Ultraliberal, liberal, avanzado ma non troppo, moderado, conservador, ultramontano
Básicamente, este post lo publiqué hace más de dos años. Pero es que ahora, con lo de los refugiados, y sobre todo con el asunto del tan próximo sínodo sobre la familia, en cuanto dices que eres partidario de lo que ha dicho siempre la Iglesia y recuerda la Famiiaris Consortio y por supuesto el catecismo, directamente te tachan de ultracatólico y no hay necesidad de discutir más.
Por eso repito el post de hace tiempo y me pregunto, por ejemplo, para solaz y divertimento de mis lectores, cómo podrían ser las intervenciones sinodales de un obispo ultraliberal, de uno liberal, de otro avanzado ma non troppo, del moderado, el conservador, el muy conservador, el ultramontano. Pues si alguien se anima… -Por cierto, ¿el catecismo de la iglesia de sigue llamando “Catecismo de la Iglesia Católica” o mejor “Catecismo ultraconservador de la Iglesia Católica”?
Y ahí va el articulito de marras:
Reconozco mi mala suerte. Ayer un comentarista me llamaba “ultraconservador”, lo que me hizo solicitarle amablemente si sería posible que me explicara la diferencia entre católico ultraprogre, progre a secas, católico sin más, conservador, ultraconservador y cavernícola. Nada, que no hay forma. Y eso que lo he intentado varias veces con personas diferentes. Lo único que consigo es que además de ultraconservador me llamen facha.
Todo esto me tiene muy deprimido, porque si me dicen que estoy equivocado en una cosa, pues se ve, o si patino en algún punto de dogmática o moral se revisa. Pero claro, si me dicen que mi problema es ser ultraconservador y no me explican lo que es eso, pues átame esa mosca por el rabo. Es como si yo en respuesta le digo que su problema es ser ultraprogreantiatchís. Toma esa. A ver cómo me responde.
Jamás entendí lo de ser progre, carca, conservador o ultramontano. En serio. Lo que servidor cree es que en la Iglesia hay cosas opinables y cuestiones cerradas. Por ejemplo, si uno está a favor del aborto, no acepta el primado de Pedro, afirma que los sacramentos es igual que sean siete o tropecientos, niega la presencia real de Cristo en la eucaristía, y sostiene que es exactamente igual ser cristiano católico que animista, no es que sea progre, es que está fuera de la comunión de la Iglesia. Pero igual de fuera que el que afirma que la sede apostólica hoy está vacante porque Francisco no es un papa legítimo o no reconoce la validez de un concilio ecuménico como es el Vaticano II. No es un ultra, es un no católico.
Luego hay cosas que sí son opinables, por ejemplo las que corresponden a derecho positivo. Uno puede ser partidario de que la casulla no sea obligatoria para celebrar la misa, puede estar a favor o en contra del celibato opcional, pensar que sería conveniente un concilio Vaticano III, entender que se debería acabar con el indulto que permite comulgar en la mano, apoyar el regreso de la lengua latina para toda la liturgia de la iglesia o una revisión del sentido de las conferencias episcopales. Nada que objetar.
En la Iglesia se supone que todos deseamos lo mismo: alcanzar la santidad y anunciar el evangelio a todos los hombres. Y en esto siempre discuten doña prudencia y doña audacia. Doña prudencia, que es virtud cristiana, anda siempre preocupada con dar pasos seguros, con no cometer errores, con ir despacito, con no perder el tesoro de la historia y la tradición. Doña audacia, que también puede ser santa, es combativa, amante de arriesgar, urge a no tener miedo aunque pudiera haber algún tropezón.
Hay personas que, por su propia naturaleza son más amigas de doña prudencia. Otros se llevan mejor con doña audacia. Aunque en verdad lo normal es que cada uno trate un poco con las dos. De ahí a sacar etiquetas con tu ultraprogre, tu superconservador, tú cavernícola, tú titiritero, la distancia es enorme.
Y tú Jorge qué eres, ¿conservador o progresista? Intento ser buen cristiano en el seno de la Iglesia, que no es poco, como todos, supongo. El resto, ganas de colgar etiquetas.
75 comentarios
Y aquí el cómo si niego de mis raíces sin que las ramas del árbol de mi vida dejen de dar su fruto.
Raíces cuando más profundas mejor que de éstas depende la salud, la prudente audacia y la evolutiva progresía del resto del árbol.
"Luego hay cosas que sí son opinables, por ejemplo las que corresponden a derecho positivo. Uno puede ser partidario de que la casulla no sea obligatoria para celebrar la misa, puede estar a favor o en contra del celibato opcional, pensar que sería conveniente un concilio Vaticano III, entender que se debería acabar con el indulto que permite comulgar en la mano, apoyar el regreso de la lengua latina para toda la liturgia de la iglesia o una revisión del sentido de las conferencias episcopales. Nada que objetar."
Y la verdad, no estoy seguro de que pudiera sobrevivir entre ciertos auditorios si digo en voz alta "Hay que apoyar el regreso de la lengua latina para toda la liturgia de la Iglesia". Vamos ni esto ni poner tan solo el "Agnus Dei" en latín, y el resto de la misa en español.
Como decirlo lo podría decir, pero luego me pondrían como a Miguel Servet, en un cadalso, encima de una pila de leña verde de lento encendido, cortesía que tuvo monsieur Calvino ante el médico aragonés hace ya la pila de años.
A diario oigo por boca de muchos clérigos, entre otras cosas, que por qué me arrodillo en la consagración (los diáconos hemos de hacerlo en ese momento), que para qué me pongo la dalmática que hace calor y además me obligas a ponerme la casulla, que para qué eso de confesar, que si el obispo me manda eso yo ni caso, que por qué pido a los que comulgan que lo hagan correctamente... Mil conversaciones que demuestran que los primeros que necesitan (necesitamos) ser evangelizados deberíamos ser los propios clérigos. Ciego que guía a otro ciego... Es muy triste, muy triste.
Es habitual ver que un "progresista" (vaya palabreja) en política y otras facetas de la vida lo es en religión o que un "conservador" en política lo sea también en religión. Es muy raro todo lo contrario y sólo se ve en personas poco influenciadas por la realidad externa de los poderosos y con una riqueza interna individual considerable. Yo antes era del primer grupo, pero intento pasarme al segundo desde hace años: si veo que los chavistas, los sandinistas o los de Chiapas tienen cosas buenas, las elogio; pero también sé critcar lo malo de ellos no con excusas de que falta papel higiénico en las estanterías de los supermercados.; si veo cosas positivas en el liberalismo económico, las sé valorar, y critico lo malo también. No soy ninguna lumbrera y no quiero dar lecciones a nadie (bastante trabajo tengo con lo mío), pero veo intelectualmente muy pobre que seas conservador en la Iglesia, y en la vida civil seas partidario del liberalismo económico, simpatizante de los republicanos americanos y de la Merkel, te gusten los toros, el tenis y la Fórmula I y votes al PP o similar.
