Yo no soy un directivo de Cruz Roja
Ni ustedes han venido a la asamblea de “Solidarios por el desarrollo”. Así comencé mi homilía ayer domingo. Un joven que va a ser enterrado. Cristo que se compadece y se muestra a favor de la vida, resucitando al hijo y devolviendo la alegría y la esperanza a la madre.
Muchos de los comentarios a las lecturas, y bastantes homilías que ayer estuve mirando hablaban profusamente de situaciones de muerte y vida, identificando muerte con pobreza, desigualdad, marginación, violencia… y haciendo una llamada a poner vida a través de acciones en favor de estos colectivos y de todos aquellos que llevan la muerte encima por enfermedad, indigencia, dolor…
Miren ustedes, les decía, si yo fuera presidente de la Cruz Roja y ustedes hubieran venido a una asamblea de Cruz Roja, de Solidarios por el desarrollo o de cualquier ONG, simplemente les diría que es urgente realizar acciones que puedan paliar y frenar la pobreza, el dolor y la degradación de la persona.
Pero es que ustedes han venido a celebrar la eucaristía, y servidor es su cura párroco, y esto hace que el mensaje necesariamente deba ser bien diferente. Por supùesto que con las lecturas de hoy voy a hablar de vida y muerte, pero haciéndoles ver que la mayor muerte es el pecado y el abandono de la vida de la gracia, y que ustedes y yo estamos más muertos que el hijo de la viuda de Naín si nuestra vida se sustenta en el alejamiento de Dios que nos hace vivir del odio, la mentira, la inmoralidad, el robo, la violencia. La muerte, para el católico, es el pecado y el alejamiento de Dios.
De la muerte se pasa a la vida sí, como aquel joven, cuando Cristo llega y actúa en ti. Nosotros pasamos de la muerte a la vida cuando nos arrepentimos del pasado, pedimos perdón en el sacramento de la reconciliación y comenzamos una nueva andadura como creaturas nuevas.
¿Y de los pobres son va a hablar? Pues no especialmente, porque uno sabe perfectamente que todo el que se olvida de sí mismo, se convierte de su vida anterior y regresa a Cristo, se hace solidario porque le sale del alma. No falla.
Yo creo que demasiadas veces hablamos a la gente como si en vez de sacerdotes fuéramos gestores de la ONG “optemos por los pobres” y nos creemos que la salvación de Cristo es que la gente coma su pan cada día, que no está mal, que de hecho está muy bien, pero que resulta insuficiente para vivir en plenitud todo lo que es ser hijo de Dios. Homilías en las que no se nos cae de la boca la palabra solidaridad, pero en las cuales nos faltan pecado, conversión, gracia, VIDA.
Por eso se lo dejé claro a mi gente. Ni esto es una asamblea de cualquier ONG ni servidor es un directivo más de alguna de ellas. Esto es la iglesia convocada para celebrar la Eucaristía y el que les habla, su cura párroco. Por eso es diferente, por eso se les habla no simplemente de solidaridad, sino de conversión y gracia. El pecador, está muerto. El que se deja reconciliar por Cristo, vuelve a la vida. Y no se preocupen, que los pobres no quedarán desatendidos. No conozco ningún convertido de verdad que sea insolidario.
19 comentarios
Pero, si se empieza por lo demás...
Usted es cura párroco católico extrañamente fiel a la Iglesia, y predica lo que le han mandado, esto es, que Dios es amor y resucitará a los muertos, y que enjugará nuestras lágrimas el último día, PERO que nos exige conversión para no perecer porque no somos mejores que los de la torre de Siloé. Para ello se sirve de los Sacramentos, que son como la gasolina para el coche.
Todo lo que no sea hablar de esto en el ambón, revelan complejitos de adolescantes, traición a la madre que nos da de comer, y sospechosísimas tendencias de vedette impropias de un consagrado.
Hizo ayer una homilía semejante, particularmente coincidente en identificar pecado y muerte, tanto que llamó al pecado obras de muerte
Ser pobre como en Evangelio implica la viuda, el huérfano o la pobreza de Espíritu. Mensaje que seguramente usted aprueba, porque se busca el "pan de cada día" con Cáritas de su parroquia.
Ser políticamente "pobre", es un negocio con sindicatos, partidos, derechos humanos, etc. Ahí no se busca el pan diario, sino el teléfono móvil de última generación.
Lo primero y principal, ser buen cristiano , que lo demas vendrá por añadidura .
A eso es a lo que tienen que atender los sacerdotes, a enseñarnos y formarnos en el evangelio de Jesus .
Lo digo porque parece que algo sí tiene que ver la enseñanza de Jesús con ayudar materialmente al necesitado.
Lo cierto es que cuando yo ayudo al necesitado no siento tanto que le salvo ( por ser pobre siento que está más que salvado ) como que me ayudo a mi misma a saber qué es lo que quiere de mi el Salvador.
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