Me pido una parroquia sin feligreses
Ganas le entran a uno de pedir una cosa así. Una parroquia sin feligreses. O marcharse de ermitaño, cartujo o guardián del Sinaí. Porque vas viendo las cosas de esta nuestra Iglesia, en pequeño y en grande, y no sabes hasta qué punto tienes ganas de pelear o de dejarte la vida en cosas que no acabas de comprender si merecen la pena.
Atónito con lo que les ha pasado hace unos días a los curas de Vitigudino. Pobres. Se les ocurre decir que no puede ser eso de vivir en lo que toda la vida se llamó concubinato y ahora como pareja de hecho y ser a la vez mayordomos o presidentes de cofradía y la que se ha liado. Aquí o tragas con carros y carretas, y entonces te llevas mal contigo mismo y con el mismo Cristo, o estás condenado a la hoguera de la nueva inquisición. Porque mucho hablar de la antigua, pero es que hoy hay que ver cómo están las cosas.
Y esto es solo un ejemplo. El caso es que uno abre los ojos y al final te deslumbras ante tanta cosa que no sabes cómo digerir.
Por un lado hay cosas que parece que necesitarían una aclaración y nadie aclara nada. Desde las veleidades teológicos – budistas – new age de las jesuitas en la Cova de Manresa, a las viñetas de Cortés en Religión Digital, cada día más provocativas y que parece avalan con su firma y su sonrisa unos cuantos purpurados.
No entiendo la postura de los curas de Bilbao y San Sebastián o la entiendo demasiado. Piden asambleísmo, democracia de la suya y viva el euskera. Ni una palabra de conversión a Cristo, amor a la Iglesia, reconciliación o santidad. Serán los nuevos signos de los tiempos.
Estamos a la espera de saber por fin qué pasa exactamente con los Franciscanos de la Inmaculada y con la diócesis de Punta del Este. Oigan, que nadie tiene que decirnos nada, que nosotros a lo que se nos mande, que sin problemas, pero digo yo que una palabrita a lo mejor el pueblo de Dios la agradecía.
Y la parroquia, pues la parroquia como siempre. Con la sensación a veces de que te dejas energías en mil batallas que no sabes si merecen la pena. Verán en cuanto empecemos otra vez a organizar las catequesis. Que si exigen mucho, que si exigen poco, que si mi niño, que si lo que tienen que hacer.
Qué quieren que les diga. Lo de los compañeros de Vitigudino me ha afectado porque todos pasamos por cosas parecidas. En cuanto intentas tomarte las cosas en serio palos por aquí, palos por allá, incluidos los de compañeros que encima te quitan la razón y sin despreciar las veces que tampoco tienes el apoyo deseado por parte de tus superiores.
Si a esto añadimos que teológica y disciplinalmente anda uno un tanto confuso sin acabar de comprender muchas cosas, y si sumamos la imperiosa necesidad de poner unos días tierra por medio con la parroquia por la cosa de descansar y despejarse, pues no es de extrañar que te salga el grito de “viva la vida del ermitaño” y no quiero saber nada.
Pero no es nada. Se me pasa en un rato.
26 comentarios
En fin. Lo de Paraguay me parece muy difícil que el dictamen sea negativo para la diócesis. No creo que el cardenal Santos y Abril le ande buscando la quinta pata al gato, y por lo que conozco al auxiliar de Montevideo, es una persona sobria, bondadosa, de criterio y bastante firme para resistir a las presiones. Ya, puede que me equivoque, pero lo veo así.
Recemos. Los laicos necesitamos sacerdotes como usted que nos ayuden a seguir adelante. ¡No nos afloje! (como decimos cariñosamente por acá).
Que Dios lo bendiga.
Y lo de Vitigudino, un "olé" a sus curas: es lo que quiere el Papa Francisco: no hay que tener miedo, hay que armar jaelo, mejor una Iglesia herida y varapaleada en la prensa del mundo por ser coherente con Cristo, que enferma de hnogos en el fondo de una cómoda sacristía.
No lo sé D. Jorge; pero creo que aunque lluevan chuzos de punta y aunque la miasma ambiental parezca inundarlo todo, en el fondo, en el fondo, usted con su escuela Guareschicamiliana no se va a rendir ni de coña.
Porque con sus artículos e iniciativas parroquiales ayuda, consuela y reafirma a más gente de la que se
imagina; y - sobre todo - tiene a más gente que reza por usted de la que piensa.
Y esto último es un privilegio.
¡La vida misma!
Ánimo.
Mi comentario se refería básicamente a los visitadores, en particular a mons. Tróccoli, a quien conozco por ser obispo en mi propio país. Aunque claro que sé que el arcano de los corazones, solo Dios lo conoce.
