Familia y castidad. Cosas que dije en la homilía de este pasado domingo
Muy duro a los ojos del mundo. Afirmar que Dios los creo hombre y mujer y que el matrimonio es para siempre, resulta duro. Eso dije este domingo pasado en la homilía. Muy duro en este mundo de relativismo y lo importante es quererse y ser feliz.
A ms feligreses les expuse el domingo estos puntos:
No se crean eso de que o rebajamos las exigencias o la gente se va de la Iglesia. La experiencia nos dice todo lo contario. Las iglesias que más se han “adaptado a la mentalidad el mundo” son las más vacías. Por el contrario, las más rígidas son las que se mantienen. Por ejemplo, vean las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa dónde aparecen: en los conventos, monasterios y seminarios más rígidos.
No caigan en eso tan viejo de que si el evangelio dice. Un católico tiene como fuente de revelación la Escritura y la Tradición, según interpreta ciertamente el magisterio. Por tanto, la verdad católica es el evangelio según lo ha transmitido la Iglesia a lo largo de estos dos mil años. Prescindir en la reflexión de la tradición y el magisterio es abandonar el catolicismo para convertirnos en una iglesia protestante más.
Menos aún empleemos eso de que si a Dios le importa o no. Dios es por definición impasible.
La doctrina de la Iglesia es clara: la genitalidad, solo en el matrimonio cristiano y con sus condiciones. El resto, castidad.
Oiga, que eso es duro. Sí, como duro es levantarse cada mañana para trabajar, sacar unas posiciones, cuidar de los hijos, atender a los padres, perdonar, comprender. Pero no vamos a ser gente blanda. Estamos llamados a ser recios.
La castidad es perfectamente posible con la ayuda de Dios. Y en este mundo hay mucha gente que vive en castidad y no le pasa nada por más que algunos psiquiatras y pseudo científicos se empeñen en decir que es IMPRESCINDIBLE la genitalidad sin trabas para ser persona equilibrada. Ni mucho menos.
Castidad. Imposible con nuestras propias fuerzas. Pero la gracia todo lo puede. Y ya sabemos eso de qué va: oración, cuidarse, confesión, eucaristía, vida sacramental. Y siempre adelante.
Religiosos, sacerdotes, solteros, separados, personas con tendencias homosexuales o heterosexuales. Viva la castidad. Con alegría, con deportividad, con ilusión… confiados en la gracia de Dios.
Yo creo que se me entendió todo.
82 comentarios
Viendo los medios parece que la unica salida es ir corriendo a arrejuntarse o casarse por lo civil (Y luego exigir sacramentos claro)
Y como se dice a los operarios haciendo reformas en casa: "ya que estás, hazme esto otro", le sugiero toque alguna vez el tema de la vestimenta. Para todos, hombres y mujeres, tal vez más a las mujeres. Lo de que algunos hombres entren en bermudas, ahora en verano, está mal.
Por lo demás, del mismo protocolo del Vaticano ahora mismo:
Hombres: traje de chaqueta y corbata más bien oscura.
Mujeres: "Los hombros deben estar cubiertos, los vestidos y faldas nunca arriba de las rodillas, y mucho cuidado a los escotes, jamás deben ser llamativos ..."
Pero el Señor es el Rey de reyes, y el protocolo aquí debería notarse.
En esto debemos trabajar.
Genial como siempre.
¿Qué la castidad es difícil? Sin duda, pero la promiscuidad es aun peor..... en el largo plazo.
Lo demás, esclavos.
Pero da miedo hablar de la Verdad
Da miedo predicar sobre algunas cosas, como la doctrina de San Pablo sobre el matrimonio.
Sus enseñanzas proclamadas en la misa, como la de este domingo, son silenciadas, deformadas o evadidas en las homilias.
Aun por buenos sacerdotes.
Hace falta a los pastores tener menos miedo a la Verdad
Gracias
También es cierto que hubo un tiempo en la Iglesia (no tan lejano) en que parece que no había otros pecados mas que los relacionados con el sexto mandamiento, una cierta obsesión y manía en los confesionarios y predicaciones, que hoy en día ha desaparecido para pasar al extremo contrario: apenas no hablar de esto en catequesis y predicaciones.
Por mucho que a un hombre le gusten las mujeres, su belleza o sea enamoradizo y sentimental, en el fondo, en el fondo creo que todos andamos buscando la castidad, la pureza y honestidad, sin la cual, la vida es un infierno.
Debe explicarse a un no cristiano qué es eso de matrimonio cristiano, no sea que se crea que la Iglesia predica la soltería para todo aquél que no es cristiano.
GENITALIDAD NO ES PARA NADIE, porque ese término se usa justamente para describir a quienes en la unión sexual se concentra sólo en la parte genital, olvidando que es un acto de unión no sólo de cuerpos sino de almas, olvidando que es un acto cuyo fin no es el placer, la excitación genital, sino la entrega total de un cónyuge al otro y la posible generación de una nueva criatura de Dios.
Después nos preguntamos por qué las cosas están como están... cuando dentro de casa no nos preocupamos por tener las cosas en su sitio. Como diría el P. Iraburu, así está el patio.
Tratemos que a la hora de hacer un comentario seamos muy cuidadosos, respetuosos y mucho mas si se hace referencia al dueño de tan magnifico blog.
El P. González no habla de genitalidad en el sentido que tu dices. Es una forma abreviada de referirse a las relaciones sexuales. No le des tantas vueltas.
El fin de semana di una catequesis sobre matrimonio y familia a mis alumnas de Confirmación, y es muy difícil tratarlos cuando de 10 alumnas, 3 tienen padres solo casados por lo civil, 3 tienen a sus madres ligadas, una a sus padres divorciados y así miles de etcéteras. Alguna me comentó incluso que su papá no es católico. Uno como catequista debe plantearse cómo abordar este tema tan delicado con toda la caridad posible, pero siempre cumpliendo con la Verdad.
La realidad que muchos matrimonios y familias viven es bastante dolorosa, hay que rezar para que haya una mejor preparación para el matrimonio y para poder comprender las enseñanzas de Jesucristo, porque al hablar de matrimonio cristiano, hace falta tener mucha luz de la fe.
Ahora bien, ¿y qué tiene que ver eso con las lecturas del domingo?
