Una buena noticia sobre el matrimonio
Los datos que aporta Bruno Moreno en su post de ayer sobre el matrimonio, son realmente aterradores. Los datos, siempre tercos, nos muestran que, de cada tres matrimonios, dos acaban en divorcio. ¿Qué sucede, que el matrimonio no tiene sentido, que no hay modelos válidos, que no hay familias como las de antes?
El último funeral de la parroquia lo celebré este pasado martes. Miren que uno está acostumbrado a todo. Pues a pesar de eso, la historia me conmovió.
Un matrimonio sin hijos. Él, trasplantado de pulmón hace diez años y con problemas de rechazo desde entonces, que le han hecho vivir todo este tiempo con mucha medicación y con la dependencia del oxígeno cada vez mayor. El último año, entero, en una cama de cuidados paliativos.
¿Y dónde está la novedad? La novedad está en una esposa que, de alguna manera, decidió ingresar con su esposo, pedir excedencia sine die en el trabajo -no todos pueden- y pasarse un año entero a su lado sin moverse más que lo estrictamente imprescindible. Me contaba la esposa que, aunque en el centro de paliativos tenían toda la atención del mundo, ella, durante todo este año, ha sido la única persona en asearlo, darle de comer, atender sus necesidades básicas y permanecer a su lado porque él así se encontraba mejor.
Tras el fallecimiento, acudir a la parroquia para pedir la celebración de las exequias por su eterno descanso, porque ella sabe perfectamente que su ser esposa continúa ahora en el recuerdo, el agradecimiento, mantener viva su memoria y, sobre todo, en la oración por su eterno descanso.
Esto es amor del bueno. Este es el amor del que habla Cristo: amor hasta dar la vida por el amado. Amor que no es egoísta ni busca su bien, sino amor que se da sin pedir nada a cambio. La esposa sabe, incluso, que ahora, después de un año de estar siempre juntos, la separación va a ser aún más dura. Pero no importa. Comprendió que su ser esposa era estar juntos siempre, y de manera especial cuando el esposo es más vulnerable.
Terrible la situación de tantas parejas que entienden el amor como algo para mientras vayan bien las cosas. Descorazonador escuchar a una madre decir a su hija en víspera de su matrimonio “tú hija, no aguantes nada". O a otra que decía: “lo que te convenga, hija, tú lo que te convenga”. ¿Qué matrimonios saldrán de ahí? El otro día, en el funeral, mientras pedíamos a Dios por el difunto, no me resistí a dar las gracias públicamente a esa mujer por su entrega, más cuando la iglesia estaba llena y en ella podía observar muchas parejas y mucha gente joven. La entrega de esa esposa es la mejor catequesis sobre el amor en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe.
Creo que mientras haya historias así no peligra el auténtico matrimonio cristiano.
57 comentarios
En "el camino" hay cosas buenas y malas, pero lo importante es caminar JUNTOS... Al menos así lo veo yo. Suerte en tu camino!!
Ahora sólo hace falta que cerca haya cristianos que le digan dónde han de ir a buscarlo.
Mi pregunta es si el opuesto absoluto al que usted plantea es cristiano y ético. Hija o hijo aguanta todo. Si lo único que tenéis en común es una rutina insoportable; si te resulta un pesado cada vez que habla y estás deseando que se calle ; si descubres que a tu lado un día hay un extraño/a cuyo roce te da asco, aguanta de todos modos.
Si es mal padre, bebe, y te pega, también aguanta. Si pasa de tÍ como de la mierda, también.Es muy complejo el matrimonio, Padre. Se lo dice alguien que tiene una esposa excepcional con la que lleva veinte años entre noviazgo y matrimonio.
Por cierto, añado: De la gente que conozco que se ha separado, nadie lo ha hecho por capricho y sin sufrir.
Un saludo,D. Jorge.
Leete a San Pablo y lo que dice del amor y escandalizate un rato hija.... igual te llega algo
María,
en la vida hay cosas buenas y cosas malas y lo sensato y razonable es, en la medida de lo posible, evitar las malas. ¿Por qué tiene que ser distinto en la pareja?
