Orar por quien te destrozó la vida
El evangelio de ayer domingo es uno de esos textos que se prestan a la casuística. ¿Aún lo recuerdan? Si hombre: “Sabéis que está mandado: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, al que te pide prestado, no lo rehúyas”.
Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo’. Yo en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian…”
La casuística, infinita. El cumplimiento literal, imposible.
Decía yo a mis feligreses en la homilía que una de las cosas que más me consultan en confesión es el tema de las enemistades y el odio a personas, y que es algo muy difícil de vencer.
Lo comprendo, les iba explicando. Porque cada uno de nosotros seguro que tiene en la cabeza imágenes de personas que le han hecho daño en su vida. Más aún, quizá personas que le han destrozado la vida. Quién sabe. Tal vez alguien que arruinó un matrimonio, que echó por tierra tu reputación. Tal vez una persona que truncó un brillante futuro profesional, te privó de recibir una herencia justa, o lleva años haciéndote la vida imposible con calumnias e insidias. Puede ser.
¿Y si a esa persona que te hizo mal lo que le ocurre es que es así porque jamás nadie rezó por ella? Si es así es una pobre persona… nadie le quiere hasta el punto de tenerla presente en su oración. Qué triste.
Me gusta que mis feligreses salgan de la misa dominical con alguna tarea, un compromiso, algo útil para la semana. Así que ayer la tarea fue rezar mucho por los enemigos durante esta semana recién estrenada. Ya. Ya sé que hay enemigos de esos tan malos que son malos “y con pintas”. Pues justo por esos hay que rezar más, estarán más necesitados. Pero claro, si rezamos solo por los amigos.. ¿Qué merito tenemos? Eso lo hace cualquiera. Nosotros por amigos y muy especialmente por los enemigos.
Es difícil, lo sé, proseguía en la predicación. Por eso hay que amarrarse a las armas de la gracias: la oración, los sacramentos, especialmente penitencia y eucaristía… Agarrarse a Dios.
La última petición de la oración de los fieles la proclamé yo mismo: “Por los que nos han hundido la vida, por los que nos hicieron mal, por aquellos que hoy están murmurando y conspirando contra nosotros, por nuestros calumniadores. ROGUEMOS AL SEÑOR. ¿Saben? La respuesta fue especialmente sonora…
Todavía al acabar la misa, en la despedida, me atreví a hacer una sugerencia: ahí tenemos la capilla de la adoración perpetua y los domingos a medio día suele haber problemas para ocupar las horas. Lo mismo era buen momento ahora para esa oración por los enemigos…
No había nadie de 14 a 15 h., así que cogí yo mismo el turno. Lo que son las cosas. Nos juntamos diez o doce rezando. Una persona se acerca y me dice: padre, váyase a comer, que ya me quedo yo. Mi respuesta: a ver si se cree que yo no tengo alguien atravesadillo por quien rezar… Otros rezarán por mí, seguro.
Cosas de un domingo cualquiera en una parroquia como tantas.
17 comentarios
Por otra parte, "la maldad da muerte al malvado". O sea que la maldad del malo a quien más aplasta es al mismo malo.
Entonces,
bastante desgracia tiene el malo con ser malo, para que encima lo odiemos y le dejemos pudrirse en su mal, sin ayuda de nadie.
Comencemos orando por él, tratando de ayudarlo también en lo que esté de nuestra mano (que a veces no hay nada que hacer, porque ni se deja ayudar o porque no nos traga). Y acabaremos queriéndolo.
Y así seremos hijos de Dios, amando a los malos como él los ama. Así dejaremos que su Espíritu obre en nosotros. Y no lo resistiremos.
Pero siempre hay caminos. Un camino es empezar con aquéllos enemigos que no son TAN enemigos. El jefe irritante, el empleado haragán, el vecino que no podemos ver ni en pintura y ya no nos acordamos por qué, el papá anciano que hizo lo que pudo pero que no fue suficiente.
Es cierto, no es cumplir el mandato como debe ser, pero es un buen principio. Si al menos nos quitáramos de encima las enemistades más cercanas, allá lejos quedarán los asesinos y violadores que cuesta tanto perdonar y no digamos amar.