En Septiembre empiezo en la escuela Parroquial una Hora Santa los Viernes con niños desde los cinco a los catorce años. Les rogaría que oraran para que el Señor bendijera esta iniciativa y animara a los padres, porque lo haremos fuera del horario escolar.
Gracias a todos y bendiciones.
Es menos grave lo del uso del término genitalidad, pero igual, en mi opinión, quien pretende enseñar la doctrina católica sobre la sexualidad, no puede referirse al acto conyugal como "genitalidad", porque una vez más reafirma a la gente en su mentalidad mundana de que el acto conyugal es eso: mera genitalidad.
Lo que sí puedo conceder, es el tono que usé, y las mayúsculas, que muestran mi enfado (hacia la situación, no hacia la persona del padre, que ni le conozco personalmente, y como sacerdote lo venero por su sagrado ministerio), por eso comencé el comentario pidiendo perdón, ya anticipadamente, y es que quise expresar mi enfado, como manera de exhortar al padre Jorge a que haga el uso de la palabra "castidad" en el mismo sentido que lo hace el Catecismo, especialmente cuando lo hace por escrito, ya que da el tiempo de pensar mejor lo que va a decir, cómo decir y de borrar, re-escribir.
Se nota que usted no vive en país tropical donde el aire acondicionado es un lujo imposible de pagar.
Sobre el tema:
Curiosamente, quienes niegan la posibilidad de la castidad -o la continencia, para ser más precisos- son los católicos más tradicionales. En una oportunidad planteé la posibilidad de que un divorciado vuelto a casar de edad muy avanzada in articulo mortis arrepentido de su vida pasada pidiera la extremaunción y se me dijo que era imposible dársela, porque era imposible que pudiera mantener la continencia durante los diez segundos que le faltaban para expirar, a menos que fijara su residencia a varios kilómetros de su segunda esposa.
Otros casos menos ridículos recibieron la misma respuesta: Continencia, imposible. Imposible de toda imposibilidad. Ni siquiera durante el breve lapso necesario para que el sacerdote diera la absolución y el penitente tragara la hostia. Totalmente imposible.
A veces envidio la formidable potencia sexual de los católicos.
“…que ya no quiere tener más hijos”, no es correcto decirlo así. Mejor es decir: “que se propone no tener más hijos”, porque uno debe querer lo que Dios quiere.
Un matrimonio ha de mirar a la paternidad responsable y, si es el caso, acudir a medios lícitos, (doctores tiene la Iglesia, que yo estoy soltero) de regulación de la natalidad. Pero no NECESARIAMENTE abstenerse de relaciones conyugales, sino estar siempre abiertos a la vida, y nueva vida si Dios quiere, porque si, a pesar de todo, Dios les envía un hijo, DEBEN QUERER TENERLO, porque es cosa de Dios. Esto es amar a Dios, el cual ama a toda criatura humana al que da existencia. Esa es la castidad que se predica: el buen fin de todo acto conyugal, el "hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo".
Saludos
D. Jorge me gustaría corregirle una cosita de esta entrada que creo que puede inducir a confusión.
Usted ha escrito "la genitalidad, solo en el matrimonio cristiano y con sus condiciones. El resto, castidad". Pues bien, habría que sustituir la palabra castidad por la palabra abstinencia. TODOS, repito, absolutamente TODOS, estamos llamados a vivir la virtud de la castidad, también los matrimonios; lo que sucede es que dentro del matrimonio la castidad no implica la abstinencia de relaciones sexuales (genitalidad según expresión de D. Jorge) pero fuera del matrimonio si implica esta abstinencia.
La castidad, que podría explicarse como perfecta unión del cuerpo y el alma de la persona, (algo así como que el cuerpo exprese lo que el alma siente), también debe ser vivida dentro del matrimonio, o quizá especialmente dentro del matrimonio, ya que es muy fácil desorientarse. Por ejemplo no es castidad practicar sexo con mi marido mientras pienso si mañana voy a hacer croquetas o albóndigas, o no es casto mantener relaciones con mi esposa en busca de consuelo porque mi equipo ha perdido el partido.
A los solteros les recomiendo, para vivir la dificílisima abstinencia, mucha oración y sacramentos y, cuando vean que se les va de las manos, que acudan a Santa Rita, a mí siempre me ayudó.
Y en cuanto a la castidad, el catecismo de la Iglesia, como de costumbre, lo explica son sencillez pero con exhaustividad. Todos los hijos de la Santa Iglesia estamos llamados a la castidad, todos sin excepción. Castidad no implica necesariamente ausencia de relaciones íntimas. Los que estamos bendecidos por el sacramento del matrimonio estamos llamados a la "castidad conyugal". El resto son animados a vivir en "castidad en abstinencia", en lógica y sana coherencia con la visión católica de la sexualidad como vehículo de nuevas vidas e instrumento de expresión del amor marital (y de santidad, cosa que muchos matrimonios cristianos ignoran; a Dios le gusta que el matrimonio cristiano frecuente ese aspecto de la intimidad, es camino de santidad tan válido como cualquier otro; dicho sea para quienes nos acusan de vivir la sexualidad con infelicidad o complejo; nada de eso, con naturalidad y suma felicidad, siendo muy conscientes que amándonos somos partícipes de los planes de Dios y formamos Iglesia).
¿Te lo pasas bien mofándote de los sacramentos de la Iglesia?
- La Paternidad Responsable, que es lo que la Iglesia predica, indica que el matrimonio debe discernir si deben o no dar lugar a una nueva concepción. Si de ese discernimiento serio la respuesta es que no deben buscar otro hijo, podrían acudir a los periodos infecundos del ciclo de la mujer para tener relaciones conyugales. Pero no puede ser una cuestión caprichosa del matrimonio.
- En todo caso, como bien decía otro comentarista, el matrimonio cristiano siempre está abierto a que Dios "cambie el juego", por lo que están abiertos a su voluntad, sin utilizar métodos artificiales, que son siempre contrarios a la voluntad de Dios.
La lectura de la HUMANAE VITAE es siempre de gran ayuda para este asunto.
La estupidez es la suya, porque tengo evidencias de lo que digo.
Menka:
¿Qué tiene que ver "creer en Dios y en la Iglesia" con estar en un templo con techo de zinc a 32 grados a la sombra? En serio, hay que estar muy enfermo de la cabeza para ver lujuria en un vestido de verano y en unos pantalones cortos y no verla en un traje negro con corbata. ¿No será que le caería mejor ir a Misa con los ojos vendados? No sea que se le despierte la pasión por un par de mancuernillas o unos zapatos bien lustrados.
