Elogio de la rutina como fuente de santidad
Complicadillo que es un servidor, empeñado en hacer las cosas al revés y de paso “suscitar” nuevas amistades, o al menos eso me dicen, que uno siempre haciendo amigos.
Es que verán, una de las cosas que más se escuchan por ahí, de manera especialísima en las cosas de la fe, que lo importante es no caer en la rutina ¿a que sí? Como si lo de hacer las cosas de manera rutinaria las privara de todo valor.
Ya les digo que servidor el caso es llevar la contraria, por eso me declaro ferviente partidario de la rutina, defensor, promotor, apologeta y amparador de la tan denostada como poco bien conocida hermana rutina. ¿Por qué este decisión? Porque en definitiva lo que da vida y lo que da vida eterna es una vida “ordenada”, “metódica”, “arreglada”, poco “emocionante” pero profunda y arraigada.
Viva la rutina en las cosas de la fe, entendiendo rutina como esos buenos hábitos de hacer las cosas bien y de forma organizada. Cuánta santidad y cuánta sabiduría en esa gente que ha aprendido a vivir su fe convirtiendo cada pequeña cosa en algo adherido a sus entrañas a través de una constancia y un orden en la existencia. Gente que tiene la costumbre de rezar cada mañana y cada noche, que tiene su hueco diario para la misa y generalmente a la misma hora, el rosario en tal momento y confesión cada equis. Personas que cada mes tienen su presupuesto siempre ampliable para los pobres, sus horas para los demás. Ese orden de vida los hace santos despacito, en silencio, sin alharacas.
No faltan los denostadores de tan altas formas de vivir en Cristo aunque parezcan infantiles, con ese viejísimo argumento de que para ir a misa por rutina mejor no ir, o que para rezar el rosario como un loro mejor no rezarlo. Yo tengo otra forma de verlo: mejor ir a misa aunque sea por rutina que prescindir de ella y mejor rezar el rosario como un loro que no rezar. Al menos hasta que aprendamos a vivir la fe con la profundidad de SantoTomás, la mística de santa Teresa de Jesús o la entrega a los pobres de la beata Teresa de Calcuta.
Por eso suelo repetir a mis feligreses que adquieran buenas costumbres, repetidas, que las cosas de la práctica de la religión y de las obras de misericordia sea algo tan asumido que lo vayamos haciendo casi sin darnos cuenta. Y poco a poco algunos lo hacen. Los ejemplos del rezo del santo rosario son de lo más curioso: algunos en el coche y con disco, otros cuando salen a su paseo diario, la señora María en su casa tranquilita a la hora de la siesta, y hasta alguno mientras pasea al perro. Oiga, pero se distraerán, y para rezar distraídos…
Pues no. Mejor rezar aunque uno se distraiga que no rezar nunca con la cosa de que no soy perfecto. No sé si hoy estoy diciendo muchas vaguedades y bobadas… pero ya saben cómo es uno.
51 comentarios
-¿se puede fumar mientras se reza?
-No, pero se puede rezar mientras se fuma...
El asunto es rezar :)
Por cierto: No sé quién fue el imbécil o malvado que creó tan repetido ejemplo; pero jamás un loro ha rezado el Rosario.
Pero hay un elemento adicional positivo en "caer en la rutina": Los recursos sobran para cubrir las situaciones excepcionales. Cuando uno se pasa la vida tratando de levantarse cada día por un lado distinto de la cama (y fracasando al quinto día), si se le presenta una situación extraordinaria le cuesta mucho afrontarla. Cuando se tiene una base rutinaria sólida, y de pronto se enfrenta a un cliente especialmente molesto (o un penitente con pecados especialmente graves, supongo), TODOS sus recursos creativos están disponibles para dar una solución al problema. Y generalmente logra encontrar una solución. Tan generalmente que se vuelve "rutina" hacer cosas extraordinarias.
¡Qué indispensable es evangelizar la propia rutina! Porque mantener los buenos hábitos cansa en la medida que pareciera no generar frutos, mientras que es una verdadera tentación buscar hacer cosas excepcionales, más por notorias que por buenas. Pero entre cada novedosa genialidad, aparece la rutina a tomarnos de la mano.
Últimamente me he convencido que el problema no es la rutina, sino que si tiene sentido o no.
