CONFER: yo creo que se equivocan
Leo estos días que desde CONFER (confederación de religiosos), ante la escasez de vocaciones, al punto que en España se cierra un convento de clausura cada mes, se va a impulsar una cosa llamada “Intercongregacionalidad”, un proyecto que busca unir distintas instituciones religiosas en la realización de proyectos sociales para mejorar la vida de personas vulnerables, jóvenes, mujeres o refugiados. Se lee en la noticia, que tomo de Religión Confidencial: “Con este deseo de intensificar el trabajo intercongregacional y a la luz de nuestras últimas Asambleas Generales, hemos comenzado a dar pasos en la formación de un equipo dependiente de la Secretaria General, que pueda acompañar y ayudar a dinamizar proyectos intercongregacionales en el ámbito social. Tenemos la certeza de que juntos y en comunión, podremos acercarnos con más realidad a las periferias existenciales de nuestros días, que claman una respuesta evangélica”, se lee en el artículo. Algunos de los proyectos que ya han iniciado son, por ejemplo, la constitución de la Fundación Red Íncola en la que forman parte diez congregaciones”.
Que las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada flaquean, eso lo sabemos todos. Pretender revitalizar las órdenes y congregaciones religiosas a base de que se unan para la realización de proyectos sociales, me parece un grave error, porque la esencia de la vida religiosa está en lo que se es, y no en lo que se hace.
El mundo está lleno de ONGs. Overbooking de ONGs. Todo el mundo tiene su proyecto social. Todos. ¿Qué signo es tener un proyecto social? Ninguno.
La esencia de la vida religiosa es otra. Basta releerse el decreto Perfectae Caritatis del concilio Vaticano II para comprenderlo. La esencia de la vida religiosa es la consagración a Dios, la entrega absoluta a Dios. Los que profesan los consejos evangélicos “ante todo busquen y amen a Dios, que nos amó a nosotros primero, y procuren con afán fomentar en todas las ocasiones la vida escondida con Cristo en Dios, de donde brota y cobra vigor el amor del prójimo en orden a la salvación del mundo y a la edificación de la Iglesia”.
Sigue el decreto: “los miembros de los Institutos, bebiendo en los manantiales auténticos de la espiritualidad cristiana, han de cultivar con interés constante el espíritu de oración y la oración misma. En primer lugar, manejen cotidianamente la Sagrada Escritura para adquirir en la lectura y meditación de los sagrados Libros “el sublime conocimiento de Cristo Jesús". Fieles a la mente de la Iglesia, celebren la sagrada Liturgia y, principalmente, el sacrosanto Misterio de la Eucaristía no sólo con los labios, sino también con el corazón, y sacien su vida espiritual en esta fuente inagotable. Alimentados así en la mesa de la Ley divina y del sagrado Altar, amen fraternalmente a los miembros de Cristo, reverencien y amen con espíritu filial a sus pastores y vivan y sientan más y más con la Iglesia y conságrense totalmente a su misión”.
Vale. Sin vocaciones. Y todo lo que se les ocurre en la CONFER es, para empezar, montar ONGs intercongregacionales. Creo que los religiosos son otra cosa, deben ser otra cosa, y pienso que lo que el religioso debe ofrecer al mundo no es ser otros en el mundo, sino mostrar que es posible vivir sin buscar otra cosa que no sea Dios mismo, alimentando su consagración en la Palabra, la liturgia, la eucaristía. De ahí brotará su apostolado y su hacer de misericordia.
Se me ocurre, por ejemplo, que en un Madrid ruidoso y loco, qué bueno sería un proyecto intercongregacional con una iglesia abierta en la que se celebre con toda solemnidad la liturgia de la Iglesia, se ofrezca la oportunidad de vivir en oración (quién sabe si adoración perpetua por ejemplo, garantizada por diversas órdenes y congregaciones), se enseñe la riqueza de la lectio divina, y los jóvenes y adultos encuentren siempre un lugar de oración donde se cuida la liturgia, se celebra la eucaristía con toda solemnidad, se aprende a meditar con la Escritura y a empaparse con los textos de los padres de la Iglesia y los grandes santos. En definitiva, un lugar en el que aprender a ser de Cristo y a ponerse a disposición de la Iglesia.
¿Y los pobres? Tranquilos, que de toda vida escondida en Dios sale a raudales el amor al hermano.