Si usted viaja en un tren con un asiento en mal estado que le está haciendo insoportable el viaje, ¿por qué tiene que seguir sentada en ese asiento, pudiendo buscar otro que esté en buen estado o incluso seguir el viaje de pie si no hay otro asiento disponible?
Muchas gracias por esta historia. La verdad es que yo mismo quedé horrorizado cuando comprobé los datos del artículo de ayer. Pero Dios es bueno y nos consuela y nos da esperanza con milagros como este.
No lo he estudiado en detalle, pero me malicio que la estadística de matrimonios y divorcios es una de esas que hay que coger con pinzas, por si las moscas (no tanto por cómo refleja la disminución de matrimonios cuanto por las conclusiones que se pueden extraer al comparar distintos datos de la misma, por ejemplo bodas católicas vs civiles, o matrimonios en general vs divorcios).
Ya se ha escrito sobre esto en el artículo de Bruno, pero señalo algunas reflexiones:
- Que la estadística incluye "gaymonios", que como no son matrimonios naturales, nunca pueden ser celebrados por la Iglesia, lo que engorda la cifra de matrimonios civiles respecto a la de católicos.
- Que los "gaymonios" son uniones mucho más inestables que los matrimonios, teniendo una tasa de divorcios superior a éstos, lo que engorda la cifra de divorcios con rupturas que NO pueden ser nunca de matrimonios católicos.
- Que los "divorciados vueltos a casar" no pueden hacerlo por la Iglesia si su matrimonio verdadero fue católico (unas pocas nulidades aparte), lo que engorda la cifra de matrimonios civiles respecto a la de católicos.
Así pues, cuidado: según los datos del INE de 2014, uno de cada tres matrimonios se celebró por el rito católico, pero en cambio no se sabe cuántos de los divorcios lo fueron de matrimonios católicos.
Me da la sensación de que la mayor parte de los divorcios romperán matrimonios civiles, con una proporción importante de gaymonios.
Y de los matrimonios católicos que hacen como si se divorciaran (*), lo más probable es que casi todos ellos cumplan los criterios para ser declarados nulos, ya que fueron celebrados con mucho interés por la vistosidad del evento y muy poco por cumplir lo que se prometía.
Así pues, los matrimonios católicos bien celebrados no aparecen en esa estadística de divorcios.
(*) Digo "hacen como si" porque la ruptura es imposible: o bien el matrimonio es nulo, en cuyo caso no hay matrimonio que romper, o bien se celebró como Dios manda, en cuyo caso no es posible romperlo, por mucho que el Registro Civil admita la pantomima.
PD: ¿Hay estadística de nulidades canónicas al año?
Un saludo.
En ningún momento pide la Iglesia aguantar lo inaguantable. El problema es que el vínculo matrimonial no se puede romper si está legítimamente establecido ante Dios. Por ello hay dos salidas válidas para un católico:
- La nulidad: si se cree que el matrimonio se celebró indebidamente, incurriendo en alguna de las causas establecidas de nulidad, se puede presentar el caso ante el Tribunal correspondiente (creo que ahora también ante el obispo). Si el matrimonio se declara nulo, es que nunca ha existido, quedando ambos solteros.
- La separación, que NO es divorcio. La separación rompe la convivencia, pero no el vínculo matrimonial (que, en ausencia de declaración de nulidad se considera lícitamente contraído y por tanto irrevocable) ni los derechos y obligaciones que conlleva. Al romper la convivencia se evita el sufrimiento que de ella puede derivarse en esos casos extremos para los que se aconseja. Eso sí, el separado no puede unirse con otra persona, ya que sigue casado.
PD: Por cierto, si hay algo que caracteriza a las personas que la Iglesia declara venerables, beatos y santos es que han demostrado vivir virtudes "en grado heróico", y ese grado es cualquier cosa menos fácil.