Crucificar nuestro orgullo es humillante y no encuentro ninguna Paz en no dar rienda suelta a mi ira y que mi atacante se salga con la suya,sin darle una buena bofetada.No confio ni tengo esperanza en que con esta actitud,y con la de otros cristianos que se encuentre,Dios,y este SU Amor, actue en su conciencia,a corto,medio o largo plazo,aunque yo no lo vea.
La Luz que proyecta aquel que vence el orgullo propio cuando le afrentan,por Cristo,esa no es la Luz de Cristo,no es SU causa,ese es un tonto que no sabe defenderse a si mismo y no sabe poner en su sitio al que lo afrenta,con sus mismas armas.
Vamos,que es imposible ser santo porque el Santificador carece del poder para conformarnos a Cristo.
Bueno,orar por el en la capilla ,todavia,pero a la hora de la verdad,cuando me vuelva va a atacar sin motivo,¡se va a enterar!;"Tu eres un tal y un cual
y un no se que y un que se yo y tu mucho mas y demas alla y demas aca....que Dios te bendiga,esta noche voy a orar por ti.....pero a este pais no vengas a llevarte mi pension y mi sanidad"."¡No se que clase de oracion estare haciendo en la capilla pero me parece,creo, que asi no era el corazon de Cristo!"
¿Y qué pasa cuando no sabes si el malo es él o lo eres tú? ¿Y si encima viene a darte la mano como si tal cosa?
Yo no veo otra salida que la de aquel famoso concurso de televisión: ¡a rezarrrrrrrrrr! Y que Dios reparta suerte. Lo que no cabe duda es que lo contrario del mensaje de Jesús ha sido el origen de todos los conflictos a todos los niveles sociales. Pero para eso hay que estar hecho de otra pasta. Lo dicho: ¡a rezar!
También le digo P. Jorge, que he conocido personas que han hecho mucho daño y han pedido convencidas, que nadie la recordara después de muerta. Qué triste.
¿Quién de entre todos es capaz de hacer lo que dice el Evangelio de ayer que hay que hacer? "Si te golpean en una mejilla pon la otra", "Si te piden el manto, dales también la túnica", "Si te piden la casa dales también la huerta",....Con sinceridad, de todos los que leemos esta página ¿Quien? Si hay alguno lo felicito de verdad, pues seguro que tiene el Cielo ganado.
A mí si me hacen mal, lo que sale de mí, es la venganza. Entonces ya me parece un mérito grande renunciar a ella y dejarlo todo en manos de Dios. Podemos (mientras Dios nos dé el uso de la razón) mandar sobre nuestros actos, pero no podemos mandar en nuestros sentimientos. Los sentimientos no es algo sobre lo que se pueda mandar. A mí me gustaría ser fría, tener un control total sobre mi personalidad, entre otras cosas por puro egoísmo, porque sufriría menos. Pero no puedo. Y en cuanto a lo de a quien te pida la casa darle también el huerto.... Siendo así donde iríamos a parar. Los malos obrarían a su antojo todavía con más saña de la que ya lo hacen sobre los buenos y débiles. Y se pervertiría del todo el orden social. ¿Para qué iba a trabajar una persona para comprarse una casa, si luego iba a llegar un ladrón y se la iba a quitar, y además le tenía que dar el huerto?
Y luego existe la posibilidad de que por no cumplir estas Leyes del Señor, vayamos al infierno. ¡Pues ya lo que me faltaba!
Desde nuestra flaqueza podemos ponernos camino a ello, evitando el rencor, desechando venganzas, procurando enfrentar con desprendimiento y mansedumbre los conflictos, buscando únicamente y sin engaños la justicia.
El Demonio en este terreno busca ganancia doble, por la enemistad en sí campeando en nosotros y por el desprecio de oración por algunas almas.
Una última aportación: yo trato de fijarme, no sólo en las palabras de Jesús, sino en su comportamiento, que también tuvo sus enemigos: los fariseos, los escribas, los sumos sacerdotes, Herodes, Poncio Pilato, el anónimo que le abofeteó en el Sanedrín...el mismo Pedro cuando quiso apartarle de su vocación, el ladrón malvado, los que le insultaban crucificado...
Convendréis conmigo que era cualquier cosa, menos cobarde...; pero rezaba: "Padre, perdónales, que no saben lo que hacen".