Desde el punto de vista literario: genial.
Desde el punto de vista religioso: sublime.
Desde el punto de vista humano: Extraordinario.
Desde el punto de vista progre: Peligroso, ya que la pluma siempre será mas peligrosa que la espada.
Su apostolado es invaluable.
Mis mejores deseos y espero que siga disfrutando, como se merece, de sus vacaciones.
Un católico es que reconoce siete sacramentos. Un ultra es el que exige que se comulgue de rodillas en la boca con traje negro todos los días y reclame al obispo si la casulla tiene alguna arruga.
Creo que muchos han perdido "el norte" que nos brinda el Magisterio, o le han dejado de considerar como tal y van camino de una protestantización, que mucho recuerda al "seréis como dioses".
El Espíritu Santo prometido a la Iglesia es la que faculta para discernir el justo equilibrio entre prudencia y audacia, y este Espíritu se "materializa" en el Magisterio, para bien de la Iglesia.
Si creo mi propio magisterio y busco adeptos para esta causa, estoy amenazando la unidad de la Iglesia, y por su puesto mi permanencia en ella.
Por ejemplo: Cuando le llaman "ultraconservador" hay que entender que le llaman lo que toda la vida se ha conocido como católico, a secas;cuando hablan de"igualitarismo", que a ellos no les manda nadie; "pluralismo" significa doctrina a mi medida; " una pastoral más dinámica", nos anuncia el cierre del confesionario y el traslado de la Custodia al desván; " mutuo respeto y donación en caridad suprema" nos da aviso de que el cura tiene una querida.
Reconozco que no tengo ni idea de lo que quieren decir cuando nos alertan de que podemos convertirnos en "contra-signos" Me consuela el que ellos tampoco.
Cuidadito: La guerra de las ideas se decide en las batallas del lenguaje.
"quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir “determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar. En los dos casos, ni Jesucristo ni los demás interesan verdaderamente. Son manifestaciones de un inmanentismo antropocéntrico. No es posible imaginar que de estas formas desvirtuadas de cristianismo pueda brotar un auténtico dinamismo evangelizador.
95. Esta oscura mundanidad se manifiesta en muchas actitudes aparentemente opuestas pero con la misma pretensión de «dominar el espacio de la Iglesia». En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. Así, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos.”
Te voy a aclarar algunas cosas que creo que tu necesitas mas.
El texto que tu pones da igual que sea la Gaudium o la Antigaudium, porque es incongruente y no resiste un análisis lógico y evangélico. Es una caricatura.
Si tienes un minimo de conocimiento y de experiencia en la vida espiritual católica sabrás de primera mano que en cuanto uno confía en si mismo, deja de cumplir cualquier norma o precepto. Y por encima de esta Gaudium o Antigaudium, y por encima del PAPA que la escribió, esta Cristo que ya nos advirtió: Sin mi no podeis nada, yo soy la vid y vosotros los sarmientos. Es decir, nunca puede ocurrir lo que se dice en ese documento puesto que en cuanto uno se lo crea se da el batacazo, y si no que se lo pregunten a David o a Salomón.
Esa horterada de las manifestaciones del inmanentismo antropocéntrico es una chorrada, la diga Agamenon o su porquero, porque en cuanto uno caiga en eso, se acabó la gracia, la norma y cualquier superioridad moral. Que curioso que algo parecido a lo que ahí se cuenta es lo que le pasó a Lutero que precisamente apostato de la Iglesia.
Esta muy bien leer encíclicas, pero no puedes abjurar ni de la lógica ni del sentido común.
Este texto es la típica caricatura para justificar el cachondeo litúrgico, doctrinal y de conducta.
Igual a ti te la pegan con el, pero para que nos la den a otros hace falta bastante mas ingenio, bastante mas lógica y coherencia y un poco mas de estilo.
Es absolutamente improcedente criticar y rechazar abiertamente la exhortación apostólica del Santo Padre.
Me sorprende que el dueño del blog, sacerdote católico (sin calificaciones se supone), no incluya su habitual comentario a tamañas salvajadas.
No digo más.
Me recordó, por lo gracioso y verdadero, aun libro que leí y releí : "El Pato Apresurado ", de Cabodevilla , español como usted.
¿De verdad nos estas diciendo que tu crees que hay muchos bautizados que "en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir “determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico"? ¿Y tu los conoces?
Yo los que conozco y si conozco a muchos, es muchos supuestos católicos que se sienten superiores por no cumplir las normas. Entre ellos los que sistemáticamente estais defendiendo como bueno el vaciar de contenido la moral, y los mandamientos.
¿Osea que ese texto que tu pones es ajustadísimo a muchas realidades de la Iglesia? A cual iglesia la de los Santos de los Ultimos días, porque a la Catolica no. No hace falta ser muy avezado para darse cuenta, a pesar de que a ti te cueste tanto, que si hay un problema grave en la Iglesia no es el de los que cumplen y por tanto son soberbios, sino el de las enormes masas de bautizados que no cumplen, incluidos muchos religiosos y prelados.
¿Y dinos campeón cuantas "manifestaciones del inmanentismo antropocéntrico" has visto tu en tu vida paseando, o en misa de 12 o en el salón parroquial?
En el vaticano están muy preocupados con ese problema. El grito entre los guardias suizos es: Cuidado que viene el inmanentismo antropocéntrico. Creo que han encargado un taser especial para inmovilizarlo en cuanto aparezca.
Te viene bien el Nick, que significa rey, pero le falta de la chorrada, con una corona de esas que dan en los cumpleaños de las hamburgueserías.
¿A ver Rey de ... desde cuando la lógica es una salvajada? ¿A ver campeón desde cuando una exhortación apostólica es superior al evangelio? ¿Es que tienes dificultades de compresión?. Deberías leer dos veces las cosa, pensar mucho y escribir muy poco, para que no se note tanto lo tuyo.
Sin embargo, y de esto pienso que habla el Papa, no es esta obediencia a las normas de la Iglesia la única virtud y existe el riesgo de que practicando esta se abandonen las demás al tiempo que se tranquiliza la propia conciencia. Esto tiene base bíblica: los fariseos, los sepulcros blanqueados, pero también los sacerdotes en la cátedra de Moisés (y mayor es la cátedra de Jesucristo) que cargan al pueblo con innumerable normas que ellos mismos no cumplen, pero a las que Jesucristo manda obedecer por la potestad que Dios les dió.
Antes que nada, enhorabuena por su vocación. Ánimo.
Esa que hace vd era la mismísima queja que tenía el P.José Rivera (sacerdote diocesano hoy en proceso de batificación), queja que repitió incansablemente desde su ordenación hasta su fallecimiento (lo que abarcó más o menos todo el franquismo, y algo más).