Esto lleva a una curiosa paradoja: por un lado, "lo cristiano" es no pedir a nadie un aguante excesivo ante una convivencia que roza lo imposible, pero al mismo tiempo, por otro lado, también "lo cristiano" es valorar como santificante el ejercicio heróico de ese aguante (cuando se hace por amor a Cristo en el esposo o esposa que tanto nos hace sufrir, que ya se sabe que ese aguante, sin amor, no vale nada).
Un saludo.
Con su Gracia todo se sobrelleva , incluso la infidelidad y, cuando se le deja hacer a El , algo tan sucio puede acabar en arrepentimiento, conversión y vida nueva.
Dios tenga en su Gloria a este señor y acompañe con su amor y su fuerza a la viuda todos los días hasta que también ella sea llamada a Su lado.
Bendito sea Dios y bendito el matrimonio católico.
Amén.
Estamos con el tópico de la "complejidad". El matrimonio es muy complejo, el trabajo profesional es complejo, la vida religiosa o sacerdotal es muy compleja, tener hijos es complejo, la política es compleja, tener amigos de verdad es complejo, llegar a fin de mes es complejo, paliar el paro es muy complejo, la vida es muy compleja, etc, etc, y es que el ser humano, es complejo y es un misterio. Aquí está el reto de los que queremos amar a Jesucristo: luchar como hijos de Dios ante la inevitable complejidad de la vida, y amar esta complejidad que es esencial a la realidad misma.
Creo que mientras haya historias así no peligra el auténtico matrimonio cristiano.
Eso es el verdadero amor, no es sexo, que después que me converti, me di cuenta que es la palabra peor usada en el hombre contemporaneo, después también la tenía deformada, es entrega, sacrificio, y pudo se al revés, el hombre el que se sacrifique por la mujer, y esto se da en situaciones limites y/o cotidianamente, vivir la fidelidad hoy, todo se puede si se valoriza la vida de la GRACIA,Vida eterna comenzada, las Tres Edades de la Vida Interior,Garrigou.
Perdón Padre y si no se lo explica ,lo que es el Sacerdote hay que ser autodidacta, comprar buenos libros de Espiritualidad, el del Padre Iraburu, Royo marin ,Teologia de la Perfección Cristiana, Espiritualidad del Seglar, Magisterailmente el Catecismo Universal de la Iglesia,La Oración Santa Teresa de Jesus, con Directores letrados.
Que impriman articulos del Padre Iraburu sobre esos temas, y los lean.
Las Virtudes Fundamentales y todo lo de Pieper, es formación de la razón.
Que Dios lo bendiga Padre y bendiga a la Iglesia, y a los jóvenes, blanco del nuevo desorden mundial.Egoismo!!!!!YOYO!!!!!Libertades falsas,para meter la pata y sufrir.Se exalta la libertad para ser más esclavo que nunca, de nuestras pasiones más vergonzosas.
El vasco Pablo Ibar lleva 22 años, 15 de ellos en el corredor de la muerte, en una cárcel de EEUU y condenado a pesar de que todas las pruebas científicas parecían indicar que él no tuvo nada que ver: ni huellas, ni ADN, nada...
Pues su esposa no se ha apartado de él en ningún momento. 22 largos años sin "disfrutar" y allí sigue. Cualquiera hoy en día diría: "Necesito vivir mi vida. No puedo estar anclada a ti".
Desconozco su religiosidad, pero ¡ese es el verdadero Amor en la dificultad! ¡Ahí hay sacramento!
Gracias por tu contestación, y feliz fin de semana.
Forestier, tu chiste de la primera línea es tan ingenioso, original e hilarante que casi me cuesta trabajo prestar atención al resto de argumentación excesivamente compleja para una persona de cortos alcances como yo. Sigue así y ten paciencia con los que no estamos a tu altura. Gracias por haberme leído y haberte molestado en contestar.
Buena tarde a todos.
Un saludo.