Por que esos métodos son lícitos y el uso del preservativo no lo es???
Por que Dios nunca tiene la voluntad de dar hijos a los que viven en la abstinencia???
No será, que aunque sea un poquito, nuestra voluntad también cuenta???, bueno, en el caso de la abstinencia o de la esterilización, es siempre nuestra voluntad de no tenerlos la que cuenta.
A mí me ha gustado mucho la expresión "con deportividad". Estoy casado y por circunstancias en temporadas tengo que vivir en abstinencia. A veces he sufrido por ello pero con el tiempo y con la ayuda de Dios lo acepto ahora más fácilmente con algo parecido a eso: deportividad
Creo que no interpreto mal al padre si creo que con deportividad se refiere a esa actitud tan noble y tan hermosa del deporte en la que la alegría y el placer no dependen del resultado de la competición, porque no es ese el sentido del juego. Deportividad es también "saber perder", no dejarse llevar por la frustración, la indignación o la tristeza ante la derrota, precisamente porque se sabe que esa pérdida no es muy importante.
La castidad es una forma de pobreza, la abstinencia es privarse de algo que gusta mucho. Si el sentido de la vida para un cristiano es lograr la santidad y llegar a ver a Dios, la pérdida que supone vivir en castidad puede asumirse. Y puede, sí, vivirse con la sonrisa y la tranquilidad con que encajan sus derrotas los buenos deportistas.
Existe y debe existir la castidad en el matrimonio. El acto sexual en sí tiene dos aspectos inseparables: el carácter unitivo y el carácter procreativo. Cuando algunas parejas, siguiendo los métodos naturales, quieren espaciar el número de hijos, requieren que durante algunos tiempos se abstengan del acto conyugal, pero esa abstinencia de relaciones no implica la castidad, que es una virtud mucho más amplia que la abstinencia.
Que los esposos, durante ciertas temporadas, quieran vivir como "hermanos", eso sí requiere la castidad. ¿Por qué los esposos pueden desear eso? Primero, por gracia de Dios. Segundo porque con esa castidad pueden fortalecer la unión espiritual entre ellos y darse el uno al otro de otra manera diferente de a través de los cuerpos.
–«Es ante todo un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual al mismo tiempo. No es, pues, una simple efusión del instinto y del sentimiento, sino que es también y principalmente un acto de la voluntad libre, destinado a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana». Así es el amor del Corazón de Cristo por su Esposa, la Iglesia, y el de ella hacia Él." (Humanae Vitae, 1968, 9)
Obviamente, en el preservativo no concurren ninguno de esos requisitos. Sobra casi tener que explicarlo.
Los hijos, siempre, en cualquier caso, se hayan gestado en sagrado matrimonio o en otro contexto, son voluntad de Dios. Cosa distinta es el mandamiento de la castidad, que es castidad en abstinencia para quienes no han contraido sagrado matrimonio.
Su comentario final es, a todas luces, incompatible con la fe católica. Nunca, jamás, podemos imponer nuestra voluntad a la del Altísimo. La fe misma es una búsqueda de la justicia del Reino de Dios, de su sagrada voluntad, por encima de la nuestra. "Hágase tu voluntad, no la mía".
Perdonen que sea tan franco, pero a mí me parece una hipocresía eso de arrebujarse en el hiyab para ir a Misa, y en el atrio ponerse el escote más provocativo que la ley permita. Los que somos pobres y no podemos permitirnos el lujo de ir de pasarela a cada evento social, nos ponemos lo que tenemos y si lo que tenemos cuando hace calor es una camiseta y sandalias de plástico, pues eso. Y si no tenemos eso, ni eso.
Asumo que ustedes son de los que piensan que Dios sólo está en el templo y de puertas adentro. ¿Y afuera qué? Allá, a lucir la piel y que peque el que quiera. Si a ustedes les parece bien, queda en su conciencia. Yo me visto como puedo y no me ando fijando en las piernas de nadie, ni en Misa ni en la calle. La que quiera tener pensamientos pecaminosos por mis piernas flacas, pálidas y peludas, es su problema y la manera como la educaron; y los puede tener igual en Misa que visitando páginas de internet.
hidaspes:
"se ve como admisible que el matrimonio recurra a la castidad en abstinencia durante los periodos fértiles del ciclo menstrual femenino y, en consecuencia, limite sus relaciones íntimas a los periodos de fertilidad menor. Es compatible con nuestra fe por diversos motivos: es natural y no artificial, se deja en manos de Dios la decisión de si se presenta o no el hijo (y Dios puede decidir que sí, a despecho de la presunta baja fertilidad de la mujer, se lo puedo asegurar personalmente), y reduce, pero no suprime, la posibilidad de gestar".
Primeramente, puedo decir que estoy de acuerdo contigo con la postura de la Iglesia de la negación-o no uso- de los anticonceptivos artificiales. Sin embargo, esto que copio dicho por ti, se me hace una IRRESPONSABILIDAD. Sí, una irresponsabilidad decir que la pareja conyugal sostenga relaciones íntimas aún en períodos de fertilidad menor, sin tener en mente planeado el procrear un 2do o 3er o más hijos, dejándolos en manos de Dios.
Claro, por supuesto, Dios es el que decide si la pareja tendrá o no hijos. Pero, me refiero cuando la pareja desea con responsabilidad, con comunicación, con la decisión firme de querer procrear.
Ya que así, al ahí se va, de que: "tengamos intimidad, a ver qué sucede si la posibilidad de gestar o no....... pues, se me una IRRESPONSABILIDAD MAYÚSCULA de los cónyuges.
Y digo irresponsabilidad, porque si ocurre gestación, quizás la pareja no tenga los recursos financieros principales como: darle una buena alimentación, una buena educación escolar, visitas al médico, por ejem.... Pero, sobre todo, lo importante de esto, es destacar negativamente que la pareja NUNCA tuvo el deseo, la planeación de tener un 2do hijo o más, sin embargo, les llegó ese 2do o más hijo(s)..... ¡y eso es lo más triste! Sí muy triste traer al mundo, a la vida un hijo sin haberlo planeado la pareja conyugal con deseo firme y sobre todo con amor ¡tristísimo!