Con lo que Rivera nunca pudo "sintonizar" era con la MEDIOCRIDAD que imperaba en la Iglesia de la época (preconciliar, conciliar y postconciliar).
Curiosamente (no tanto, ya que hablamos de alguien con una necesidad vital de santidad), denunciaba una mediocridad y falta de fe que nadie más veía (en la época franquista el catolicismo "estaba de moda", y ser practicante era lo fácil, y no lo heróico, como ahora; y en el postfranquismo "había que estar con los tiempos").
Ya entonces veía esas dinámicas de dejadez y mediocridad que siempre denunció y combatió, con el ejemplo, con la dirección espiritual (extraordinario su influjo en numerosas promociones de sacerdotes formados en los seminarios en que él trabajó incansablemente) y con su afán de arrastrar a quienes le rodeaban hacia Dios.
Y, como no podía ser de otro modo, el tiempo le dio la razón en todo: el clero mediocre daba frutos mediocres, como Cristo mismo señalaba.
PD: Como es lógico, MUY recomendable la lectura de su biografía ("José Rivera Ramírez: Pasión por la Santidad", de José Manuel Alonso Ampuero), así como sus extraordinarias obras, entre las que destacar la "Síntesis de Espiritualidad Católica" (extraordinario tratado de espiritualidad, enormemente inspirado, aunque también de gran densidad y algo dificil de digerir para el lector medio), que escribió junto con el P. J.M.Iraburu, ambos libros disponibles gratuitamente en la Fundación Gratis Date (www.gratisdate.org/)
Un saludo.
Pero haciendo de tripas corazón, y armado con toda la hermenéutica ontológica de la que pude hacer acopio, analicé su naturaleza... ¡y resultó que no era más que la soberbia humana de siempre, que hace que cada cual, en su ignorancia, se endiose creyéndose el ombligo del mundo!
Pero no me negarán que la tradicional soberbia, vestida de inmanentismo antropocéntrico, mete un miedo que no veas...
:-)
Un saludo.
Tenemos que ser mansos como corderos y astutos como serpientes.
Y una cosa: hay que dejar que crezcan la cizaña y la espiga juntas , no sea que no sepamos diferenciar bien.
Llegará su momento y sabremos por sus frutos quien es quien.
Tranquilos en el Señor.que nadie le engaña por muy listo que parezca.
Solo el que reconoce sus pecados y conozca al Señor será salvo , como lo fue el ladron que le vió morir.
Ni progre ni conservador, solo creyente y confiando en El y en su "gracia".
La mundanidad que denuncia el Papa es peligrosa para la fe en TODAS sus dimensiones.
Y por cierto, hasta el Papa categoriza...
-- ¿ Yo ?, idiota. Pues, con esta respuesta se quedan felices todos los imbéciles que me rodean. J.L.M.
Evidentemente, hay casos como los que describe el Papa. Diría que son una minoría, ya que la patología mayoritaria es de tibieza, de desconexión con la vida eclesial, no de obstinación ciega en la misma (es lo que tiene que las ovejas tiendan a seguir la moda que imponga la mayoría: hoy está de moda patear a la Iglesia y la mayoría de mundanos adopta esa forma).
Pero haberlos, haylos, qué duda cabe.
De todos modos, si se fija, lo que denuncia el Papa es una forma de superficialidad, donde la mundanidad se ha apoderado del fondo aunque las formas sean ortodoxas (y por tanto buenas), tomando algunas veces la forma de obsesionarse con las formas perdiendo de vista el fondo.
Es precisamente esa misma superficialidad la que aqueja a quienes juzgan a los que defienden la ortodoxia frente a los ataques que actualmente padece por quienes rechazan el fondo a través de las formas, y les juzgan acusándoles de mundanos, esgrimiendo esas palabras del Papa que no aplican al caso de quien es ortodoxo con las formas como expresión de una elevada espiritualidad en el fondo, como si unas formas correctas y cuidadas fuesen expresión de mundanidad, cosa absurda como norma.
Casualmente, suelen ser los mundanos quienes suelen tener ese tipo de doblez al pensar y, por tanto, quienes suelen hacer este tipo de acusaciones imprudentes. Ya lo dice el refrán: "piensa el ladrón que todos son de su condición".
Así, como el mundano piensa que los demás son tan mundanos como él, cuando ven a alguien aparentemente espiritual, les cuesta creer que realmente lo sea, y tienden a creer que es sólo fachada. Naturalmente, al acusarle se delatan, porque alguien que viva realmente el espíritu evangélico no juzgaría con esa ligereza.
Un saludo.
¿De verdad que estas acusando a los comentarista de infocatólica de que "en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir “determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario"?
¿A todos o solo a algunos?
No se la autoridad que tienen sobre ti los comentaristas, entre los que no se te olvide se encuentran los propios bloggers, pero ya te digo que sobre mi (y sobre cualquier persona normal) tienen la que yo les conceda, no la que se pudiese tomar alguno.
Yo creo que un buen psicólogo en unas pocas sesiones te sube la autoestima. Prueba en la consulta del Doctor D. Enrique Rojas.
Por cierto no nos has dicho si has visto ya algún inmanentismo antropocéntrico paseando por ahí o pastando en el campo. Por favor en cuanto lo veas sacale una foto y la pones en INSTAGRAM.
gracias por compartir la experiencia, pero muy mal, había que haberle sacado una foto con el móvil.
Seguí leyendo a ver si aclaraba algo más de lo de "ultra" y nada, no encontré nada más.
Está claro, o te pliegas al "costumbrismo" actual, o empiezan a llamarte de todo, empezando por la religión que profesas.
Evangelii Gaudium.
Hay personas que, ante los problemas provocados por el factor humano –cuya solución consiste, en buena parte, en la atención personal de quienes se encuentran involucrados–, sustituyen esa intervención directa sobre las personas, por esquemas organizativos. Como el problema no se resuelve, por no atacar la causa de fondo, surgen nuevos problemas, que se pretenden solucionar con nuevas estructuras de organización o modificando las anteriores. Es también una forma de incurrir en el dogmatismo –por conducto del racionalismo– en cuanto que se evade la realidad y se sustituye cómodamente por esquemas intelectuales, presentados de ordinario con gran seguridad.
El dogmático que prescinde de la realidad, frecuentemente se convierte en un legalista. Se queda en la letra de la ley; convierte los criterios de acción, las normas de conducta, en “recetas” que aplica sin tomar en cuenta las circunstancias y las personas; concibe las reglamentaciones como fin y no como medio. La mamá que reacciona violentamente cuando su hija llega de la fiesta diez minutos después de la hora fijada, manifiesta su rigorismo en esa reacción desproporcionada.
El legalista considera ingenuamente que la aplicación de la ley debe resolver, de forma automática y por sí misma, todos los problemas, independientemente del sujeto al que se aplica y sus circunstancias. Es el caso del gobernador que pretende erradicar el narcotráfico al exigir que se cumplan leyes que sólo contemplan parte del problema, cuando la situación requeriría acciones más complejas.