Me explico: Cuenta la leyenda que en Japón existe la costumbre del "empleo de por vida". Dicen que uno entra a trabajar a una empresa allá y no sale hasta que se jubila. Aunque sin duda eso causa problemas graves a algunas personas -y a algunas empresas- para la mayoría de la gente el sistema es positivo. No es lo mismo ser empleado de una empresa donde uno sabe que no va salir más que jubilado o muerto, que ir a trabajar sin saber si hoy es mi último día, como se acostumbra de este lado del mundo. El trato de la empresa hacia el empleado es diferente, y el comportamiento del empleado con respecto a la empresa también.
Lo mismo pasa con el matrimonio. No es lo mismo casarse y llegar uno todos los días a casa sin saber si su cónyuge todavía está allí, que tener la certeza de que allí estará hasta el día que se muera. Por muy mala que sea la mujer -o el esposo- cuando uno sabe que tiene que aguantarla otros 30 años -o diez, si el Señor se apiada de uno-, la actitud es diferente. Como mínimo, hace uno el esfuerzo por no irritarla más de lo debido, sabiendo que cada barbaridad que le suelte tendrá que soportarla muchos años más. Es un asunto práctico.
A la larga, es cierto que muchos matrimonios salen mal. Malísimo. Terrible. Igual que muchos trabajos son desagradables, aburridos y estresantes; los empleados son explotados, las empresas fracasan, hay chismes, envidias y reglamentos estúpidos que hay que obedecer.
Pero cualquier desempleado se los podrá decir: es un millón de veces mejor estar trabajando en una pésima compañía, que no tener trabajo del todo.
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Jorge: Franco se murió hace más de cuarenta años, a ver si vamos superando etapas.
No, ya no es su esposa, el matrimonio cristiano se disuelve con la muerte de uno de los cónyuges. No somos mormones, cuyo matrimonio sí que se prolonga al más allá.
Es verdad que antes la estabilidad de muchos matrimonios se basaba en la debilidad social y económica de la mujer. Pero no siempre era así. Desde hace muchos años muchas mujeres trabajaban y tenía independencia económica y aguantaban también carros y carretas, en gran parte por sus creencias sobre el matrimonio, es decir por sus valores católicos.
Y yo creo que ahora se ha pasado al extremo opuesto. Mucha gente se separa no digo que por capricho, pero sí con más frivolidad de lo debido, aguantando muy poco en ocasiones. Ese concepto de autorrealización y felicidad que tenemos ahora hace que muchas veces, ante una dificultad pequeña o mediana, prefiramos dar al "reset" y empezar de nuevo para "ser felices". A veces se tienden a confundir baches temporales o circunstanciales con una incompatibilidad total.
O está en algún lado y yo no lo vi?
Bendiciones.
Bendiciones.
A una hermana se le enfermó de alzeimer el esposo y viviendo en USA le advirtió el médico la enfermedad del esposo, "por si quería mejor divorciarse, antes que se olvidara de ella." La historia fue hermosa: se interesó por conocer la parte científica de la enfermedad para poder ayudarlo y sólo lo llevó a la clínica cuando ya era el final. Se siente satisfecha de haber cumplido su deber, "luego de él haber sido tan bueno con ella", como decía mi hermana. Yo veo en ello que El Matrimonio y su valor moral se impone sobre toda otra forma de familia...
El matrimonio cristiano es una vocación, al igual que el orden sacerdotal, a la que un hombre y una mujer son llamados a dar la vida con la ayuda de Dios y los sacramentos. Eso es lo que lo diferencia de otro tipo de relaciones.
Si Cristo no está en medio del matrimonio, es muy dificil que se de el perdón ante la injusticia y el amor al enemigo, que muchas veces es tu propio cónyuge.
Si uno no va al matrimonio convencido de que esa mujer o ése hombre son la persona que Dios ha puesto en su vida para su salvación y la del mundo y, por supuesto, para ser feliz juntos, entonces es muy complicado que funcione debido al egoismo innato en la persona.
La Gracia de Estado que infiere el sacramento del Matrimonio es para ésto.
Creo que deberíamos tomarnos más en serio las catequesis prematrimoniales y explicar a las parejas que ésto es posible en Jesucristo.