¡La imagen más bella, apacible y amable que uno puede tener (que algunos tenemos) de este mundo es la rutina con la que una madre (o abuela ya), pero de las madres madres (abuelas abuelas), de esas que antaño se decía "una mujer de Dios", en la rutina de sus labores y atenciones para con las tareas diarias o atenciones a los demás. En silencio, con tranquilidad. ¿Que se va a independizar Cataluña? Nada, ahí está esa madre (abuela), en su rutina, sin nervios, serena, planchando, cocinando o quitando el polvo de los muebles. ¿Que el IBEX se desploma? Nada, ahí está esa madre (abuela), en su rutina. esperando turno para comprar los boquerones porque hoy estaban a buen precio ¡Ah! qué están a 6 euros porque el Ibex se ha desplomado. Nada, ni se ha enterado de la "dramática" noticia, hoy no hay boquerones, no obstante: una sopa de sobre y un poco de queso con pan. Porque es la rutina... ¡cenar!
¡CUÁNTO LE DEBEMOS A LA RUTINA! (algunos, claro; a otros el sólo hecho de tener que ir a visitar a la abuela o a la mamá ancianita una o dos veces al año es de ¡¡¡una pesadez!!! Entonces, muy eufemísticos y progres no decimos "nos rompe la rutina ir a visitar a la abuela", porque los modernos no tienen rutinas, tienen planes y cualquier atención a los demás casualmente se viene al traste porque tenemos un plan para el fin de semana. Y, así, también de los "planes" se ha hecho rutina: la de desatender a la mamá, a la abuela o a la familia en general. Pero claro, es que hay rutinas y rutinas. Las que humanizan y las que nos embrutecen.
A lo mejor algunos se referían a eso, a no caer en la rutina de desatender a los demás y a nuestras obligaciones ( me da que no iban por ahí los tiros)
El "Verbo", la "Palabra encarnada", que guarda silencio durante tantas décadas, es una poderosa confirmación del valor de lo rutinario, diario, que no sale en los pediódicos, que sólo Dios ve, porque nada se le escapa.
Que sepamos luchar convencidos contra el ansia de lo "divertido", de lo "siempre novedoso", de la "moda", que para que sea interesante ha de variar constantemente.
"Gutta cavat lapidem, no vi sed saepe cadendo" (= la gota de agua horada la piedra, no por su fuerza, sino cayendo una y otra vez).
Si mariposeamos, si pasamos de canal a canal en la TV, internet, etc., andamos muy lejos de la paz interior, buscando siempre lo sensacional, lo que sacuda el propio aburrimiento.
Pero trabajar en siempre lo mismo, apreciar la diaria vida familiar, es indicio de sensatez y virtud. "Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy avezado en todo y para todo: a la hartura y al hambre, a la abundancia y a la privacion. TODO LO PUEDO EN AQUEL QUE ME CONFORTA"
(Filip 4,12 - 13).
Saludos cordiales.
¡Qué Dios le bendiga!
Muchos saludos.
Lo recomiendo.
Es una manera excelente de incluir la oración en una afición que para algunos de nosotros es adictiva.
Al acabar suelo poner Radio María porque, a esa hora, están con las oraciones matutinas, la vida del santo y la lectura del Evangelio del día.
Procuro ir a misa de 11 y hago de lector y/o acólito en una parroquia cercana a mi trabajo.
A las 11:55 me salta una alarma en el móvil para recordarme que llega la hora de rezar el Ángelus, y lo rezo mientras trabajo o voy de camino a alguna parte.
A pesar de todo esto me paso el día pecando y tratando de combatir las innumerables tentaciones con las que el príncipe de este mundo nos acecha a todos. Y procuro ser consciente de mis caídas, arrepentirme y confesarme con frecuencia.
Al día siguiente vuelvo a hacer lo mismo, o casi lo mismo. Y al otro, y al otro, ...
No sé si es rutina, hábito, costumbre o simplemente es que tengo cerca al Señor, que me llama, con su divina gracia, a tratar de ser mejor cristiano cada día.
No cambio todo esto por nada. Lo cuento aquí por si le sirve a alguien.
Alguno de mis chicos me sale con aquello de que ir por ir, por rutina... Yo les digo que la fe es un regalo, procede de Dios y Él decide cuándo, cómo... Cuando reciban ese regalo inmenso comprenderán, agradecerán, el haber participado de algo tan grande.
Etimológicamente proviene del francés: "Routine", que a su vez deriva de "Route" , ruta, camino.