Por último, el legalista concibe, cómodamente, que la actuación humana tiene como fin la exclusiva adecuación a normas y reglamentaciones, desentendiéndose de los resultados que provoque. Esto suele llevar consigo una buena dosis de egocentrismo, en cuanto que lo que realmente busca el legalista es la tranquilidad de su conciencia, mientras que los efectos para los demás le tienen sin cuidado. El orientador familiar que, ante un matrimonio que acude a él para recibir consejo sobre el modo de ayudar a su hija que se ha enamorado de un divorciado, se reduce a recordarles las leyes morales sobre el matrimonio –que por otra parte ellos conocen perfectamente–, en lugar de ofrecerles sugerencias prácticas de ayuda a su hija. Una postura cómoda y egoísta, amparada en la observancia de la ley.
Después de recorrer el camino de dogmatismo y sus consecuencias, surge la pregunta: ¿qué hacer para combatirlo en la vida personal? La respuesta podría reducirse a dos ideas: asumir el realismo como forma de pensamiento y obrar en consecuencia.
Asumir el realismo equivale a enfrentar directamente las tres causas que dan origen al dogmatismo, porque así no se sobrevalora la inteligencia, sino que se admite su limitación; la realidad no se reduce y simplifica, sino que se reconoce su riqueza y complejidad; no se prescinde de la realidad para fundamentar la verdad en la sola razón, sino que se parte siempre de lo real y se cuenta con que la verdad está en las cosas “antes” que en la inteligencia.
Lo anterior, sin embargo, puede resultar un tanto abstracto para quien busque criterios más prácticos de acción. Para ello hay que pasar a la segunda idea: obrar en consecuencia. Enunciaremos tres actitudes especialmente importantes.
En primer lugar, el amor a la verdad nos inclina a conocer las cosas como son, con objetividad, purificando ese conocimiento de factores subjetivos que pudieran deformarlo; y con profundidad, procurando penetrar en la realidad con la mayor hondura posible, de manera que nuestro conocimiento quede bien fundamentado, y no dependa de esquemas preconcebidos.
Del amor a la verdad se deriva, en segundo lugar, una actitud que necesariamente se habrá de fomentar: la apertura para conocer cosas nuevas, para complementar lo que ya se conoce, para admirarse ante la riqueza contenida en la realidad, para escuchar a los demás y comprender a cada uno como es, para establecer una verdadera comunicación con el prójimo.
Finalmente, otra actitud básica es la humildad intelectual, entendida como capacidad de rectificar cuando uno se ha equivocado; como disposición para ser flexible y no cerrarse ciegamente a los propios puntos de vista; como respeto a los demás, a su persona y a sus ideas, aunque puedan ser muchas las diferencias con las nuestras.
Quien efectivamente se esfuerce por fomentar en su vida el amor a la verdad, la apertura y la humildad de la inteligencia, estará caminando en la dirección opuesta al dogmatismo: habrá asumido el realismo y sus consecuencias.
Forma parte de la "etiqueta" de Internet el enlazar las fuentes y citar a los autores, cuando el texto no es original, como ostensiblemente sucedía en su último comentario, que es un collage de fragmentos de un artículo más largo firmado por Francisco Ugarte en 1994 para la revista "humanista" mexicana Istmo:
istmo.mx/1994/11/del_dogmatismo_y_sus_consecuencias/
El artículo no deja de ser un compendio de lugares comunes del progresismo, para quien todo lo establecido es algo a eliminar, donde todo conocimiento admisible es el adquirido "sin depender de esquemas preconcebidos" (que no sean progres, se entiende, porque no hacen otra cosa que imponer sus esquemas preconcebidos), donde se caricaturiza a todo el que no sea progre como "dogmático" y se le describe como un personaje monolíticamente cerrado a toda reflexión.
Por ejemplo, lo que preludia lo que vd pega es la frase: "Los llamados “tradicionalistas” dentro de la Iglesia encarnan esta postura. No comprenden que la Iglesia deba abrirse a las exigencias del mundo contemporáneo, adaptarse a las nuevas circunstancias históricas, sin modificar elementos esenciales de su estructura y funcionamiento. Para algunas personas todo es esencial y nada puede ser modificado (...)"
...Lo cual parece describir más a la progresía que a quienes los progres critican. Son innumerables las cesiones que se han hecho a la progresía, sin que ésta se apee de sus dogmas ni un milímetro.
...Y todo el copia/pega (descontextualizado, cómo no) para defender la indefendible violencia que se perpetra actualmente contra cualquier norma, como si la anarquía fuese una virtud. Porque hacer las cosas bien, con cuidado y respeto, como Dios manda no es dogmatismo. Dogmatismo es condenarlo sólo por hacerlo de acuerdo a una norma.
PD: ¿Por qué será que los "antidogmáticos" dogmatizan tanto al defender sus anarquistas posturas?
PD: Quien ama la Verdad empieza por escuchar la Palabra de Dios y el Magisterio de Su Iglesia. Quien pretenda inventarse otra cosa, ya no ama la verdad sino que sólo tiene apego a su ideología.
PD: Eso mismo, escuchar la Palabra de Dios y obrar en consecuencia, es justo lo que condena el autor cuya autoría vd omite, calificándolo de "fanatismo". Porque da igual que Jesucristo, o sea Dios, haya dicho "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida". Para su querido y omitido autor, lo que dice el fanático "De la institución eclesiástica o del movimiento religioso al que pertenece, afirma ser el único capaz de ayudar verdaderamente a las personas, a la vez que critica superficialmente cualquier otra opción.".
Luego si defiendes que sólo en Cristo está la Salvación, porque Dios así lo ha dicho, etiqueta de fanático al canto.
¡Y luego resulta que los irracionales somos nosotros!
Un saludo.
¿Entiende Antonio 1 que debemos aceptar la comunión de los divorciados, el aborto, el matrimonio de los homosexuales y otros graves asuntos? Jamás habla de ello, nunca concreta. De tal manera que, aunque quisiéramos hacer lo que él nos dice, no sabríamos por dónde empezar, porque, declararse realista es no decir nada. ¿Se refiere a aceptar la realidad social sea ésta cual sea? En ese caso mucho más realistas fueron aquellos que aceptaron las teorías nazis de la época, que entonces estaban en boga, que aquellos que se opusieron a ellas entre los que había muchos dogmáticos.
Todos los que plantean oposición son siempre dogmáticos porque los aperturistas, por definición, no tienen porqué hacerlo.
Estoy de acuerdo que el dogmático puede caer en el fanatismo en aspectos que no son esenciales pero los aperturistas corren el riesgo de disolver sus convicciones en el éter. Si Santo Tomás Moro hubiese aceptado la realidad, es decir que Inglaterra había dejado de ser católica, se habría evitado el cadalso. Después de todo clérigos más realistas aceptaron que el asunto del papado tampoco era tan fundamental. ¿Sería Moro un dogmático?