Por cierto, en Diciembre mi mujer y yo cumplimos nuestras Bodas de Plata y no somos ninguna perita en dulce ninguno de los dos.
Puede ser que se reencuentren allí, pero ya no lo harán como marido y esposa, ese vínculo desaparece con la muerte de uno de los cónyuges, está sometido a esa caducidad, no se extiende al más allá, es precisamente “hasta que la muerte los separe”. Por el contrario la filiación no se extingue, los padres y los hijos de uno lo siguen siendo en esta vida y en la ultraterrena, pero el matrimonio no, tiene esa limitación, ese horizonte temporal. De hecho la viuda que protagoniza el relato del padre Jorge podría contraer nuevo matrimonio canónico sin ningún impedimento como todos sabemos.
Muchas gracias por su maravilloso artículo.
Solamente recordar que en el siglo XIX, en España, sólo se casaban por la Iglesia los pudientes que tenían bienes a ser heredados y los casos en que alguno de los futuros contrayentes eran católicos practicantes.
El modelo de la Sagrada Familia de Nazaret es el que nos debe iluminar
¿Cómo cuidaría la Virgen a San José en sus últimos días?
¿Cómo cuidaría el Hijo de Dios a su P.P. en la Tierra?
Hay que imitarlos, aunque estemos lejos de ser como ellos, pero hay que pedirles ayuda y nos la darán.
In Domino.
NB: Ariadna me recuerda a las divorciadas que envidian a las felizmente casadas y están permanente envenenándolas para conseguir destrozar sus matrimonios. También me recuerda a las infelizmente casadas que acosan a todo el que parece felizmente casado para que caiga y luego dejarlos tirados y destrozados. No obstante, dos no pecan si uno no quiere y es fiel en su matrimonio.
Pero eso es nada comparado con la visión general que se tenga de la vida, que para las que corren hoy día, ni hablar de "matrimonio" tiene sentido, y por eso las leyes permiten ponerle a los zapallos un cartel que dice "bananas" y venderlos como tales.
Desde tales mentalidades opinar sobre el matrimonio es como si yo discutiera de gramática del chino mandarín.
Saludos cordiales.
Bendiciones.
Fundamentar la indisolubilidad del matrimonio fuera del mandato de Cristo me parece imposible. Y hasta los apóstoles decían "duras palabras son éstas, entonces no le conviene al hombre casarse".
Porque la dureza de corazón sigue estando en todo varón y mujer.
O como decía Tolkien: "el varón es polígamo por naturaleza".
Lo que pasa es que a los que sw casan no se nos instruye en los deberes del matrimonio, que requiere mortificación.
Los deberes de mutua entrega son absolutos, y lo ejemplifica san Pablo con el débito conyugal, por ejemplo.
Duras palabraa son éstas.
1) Santa Mónica. Se casó con un hombre mayor, pagano, muy enérgico y de temperamento violento. Mónica iba a la Iglesia cada día, y soporto con paciencia el adulterio y las cóleras de su marido. Se convirtió su marido al cristianismo y se calmó de su violencia. Su hijo Agustín también acogió la gracia de Dios y se convirtió al cristianismo. Siendo después venerado como Gran Santo y Doctor de la Iglesia.
2) Santa Rita de Cascia. Le casaron con 14 años con un hombre del pueblo. Su esposo le causo muchos sufrimientos. Era bebedor, mujeriego y maltratador. Santa Rita se mantuvo fiel y en oración y tras 20 años de casada, el esposo se convirtió. Rita le perdono y juntos se acercaron a la vida de la Fe.
