sombrajo". Algunos han perseverado y otros han tirado la toalla (aunque sigan en el sacerdocio).
Se ha apuntado una estupenda solución para los "Debería hacerse esto, o aquello", o los "Hay que...": ¡¡HAZLO!!. Muchas veces en disculpa de lo anterior, no se sabe si al sr. cura le puede molestar o quizá se deben hacer las cosas con su consentimiento, pues de todo hay. Lo mejor en estos casos, preguntar cuando se van a hacer las cosas por los seglares, pero tener la voluntad de hacerlo y la humildad de seguir, si ello se da, la directiva correctora del sacerdote, que por ello también se le da un sentido al término "Padre", que a veces nos hace ver algo que desde nuestra perspectiva no vemos, pues somos Iglesia todos, pero no nosotros en exclusiva. Eso de ser "miembros del cuadro de honor" aquí no vale, pues funciona de otra manera; "El que quiera ser el primero, que sea el último". La figura del sacristán que va desapareciendo, tenía sus pros y sus contras, Se sustituye por el voluntario que a veces, sin comérselo ni bebérselo, se ve "sobrexplotado" y saturado , porque es el que está ahí siempre, sin que tan siquiera se le "pague" con un simple, maravilloso y alentador ¡GRACIAS!.
D. Jorge, un tema que quizá pudiera servirle en alguna de sus columnas, y de rebote servirnos a todos, que humildemente le sugiero, es el de las tres o cuatro palabras mágicas: ¡Perdón!, ¡Por favor! y la antes manifestada: ¡Gracias!.
Intento predicar en este sentido: ¡Gracias D. Jorge! .
Pero, claro, siempre hay un par de listísimos que retuercen lo que haga falta para dejar en evidencia su altura, perdón, bajura, moral. (la del padre Jorge no, la de ellos, que hay que explicarles todo)
Esta es:::AGUANTAMIENTO, en amplia dosis suprime el agotamiento.
Saludos de J.L.M.
No recuerdo si fue en este blog o en otro en que comentaba esa homogeneización de toda realidad y todo ambiente al puro deseo personal de cada uno. Mi intervención iba en el sentido de subrayar la falta de disposición interior, psicológica, moral y espiritual de las personas para ponerse en sintonía o adecuarse al entorno. Y sólo puse como ejemplo más gráfico para que se entendiese (aunque era lo menos importante en mi argumentación) cómo esto se reflejaba en la vestimenta. Así, aludí a la indumentaria que se suele ver en las iglesias en las épocas estivales. Quiere creer D. Jorge que al día siguiente en mi parroquia (entonces yo iba a misa todos los días) me rodeó como nunca un carnaval de chanclas, pantalones piratas, bermudas, camisetas de tirantes donde yo me solía sentar. Y de todas las edades, y muy en especial, los que salían a leer, los que ejercían de monaguillo, ya fueran señores jubilados, púberes o mediopensionistas; todos ellos pertenecientes a las "fuerzas vivas" (más muertas que mi tatarabuelo) de la parroquia. Incluso hubo uno, de los escasísimos que suelen ir trajeados, que se colocó unos bermudas inauditos, inauditos por lo ridículo y por lo inusual (era ya un señor de cierta edad). Por supuesto, los sacerdotes aplaudiendo con las orejas esa rebelión de las canillas y los sobacos al aire. En misas he visto tangas, sujetadores, escotes de todos los tipos, minifaldas, etc. La gente, ¡los que practican!, acuden a misa como quien acude al mercadillo del pueblo (y perdón por la gente del mercadillo que salen ofendidos con esta comparación). Así, con la misma mentalidad egoísta y roma adornan un altar, ponen unas flores, o cualquier otra actividad.
¿Qué hacemos con gente así? ¿Qué hacemos con esa espiritualidad de la comodidad y del egoísmo porque "yo lo valgo"? Aguantar, supongo. Pero servidor se aleja. Cuando me acerco a un templo espero otra cosa, qué menos que otro ambiente. Y si encima el sacerdote más parece un camarero dicharachero que cuenta sus chascarrillos a su clientela, el ambiente no se aleja mucho de aquello que sufriera Jesús en el templo de Jerusalén cuando echó a correazos a los mercaderes. Para oír y sentir el ambiente de un bar vulgar, me voy a un bar vulgar, pero a un templo no voy a que me griten en la oreja: "¡¡Una de calamares!!", entre chanclas, bermudas y tangas.
Mañana domingo veremos lo que me espera, y más con "la caló" que ya va haciendo. ...Bueno, una hora a la semana se puede aguantar...
Les aconsejo la lectura "Diario de un cura rural" Bernanos
No es la lucha entre el Bien y el mal,sino de la fe y el tedio.
Se le ha olvido incluir en su lista de cosas cargantes a Antonio1.
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