Historias del economato: un matrimonio honrado

Manuel anda por los cuarenta y cinco años. María, su esposa, alguno menos. Dos chavales y el drama del paro que los tiene agarrados desde hace dos años. Desde hace seis meses, usuarios del economato.

Hace unos días han venido a verme. Todo muy sencillito:

-          Que venimos a entregar la tarjeta del economato. Estamos muy agradecidos, pero es que, verá usted, a mi señora le ha salido una casita para echar horas, y aunque yo sigo en paro, con eso nos podemos apañar y hemos pensado que otras familias estarán peor y que mejor la tarjeta para ellos.

-          Pero bueno, con solo unas horitas no os alcanzará, seguid con la tarjeta al menos este trimestre y luego ya vamos viendo.

Lo tenían más que claro. Pobres ellos mismos, saben perfectamente lo que es vivir en la nada y prefieren que otros disfruten de esa pequeña ayuda. Ya se sabe. La gente, cuanto más pobre, más generosa, más desprendida, más solidaria, más piensa en los demás que en ellos mismos.

No es lo normal, seamos sinceros. La gente a la que puede intenta dismular, colarte un gol, escamotear, seguir con la ayuda como sea.

Hace no mucho lo hablábamos los voluntarios haciéndonos cruces de la picaresca entre la gente habituada a acudir a Cáritas y a Servicios Sociales. Se las saben todas para arrancar una ayuda, comida, ropa, los libros del chaval. Listos como el hambre que han pasado más de una vez.

Entre los voluntarios hay de todo. Unos más severos, otros tal vez se pasan de blandos. Pero bueno, lo que decían en definitiva era que resultaba intolerable que la gente nos engañase, que vinieran con medias verdades, que pretendiesen llevar más compra de la que se les ha adjudicado. En fin, que bajo ningún concepto podían aceptarse esas cosas.

La cordura la puso Angelita:

-          Estamos viendo estos días gente de todo tipo: grandes directivos, militantes de renombre de todos los partidos políticos, sindicalistas muy conocidos que se han gastado entre todos ellos, ochenta y seis personas, más de quince millones de euros a base de tirar de unas tarjetas bancarias que les habían facilitado “por si tenían algún gasto especial”. Gente de alto nivel, educada, cargos gordos en muchos sitios y mira. ¿Y nos extraña que estos pobres intenten llevarse un kilo de azúcar de más?

-          Vale, repuso Julián. Más tranquilidad. ¿Es eso, no?

La verdad es que en un mundo como este, donde la corrupción y el fraude son moneda corriente, encontrarte unos tipos como Manuel y María es todo un lujo.

10 comentarios

  
Luis Fernando
Eso es un testimonio de santidad. Grande es la obra de Dios en ese matrimonio.
06/10/14 1:05 PM
  
Francisco
Totalmente de acuerdo. Hay picaresca de alta y baja altura por todas partes.
06/10/14 3:02 PM
  
Javier L.
Se me han saltado las lágrimas... Literal.
¡Qué ejemplo para los de "black card" de Bankia!
06/10/14 3:02 PM
  
TooMach
Al final me he convencido de que la doctrina social de la iglesia empieza por caritas. Como los politicos no la conocen o la conocen mal hay que empezar por la caridad. Como dijo San Pablo Apostol: si no tuviere caridad nada seria. Como vamos a entender el magisterio sin leer antes la Biblia.
06/10/14 3:20 PM
  
AntonioFM
Hace unos días una rusa, alojada en casa de mi hija con motivo de la beatificación de D.Alvaro del Portillo, se dejó el teléfono móvil en el taxi y estaba desolada. A la noche llamaron al timbre en casa de mi hija y el taxista le entregó el móvil. Como él sólo sabía la dirección a que había llevado a la rusa, tuvo que preguntar por unos señores rusos para llegar al piso.

Hay mucha gente decente, lo que pasa que no hace ruido ni es noticia.
06/10/14 5:40 PM
  
Sonia S
Hola D. Jorge,

Me alegro por esta pareja.