Se entiende que el mandato es que intentemos que la ira el odio y la venganza no nos invada ni sea la tónica de nuestras vidas
. Es una meta a conseguir .
Es algo que no es fácil de conseguir pero por eso mismo se nos dice que lo intentemos.
Cuando nos hagan mal y nos critiquen o nos ofendan hay que intentar no devolver la misma actitud al que nos ha ofendido . Si se hace todo lo que está en nuestras manos y no lo conseguimos pues DiOS TAMBIEN lo comprenderá.
Lo ideal es no tener rencor y perdonar como queremos que Dios nos perdone a nosotros a pesar de nuestras faltas constantes y graves
.Ya lo decimos cuando rezamos el PADRENUESTRO ..... Y a eso debemos aspirar y hacer todo LO QUE PODAMOS para no odiar, no ser vengativos, ni ser hostiles hacia nadie ni querer nada malo para los que nos han hecho daño voluntariamente ..... pero si a pesar de luchar por esa situación , no lo consegumos del todo ...pues ¿qué se le va a hacer ?
Seguir intentándolo ...
Gracias por tu reflexión. Es parecida a la que me hacía mi hija por la mañana de ayer.
Y hay un sacerdote que tiene un programa de reflexión acerca de la Palabra de Dios en la mañana de 13TV, y que dio una explicación muy buena sobre el tema que hemos tratado, y que comparto.
Y el Señor habló muy duramente en varias ocasiones a hipócritas y fariseos.
Sin embargo era tremendamente misericordioso y dulce con las mujeres en general. Sabía que somos especialmente débiles y desgraciadas.
En algún reportaje de televisión o en alguna lectura, he oído o leído que algunos pasajes del Evangelio pueden no haber sido traducidos correctamente, porque hay Palabras de Jesús que se contradicen. Por ejemplo está la Palabra del domingo. Y está la Palabra de "Quien tenga un manto que lo venda y compre una espada", o "No he venido a traer la Paz sino la Guerra".
Creo que fue en ese mismo reportaje que se dijo que Jesús era un Hombre muy instruido para su época. El término "hipócrita" no era algo corriente en el lenguaje popular, sino que venía del griego y era el nombre dado a los actores.
Un saludo muy afectuoso al Padre Jorge, y a todos los hermanos en Cristo.
"no he venido a trae la paz sino la guerra" : quiere decir que no es bueno sentirse ya tranquilitos y cómodos ( EN PAZ ) porque se hacen unas oraciones y se cumplen algunas normas y no se come carne los viernes de cuaresma y cuatro cosas más ;
Jesús quiere decir que ha venido a traer un mensaje revolucionario para cambiar nuestra mezquina actitud ante la vida : y nos invita a amar al enemigo , perdonar , ver en los otros al mismo Dios , poner nuestro tiempo a disposición de los demás , ser comprensivos y misericordiosos como Jesús , luchar porque la opresión ,la soberbia, la injusticia , la ignorancia , la intolerancia ( la maldad ) DESPAREZCAN y eso nos hace entrar " en guerra" contra nuestra natural tendencia a la comodidad , al egoismo, a la venganza , al odio, a la vagancia, al placer de la autocomplacencia de creernos buenísimos y quedarnos en paz .
Es decir guerra contra las propias tendencias y guerra tambien contra la sociedad que no entiende que uno perdone y no sea vengativo con el que le ha hecho daño o humillado.
Guerra, en contraposición a la falsa paz (de creerse ya en el sendero correcto) y por eso ya no luchar día a día para eliminar de nosotros lo anticristiano.
Ojo por ojo
Ojo por ojo,
diente por diente,
golpe por golpe,
insulto por insulto,
ofensa por ofensa,
ultraje por ultraje,
decepción por decepción...
Así se va llenando
la memoria
y el equipaje
de agravios,
de rencor,
de deudas.
Mejor ofrecer,
contra el puño cerrado,
una mano abierta.
Ante el insulto, silencio
o, aún más, palabra de perdón.
Mejor no subirse
al tren del odio.
Mejor bajarse
de la espiral
de la venganza.
Mejor caminar
por la senda
de la concordia.
Amar a amigos y enemigos.
A la manera de Dios.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
Gracias por tu explicación que he entendido.
Y gracias también por esa bonita poesía del Padre José María.
Saludos.
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