Ahora, si los cónyuges desean tener sexo de en vez cuando, pues que lo hagan sin coito. O sea, el acariciarse, el tocarse, el besarse es parte del sexo. Que si finalmente el sexo conyugal debe ser como Dios manda, en que exista coito como tal, pues que lo haya, pero siendo los cónyuges muy conscientes, que aunque sea en período de baja fertilidad, existe el riesgo mínimo de embarazo,..... lo cual, la pareja deberá pensar muy sensatamente, en esto de la cuestión de los hijos.
Usted destruye ese esquema, da preferencia a la voluntad humana sobre la divina. Su mismo vocabulario lo evidencia: "... sin tener en mente planeado el procrear un 2do o 3er o más hijos...". ¿Mande? oiga, que para los católicos la cosa no va así, no nos casamos con "planes" de procrear uno, dos, tres o quince hijos, nos casamos para materializar una concreta vocación de santidad a través del amor marital, para que se cumplan los planes de Dios en nuestras vidas, para formar familia, que es "Iglesia doméstica". Cuando los católicos nos casamos nuestros planes de hijos son los planes que Dios tenga a bien disponer, nos gusten o no, y ya se traduzca en uno, dos, cinco (como es mi caso) o ninguno. Si nos gusta bien, y si ponemos objeciones, qué le vamos a hacer, Dios, en su infinita sabiduría, proveerá, de una forma que en nuestra corta y limitada visión humana quizás no veamos ahora, e incluso cometamos la soberbia de calificar de "irresponsabilidad".
Igualmente, tenga presente que Dios no quiere nuestro mal, no quiere nuestra perdición, somos su más preciada creación. Si manda un hijo, es que es lo que tocaba. ¿Irresponsabilidad? De eso nada. El amor, al menos el amor cristiano, es amor a Dios por encima de todo. Siendo eso nuestro pórtico de entrada, y como quiera que los hijos son siempre dones de Dios, ¿cómo dice usted que "muy triste traer al mundo, a la vida un hijo sin haberlo planeado la pareja conyugal con deseo firme y sobre todo con amor ¡tristísimo!"? ¿Me lo explica? Quiero decir que me lo explice en términos de catolicismo, claro. Si Dios dispone que ha de venir un hijo, en ese acto yo tengo que volcar mi AMOR, mi amor a Dios, y mi amor a ese hijo. Si quiero bien, y si no, TAMBIÉN.
Carecer de voluntad libre, como ocurre con lo natural o la naturaleza, no siempre tiene por qué ser lo bueno. A veces, la naturaleza es lo malo o está mala y es la voluntad libre, lo artificial, quien tiene que sanarla. Dice: “ El acto sexual en sí tiene dos aspectos inseparables: el carácter unitivo y el carácter procreativo” esto no es verdad. En el 15 – 20% de los matrimonios, de forma natural, está separado lo copulativo de lo procreativo. Son matrimonios infértiles, como es obvio, pero no estériles. La vida germinal goza de muy buena salud, sólo hace falta que se pueda nutrir para que se desarrolle, pero lo natural que es o está malo, o enfermo, no lo permite. ¿Está sana la sociedad que pudiendo nutrir artificialmente esa vida para que siga permaneciendo en la existencia le niega la nutrición, por tanto, la extermina por inanición?
La mayoría de mis argumentos son de hace 2000 años. Algunos más antiguos. ¿Por qué le molesta?
Juan Carlos:
Déjeme ver si entiendo: De lunes a sábado, y durante 23 horas del domingo, su señor está muerto y enterrado. Sólo durante una hora a la semana, aproximadamente, se "viste para el señor", el resto del tiempo, ¿qué? ¿Se desnuda para Satanás o nada más se viste para Kálbin Cléin? No, no se ofenda. Al que le llamó "hipócrita" hace mucho que lo mataron, no va a volver por estos lares.
Cuando yo me casé, a los diecinueve años, no sabía muchas cosas que debía haber sabido, incluso desconocía el Catecismo de la Iglesia sobre estas cuestiones y los cursillos de formación prematrimonial eran escasos, al menos en mi ciudad, y para nada exigidos para casarse.
En cuanto me enteré de cual era la Doctrina de la Iglesia sobre éste asunto, quise obedecerla cómo cristiana y ésto me costó las críticas generales de mi familia natural y política (mis cuñadas), y graves problemas con mi marido.
Dicho ésto, expreso que cómo sea condición para entrar en el Cielo la castidad en general y la castidad conyugal en particular, el Cielo va a estar tan vacío, que el estado de afluencia de fieles hoy en día a las iglesias, nos va a parecer un partido Madrid-Barcelona de la liga. Desde siempre y en el matrimonio, salvo en contados casos, ha habido métodos anticonceptivos. Y ya en el tiempo actual, cualquiera habla de castidad en el matrimonio sin que te miren cómo a un alienígena. Si la grandísima mayoría de las parejas de novios conviven sin casarse, y la familia tan contenta...
Y se peca incluso en los movimientos con más fama de rigoristas en materia sexual, que una cosa es predicar y otra repartir trigo.
Palabra de honor que en ésta materia no creo que haya muchas mujeres que piensen y actúen cómo yo y perdóneseme la inmodestia, pero es lo que pienso.
Para mi un matrimonio ideal sería el que en su relación solamente tuvieran relaciones afectivas, sin llegar a más, a no ser que fuera necesario porque fueran buscando aumentar la familia.
Buenos días.
Vamos algo así como sentar a la mesa al hambriento y sediento, de comida y bebida bien servida; Y decirle de cuánto y cómo debe de comer y debe beber.
Y todo esto por causa del Pecado Original
Habrá que añorar los tiempos pasados de antes del Pecado Original en aquel Paraíso Terrenal donde todo crecía y se multiplicaba por el poder del Dios creador. Donde todo crecía y se multiplicaba en paz y seguridad, sin causa y consecuencia de la "instintiva sumisión a la cópula carnal".
Y ocurrió que la ciencia de los que allí habitaban, así engreídos y endiosados de su logro y lugar consiguieron multiplicar la especie sin el sucio, denostado e inseguro concurso de la cópula carnal.