Por ende indica tanto el movimiento, esfuerzo, propósito de salir de un punto de partida para llegar a algún otro lado, como, a la vez, el cansancio anejo al viaje emprendido, las molestias que suelen acompañar a todo empeño o trabajo.
Pero lo segundo no es lo único, que se da en esta realidad: el día a día, el "siempre lo mismo", el "habituarse", no es embrollar, sino hacer resaltar uno de los significados, que no suelen ser tenidos en cuenta, ya que, por lo general, se asocia la rutina con lo aburrido, lo "déjà vu", la "ordinariez".
Ahora bien, como lo aconsejaba S. Juan Pablo II, hemos de aprender a ser "extraordinarios en lo ordinario" y no por nada, junto con los grandes tiempos litúrgicos de "Adviento / Navidad,Cuaesma / Pascua", la Iglesia nos señala el "tiempor ordinario", que abarca la mayor parte del año litúrgico.
Puede, pues, entenderse lo "rutinario", como lo cansador, lo común y corriente,o también como lo constructivo y permanente, la vida misma,con sus ritmos fundamentales, a los que hemos de apreciar y hacer rendir todo lo que podamos.
Tengo grandes recuerdos de mi época de creyente. Grandes personas, diálogos inolvidables sobre Dios y el Amor con curas y monjas; ejemplos vitales de creyentes de una ética sólida como una roca. Y oración más hermosa y reconfortante que el Padrenuestro antes de dormir no hay.
El Rosario me parece una oración disuasoria de la Oración.
Mis padres y tíos rezaban el Rosario en aquellos entrañables e interminables viajes a Galicia, y eran veinte minutos especialmente temidos para mi.Si la Oración es comunicación con Dios, el Rosario es lo contrario, la repetición sistemática e infantil del niño que entona las tablas de multiplicar.
Buen día a todos.
Y...la repetición, si se la hace meditando, no es mala rutina, sino el constante irse empapando de los misterios fundamentales de nuestra vida de fe. S. Ignacio, en sus ejercicios, inculca muchas veces la repetición.
Que un farandulón recuerde con hastío su vida cristiana anterior, en nada daña a la solidez de la permanencia, fidelidad en "lo mismo", cuando eso es nutritivo. Siempre hemos de comer, beber, respirar, descansar y...orar, elevarnos a Dios y María, para vivir en vigor cristiano. Estar unidos siempre a la vid, que es Cristo (JN 15, 3), no andar volando como la hoja, que hace sus volteretas por los aires, pero...ya para morir.
El notar en cada día la presencia de Dios en nuestra vida, el preguntarse tantas y tantas cosas que nos ocurren o pasan a nuestro alrrededor, eso es parte de la reflexión, mueve la existencia . Muchos quieren cambiar el mundo, lo critican, aspiran a ideales de vida, es lícito , pero no se ponen en el primer movimiento, cambiarse ellos mismos.
El repetir las oraciones y por ejemplo el Rosario, al menos para muchos, significa el manifestar un sentir interno de alabanza, de, permítaseme el símil, piropear a nuestra Madre del Cielo, al menos cincuenta veces. ¿Qué madre no se siente alagada cuando sus hijos le dicen algo bello?.¿Se cansará y nos dirá :"anda que no eres pesado repitiéndome las mismas cosas"?. Francamente , creo que no . Porque una madre que lo ha dado todo, si recibe un poco, aunque sean unas cuantas alabanzas, se sentirá satisfecha de comprobar que sus hijos se acuerdan para bien de ella y que esas palabras provienen del corazón y/o de la razón aunque sea mínima, o de ambos sitios.
Rezar es hablar con Dios, el hablar es comunicarse, y ello lleva al conocimiento. Cuanto más, mayor y mejor es este conocimiento. A veces el intento es unívoco y no hay tal comunicación, porque simplemente no le dejamos a Él que nos conteste, porque no admitimos otras formas de comunicar que las que nosotros utilizamos y queremos imponer, y Dios, no olvidemos que es Dios, aunque se hizo hombre, pero sin dejar de ser Dios , también tiene sus propias formas de contestar. No estamos a su mismo nivel y es necesario tener en cuenta que no es nuestro igual, su infinitud, por principio, nos supera. A lo mejor esto choca con un mundo inmerso en la igualdad pretendida y llevada a términos incluso absurdos a veces, que no pasan de un igualitarismo falso e interesado para imponerse a los demás. ¿Ven Uds.?, al final suele salir a relucir el egoismo y la soberbia.