Y la Iglesia el lugar de vivencia de ese Camino, Verdad y Vida.
Pero eso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando, que es el ddogmatismo ideologizado: tanto de unos como de otros, obviamente los "progres de verdad" (no los que usted quiere ver en cuanto alguien no le da la razón) son, según mi experiencia, los más dogmáticos de todos. Porque el dogmatismo no conoce de izquierdas ni de derechas: es una disposición psicológica que nace de la inseguridad, de la incapacidad de escuchar al otro y de la falta de compasión. En definitiva el dogmático es el que piensa que el hombre está hecho para el sábado y que las ideas son más importantes que las personas.
Las personas son más importantes que las ideas, de acuerdo, por eso yo puedo ayudar y consolar a alguien cuyas ideas no me gusten, pero lo que nunca haré es aceptar objetivamente lo que hace. Nadie dice que no deba saludar al divorciado, a la abortista o a la pareja de homosexuales que viven en mi edificio pero ¿debo añadir a eso mi bendición al divorcio, al aborto y al matrimonio de los homosexuales?
El dogmatismo si que puede ser una disposición psicológica para afianzarse, de la misma manera que el aperturismo puede ser otra disposición psicológica del que no tiene convicciones propias y le valen todas.
Existe una virtud, que es la Prudencia, que rige las otras tres virtudes cardinales: la Justicia, la Fortaleza y la Templanza. Los dogmáticos pueden no ser templados pero los aperturistas pueden no ser fuertes, la Prudencia está para buscar el punto medio. Hostigar a esos supuestos dogmáticos ideologizados exclusivamente, como si no existieran más corrientes peligrosas dentro de la Iglesia, se parece más a la hybris que a la templanza, aunque se pretenda lo contrario.
A lo cual responde vd rasgándose las vestiduras, primero por el "inmanentismo antropocéntrico" y luego por los "dogmáticos". ¿Debo suponer que se refería vd a los que dice D.Jorge que "directamente te tachan de ultracatólico y no hay necesidad de discutir más"? Desde luego, vd respondía a D.Jorge, no a otros comentaristas ("Yo creo que el papa en la Evangelii Gaudium le puede aclarar sus medidas, padre;")
Así pues, si es cierto lo que vd confiesa ("creo en que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Y la Iglesia el lugar de vivencia de ese Camino, Verdad y Vida."), entonces parece estar bastante cerca de ese dogmatismo que aparentemente critica.
Esgrime vd también el artículo de Ugarte (que puede hablar muy bien o hablar muy mal: su calidad de obispo no garantiza nada, como vemos a diario), en el que Ugarte reflexiona sobre la incapacidad de los "dogmáticos" para aceptar la necesidad de adaptación, pero no de cualquier adaptación sino de la adaptación "sin modificar elementos esenciales de su estructura y funcionamiento".
Así pues, dado que lo que denunciaba D.Jorge era el ataque a quien defiende el mantenimiento de elementos esenciales de la estructura y funcionamiento de la Iglesia (siendo el más esencial y por tanto inmutable la Palabra de Cristo, y lo segundo más esencial e inmutable el magisterio que de ella se deriva), queda claro que D.Jorge no puede entrar en el saco de los "dogmáticos" sino de los sensatos.
Así que tendrá que explicarnos vd. su postura, D. Antonio1, porque no veo a quiénes califica vd de "dogmáticos" (a combatir, se entiende, o cuando menos frente a quienes estar en guardia). ¿Son los que defienden los principios doctrinales católicos o los que los atacan? ¿Los que defienden el respeto a la liturgia o los que la atacan? ¿Los que defienden el cumplimiento de las leyes canónicas o quienes las atacan? ¿Los que creen que ayudar a los pobres es una Obra de Misericordia o los que creen que es una carta blanca que justifica cualquier barbaridad? ¿Los que señalan lo que está establecido o los que insultan y agreden por haberlo señalado?
Un saludo.
El ultramontano es en la gran mayoria de los casos, un ultraconservador que apoya la teoria de que gran parte si no es todo el Estado, debe estar manejado por la iglesia.
No es equiparable con la doctrina de NO separacion de Iglesia y Estado, que el Magisterio enseñó a travez de Pio IX si no me equivoco, a mediados del siglo XIX, con lo cual no quedan dudas de que querer separar Iglesia y estado en su totalidad, es una idea totalmente anticatolica. La iglesia y el estado, deben estar unidas intimamente en muchos aspectos, segun la doctrina catolica.
Ultraconservador es equiparable directamente con Catolico, que es: Creer y enseñar lo que ha sido creido por todos, por siempre y en todo lugar, incluyendo la sumision al Romano Pontificie, dentro del marco de la evolucion dogmatica valida, explicada por teologos como San Vicente de Lerins y explicitada en los concilios CVI y CVII
Por ende el pensamiento liberal, no es compatible con "Ser catolico", por que si pensar libremente, dentro de la falsa definicion de libertad del mundo, es pensar sin ningun tipo de limitacion de lo que ha sido enseñado por Jesucristo y el ES y transmitido por el Magisterio, la Tradicion y la Escritura, eso es directamente es hereje, no liberal.
Hablemos con claridad Padre, ser liberal es ser hereje y es pecado, por que se rompen las cadenas con lo que Dios a enseñado mediante su revelación y se ha transmitido a traves de su iglesia. Sabe quien fue liberal?, Adan y Eva, que quisieron redefinir lo que estaba bien y lo que estaba mal.
Por favor aclarelo, vaya a fondo, hable si si no no, por amor a Cristo y a su Iglesia, es la Fe Católica, lo mas importante que tenemos, lo que esta en juego en estos tiempos, no hay que claudicar.
Para DavidQ
09/09/15 3:08 PM
En fin, queriendo usted tener razón la ha estropeado por poquito, pero ese "poquito" es esencial.
Ciertamente "un católico es que reconoce siete sacramentos", y con ellos la divinidad de Dios, de Cristo y del Espíritu Santo, es decir de la Santísima. Por eso no es ultra el que pretende que se comulgue de rodillas en la boca, pues es lo normal como nos lo hizo ver el Santo Padre Benedicto XVI, y como se comulga, por ejemplo, en la Santa Capilla del Pilar de Zaragoza, a pesar de haber más de algún canónigo "progre". Con independencia de que haya un indulto que permite hacerlo de pie y en la mano en determinadas condiciones, a las que podrá acogerse quien las cumpla. Arrodillarse, pues, no es sino reconocer con actos la divinidad que proclamamos en la Eucaristía. Lo de todos los días, tampoco es de ultras, sino de devotos notables y de personas con un plus de virtud. Pero no es obligatorio, ni nadie normal lo hace obligatorio. Pero tampoco es malo. Lo del traje negro es cuestión de gustos. A mi me resultaría incomodo, pero si uno es sacerdote, no lo veo mal, sino apropiado. Recuerdo algún notorio agnóstico como Unamuno que lo llevaba siempre. . Y lo de las arrugas en la casulla ilustra perfectamente que usted queriendo hacer daño a la gente de fe sencilla, firme e intensa, se equivoca. A su disposición.