Y estos los que allí había, faltos de la noción de un Dios creador, ya no pecaron por falta de castidad. Pues sin sentir, peor que éste su pecado en falta de castidad, habían descubierto un nuevo Pecado Original que hacia crecer y multiplicarse sin dolor de parto.
" Debes destruir el mundo: Mira que si la ciencia de los hombres en su investigar la genética llega hasta donde tu ves; Hasta los elegidos perderán la fe."
Creo que por eso, y por la lectura de Efesios, el tema de la homilía era muy pertinente, ¿no?
Nuestro párroco también aprovechó para "hablar duro" como Jesús, en su caso sobre que no se ponga un católico excusas para abortar, y sobre el silencio y oración que debemos tener al entrar en la iglesia.
Es muy de agradecer, don Jorge, aunque de primeras nos pueda sentar mal a los que escuchamos. Pero no hemos venido a que nos acaricien el oído, sino a salvarnos siguiendo a Cristo.
www.aleteia.org/es/video/religiosa-ofrece-apoyo-y-oracion-a-transexuales-5894652175581184?utm_campaign=NL_es&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es-26/08/2015
Los que usan contraconceptivos van al médico diciendo: "Mi cuerpo funciona perfectamente, ¿puede usted hacer que deje de funcionar como debe?
Como ven, la lógica es aplastante. Si a eso añadimos las páginas de efectos secundarios nocivos que dichos medicamentos, "para que el cuerpo no funcione como debe" , tienen, ¿más argumentos a favor de los contraconceptivos?
"Dios los manda siempre, tanto si nos parecen oportunos o no, tanto si nos parece RESPONSABLE o no".
Ah claro, Dios hace lo que Él quiera, hace su Voluntad; en eso no hay discusión. Sin embargo, ése no es el "pensar idóneo de Dios de mandar hijos", aún así aunque haga su Voluntad de mandar hijos. Si Dios mandó hijos a esos cónyuges, sin que éstos lo desearan, aún así tuviesen la expectativa abierta amorosa en dado caso que hubiese concepción, siendo así (enfatizando) que esto no fuese la intención principal en un inicio, como repito: ése no es el "pensar idóneo de Dios de mandar hijos", aún así aunque haga su Voluntad de mandar hijos, lo cual le parece a Él "oportuno" y "responsable" de mandar hijos al matrimonio desde su infinita sabiduría; muy bien de acuerdo. Pero, todavía así, como subrayo de nuevo: ése no es el "pensar idóneo de Dios de mandar hijos".
El correcto "pensar idóneo de Dios de mandar hijos", es cuando hace su Voluntad mandando hijos a aquellos cónyuges con el deseo firme y amoroso de procrear hijos. Sin embargo, también está la Voluntad de Dios si así lo quiere, de no mandar hijos al matrimonio, aunque éstos(cónyuges) lo deseen abiertamente.
Como usted bien dice que repase sus comentarios pretéritos. Y si, desde luego, es más qué evidente que usted viene sosteniendo desde un inicio en sus comentarios una media verdad, y lo reafirma ahora con este último, de: "....que para los católicos la cosa no va así, no nos casamos con "planes" de procrear uno, dos, tres o quince hijos, nos casamos para materializar una concreta vocación de santidad a través del amor marital, para que se cumplan los planes de Dios en nuestras vidas, para formar familia, que es "Iglesia doméstica".
Comparto su pensar (porque precisamente es la propuesta verdadera y plena de Jesucristo y la Iglesia Católica) de el que se casa, es para materializar una concreta vocación de santidad a través del amor marital, para que se cumplan los planes de Dios en nuestras vidas, para formar familia.
Mas sin embargo, lo otro que usted dice, de que los católicos no se casan con "planes" de procrear 1 ó 15 hijos. De que, Dios los manda siempre, tanto si......" Pues, eso ya lo respondí al comienzo de este block que escribo.
Veamos que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, respecto al matrimonio y los hijos Y LA PLANIFICACION:
2368 Un aspecto particular de esta responsabilidad se refiere a la ‘regulación de la natalidad’.
SIGUE ---> El carácter moral de la conducta, cuando se trata de conciliar el amor conyugal con la transmisión responsable de la vida, no depende sólo de la sincera intención y la apreciación de los motivos, sino que debe determinarse a partir de criterios objetivos, tomados de la naturaleza de la persona y de sus actos; criterios que conserven íntegro el sentido de la donación mutua y de la procreación humana en el contexto del amor verdadero.
Ahí muy claro, dice ese numeral, concisamente en breve, que "la procreación de los hijos", SÍ "procreación de los hijos" va con LA SINCERA (mera) INTENCIÓN del amor verdadero e íntegro DE LOS CÓNYUGES con la transmisión RESPONSABLE de la vida. Lo cual, con esto, lo contradice a usted de lo que viene apuntando.
Finalmente, usted dice que tiene 5 hijos, pues ¡qué bendición!, en serio se lo digo...... Pero, acaso, si Dios le da a usted y a su señora esposa 10 hijos más, sin que ustedes nunca lo hayan tenido planeado en mente:
¿usted y su esposa lo verían como algo muy normal, muy natural, si llegase a suceder?
¿usted y su esposa están preparados financiaramente para darles a esos 10 hijos: buena alimentación, vestirlos dignamente, buena educación escolar, visitas al médico,
¿y sobre todo disposición de amarlos, de tiempo para convivir, comprender, saber las inquietudes de cada uno de esos 10 hijos?
A usted no lo conozco, hidaspes. Quizás, usted pueda con todo esto que le acaba de formular; probablemente, usted sea archi-multimillonario para cumplir debidamente con las obligaciones que tienen los padres hacia con los hijos, y tenga todo el tiempo del mundo para tener naturalmente(por lo visto, sin problema) como 10 hijos más, si Dios se los provee. Pero, la realidad es que no todos los matrimonios católicos son pudientes para realizar la titánica obra que usted y su señora muy probablemente sí puedan llevarlo acabo.
Ahí, fíjese nada más, 2 componentes o situaciones tristes de la sociedad en todo el mundo: Pobreza y sobrepoblación. Claro, mucho de esto ocurre no en el matrimonio, para también en él. Es para reflexionar de a de veras.