Tres matices, por si las moscas:
1-No recuerdo con hastío mi antigua vida de cristiano. Guardo recuerdos y enseñanzas maravillosas de la misma.Ojalá algún día recupere la fe. No me hizo especial gracia perderla.
2-Simplemente he recordado un episodio tedioso concreto de la infancia. Y he traído a colación otros en el sentido opuesto, con idéntiso protagonistas, por cierto.
3-Contestando a otro interviniente, que "humanizó" la cuestión,si yo a mi madre le suelto en idéntico orden y con idénticas palabras los mismos piropos todos los días, me manda a la mierda o me lleva al médico.
Comprendo que no se puede humanizar la cuestión sin salir perdiendo.
Creo más en el Huerto de Getsemaní. Creo que ahí está la Oración.
- Pedir a Dios todos los días, y varias veces, sobre todo cuando caemos en la cuenta (porque a veces no caemos en ella, aunque no deje de tenerla por ello) de la trascendencia de nuestros propios pensamientos, palabras, obras u omisiones, que nos ilumine para ser mejores cristianos.
- Dar gracias a Dios, todos los días, y varias veces, sobre todo cuando caemos en la cuenta (porque a veces no caemos en ella, aunque no deje de ser cierto por ello) de cómo escribe los renglones de nuestra vida, a veces torcidos, para que los leamos del derecho; por tener el don de la fe y por la gracia de que nos pode como a los sarmientos que dan fruto para que demos más fruto aún. Señal de que nos ama.
- Decir buenos días cuando entramos en un sitio o adiós cuando nos vamos. Dar un beso a las personas que queremos, cuando llegamos o nos vamos de su compañía, entiéndaseme bien.
- Levantarmos por la mañana y acostarnos por la noche. Asearnos, vestirnos y desayunar, comer o cenar. Lo hacemos cada día.
- Pensar y reflexionar. Ya sé que hay muchos que no lo hacen casi nunca y esto también es rutina, aunque mala, esta vez, sí.
No sé, algunos parecen querer encontrar algo criticable en todo lo que otros dicen, hacen o escriben. Y esto habla poco en favor de quien así obra. Ser mal pensado y tergiversar la cosas son rutinas de muchos que, quizá, lo hagan porque sus buenos sentimientos están soterrados bajo una falta de fe cristiana, y los que sí la tenemos no somos capaces, o no queremos ayudarles a recuperarla o a engendrarla. También es esto una rutina negativa y poco cristiana que debemos transformar en la rutina positiva de la corrección fraterna, con humildad pero con valentía.
Por si le sirve a alguien.
Después: desear el bien del prójimo tanto igual, más o mejor que el nuestro. Cosa que será muy fácil puesto que mal otro que en causa de Pecado Original lo impida no habrá.
Y de entre esto como asunto principal Individual y colectivamente: el que las mujeres, como madres dignas de su nombre, alegren a la sociedad con la traída de nuevos miembros. Que indudablemente, este gesto del gestar y parir sin dolor no será en causa y consecuencia de la cópula carnal entre el hombre y la mujer.
Y finalmente: Que tanto el hombre como la mujer, cumplido su ciclo evolutivo temporal; perdiendo efecto de gravitación terrenal; Así como en estado de somnolente dormición , levantándose a nueva resucitación celestial, al separarse de este nuestro centro nuclear universal, ascendiendo a los cielo; en la media que esta ascensión se cumplimenta el perder opacidad corporal y de aquí aparecer el espíritu místico y lucido celestial.
Dicho sea: Así como Jesús vino al mundo, que cumplido su ciclo de redención universal, murió, resucitó y despojándose de todo efecto temporal, así en su gloriosa naturaleza y lúcida condición celestial, ascendió a los cielos. Así su madre la Virgen María, que igualmente cumplido su ciclo temporal, en ese su singular estado de Virginal dormición fue como resucitada y ascendida a nueva vida celestial.
Mi madre volvió a casa, pero no la reconocíamos, aquel era su cuerpo, pero no era ella. Era verdaderamente horrible estar a su lado, mi madre siempre fue una mujer de carácter, con genio, pero bien dominado, sólo lo sacaba "a relucir" cuando era necesario, y aparte de esto era la madre más cariñosa y amante de sus hijos, hospitalaria, generosa, en fin, para mi, la mejor madre. Pero ahora ya no, se enfadaba por todo y reaccionaba de una forma explosiva. A veces venía gente a verla y se iban asustados. Parecía que en ella todo lo que tenía bueno hubiera muerto y hubiera quedado sólo lo malo y además exacerbado.