Antes de nada, es siempre aconsejable dejar claro a quién se responde. Así, dice vd a alguien (no dice quién) que se confunde de post y que este no va sobre el Sínodo.
Le respondo yo, no porque en ningún momento me haya referido al Sínodo, que no creo haberlo hecho, sino porque soy de los últimos en contestarle a vd y no veo que Palas Atenea se refiera tampoco al Sínodo.
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Como le digo, ya sé que esta entrada no va sobre el Sínodo sino que reproduce otra anterior. Que de lo que se trata es de señalar cómo el respeto y defensa de lo esencial de la Palabra, del Magisterio, de la Doctrina, de la Liturgia... dan lugar a ataques irracionales en la forma de etiquetas descalificadoras (habitualmente con prefijo "ultra", aunque no siempre).
Por eso el texto que copié y pegué era de la entradilla y no de la copia de la entrada antigua. Porque no vengo hablando del Sínodo sino que he criticado el empeño de algunos en centrar el debate en el "inmanentismo antropocéntrico" y los "dogmáticos" como forma de evitar que se trate seriamente sobre la secularización galopante, las irregularidades litúrgicas como norma, la defensa de posturas heréticas dentro de la Iglesia y la defensa de la supuesta "normalidad" de muchas cosas que son de todo menos normales.
Porque entre los errados de la Iglesia, que somos muchos en mayor o menor medida, hay una minoría que yerra por exceso de celo (son los que en parte podría asimilarse a los "dogmáticos"), y una inmensa mayoría que erramos por tibieza y mediocridad, cuando no por completo ateísmo práctico.
Los que no yerran (nunca perfectos, que nadie está libre de pecado) suelen destacar por su coherencia entre el fondo y la forma, evangélico el primero, respetuoso con la ortodoxia el segundo.
Curiosamente, al buenista parece que sólo le escuece esa minoritaria primera forma de errar, la que peca por exceso de celo (perfeccionista la forma y perdido de vista el fondo), mientras que parece del todo insensibilizado ante la segunda, la que arrastra a esa mayoría al ateísmo práctico (sin buen fondo ni buena forma, pero utilizando los lugares comunes del buenismo -normalmente la "opción por los pobres"- como coartada para lo que sea)
Tal es la alergia que a estos buenistas les produce la ortodoxia, que acaban metiendo a los coherentemente justos en el mismo saco de los "dogmáticos" por el crimen de defender lo correcto. A fin de cuentas, no se trata de respeto a la coherencia evangélica sino de aversión a la ortodoxia, .
Y luego pasa lo que pasa: ¿que alguien "dice que es partidario de lo que ha dicho siempre la Iglesia y recuerda la Famiiaris Consortio y por supuesto el catecismo"? Pues se le espeta "¡Ultracatólico!" (o "dogmático", o menos frecuentemente "inmanentista antropocéntrico") y a otra cosa, que eso de pensar es muy cansado.
Un saludo.
El término buenista, usado hasta la saciedad por personajes tipo Jiménez Losantos o César Vidal, se ha convertido en una especie de cajón de sastre que lo mismo sirve para acusar justamente a los que son inocentes como palomas pero no astutos como serpientes como para etiquetar a todo empeñado en imitar a Cristo: en lo de la otra mejilla, el amor al enemigo, el que a hierro mata a hierro muere, al que te pida la túnica dale la otra, acoger al forastero, preocuparse solo por el Reino de Dios y su justicia... De haber pronunciado todas esas palabras hoy cuántos tertulianos, blogueros, y guardianes de las esencias le habrían acusado de buenista...
A cada comentario que hace se acerca un paso más a la barbaridad definitiva, ánimo.
Ahora resulta que me pone a mí llamando buenista a Cristo, pretensión lisérgica como poco. Cambie de proveedor.
Tristemente, suele ocurrir que las mayorías se mueven de forma irracional y grupal. De ahí la el seguimiento ciego de tanto a "lo que está de moda" y lo inhabitual y costoso que es "ir a contracorriente".
En la época de Cristo lo que estaba "de moda" era el exceso en las formas al cumplir la Ley, aun a costa de que no hubiese ni un ápice de espiritualidad real debajo. De ahí lo de los hipócritas fariseos, los sepulcros blanqueados, etc, etc.
Por cierto, su santa ira también fue contra el extremo contrario: fustigó a los mercaderes del templo (Jn 2, 5), se entristeció por el tibio rico que no quiso desprenderse de sus bienes para seguirle (Mt 19, 24), criticó a Tomás que "Porque me has visto has creído. Dichososo los que no han visto y han creído" (Jn 20, 29), echó en cara a sus discípulos en numerosas ocasiones su falta de Fe. En definitiva, "Ahora bien: puesto que eres tibio, y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca" (Ap 3, 16)
En la época actual lo que está "de moda" es lo contrario a lo que estaba "de moda" en la época de Cristo: hoy abunda el desapego a todo lo que sea religioso, la tibieza espiritual, el ateísmo práctico. No los vacíos excesos fervorosos ni el puritanismo a ultranza.
¿Acaso cree vd que las prostitutas preceden en el Reino de Dios por acostarse con quien pague? Todo lo contrario: las que precedan, que no serán todas ni mucho menos, lo harán por haberse convertido sinceramente, porque la misericordia de Dios es infinita y Su perdón alcanza a todos. En definitiva, las ex-prostitutas, igual que los ex-tibios, los ex-dogmáticos, los ex-buenistas, los ex-progresistas...
Y si entrarán antes en el Reino de Dios es porque su pecado es tan patente que difícilmente pueden verse a sí mismas con buenos ojos, lo que necesariamente facilita su conversión. Justo lo contrario a lo que pasa con los que están satisfechos en su error, dogmáticos hace dos mil años y buenistas hoy.
PD: Por cierto, el término buenista no se usa para criticar al honradamente bondadoso sino al hipócrita que lo hace todo para lograr una apariencia de bondad (normalmente dentro de lo políticamente correcto) aunque al mismo tiempo consienta sin pestañear un mal mayor, o incluso fomente ese mal mayor (sucede mucho, por ejemplo, con proabortistas que se creen buenos por protestar ante cosas infinitamente menores que matar).
Así, buenismo es apariencia vacía. O sea, la raza de víboras y los sepulcros blanqueados que condenó Cristo, sólo que en la versión "de moda" estos días, que es la buenista y no la "dogmática".
Naturalmente, el matiz ideológico del término lo introduce vd, no yo. Vd verá en qué clave habla.
