Rafaela: mejor crónica de la presentación de tu libro que de lo del papa
- ¿Pero, Rafaela, no prefieres que escriba algo sobre la presentación de la exhortación del santo padre sobre la familia?
- Mira, mejor de la presentación de tu libro, que a tú eres de esos de al pan, pan y al vino, vino y se te entiende todo a la primera, y una no tiene ganas de devanarse los sesos con cosas que hay que leer veinte veces para entender lo que dicen, lo que quieren decir, lo que quieren que se entienda, y encima con miedo de entender lo que no quiero ni pensar. Mejor para otro día.
Siendo las veinte horas del pasado miércoles día 6, o mejor las veinte horas y cinco minutos, por la cosa de la cortesía habitual, dio comienzo la presentación del que es ya cuarto libro de un servidor. Con un salón abarrotado, ansioso por descubrir las primicias de este nuevo “parto” de servidor, y de deleitarse con las suculentas viandas que dejaban oler su fragancia, decidimos iniciar el evento.
Palabras de bienvenida de Alex Herrero, de la editorial Vivelibro, encargada de poner en la calle la edición, que saludó cordialmente a los asistentes y abrió el acto.
Fue mi turno, turno breve, para presentar a los ponentes. En esta ocasión, y no como en el caso de “De profesión, cura” espléndido de voz, lo que hizo que tuvieran que aguantarme unos minutos.
Inició el asunto Fernando Molina Tinaut, evidentemente confundido de acto, ya que optó por un panegírico de tan elevado concepto hacia un servidor y colmo de alabanzas, que a punto estuvo de llegar a elogio fúnebre. Servidor, que se iba poniendo orondo cual abad renacentista, y colorado como arcipreste tras comida de hermandad, no pudo por menos de chincharle y dejar claro que sigo vivo y quiera Dios que en esto no haya límites rácanos a su voluntad.
Tomó palabra después Vicente Ángel Álvarez Palenzuela, que prefirió hojear el libro y empezar a sacarle defectos, el principal, según él, la ausencia de índice, especialmente temático. Ya saben cómo son estos eruditos: que si no hay orden cronológico, que si todo mezclado, que si dónde el sumario. Lo cierto es que con ese jolgorio, y a fuer de tomarnos el pelo, cosa que en él voy descubriendo harto habitual, se dedicó a entresacar anécdotas y sucedidos que comenzaron por arrancar sonrisas y terminaron con carcajadas a coro.
No. No se crean que con eso acabó la parte académica. Porque cuando los presentes estaban agarrando libros y chaquetas con el objetivo de abalanzarse sobre las más exquisitas “rafaeladas”, el autor, el señor cura párroco, vamos, un servidor, decidió agarrarse una vez más al micrófono, quizá para compensar la mudez de otra ocasión, y soltar una última reflexión, aunque esta vez en serio.
Y es que uno, recordando y escribiendo tantas historietas, al final lo que ha conseguido es llevarse una cura de humildad, porque al fnal los curas andamos con nuestras cosas, ustedes con las suyas, y ni siquiera nos damos cuenta. A ver si espabilamos.
La gente, aprovechó un momento en que tomé aliento para arrancarse aplaudir una vez más, no sé muy bien si entusiasmados, o como táctica a ver si conseguían callarme. Si a esto unimos la cola de aquellos que pidieron una dedicatoria, evidentemente se acabó hablar y a por el piscolabis, que de eso se trataba.
¡Qué decir de lo que yo llamo “rafaeladas”! Exquisitos manjares en forma de canapés, empanadas y empanadillas, ensaladas y ensaladillas, tortas y tortillas, roscas y rosquillas… y regados con caldos propios de salón parroquial, es decir, refrescos, cerveza, vinito y con un remate en forma de dulces y chocolate.
Una tarde divertida, amable, llena de buen humor y de convivencia fraterna.
Gracias a todos. A la editorial por sus buenos oficios. A Fernando y Ángel por el cariño que pusieron en la presentación. A las Rafaelas, especialmente Teresa Y Carmen, por sus exquisitas rafaeladas. A los que quisieron y pudieron venir. A los que queriendo, no les fue posible. A todos, que Dios os lo pague.
P.D. No crean que ahí acabó todo. Porque un pajarito me ha contado que al marchar todos los asintentes, aún se quedaron rezagados unos pocos privilegiados que dieron cuentas de unas botellitas de cava, pero de esto que no se entere nadie.
Aquí pueden ver más fotos en el facebook de la editorial Vivelibro.
12 comentarios
¡Ahora, a prepararse para recibir el Nobel de literatura.!
sobre la mesa de la cocina. . . (.tenemos croquetas para un mes).
Pero el mal humor alcanzó su climax cuando en Amazón me dicen que no tienen el libro ( suelto taco gordo y grosero) del que vd. es responsable. Lo obtendré por otro procedimiento y espero no tenga vd inconveniente en dedicármelo. Le felicito. . . y paso de envidia malsana a mis mejores deseos. Jose Luis Martinicorena
Que Dios le pague a usted este nuevo libro, que podría haberse titulado "Parroquiae laetitia".
Felicidades por su nuevo libro Padre. Dios lo bendiga.
Tengo que decir que el título y el contenido tienen su coña marinera pero ¿qué podemos preguntar aquí en mi pueblo, si quieres ir a "Misa de 12" a la Parroquia y sabes que puedes encontrarte que no hay, y que no es una excepción, sino que es bastante habitual? ¿Qué puedes preguntar si después que te dicen que sí, que hayla, vas y a las 12 no ha empezado, ni trazas y te dan las 12:10 y suena una guitarra, la iglesia medio vacía y finalmente empieza ¡oh milagro! a las 12:15?
En esta diócesis de mis pecados es el único lugar del mundo mundial que vas a misa después de confesarte y cumplir la penitencia y tienes posibilidades de salir media hora después, sin oir misa, empecatado y teniendo que confesarte para volver a oir misa. ¡Agarrame ese nabo por las hojas!
Menos mal que entre dimes y diretes presentaciones yde más, señoras Rafaelas y toda la compaña tengo una parroquia en Madrid que vale un potosí.
¡Enhorabuena don Jorge!
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