Y así estábamos todos a su alrededor sin saber qué hacer y temiendo el momento de estar a su lado, hasta que un día se me ocurrió proponerla que rezásemos el rosario.
En mi casa siempre se rezó, mi padre, mi madre y yo, el resto se escaqueaban un poco, pero nosotros tres seguíamos ahí. Y mi sorpresa fue comprobar que el tiempo que estaba rezando el rosario, estaba tranquila, sosegada, además ella lo dirigía, aunque ahora sólo recordaba los primeros misterios y la letanía en latín, pero no importaba, el resto ya lo aportaba yo. Y así, vimos como día a día fue mejorando, el sosiego se prolongaba y la casi normalidad fue volviendo poco a poco a su vida y a la nuestra. Después comencé a rezar con ellos vísperas y sólo siento que mi padre ya se fue, y que cuando se vaya mi madre, me va a suceder lo mismo que a Palas Atenea.
Y desde aquí quiero dar gracias a Dios por el gran poder de la oración del rosario, esto es sólo una muestra, pero estoy convencida de que muchas almas se habrán salvado y muchos males se habrán evitado con esta oración a la Virgen Maria.
Que Dios les bendiga.
Se lo agradezco. Y que Dios y la Virgen lo bendigan.
rutina
nombre femenino
1.
Costumbre o hábito adquirido de hacer algo de un modo determinado, que no requiere tener que reflexionar o decidir.
"tienes que esforzarte para no caer en la rutina cuando das clases"
2.
Habilidad que es únicamente producto de la costumbre.
Y poco más les dejaré a mis hijos el día que me vaya, la Oración, el poder de vencerlo todo en Cristo Jesús.
Y como anoche trabajé hasta tarde, y esta madrugada no me he levantado a tiempo, voy a ver si mi esposa se separa del ordenador un rato y de la traducción que está haciendo y nos dedicamos a hacer actos parejiles: rezar Laudes, aunque sean las 11 de la mañana
Saludos cordiales.
Gracias, gracias y gracias... yo miraba las cosas desde otro punto de vista. Y muchas veces he juzgado a los demás comentando la dichosa frase de: "como un lorito"... Me han hecho caer en la cuenta de que, mejor hacerlo un poco rutinariamente, que no hacerlo... Aunque sigo pensando que el SEÑOR se merece lo mejor, y debemos intentar y reintentar hacerlo lo más atentamente posible.
Paz y Bien a todos, en este día de San Francisco!!!
rutina.
(Del fr. routine, de route, ruta).
1. f. Costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas.
2. f. Inform. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.
Lo primero que llama mi atención es que ponga en la misma acepción la "Costumbre inveterada" (es decir, la tradición) y el "hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas" (es decir, la inercia). Llamémoslas acepciones 1a y 1b.
Lo siguiente es que "rutina" viene del francés "route", que significa "ruta". Es decir, una "rutina" es etimológicamente un "camino". Como tal, puede estar orientado a la consecución de algo (rutina de la buena, acepción 1a) o no tener objetivo, en plan "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar" (verso machadiano tan poético como estúpido: rutina de la mala, acepción 1b).
Por último, no queda descolgada la segunda acepción, ya que una "rutina" es una serie de acciones que se realizan frecuentemente y que, por tanto, se agrupan para ejecutarlas siempre en bloque. Algo así como una receta, cuyo uso no sólo no empeora el producto sino que garantiza que, con una ejecución fiel, obtendremos un mejor producto final: si queremos hacer una buena tortilla de patata, lo mejor es seguir fielmente una buena receta, sin inventarnos cosas raras ni seguirla negligentemente.
En la vida espiritual no faltan esas "rutinas": "ir a misa", "rezar el rosario", "bendecir la mesa", "leer textos espirituales", etc... son de alguna manera "rutinas" de las que obtener un alimento espiritual tan bueno como el buen alimento físico al que se llega con una buena receta.
PD: Al hulo de la "rutina" como "camino" que lleva a un objetivo, no está de más señalar que existen mapas (las buenas lecturas doctrinales), GPS (la oración y el honrado examen de conciencia) y buenos copilotos (la dirección espiritual, con buen director). Que las ayudas nunca están de más.
Un saludo.
Dejar un comentario