Un saludo.
Y me
En determinados colectivos judíos como los fariseos, claramente, sí.
Si hubiese habido un rechazo social hacia tales comportamientos rigoristas (como hoy sí hay contra el religioso o el creyente practicante coherente), los hipócritas de la época no se ufanarían de sus ayunos y sus limosnas, ni Cristo habría tenido ocasión de echárselo en cara.
Pero creo que ya entiendo.
- Si hay cuatro rigoristas y cuatro millones de tibios, ¡leña al rigorista!
- Y si hay cuarenta justos que cumplen porque creen, se les coloca la etiqueta de rigoristas y ¡leña a los justos!
(...que es a lo que venía la entrada, no lo olvide)
PD: Eso de colgar etiquetas de "rigorista", "dogmático", "inmanentista antropocéntrico", etc... para empezar a sacudir... ¿tiene algún nombre?
Porque en materia de comportamiento, la etiqueta es lo elegante, y diría que no van por ahí los tiros...
¿Etiquetismo? ¿Sambenitismo? ¿Ortofobia? ¿Inmanentismo antropocentrífugo? ¿Espiritupatía espongiforme humana?
Un saludo.
Por una parte, totalmente de acuerdo.
Por otra, no.
Por una sí, en tanto las etiquetas sean sólo una forma de descalificación ad hominem y no descripción de actos concretos. Coincido en que eso es una barbaridad. En cambio, cuando son lo segundo, cuando responden a hechos concretos, se llaman "adjetivos" y no "etiquetas", y entonces son totalmente pertinentes, aunque la verdad pueda resultar a más de uno algo "impertinente".
Pero por otra no, porque quien eso dice no puede cumplirlo menos. Por ejemplo, utiliza etiquetas como "dogmático", etiqueta que aparentemente aplica a quienes defienden la ortodoxia a la hora de actuar cristianamente como defensa ante quienes atacan la doctrina por la vía de los hechos consumados (es decir, atacando la forma correcta de actuar), mientras relativiza la importancia de las corrupciones mayoritarias de nuestro tiempo, al son que marcan el Mundo y sus Estructuras de Pecado.
Personalmente, creo que quien lucha en defensa de la sana doctrina y la honrada ortodoxia católica es alguien a quien hay que defender y apoyar, no alguien a quien derribar porque ahora esté "de moda" pasarse lo establecido por el arco del triunfo.
¿O es que ahora vamos a dar carta de naturaleza a lo heterodoxo por el mero hecho de serlo, por ejemplo al esperpéntico "Círculo de Espiritualidad" de Podemos?
infocatolica.com/blog/cura.php/1504041124-podemos-en-una-parroquia-madr
Un saludo.
Pero yo no critico a los ortodoxos, criticó a los que confunden su ideología mundana con la ortodoxia.
No es ortodoxo oponerse a textos magisteriales como la Laudato si o la Evangelii gaudium. No es ortodoxo oponerse a la ayuda a los refugiados sirios y vonsiderarla buenista y estar todo el día con lo de España para los españoles. No es ortodoxa la idolatría del pasado. No es ortodoxo desconocer la doctrina social de la Iglesia o las duras exigencias del cristianismo respecto al dinero. No es ortodoxo tener unas opiniones políticas que desconocen por completo las implicaciones de la Dignitatis Humanae, no es ortodoxo permanecer impasible ante las flagrantes injusticias de un mundo en el que se tira comida y a la vez mueren millones de seres, no es ortodoxo el machismo, la falta de delicadeza con personas más débiles, el militarismo exacerbado, la justificación de guerras condenadas por la Iglesia como la de Irak, el total menosprecio por el cuidado de la creación, la mofa y el menosprecio reiterado al santo padre. Nada de eso es ortodoxo. Y tengo que lidiar a diario con comentaristas que defienden muchas de esas posiciones bajo la capa de una supuesta ortodoxia.
Y si aquí hago hincapié en esas cuestiones es porque aquí tengo que lidiar con ese perfil de "con tertulio". Cuando en otras páginas mantengo debates con carros agnósticos, etc. Mis argumentos van en la línea que usted señala, piensa usted que nunca hablo de determinados temas y lo hago con aquellas personas que necesitan que se los recuerdo. Son temas que el comentarista medio de aquí tiene meridiananente claro, no adí los que le señalé antes.
Si no fuese porque la mitad de las cosas que ha citado como que "no son ortodoxas" en el catolicismo, con lo que discrepan en realidad es con la corrección política, le habría quedado un discurso tirando a bueno.
Pero me da que su discurso no ha rezumado espiritualidad sino ideología, por mucho que lo haya tratado de vestir de seda.
Y eso diría que no es ortodoxo.
Un saludo.
Son incontables las veces en que la palabra "Justicia" ha sido prostituída por las ideologías hasta el punto de hacerla amparar las mayores barbaridades.
Hoy, por ejemplo, se utiliza para impulsar los genocidios de la Incultura de la Muerte, los desvaríos de la Perspectiva de Género, las imposiciones ideológicas de la izquierda más rancia y bolchevique revestida de populismo para catetos, etc, etc.
Que conste que no le acuso a vd de apoyar semejante barbarie, ni mucho menos. Simplemente señalo la razón que me hace recelar de las cosas que se defienden alegando que son "justas" (no vea la de veces que tantas "justicias" no superan "la prueba del algodón")
En ese sentido, un gran punto de partida para entender lo que es la Justicia lo aporta el jurista romano Ulpiano, para quien "Justicia es el afán constante y perpetuo de dar a cada uno lo suyo", definición a la que no creo que desde la Doctrina y el Magisterio se le pueda poner ningún "pero" (viene a ser el "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", pero generalizado a la totalidad del Derecho)
Esta definición remite a la igualdad pero no a la igualación, al trato equitativo por lo proporcional y no al agravio comparativo, a la bondad pero no al buenismo, a no confundir churras con merinas ni a mezclar cosas en un totum revolutum ante el que a uno le pretendan impedir seleccionar aquello con lo que se está de acuerdo y lo que no.
Así pues, permítame considerar "poco ortodoxo" lo que vd llama "luchar contra la injusticia". Cuando se remite a los textos magisteriales me parece perfecto, pero en cuanto lo traduce vd a cuestiones concretas, da la impresión de que lo que vd considera "justo" no tiene mucho que ver con lo que Ulpiano definió (y Cristo no parece que negase) sino con las injusticias que la corrección política y el buenismo llaman falsamente "justas".
Un saludo.
Al amparo de la definixión de Ulpiano se han definido las más atroces injusticias: la burguesía industrial tenía "lo suyo";las fábricas, y los trabajadores "lo suyo": el salario: que para conseguirlo tuvieran que trabajar docey catorce horas, que trabajarán niños, que vivieran en condiciones insalubres sin seguridad social no importaba. Había que mantener el orden social (prefiero la injusticia al desorden, llegó a decir Goethe).