La parte de catecismo que usted transcribe hace referencia al concepto de "paternidad responsable", esto es, a la posibilidad de reducir las relaciones íntimas a los periodos de menor fertilidad femenina. Ningún problema de conciencia, toda vez que se deja la decisión final de si se presente el don de los hijos en manos de Dios. Observe usted que las premisas de toda "decisión" son la "donación mutua" (no existe de mediar anticonceptivo artificial) y "la procreación humana en el contexto del amor verdadero" (luego no hay amor verdadero allá donde artificialmente se veta la procreación). Como de costumbre, nuestro catecismo siempre tan nítido y exhaustivo.
Si además de los cinco soles que Dios me ha dado, Dios mismo decide darme diez más... ¡pues se acata y punto!. Esos serían los planes de Dios, y a mi, y a mi esposa, sólo nos resta aceptarlo y dar gracias por poder materializar en nuestras vidas el camino de santidad que es el sacramento matrimonial, contribuyendo a hacer "Iglesia doméstica". Lo que yo y mi esposa veamos como "natural" es bien sencillo de exponer: es natural lo que Dios disponga, por encima de nuestro egoísmo terrenal y cortoplacista. ¿Preparación financiera? Dios proveerá según su Infinita Sabiduría. Es ridículo pretender medir la voluntad del Altísimo en base a la lógica estrecha y material del dinero. ¿Disposición para amarles? Más nos vale, si queremos ser coherentes con el primero de los mandamientos de Cristo, el del amor, amor a Dios por encima de todo. Si Dios manda dones en forma de hijos...¡pobres de nosotros si no tuviéramos siquiera disposición de amar lo que Dios manda! Eso se presume, D. Hernán, caso contrario es que falta la más elemental de las bases.
¿Archimillonario? Le soy sincero, voy sobreviviendo, a costa de sacrificios, y de ser consciente de que a ms hijos nada material les dejaré. Sólo una educación firme y una fe en Cristo, mi más preciada posesión. Les dejaré amor y libertad auténtica. Eso vale más que todos los millones del mundo. Sigue usted juzgando cosas divinas en términos de materialismo pueril.
Pero es que incluso en su materialismo reincidente, ni siquiera expone usted argumentos de peso. ¿Pobreza? Demostrado por los expertos económicos: una familia numerosa es el mejor refugio ante la pobreza, mil veces mejor que la fallida y quebrada infraestructura del Estado socialista redistribuidor. ¿Superpoblación? Por favor, D. Hernán, que estamos en el año 2015, que los delirios neomalthusianos ya fueron derribados allá por la década de 1970. ¡Que lleva usted más de cuarenta años de retraso! No hay peligro de bomba demográfica, sobran recursos para TODOS. No creía que aun quedasen neomalthusianos en estos tiempos, pero en fin, siempre hay espacio para la sorpresa mayúscula.
Reflexionemos: los católicos estamos para acatar la voluntad de Dios, no la nuestra. Y si va a exponer argumentos materiales (que no teológicos) para apoyar a la industria de los anticonceptivos artificiales, al menos procure ser algo más consistente en sus argumentos.
La felicitación era para el señor Hidaspes, no para Hernán.
Perdonen pero me voy haciendo viejo y ya confundo la velocidad con el tocino,
Muchas gracias por sus bendiciones. Fíjese usted que, casualmente, hará una semana también recibí bendiciones del Arzobispo de mi diócesis. Tengo a mis niños bien bendecidos, como puede usted ver.
Un saludo.
Podrás decir que Dios tiene la voluntad de dar hijos, pero de no darlos es irrefutable que es nuestra voluntad, si alguien no quiere tener hijos, y no tiene relaciones sexuales, nunca, repito, NUNCA, tendrá un hijo, y siempre cumplirá su voluntad, superando a la de Dios.
El tema de los anticonceptivos tampoco lo entiendo, por un lado dice que el preservativo es artificial, si, y????, el ordenador desde el que escribe que es, natural????, porque en este tema importa la artificialidad????
Luego dice que es antinatural, pero lo antinatural es la castidad y la abstinencia, le recuerdo, que los que la practican de verdad son 4 gatos, y que el resto del mundo les vemos como raros, muyyyy raros.
También da a entender que el preservativo no deja en manos de Dios la decisión de si se presenta o no el hijo, que pasa entonces, que un simple preservativo tiene más poder que la voluntad de Dios????, es totalmente incoherente decir que es 100% voluntad de Dios dar o no dar hijos y luego decir que usar preservativos es pecado por dificultar a Dios expresar su voluntad.
Puede mirarlo de otra forma, si se trata de no poner impedimentos a la voluntad de Dios, el mayor pecador es el matrimonio que practica la abstinencia, pues ahí si que no le dan a Dios ninguna oportunidad.
Por otra parte lo que predica me parece muy irresponsable, Ud. será muy responsable y lo que quiera, pero el resto de humanos no, no lo olvide.
Es norma común que los comentarios no deben superar la extensión de post.
Si quiere, celibato-conyugalidad. O, si quiere de todas todas, decir genitalidad, diga genitalidad-continencia. Pero excluir a los casados de la castidad, considerándola virtud sólo para los continentes, y el matrimonio para los que "no pueden contenerse", NO GRACIAS:
CIC 2349 "...Las personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal; las otras practican la castidad en la continencia."
Lo de comparar la naturalidad en la procreación con la artificialidad del ordenador del que escribo se lo pasaré por alto, por elemental sentido de la piedad.
Si a usted le parece tan mal la castidad, sólo me resta hacerle esta pregunta. ¿Qué hace un foro católico?
Sinceramente, su valoración acerca de la irresponsabilidad de mis creencias poco me importa. De nuevo, si la fe católica le parece irresponsable debo indicarle que se equivocó de sitio.
Rezamos por usted.
Yo también se lo pasaré por alto por elemental sentido de la piedad.
¿Que que hago aquí???, pues muy fácil, Uds. intentan salvar almas, y yo personas.
Para mi su fe es falsa, y en algunos aspectos, como el que nos ocupa, es irresponsable y dañina, y yo intento mostrarlo con argumentos.
¿Esta seguro que me he equivocado de sitio?
Casi que le pediria que no rece por mi, se lo agradezco pero no lo necesito, mejor rece por los niños que nacen en familias irresponsables.
Naturalmente que rezamos por usted. En plural, todos los que acá estamos.
Horrendo me parece dejar un tema tan importante como la reproducción en manos de una falsedad opuesta a cualquier lógica de reproducción responsable.