Aunque que una noticia asi, no deberia ser noticia.

06/10/14 5:56 PM
  
Alejandro Galván
Gracias, padre, por hacernos conocer estas sencillos actos heroicos... son "pequeños milagros" del Espíritu en los días de hoy.
Me ha recordado a este hecho de la vida de S. Juan Bosco (del libro "Vivencias de D. Bosco" del P. Ángel Peña OAR)

Cierto día llegó al Oratorio para hablar con Don Bosco una anciana de setenta y cinco años.
Don Bosco la llevó aparte, la invitó a sentarse, y ella comenzó a decir:
—Soy una pobre anciana; siempre he tenido que trabajar para poder vivir. Tenía un hijo y se me ha muerto; ya no me queda más que morir yo también. No tengo herederos forzosos; mi hijo antes de morir me dijo que diera de limosna todo lo que me sobrara. Tengo cien liras, son el ahorro de cincuenta años de trabajo continuo y se los entrego a usted. Tengo todavía quince liras y las guardo para pagar el ataúd cuando me muera. Tengo además otra pequeña cantidad para pagar el médico. Esta tarde voy a acostarme y será cosa de pocos días.
—Tomo estas cien liras, respondió Don Bosco, y se las agradezco; pero le aseguro que no las tocaré hasta después de su muerte; por tanto, si pasa cualquier cosa, venga cuando quiera que son suyas.
—No; es mejor así; yo doy mi limosna y tengo mi mérito; emplee usted ese dinero. Si yo me encontrare en necesidad, vendré a pedirle limosna y usted, al dármela, tendrá también su mérito.


El libro se encuentra, gratis en: biblioteca-qumran.blogspot.com.es/2011/02/vivencias-de-don-bosco-p-angel-pena-oar.html
06/10/14 9:34 PM
  
Zitrico
Buenos dias D. Jorge, una vez mas genial post, yo soy voluntario de Caritas en mi Parroquia, y desde hace tiempo vengo defendiendo que debemo luchar contran ese corazón que se nos endurece, bien es verdad que el hambre y la necesidad agudizan la picaresca y muchos de los "beneficiarios" de las ayudas mienten e intentan engañarnos para obtener todo lo posible, pero existe tambien gente sincera y honrada que va con la verdad por delante, si por un justo, nuestro Señor Jesucristo, fuimos salvados todos ¿No justificará un solo justo en Cariats todas las veces que alguno "siente la necesidad" de engañarnos?
07/10/14 9:36 AM
  
F. Romero
Gracias D. Jorge por su columna. Es un chorro de aire fresco, en una sociedad que no tiene la brújula en dirección al Norte o simplemente no tiene Norte.
¿Se han fijado Uds.de qué se componen los informativos de prensa, radio y tv.? Sólo hay malas noticias, sólo se ve el lado negativo de los sucesos. Gracias nuevamente por referirnos esos buenos ejemplos, pues todos los necesitamos.
08/10/14 11:46 AM
  
Alejandro Rufus
Suelo pasar por Cáritas a menudo y en una de mis visitas entró un chico, inmigrante, y armó bastante revuelo porque quería su paquete semanal de comida y los que atendían se negaban. Finalmente se lo dieron, con la advertencia de que eso no podía ser. Hablando con ellos supe que era la segunda vez ese día y la tercera en esa semana, que el muchacho acudía a por el paquete de comida. Se hacía el olvidadizo y afirmaba que no era el mismo, pero los encargados estaban seguros y la documentación no miente. Y aun así la "jefa", con enfado y todo, le dio la comida. Según ella porque "¿Quién sabe que drama puede tener ese muchacho encima? Él dará respuesta si nos ha engañado, pero yo no quiero tener que darla por negarle una ayuda". Hay de todo, y cada caso es un mundo. Difícil cosa la caridad en este mundo de apariencias y engaños, admirado siempre quedo de la gran labor de Cáritas.
09/10/14 2:04 PM

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