3) Beata Isabela Canori. Al poco de casarse su marido toma una amante, deja el trabajo de abogado, se gasta el dinero en aventuras y lleva a la familia a la ruina. Isabella se pone a trabajar para sacar adelante su familia de 4 hijos y su marido sigue con su amante. Isabella ofrece el sacrificio de su vida, su oración, y reza hasta por la amante de su marido. Su marido era cada vez mas grosero y susceptible, y le llego a amenazar con un cuchillo para que firmase un escrito que le permitiera frecuentar a su amiga. Pero Isabella no consintió el adulterio por salvar la situación de peligro, y prefiere morir antes que ofender al Señor. Pero tampoco se separa, pues el matrimonio concluido y consumado entre bautizados nunca puede disolverse, y esta convencida que si algún día tiene lugar la reconciliación con su marido, esta sera fruto de la fidelidad a la ley de Dios. Muere Isabella en olor de santidad, su marido es atacado por un gran remordimiento de toda una vida (29 años de matrimonio) de negligencia, ingratitud e infidelidad. Su marido se convierte (como lo había predicho Isabella), se hace fraile y sacerdote, y muere 20 años después en olor de santidad.
El matrimonio es entre Esposo, Esposa y Cristo. Estos 3 ejemplos nos enseñan cuan equivocados estamos. Pues cuando la mayoría pensamos que tenemos un problema matrimonial, una crisis marital, estamos equivocados, y en realidad tenemos una crisis espiritual. Y esta crisis, fue permitida por Dios para conducirme o acercarme mas a El. Por lo tanto si aparentemente, nuestro matrimonio va mal, para obtener un matrimonio restaurado DEBEMOS buscar una relación intima con el Señor. Por para Dios no hay NADA imposible.
Esto no quiere decir que vea bien que la gente se divorcie y los niños vayan conociendo a tropecientos novios/as de sus padres, algo que a todas luces es terrible, pero tampoco está bien que sean víctimas de malos tratos, abusos sexuales por parte de padres degenerados, etc.
El caso del ejemplar matrimonio a que refiere el Padre, es una enfermedad, una desgracia involuntaria y la actitud de la esposa me parece muy loable.
Amicus: Con todos los respetos, las santas a las que se refiere vivieron hace muchos siglos, ahora sería la propia Iglesia la que les concedería la nulidad si lo solicitaran ¡Casada a la fuerza con 14 años, ya me dirá..! Y por cierto ¿A cuántos hombres han canonizado por aguantar una esposa alcohólica, maltratadora o ninfómana? Lo pregunto porque no lo sé.
Como hay muchos comentarios estupendos al respecto, no diré mucho más, sólo agradecerle que ese tipo de cosas las diga en los funerales, que es uno de los pocos momentos en los que aquellos que sólo recibieron el B.C.C, e incluso sin C final en muchas ocasiones (Bautismo, Comunión y Confirmación) pisan la Iglesia. También así les llega el Evangelio, y más de uno, aunque al principio sólo miren al reloj esperando que el cura no se alargue, escuchando, hay algo que les conmueve, que les hace mirarse a si mismos, y de ahí podría haber un principio de conversión, no siendo ni el primero, ni el último caso. Esas parejas y gente joven que en esos momentos le escuchan, también son "terrenos sobre los que sembrar". Mi enhorabuena D. Jorge.
Pero Cortés... de Hernán Cortés, el que "quemó sus naves" para que no hubiera vuelta atrás, y gracias a eso sus hombres tuvieron arrestos para llevar a cabo su ímproba tarea.
En el matrimonio católico pasa eso: en la boda los cónyuges "queman las naves" y asumen que no hay más camino que seguir adelante, y eso les da la parte humana de la fuerza que necesitan para convivir y lidiar con las dificultades (la otra parte de esa fuerza que necesitan, la parte divina, la aporta la Gracia).
Evidentemente, quien no "quema las naves" se da la vuelta y huye a la primera dificultad, entre otras cosas porque en ese acto de no quemarlas dejó claro que no tenía intención de cumplir.
PD: Lo Cortés no quita lo valiente. Más bien lo implica.
Un saludo.
jose 2 católico: “en el siglo XIX, en España, sólo se casaban por la Iglesia los pudientes que tenían bienes a ser heredados”
¿De dónde ha sacado usted esta disparatada idea? En el s. XIX la inmensa mayoría de los matrimonios eran canónicos. El matrimonio civil no existió hasta la República. Y parejas de hecho no casadas no creo que hubiese muchas.
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