CONFER ha decidido que lo primero es montar una nueva ONG intercongregacional. Red Incola lo llaman, en cuya identidad, misión y valores, no aparecen ni una sola vez palabras como Dios, Cristo, Iglesia o Evangelio. Pues si eso es el gran proyecto de vida religiosa, que vayan echando el cierre. Por cierto, y por si sirve, las diez primeras congregaciones que se han apuntado a esto son Compañía de María, Dominicos, Esclavas del Sagrado Corazón, Filipenses Misioneras de la Enseñanza, Institución teresiana, Religiosas de María Inmaculada, Hijas de la Caridad, Carmelitas de Vedruna, Teléfono de la Esperanza y Jesuitas. Interesante los que están. Muy interesante los que no están.
Humildemente creo que se equivocan. Pero no me hagan caso, que servidor ya saben que es de poco fiar.
47 comentarios
- - - - -
Jorge:
Servidor no sabe nada de nada... y encima de lo dele espíritu fatal. Ya ves que sin arreglo.
Parece vista la realidad de las vocaciones que Jesucristo está actuando en otra dimensión, haciendo cosas en el mundo pero oculto ,sin decir nada, a mí me da que pensar esto o es que es más fácil hacer, que estar con ÉL en la oración, liturgía o ante el Sagrario.
Hoy las vocaciones están actuando en el mundo y no parece que en los conventos o sea no hay vocaciones religiosas ,pero aquí estamos todos esperando la Segunda Venida . Y que empiece su reinado aquí y ahora no solo en el cielo .Los caminos de Dios son imprevisibles,aunque se pasa por la cruz.
- - - - -
Jorge:
No lo dude...
Y esto es precisamente lo que han obviado los Institutos religiosos a la hora de buscar el tan cacareado "aggiornamento" desde hace cincuenta años. Pasa lo mismo con la Liturgia, con la vida misionera, con la familia y con casi todo en la vida de la Iglesia.
El Concilio Vaticano II fue, en mi opinión, una Primavera para la Iglesia un verdadero regalo del Espíritu Santo que nosotros solitos hemos ido malogrando a lo largo de estos 50 años. Ojalá no sea tarde para recuperar ese regalo.
Lo cierto es que, a estas alturas uno ya no espera nada ni de la CONFER, ni de la FERE ni de casi ninguno de ellos.
- - - - -
Jorge:
No dé ideas...
Dicen que el movimiento se demuestra andando, y es verdad... Pero ¿por qué todos debemos hacer lo mismo? ¿No existe otra legitimidad de la Iglesia, otra manifestación del amor de Dios que dar de comer al hambriento (que está muy bien, quién lo niega)?
Y este es el comentario de un hambriento que come todos los días, pero que está un poco cansado de la ceguera de tanta iniciativa bienintencionada.
Con esta ocurrencia (que eso es lo que parece) no van a resolver el problema de la falta de vocaciones, pues no puede ser vocación aquello que no se distingue entre lo que hacen otros mil sin ella.
Religiosos vuelvan a las raíces y a vivir como sus fundadores vivieron.
Solo le queda, estimado hermano, que le espeten a la cara como ya nos lo han dicho a otros, el: ¡te crees mejor que nosotros! Y entonces nos queda el recurso de recurrir al Libro de la Sabiduría (Sab. 2, 12-15), en soliloquio a solas con Dios, abandonados totalmente en Él, el Señor de nuestras vidas.
- - - - -
Jorge:
Pecador como el que más. Pero una cosa es ser pecador y otra no distinguir.
-La vida religiosa no puede estar mirando al pasado con nostalgia. Muchas órdenes religiosas se fundaron en siglos pasados, pero estamos en el siglo XXI. Jesucristo no fundó órdenes religiosas y muchas surgieron para dar respuesta a los problemas de su época que son distintos hoy día.
Se precisa una refundación y remodelación sobre su carisma, misión, etc. Sin miedos, ni complejos, pero con prudencia y calma.
-Aunque cada orden tiene su carisma propio (sanidad, educación, contemplación, asistencia a pobres, predicación, enseñanza, etc, etc, etc), todas tienen como denominador común el seguimiento de Cristo en comunidad y los famosos tres votos. Y lo importante: Mas lo que se es que lo que se hace. Espiritualidad por encima de todo.
-La crisis de vocaciones religiosas es correlativa a la falta de vocaciones matrimoniales, al presbiterado diocesano y al apostolado seglar. No es privativa de ellos solamente.