Evidentemente no es ése el concepto de justicia de la Doctrina Social de la Iglesia, ni del Evangelio ( espero que no tenga usted alergia ni prejuicios cuando escucha las palabras de Cristo: busca el Reino de Dios y su justicia, que lo demás se darà por añadidura.
La verdad, no sé qué pinta Goethe en todo esto.
Pero juguemos en su campo: hace siglo y pico se produce una revolución industrial que eleva enormemente la calidad de vida de TODOS. Eso es evidente salvo para el que esté cegado por su ideología: si la gente acudía en masa a trabajar en las fábricas es porque las alternativas que tenían eran todas ellas peores, y si trabajaban niños es porque ello era necesario para la supervivencia de la familia.
A todo esto, obsérvese que antes de la Revolución Industrial esos mismos niños también trabajaban, y también sin Seguridad Social, y también en condiciones insalubres, solo que lo hacían en el campo (cosa que al buenista le parece algo magnífico, ya que nunca le preocupa en lo más mínimo). Porque el trabajo infantil no ha llegado de la mano de la industrialización sino todo lo contrario: hay medios para erradicarlo gracias al desarrollo económico.
Y en ese desarrollo económico está la clave: pasando el tiempo, la propia Revolución Industrial fue evolucionando los medios técnicos hasta lograr liberar al obrero de la mayor parte del peso que le oprimía, aumentar su capacidad adquisitiva como para proveerse de comodidades y destinar una parte importante de sus ingresos a la educación de los hijos sin tener que ponerlos a trabajar, etc.
Fue la industrialización la que logró llenar el mercado de bienes de consumo baratos y accesibles para todos, quien puso una nevera en cada cocina, una lavadora en cada casa, etc. Esa misma dinámica es la que ha llevado, pasado el tiempo, a la migración de grandes sectores de la sociedad desde el sector productivo al de servicios, lo que es señal inequívoca de la prosperidad económica de TODOS (un amplio sector servicios no tendría sentido si sólo hubiese una fracción exigua de la población con medios para pagar esos servicios, ¿no cree?)
Esos avances sociales que hoy nos parecen de lo más normal (y que tanto indignan a algunos al mirar al pasado descontextualizándolo) no se consiguieron mediante ningún cambio radical en la moralidad de las sociedades, que de hecho van cuesta abajo, sino que es simple consecuencia de la acción de las leyes económicas cuando se dan condicines favorables al crecimiento.
De hecho, esas mismas leyes económicas producen la disminución de las diferencias en las sociedades capitalistas, en las que buena parte de "los ricos" y "los pobres" se convierten en esa clase media tan odiada por comunistas, populistas, y su legión de buenistas a juego (y que tan rápidamente erradican en cuanto tienen poder para ello)
El caso es que, aunque con la Revolución Industrial TODOS crecen, ese crecimiento se produce de forma desigual y en muchos casos se cometen injusticias (siempre condenables, claro). Ante ese "problema" surgen dos enfoques:
- el marxismo, que preconiza el odio de clase y el robo masivo institucionalizado mediante la abolición de la propiedad privada.
- y la Doctrina Social de la Iglesia que, partiendo de la Rerum Novarum y otros documentos papales, llama a la Caridad hacia los más desfavorecidos, pero sin que eso signifique el atropello y linchamiento de los más ricos.
Sólo señalar que su perrofláutica indignación ante las "injusticias" se identifica claramente con la primera de las dos opciones.
Y lo de empecinarse con los "dogmáticos" y los "inmanentistas antropocéntricos" cuando el frente de batalla está más en las alcaldías desde donde nos atacan las profanadoras de capillas, también va por la primera vía.
PD: Sí, "perroflauta" también lo emplean Federico Jiménez Losantos y, supongo, César Vidal. ¿A que escuece a los afectos a ciertas ideologías?
Un saludo.
Es evidente como yo indicó que la doctrina social de la Iglesia es la respuesta adecuada: doctrina en la que se pronuncia hasta la saciedad el término justicia ( ni tantas como en la Biblia, pero casi).
No conozco mucho el mundo perroflauta, no lo frecuento. Eso sí, toco la flauta travesera ( y la de pico) y tengo un perro.
Pero no estábamos hablando de los perroflautas ni del marxismo, sino de la Justicia. La de la Biblia, la de Cristo, la de la doctrina social de la Iglesia, la que hoy mismo ha reclamado el papa ante la Asamblea General de Nacilnes Unidas.
Celebro que coincida con la descripción que hago de la Revolución Industrial y sus efectos para todos.
Lo que me extraña es que, coincidiendo con ella, hubiese afirmado antes que "para conseguirlo tuvieran que trabajar docey catorce horas, que trabajarán niños, que vivieran en condiciones insalubres sin seguridad social no importaba".
Desde luego, no dudo que habría algunos a quienes no les importaba, como también hubo otros a quienes no importaban "cosillas sin importancia" como el uso sistemático de la guillotina. Pero si realmente "no hubiera importado", en general, entonces no habría suscitado ninguna respuesta.
La cuestión es que, aun importando, todo aquello fue necesario en aquel momento de la historia y de la sociedad. Fue necesario trabajar doce y catorce horas, fue necesario que trabajaran niños y era inevitable que los más pobres vivieran temporalmente en esas condiciones insalubres. La seguridad social se inventó varias décadas después, de modo que no existía ni el concepto de ello.
Y del mismo modo, también era necesario que hubiera empresarios capaces de poner en marcha toda aquella industria, y que contasen con los medios para ello. La sociedad de la época ya no concentraba la riqueza en manos de una aristocracia de sangre, sino que iban siendo los emprendedores quienes disponían de esos medios gracias a su trabajo e inventiva, de modo que la industria no surgió de la mano de los mecenas (como el arte en épocas anteriores) sino de la de estos emprendedores.
Así pues, no tiene sentido considerar que aquellas penosas condiciones fueron "atroces injusticias", porque fue lo mejor y más justo que se podía alcanzar en aquel difícil momento de cambios económicos, técnicos y sociales.
PD: Por otra aprte, no entiendo qué ve vd de "atroz injusticia" en el hecho de que "la burguesía industrial tenía "lo suyo";las fábricas, y los trabajadores "lo suyo": el salario".
Si vd ve una injusticia en el empleo por cuenta ajena en una empresa privada, si cree que los obreros que iban a trabajar en las fábricas tenían la menor posibilidad de montar una fábrica con sus propios medios, si cree que un obrero que prospera y crea su propio negocio se convierte en alguien malvado por el hecho de acceder a la burguesía y convertirse en empresario, o si cree que un obrero trabajando en condiciones penosas para el Estado es mejor que el mismo obrero trabajando en las mismas condiciones penosas pero para un empresario, entonces lo suyo no es DSI sino marxismo.
Un saludo.
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