Ese es el problema de las religiones, que se reduce todo a creer, y nada a razonar.
Rezamos por la gracia de su conversión.
Cuando nos casamos los cónyuges hacemos entrega de la TOTALIDAD de nuestra persona y aceptamos la TOTALIDAD de la persona del otro. Esta entrega y aceptación y la relación amorosa-afectiva máxima que puede producirse entre dos personas (posible por la complementariedad) se expresa en el acto sexual, propio del matrimonio ya que ninguna otra relación entre personas implica la TOTALIDAD de la persona.
Por tanto es absolutamente casto mantener relaciones sexuales dentro del matrimonio, siempre que impliquen a TODA la persona, a los aspectos físico, psíquico y espiritual de la persona (cuerpo, alma, tiempo, espacio, entendimiento, voluntad, sentimientos, imaginación, etc).
El acto sexual expresa la comunión conyugal y manifiesta la capacidad humana de amar y procrear, dadas por Dios. El sexo es el lenguaje del amor, honesto y digno y fomenta y expresa la donación recíproca (entendiendo así la sexualidad me molestó bastante D. Jorge, que se refiriera en su entrada a la misma como genitalidad, ya que es muchísimomás y afecta a TODA la persona).
El CCE (2335) nos dice que la sexualidad "es una manera de imitar en la carne la generosidad y fecundidad del Creador", por tanto, la unión conyugal es imagen de la unión trinitaria de Dios: comunión de personas en el amor (Génesis: "creó al hombre a suimagen y semejanza", "hombre y mujer lo creó").
Por tanto la unión sexual de los esposos es querida por Dios, fuente de placer y agrado, aumenta el amor de los esposos y por tanto éstos avanzan en su camino de santidad y permite cumplir los dos fines del matrimonio: la santidad de los esposos y la procreación de los hijos (FC).
La lucha por la castidad matrimonial viene de la imperfección de los cónyuges y el problema surge cuando la donación-aceptación del otro no es completa, sino que, en lugar de estar expresando limpiamente esa donación-aceptación, los esposos están buscando otros fines: por ejemplo el placer físico (deseable y bueno y establecido por Dios pero dentro de la donación completa), o consuelo por haber tenido un mal día, o compensación por haber hecho una faena al cónyuge, o ...
Mi experiencia personal es que la lucha por la castidad matrimonial es constante (llevo casada 22 años), un largo camino de subida a la montaña con pasitos para alante y pasitos para atrás, que animo a todos los casados a recorrer ya que la experiencia es extraordinaria. Para mí es fundamental mantenerse en Gracia, oración y, si es posible, invocar al Espíritu Santo y rezar cuando se vayan a mantener relaciones sexuales.
Hidaspes te felicito por tu voluntad de aceptación de la voluntad de Dios pero no estoy de acuerdo contigo en este tema aunque yo también tengo 5 hijos.
Un hijo para el matrimonio es: un don de Dios que le permite colaborar en la Creación (procreando), la prueba visible de su amor (se engendra en el mismo acto supremo de expresión del amor conyugal) y camino de santidad (oportunidad de amarse mejor y confiar en la providencia).
Pero esto NO significa que tengamos todos los hijos posibles, entiendo que debemos tener todos los hijos que Dios quiera (y puede querer 5, como en mi caso, o 2, o 1, o 14 o 18). Dios nos ha dado la razón para que podamos discernir, igual que discernimos nuestra vocación (y también debemos elegir la que Dios quiera para ser felices y santos) debemso discernir si debemos tener más hijos o no o si hay que espaciarlos.
CCE 2368: "Por razones justificadas, los esposos pueden querer espaciar los nacimientos de sus hijos". Estas razones justificadas, al menos para mi esposo y para mí, no son necesariamente de índole económica (y eso que somos pobres) sino también de salud (por ejemplo numerosas cesáreas), de atención a hijos ya habidos en el matrimonio, de como un nuevo hermano puede afectar a los hijos anteriores o a los padres, por tenerse que hacer cargo durante un tiempo de un anciano,....
La decisión de un nuevo hijo debe meditarse, hablarse enrte los cónyuges, y sobretodo rezarse, rezarse por separado y ambos cónyuges juntos y luego, a cumplir la Voluntad de Dios (que puede ser un nuevo hijo o no).
Y esto, ¿cómo lo hacemos? Pues con los métodos naturales de planificación familiar que comento en la siguiente entrada.
Pero, señor David, para proclamar con eficacia su doctrina, no tiene sentido que venga a las boxcom a hacer preguntas a comentaristas.
Sea usted ambicioso: la doctrina católica no es la que dicen los comentaristas interneteros, sino la que dicen el Catecismo y el Magisterio papal. Léase los textos de verdad, con un rotulador, marque lo importante y haga un blog explicando lo absurda que es esa doctrina. Luego, ponga links.
Sobre la regulación natural de fertilidad y el papel de los padres en engendrar hijos lea "Humanae Vitae". [Busque en Google Vatican.va humanae vitae]
Sobre el matrimonio busque "Casti Connubii".
Sobre por qué el cuerpo y el sexo es importante, lea, con tranquilidad y sin prisa (¿no pretende usted algo tan valioso como "salvar personas"?) esto que encontrará en Corazones.org: "Teología del Cuerpo Visión del Papa Juan Pablo II sobre el amor humano"
[Son sus documentos sobre sexo].
La versión breve de todo es el Catecismo (gratis en Internet).
La teología del cuerpo de Juan Pablo II interesa incluso en la escuela pública de la descristianizada Finlandia. Busque en Google el artículo: "Es luterano -casi católico- y asusta a puritanos con textos de Juan Pablo II sobre sexo placentero".
No se desgaste con comentaristas. Para criticar la doctrina católica, ¡lea la doctrina católica!
Por lo antes comentado tenemos que: 1.- El acto sexual es expresión del amor conyugal, produce el aumento del amor de los esposos y por tanto es camino de santidad, 2.- un hijo es un don de Dios y 3.- en ocasiones conviene evitar o retrasar el nacimento de un nuevo hijo.
¿Cómo conjugamos todo esto?. Ajustando la expresión corporal de mi amor a los ciclos de fertilidad. Esto es, yo expreso mi amor con la donación TOTAL de mi persona y por tanto de TODO mi cuerpo, cuando no es previsible que se engendre un nuevo hijo.