-Hoy día creo que se precisan nuevas formas de vida religiosa, comunitaria o no, o mixta o con seglares; quizá no tiene que denominarse "religiosa" literalmente............la variedad en esto puede ser de gran riqueza. Pero todo con buen discernimiento y orden, con cuidado y prudencia....pero dando pasos mirando al futuro.
- - - - -
Jorge:
Completamente de acuerdo en que faltan auténticas vocaciones al matrimonio y a la vida cristiana en general. Menos de acuerdo en formas nuevas de vida religiosa. Bastaría con vivir en plenitud las clásicas.
Tengo la impresión de que somos muchos los que anhelamos todas esas cosas, empezando por una formación de la que carecemos.
Muchas gracias, padre, por sus opiniones.
Totalmente de acuerdo con usted.
Propondría, entre otras cosas, abrir las comunidades antiguas, contemplativas o no, a personas de mediana edad que, tras haberse dejado la piel en vidas laborales intensas, sienten la necesidad de dedicar el resto de sus existencias a la oración y el conocimiento de Dios en algún tipo de comunidad. Hoy día eso no es posible y es una pena.
- - - - -
Jorge:
Es un tema complejo. No todo el mundo es capaz de adaptarse a una comunidad religiosa, por eso lo de la edad es determinante especialmente en algunos casos.
¿por qué tendrá Vd. su parroquia, tan envidiada por mí, tan lejos de mi casa?
Cuídese padre que nos hacen falta sus blogs para hacernos pensar, no quedarnos en la linde y avanzar o intentar avanzar por el camino correcto.
Cristo dijo a Marta que hacía bien pero María había escogido lo mejor.
Es muy importante atender al prójimo pero más importante amar a Dios sobre todas las cosas.
Las obras de la fe son las que impulsa el Espíritu Santo en nosotros, no las que escogemos hacer de buena fe por nosotros mismos.
Obras son amores y no buenas razones, esto se entiende al revés de lo que es. Pensamos que hay que demostrar amor con buen comportamiento , cuando es el amor que nos hace ser mejores sin tener que aparentarlo.
Es un fallo que es muy típico catolico esto de ganarnos el cielo con buenas obras en lugar de aceptar agradecidos la salvación que se nos da por los méritos de Cristo y la obra del Espíritu Santo y no por nuestros esfuerzos.
Los cristianos estamos llamados a dejarnos santificar por Dios, pero eso de tomar iniciativas que nos parecen bien estorbando la iniciativa y la voluntad de Dios lo estropea todo.
Dicho en plan borde: en la Iglesia no hacen falta más asistentes sociales, hacen falta místicos, adoradores, maestros de la Palabra, mensajeros de Dios, y demás funciones de los consagrados, separados del mundo al servicio exclusivo de Dios, que oren por la conversión de todos para que se establezca su reinado.
Necesitamos centros irradiadores de catolicismo que no tengan nada que ver con las actuales iglesias parroquiales, ni con Caritas. Necesitamos una Iglesia católica que nos eleve a Dios a través de los sacramentos, de la Liturgia cuidada, de la predicación antimundana y tradicional, y que luego, nos saque de nuestro egoismo y nos ponga a servir a los demás.
Hasta las oraciones por las vocaciones solo encomiendan los jóvenes. Hoy Pedro no sería invitado. Y las familias rezan en la iglesia por las vocaciones pero en general no encaminan sus hijos a la vida religiosa o sacerdotal. Y muchos curas solo quieren laicos - para las pastorales; no incitan los niños - ni por palabra ni con sotana y vida - al sacerdocio.
Pero en todo - creo - está la falta de oración, el descreimiento en la gracia, la (des)cristianización light, sin compromiso y con mucha desobediencia.
Red Incola nace hace ya diez años en Valladolid. Ha sido reconocida con numerosos premios por parte de las autoridades civiles y de la propia Iglesia de Valladolid. Y por supuesto que es cristiana. Solo tiene que darse una vuelta por su página para ver lo que se promueve desde el "area de Pastoral". El objetivo no es, como afirma en el artículo, aumentar las vocaciones ni nada por el estilo. Es hacer eso que a los curas diocesanos les cuesta tantísimo: colaborar unos con otros para conseguir un mundo mejor. Una congregación con dos monjas poco puede hacer. Pero dos de aquí, tres de allí, uno del otro lado... pues vamos sumando.
