Sugerencias de un cura -este servidor- para vivir la semana santa
Oigan, que cada cual vive la semana santa como Dios le da a entender y le parece, y ya sabemos que no es igual vivirla como cofrade de una gran cofradía andaluza, que como viejecita en Villarriba, niño en Almendralejo, joven en pascua juvenil o matrimonio en Socuéllamos. Igual en lo básico, pero con sus evidentes matices.
Desde ahí, se me ocurre ofrecer pistas. Por si sirven, que tampoco pretenden otra cosa. Hasta las voy a ir numerando.
1. Una buena confesión. Porque hay que comenzar por lo básico. Si aún no hemos tenido tiempo, seguir que desde hoy encontraremos multitud de celebraciones penitenciales con confesión y absolución individuales y confesores en muchas iglesias. Lo primero y principal. Es que si no comenzamos por ahí… pues qué quieren que les diga.
2. Vamos a intentar acudir el domingo de Ramos a la procesión. A participar y cantar con los ramos en la mano. En la semana santa “hay que meterse”.
3. Existen unos pequeños libros, llamados comúnmente “semanillas” con el oficio de toda la semana santa y además oraciones para la piedad popular. Se encuentran en cualquier librería religiosa y son utilísimos para seguir todas las celebraciones.
4. Intenten acudir a la misa crismal. Sobre todo por lo que impresiona ver a tantísimos sacerdotes con su obispo renovando su sacerdocio. Oigan, que es una cosa muy seria.
5. La asistencia a los oficios no es precepto, pero sí clave para vivir el misterio pascual. Todo tiene su encanto. Una enorme celebración catedralicia, por ejemplo, nos hace sentirnos iglesia universal. Una pequeña celebración en la parroquia, aunque seamos pocos, tiene el encanto de ir viviendo el misterio en la pequeñez y la pobreza.
6. Procure ofrecerse en su parroquia para esos días. Son muchas cosas y siempre hacen falta colaboradores. Seamos generosos.
7. Preciosa costumbre la de visitar monumentos en la mañana del viernes santo. Además de eso, me atrevo a sugerir la permanencia en alguno de ellos un tiempo largo, y si es en la noche – madrugada, mejor. Noche, silencio, contemplación, meditación en esas horas de prendimiento y pasión. La noche es siempre mágica.
8. Me parece imprescindible participar en algún via crucis. Es una devoción muy tradicional que siempre ha ayudado a recordar y venerar el misterio del calvario y la cruz.
9. No despreciemos las procesiones con la viejísima reflexión de que son puro folklore. ¿Quién soy yo para juzgar? Cada procesión supone una mezcla de fe, historia, devoción, tradición, memoria de los mayores, ofrenda al Señor. En cada una de ellas caminan con el Señor y con María mucho dolor, mucha esperanza, mucha fe, mucha vida. El folklore lo hacemos si nos conformamos con una visión exterior estética. Es Cristo quien pasa llevado por la fe de muchos hermanos y hermanas y muchas generaciones de devotos.
10. La belleza y el simbolismo de la vigilia pascual son del todo excepcionales. Si recomiendo vivamente acudir a todos los oficios, el de la vigilia me parece del todo imprescindible: fuego, luz, agua, eucaristía… Es Cristo que ha resucitado. No nos lo podemos perder.
11. Aunque se haya asistido a la vigilia pascual, bien puede acudirse a la misa solemne del domingo de Pascua. Es el domingo de los domingos.
12. Hagan una comida de domingo de Pascua a lo grande. Lástima que todo quede para Navidad. Comida de mantel de la boda, vajilla buena, cristalería de la abuela y ese vino guardado para una buena ocasión.
Qué más les voy a decir: silencio, oración, vida, iglesia… Posiblemente los lectores podrán sugerir más cosas. Yo aporto lo que se me ocurre desde mi experiencia de cura. Como siempre, por si sirve…
17 comentarios
El mundo no lo entiende, pero ayuda.
Que Dios lo bendiga Padre.
Nos vemos el Domingo de Ramos
Por idea de mi mujer, la pasaremos fuera. Necesitamos un poco respirar... Pero iremos a una ciudad católica hasta las cachas (no saldremos de España), al menos en cuanto a su modo de vivir la Semana Santa. Apenas hemos planificado el viaje. Sabemos algunas cosas que queremos ver; pero vamos a... ser sorprendidos. Por mi parte, intentaré poner a los pies de la cruz del Señor y de su Pasión, mis propias cruces y mi íntima pasión. Y nos confesaremos donde Dios quiera.
Yo hace unos años que sigo una sugerencia de un buen amigo sacerdote (que por cierto, tuvo que ver mucho en mi conversión): prolongar el ayuno del viernes hasta después de la Vigilia Pascual (es decir, realizar la comida del viernes y no volver a comer hasta la vuelta a casa despues de la celebración del sábado por la noche). No hace falta ser un superhombre y con la ayuda de Dios es posible. A mí me hace mucho bien.
Un saludo y feliz conversión.
Una de ellas es el huevo pascual, que cada vez se ve más. Si se hiciera tradicional, puede tener una función similar a la del turrón de Navidad, que a todos nos evoca grandes recuerdos. Todos nos alegramos cuando vemos los primeros turrones y mazapanes, y nos hace recordar que es Navidad. Algo parecido podría ser el huevo de Pascua.
Otra de ellas es felicitar las Pascuas, igual que nos felicitamos la Navidad, incluso enviando tarjetas (físicas o virtuales).
De ese modo, realzaríamos la Pascua como la principal fiesta cristiana.
Ello sin olvidar que solo viviremos bien la Pascua si nos hemos preparado bien en Cuaresma y Semana Santa, y haciendo que no nos quedemos en superficialidades. Pero lo externo puede ayudar a profundizar en el sentido de una fiesta.
Por supuesto, la celebración más preciosa es la de la Vigilia Pascual. Me parece estar saboreando un poco el cielo en las dos horas (quizá un poco mas) que dura en mi iglesia.
Hasta hace unos 4 años, el templo lo tenía yo a unos 5 minutos, caminando. Ahora son unos 25 minutos en coche lo que tardo en llegar, desde mi actual domicilio. Mi participación en las liturgias de Semana Mayor, ha disminuído considerablemente, pues me es cada vez más difícil, manejar de noche. Lo tengo que aceptar.
Es usted un ejemplo de buen sacerdote, de los que debería haber muchos.
Qué el Señor lo bendiga, y que pase una Semana Santa llena de Bien y de Paz.
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