Respecto a los métodos anticonceptivos son intrínsecamente malos ya que eliminan una parte de mi persona, o la de mi esposo, (eliminan el esperma, o los óvulos, en definitiva eliminan la potencial fertilidad) impidiendo que el acto sexual sea una donación PLENA, y por tanto ese acto sexual ya no será casto. Así, rompen el significado procreativo del acto conyugal y, con él, también se elimina el significado unitivo.
Pervierten el significado del acto conyugal pues l aobtención de placer físico (que no desaparece) se convierte en el principal objetivo de la unión (este es el mismo problema de las relaciones prematrimoiales, se busca el placer y no existen donación de TODA la persona).
Los métodos naturales, por el contrario, no manipulan a la persona ni eliminan parte de ella, sino que se basan en la libertad de actuar de los esposos en función de las consecuencias de sus actos. Los esposos, que gracias a la razón pueden conocer si ese día concreto se puede o no engendrar un hijo (en una pareja normal hay aproximadamente 5 días fértiles al mes), deciden libremente mantener relaciones o no.
No se trata de una abstinencia total, como señalaban en otra entrada de sentar al hambriento a una mesa repleta y luego decirle que no coma, sino más bien de llevar una alimentación sana.
Respecto a los métodos naturales podemos decir que:
- Respetan el cuerpo de los esposos, aceptando totalmente la fertilidad de ambos.
- Ayudan a ejercitar todas las expresiones corporales de cariño distintas del coito (esto ayuda mucho después en los embarazos y postpartos).
- Aumentan el amor, porque implican una búsqueda constante del bien del otro.
- Favorecen la auténtica libertad, puesto que favorecen el dominio de los instintos.
¿Cuál es el problema? Pues que cuando estamos acostumbrados a satisfacer nuestro instinto aquí y ahora cuesta mucho dominarlo; lo sé bien porque durante un tiempo mi esposos y yo usamos preservativo. Sin embargo, aunque no sin dificultad y con la ayuda del Señor, pudimos andar el camino hasta los métodos naturales. Es un camino difícil, y a veces se dan tropezones y se vuelve para atrás, sin embargo, animo a todos a emprender este camino, ya que la recompensa es enorme, tanto que no lo puedo expresar con palabras; solo comentar que todos los frutos antes indicados, de mayor amor, libertad y presencai de Dios se experimentan.
Todo esto no quita que haya que seguir luchando por la castidad conyugal, a veces parece que con no usar métodos anticonceptivos ya está todo hecho pero también hay que conquistar la castidad en otros aspectos.
Tiene toda la razón en su comentario, cuanto mas instruido en su fe mas poderosa seria mi dialéctica
Pero como le digo, no tengo tanta ambición con este tema, ni ganas ni tiempo.
Me conformo con expresar aquí mis opiniones.
Eso si, le agradezco la información y tal vez hasta la lea, para estar mejor informado.
Muchas gracias por su felicitación, pero como anteriormente expuse, es mérito es más bien de mi esposa, mucho más entregada que yo a este camino de santidad que es el matrimonio.
Por supuesto, los hijos pueden espaciarse o no, siempre dejando el asunto en la manos del Altísimo, quien también dispone si esos espacias son o no los que hemos valorado según nuestro humano e imperfecto criterio.
En el resto de su primer comentario, nada que añadir o enmendar. De acuerdo en todo.
Rezamos para que su conciencia acceda a la gracia divina de su conversión.
Sí estoy firmemente convencida de que la última palabra siempre la tiene Dios en cuanto a los hijos y en todo lo demás. Como tú, yo también tengo un hijo (la pequeña, de 8 años), que no estaba en nuestros planes, sin embargo fue querida desde que supimos que estaba embarazada y ahora no puedo concebir mi familia sin ella.
Cuando me refiero a los hijos "posibles" me refiero a los posibles en sentido biológico. Entiendo que, mediante la razón y la oración, nosotros discernimos si un nuevo hijo es conveniente o no, y actuamos en consecuencia. Luego, si nos hemos equivocado (como me pasó a mí con la pequeña), pues el Señor nos corrige y nace el hijo que era conveniente aunque a nosotros nos pareciera lo contrario.
Sin embargo me parece importante que utilicemos la razón y el conocimiento, también dados por Dios, en este ámbito como en todos los demás.
Cuando existe una razón importante para pensar que no es conveniente un nuevo hijo o un nuevo embarazo (el ejemplo más evidente es el de numerosas cesáreas) también tenemos obligación de intentar que no se produzca ese nuevo embarazo, pues confiar en que Dios hará un milagro para que "no pase nada malo" después de actuar irresponsablemente sería tentar a Dios; no obstante si poniendo los medios humanos que conocemos se produce un embarazo entonces sí que hay que confiar en el Señor y abrazar su Voluntad, que nos hará felices.
Tampoco digo que sea generoso tener sexo cuando se quiera, o usar preservativo, solo lo veo sano y responsable y que no hace mal a nadie, así de simple, sois vosotros los que decís que soy egoísta, pero para que veas que yo también intento ser buena gente, no lo tomo en cuenta y os perdono.
Un saludo en Cristo, Nieves.
Ojo con lo de "católicos buenos de verdad" que no me suena nada bien. Siendo evidente que nuestra fe es una propuesta de camino de santidad, es también evidente que Cristo no vino a este mundo para santos perfectos sino precisamente como esperanza para pobres pecadores, a los que dió esperanza de redención. Es a pecadores como yo a quienes Cristo ofrece su abrazo, aunque con demasiada frecuencia no sea "bueno", ni para con Dios ni para con el prójimo. Seré malo, pues, pero católico, pues sé perfectamente y asumo sin condiciones, que el camino de salvación es la Iglesia que Cristo instituyó, sus leyes y mandamientos que, de llevarse a la práctica, materializan el mandamiento del amor.
Por descontado, predicar mentiras no es algo positivo.
Veo que dialogar con usted es como hablar con las paredes. Usar preservativo será responsable para usted, pero para los católicos NO. NI sano tampoco, porque no entendemos la salud física como algo desligado de la salud moral.
Yo a usted no le califico de egoísta porque no le conozco. Y aun conociéndole tampoco le juzgaría, dado que eso sólo a Dios compete. Pero verifico que su visión de la sexualidad no es la católica. Es casi antagónica, de hecho.
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