Aclaro por las dudas que soy "una" churrinche, no un Churrinche. Sé que no había modo de saber.
Perdón si estoy haciendo off-topic.
Saludos.
El Claustro empieza a tener cada vez más sentido.
Asi que solo nos queda pedir que seamos Fortes in Fides.
In Domino, que el dia de mañana traera su propio agobio.
"Dispón y ordena todas las cosas según tu querer y parecer, y no hallarás sino que has de padecer algo, o de grado o por fuerza: y así siempre hallarás la cruz.
Pues, o sentirás dolor en el cuerpo, o padecerás tribulación en el espíritu.
4. A veces te dejará Dios, a veces te perseguirá el prójimo: lo que peor es, muchas veces te descontentarás de ti mismo, y no serás aliviado, ni refrigerado con ningún remedio ni consuelo; mas conviene que sufras hasta cuando Dios quisiere.
Porque quiere Dios que aprendas a sufrir la tribulación sin consuelo, y que te sujetes del todo a El, y te hagas más humilde con la tribulación.
Ninguno siente así de corazón la pasión de Cristo, como aquel a quien acaece sufrir cosas semejantes.
Así que la cruz siempre está preparada, y te espera en cualquier lugar; no puedes huir dondequiera que estuvieres, porque dondequiera que huyas, llevas a ti contigo, y siempre hallarás a ti mismo.
Vuélvete arriba, vuélvete abajo, vuélvete fuera, vuélvete dentro, y en todo esto hallarás cruz. Y es necesario que en todo lugar tengas paciencia, si quieres tener paz interior, y merecer perpetua corona.
5. Si de buena voluntad llevas la cruz, ella te llevará, y guiará al fin deseado, adonde será el fin del padecer, aunque aquí no lo sea.
Si contra tu voluntad la llevas, cargaste, y hácestela más pesada: y sin embargo conviene que sufras.
Si desechas una cruz, sin duda hallarás otra, y puede ser que más grave."
Así que mucho ánimo, que una vez tomado de nuevo el pulso a la cotidianidad, sé que volverá a sentirse bien y contento consigo mismo y con su labor.
Que Dios lo bendiga.
Es cierto, metes la cabeza por un lado y te la cortan. Es terrible la guerra intraeclesial. Demasiado peligro en puerta.
Ya sin hablar de curas, yo a veces he llegado a pensar, por ejemplo, que un joven que decida hoy en día tomarse su Fe mínimamente en serio y tener una conducta acorde a ella, está condenado al rechazo frontal de su entorno y posiblemente a la marginación (en el mejor de los casos). Si un chaval se niega a emborracharse, a participar en fiestas inapropiadas, a "enrollarse" con sus amigas, y se empeña en cumplir con lo que cree, casi seguro que se queda más solo que la una acusado de friki.
Hay quien dice que la solución es fomentar que los católicos se muevan, se relacionen y se eduquen solo en círculos católicos, pero yo me pregunto hasta qué punto esto no favorece todavía más la estigmatización de esa Inquisición a la que usted se refiere, o el desarrollo de otra rarezas indeseables, ya que meterse en burbujas en el fondo es ponerse una venda en los ojos que puede luego hacer muy difícil enfrentarse al día a día en la sociedad que nos ha tocado vivir.
Yo nunca sé responder a todos estos interrogantes y a veces me desespero.
Creo que son claves esas palabras!!
Apocalipsis: los que perseveren obtendrán la vifa eterna y los buenos católicos la vision beatifica de Dios. Por que preocuparse cuando con amor nos dejó esa seguridad, los que perseveren!!
Y cuando El vuelva encontrará fe sobre la tierra??
Palabras que profetizan y que ya nos ha insinuado el porvenir, a no preocuparse, ora ten fe y no te preocupes, San Padre Pio, quien por mandato de la Iglesia estuvo "preso" durante 10 AÑOS. EL NOS DA ESA ESPERANZA, EL VIVIÓ ESTOS TIEMPOS DE ANTEMANO. APRENDAMOS DE LA CARIDAD TODO LO PERDONA!
Hoy, gracias a usted y a su blog, que no he dejado de leer ni un solo día, he comenzado a asistir con regularidad a la misa dominical, y vaya si se lo agradezco. Y estoy iniciando el camino para recibir el sacramento de la Confirmación, que es el que me falta de los de iniciación. Ahora puedo decir de verdad que soy católico.
Simplemente eso, en un momento en que le noto algo bajo de ánimo, quería que lo supiera.
Gracias por todo.
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