Bueno, la invitación queda hecha. Estoy convencido de que cambiaría de opinión y quizá incluso acabara pidiendo por este post tan ofensivo hacia toda una vida religiosa que, claramente, desconoce.
- - - - - -
Jorge:
Por supuesto que he entrado en el apartado "pastoral", y me ratifico. En cuanto a que desconozco lo que es la vida religiosa... Je.
David: La ha clavado usted cuando ha sacado la conclusión de que Don Jorge desconoce la vida religiosa. Vamos, que de lleno... en la puritita diana.
Si la Iglesia acaba siendo una ONG que vive de los presupuestos generales del Estado (cualquiera) y de marcar la casilla correspondiente de la declaración de la renta... ¿en qué nos diferenciamos de los paganos?
¿Por que? posiblemente fidelidad a la vida religiosa.
Que sentido tiene pertenecer a una orden o instituto en el que la vida es igual a la de cualquier laico
como siempre, muy acertado: las obras de misericordia espirituales son realmente trascendentes. Las corporales han perdido el rumbo, el "pobre" (progresista) y el "hambriento" (la viuda y el huérfano) mas que sinónimos, parecen antónimos.
¿Será?
Saludos cordiales.
Me lee el pensamiento, esto yo llevo yo gritando a los cuatro vientos desde hace ya algún tiempo:
"...en la Iglesia no hacen falta más asistentes sociales, hacen falta místicos, adoradores, maestros de la Palabra, mensajeros de Dios...".
Sobre todo lo de místicos, porque el Espíritu Santo muestra y habla claro, pero hay que estar predispuesto a escuchar de verdad, con absoluta humildad; sin asustarse o sin creerse un nuevo profeta con un nuevo evangelio o una nueva verdad revelada; pero... ¡Ay! Aunque hablara no creerían, pero seguro que está actuando mucho en estos tiempos; por nada no será digo yo... Y si lo hace conmigo que soy un desastre, qué no hará con auténticos santos ;)
Es más, no recuerdo qué santo, supo reconocer la voluntad de Dios porque con frecuencia visitaba una capilla de los Benedictinos, quienes rezaban toda la Liturgia de las Horas además de la Santa Misa, y puesto a que en cada liturgia hay una lectura bíblica, el santo entendía lo que Dios quería decirle a través de la Palabra de Dios que oía.
La caridad emerge de la liturgia, y sin caridad, ni aunque levantemos un país entero de la pobreza, nihil mihi prodest, en nada me aprovecha, como dijo san Pablo a los corintios.
No sólo la respuesta final del Padre en boca del Hijo me dejó atónito por días... "Porque te quiero ¿Qué más necesito?". (Miren... de nuevo me echo a llorar sólo de recordarlo, en serio. Tan sencillo, tan evidente, tan rotundo, tantas veces que nos lo ha dicho y seguimos sin creerlo o asumirlo); sino que el Espíritu, mucho antes, sin necesidad de hablarme me hizo comprender en la importancia que había tenido -en todo lo que me sucedió- el hecho de que "otros" REZARAN POR MI SALVACIÓN (y en este "otros" entra tanta gente que es inimaginable... del pasado, del presente, del futuro incluso; conocidos, anónimos, religiosos, sacerdotes, santos, Nuestra Madre Santísima...). Entendiendo el poder de la oración y de la intercesión... Si los religiosos no oran por nosotros lo que deberían -que tendría que ser mucho-, estamos perdidos; sería como estar sentado en una silla de tres patas y una de ellas quebrada. Se lo ruego, déjense de ONG´s y oren por todos nosotros, oren mucho, oren día y noche por favor; se lo suplico de rodillas.
Un saludo y bendiciones
Cuando se deja a Cristo de lado, todo son palos de ciego. Y desangrarse sin sentido.
"–Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán".
gracias. Me ha leído el pensamiento. ¿Qué se puede hacer en esas circunstancias, y más si no eres "joven"?
Me refiero al libro "JESUS DE NAZARET. Entonces y ahora". Autor : Gumersindo Lorenzo Salas. Teólogo. Editorial: Alfonsipolis. Y si es vd. capaz , tiene el humor, de dar una conferencia sobre este libro, iré a escucharle a pesar de mis 85 primaveras, otras tantas goteras y lo caras que son las pilas de mis audífonos. Saludos, don Jorge, J.L.M.
Dejar un comentario