Pederastia: a ver si aprendemos
En plural: aprendemos, en plural, porque uno es miembro de la Iglesia y además sacerdote. Como tal, lo que le pasa a la Iglesia, lo bueno, lo malo, entra en la comunión de los santos y me afecta. Y ahora pasamos al asunto.
Lo que ayer ha dicho la ONU por encima de matices y reconociendo que en los últimos años, gracias especialmente al papa Benedicto XVI y ahora al papa Francisco, se ha hecho mucha limpieza, es algo que todos vemos como real. Alguna vez ya he dicho que en pederastia un solo caso ya es una barbaridad, pero también hay que decir que allá donde hay niños hay abusadores, sean sacerdotes, entrenadores deportivos, monitores o maestros, aunque en el caso de un sacerdote, a quien se supone una especial fuerza moral, la gravedad llega al límite.
Los sacerdotes somos pecadores como todo mortal. Para ir venciendo esa condición de pecadores están los sacramentos, especialmente el de la reconciliación, la oración, la penitencia personal y los auxilios de la gracia. Hasta ahí nada más que decir, y el resto es cosa entre el propio sacerdote, su confesor y Dios.
Pero atención, porque una cosa es el pecado y otra muy distinta el delito. Si un sacerdote coge unos eurillos del cepillo de las velas, es un pecador y debe restituir. Si se dedica al blanqueo de dinero es un delincuente y debe ser entregado a la justicia. Un sacerdote que caiga en el sexto mandamiento es un pecador, pero si abusa de un niño es un delincuente. Ese es un límite que nadie ha de traspasar. Ahí está el asunto. Mientras sea pecado, es cosa de la confesión y si hace falta se aplican las penas canónicas que sean necesarias. Si pasa a delito, es cosa de los tribunales.
El gran error de todos estos años ha sido que, por la cosa del temor al escándalo, conductas aberrantes y delictivas se han encubierto de mala manera, en algunos casos con un simple traslado de parroquia, ciudad o país, propiciando que el abusador, pasados quizás unos primeros momentos de arrepentimiento, encontrara nuevas víctimas. Al final, la cosa se iba complicando hasta hacerse una enorme bola de nieve imposible de parar.
¿Se ha parado el escándalo? No. Es evangélico: “nada hay oculto que no llegue a descubrirse”. El escándalo ha sido enterarnos de encubrimientos, silencios, traslados de tapadillo, tapadas de boca con dinero y aquí no ha pasado nada.
Todos sabemos que con más de cuatrocientos mil sacerdotes en el mundo, la inmensa mayoría irreprochables, desgraciadamente nos encontraremos con conductas inapropiadas y aberrantes. Ahí es donde no hay que temblar: ante el delito, la justicia. El escándalo no es tanto un sacerdote abusador, cuanto unos superiores que lo tapan y aquí no pasa nada.
Seamos claros. Se hizo mal. Afortunadamente se ha puesto remedio a esa situación con las claras y estrictas normas dadas por los últimos papas. Pero hay que aprender para el futuro y darnos cuenta de que tapar jamás dio buen resultado, como tampoco acceder al chantaje. Cuando hay un delito de esta especie, como el abuso de niños, inmediata reducción al estado laical y entrega al brazo secular. Y no hay otra.
52 comentarios
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Jorge:
Completamente de acuerdo en lo de la ONU.
Jesucristo es el primero que sale en defensa de la dignidad de los niños. Toda la vida la Iglesia ha defendido la dignidad del ser humano, pero muchos lobos se han colado como falsos consagrados, sin verdadera vocación, y han causado estragos, pero esto no tiene culpa la Iglesia Católica, tampoco tuvo la culpa los apóstoles, que Judas Iscariote traicionó a Cristo. Muchas veces se traiciona y escarnece a Cristo entre los consagrados. Y esto no es justo, estos desordenes, siempre están al margen de la Iglesia Católica.
El corazón apegado a la mundanidad, corrompido por lo que ve en las calles, en la televisión, en el cine, y por falta de oración, hombres o mujeres sin vida de fe, que se dicen "creyentes", bien pronto se olvidan de Cristo.
La ONU, debería preocuparse sobre todo, de poner orden, los programas de televisión, las televisiones laicistas, son fabricas de inmundicias y corrupción, ¿No dice nada la ONU? Muchos ambientes libertinos y corrompidos ¿No dice nada la ONU?
El gran Papa Benedicto, un digno trabajador en la viña del Señor, hizo un trabajo de limpieza en la Iglesia, y ahora el Papa Francisco, que sigue adelante con esta limpieza. Quiere que la Iglesia sea totalmente espiritual, porque el origen es eso, la espiritualidad, hay demasiados mundanos dentro de la Iglesia en el día de hoy, y no parecen querer corregirse, las palabras del Papa Francisco, parece que "esto que dice el Papa no va conmigo", esta es la actitud de ciertos consagrados y consagradas. Y esto no le agrada al Papa Francisco, pues la soberbia no es camino de santidad, ni la desobediencia, ni la mundanidad.
La "pederastía" es la porquería del diablo, los que han caído en esta inmundicia, no tendrán una buena muerte, pues el diablo estará a su lado hasta verlos eternamente en el infierno y atormentarles.
Pero también van de camino, los que arremeten contra la Iglesia Católica y los Papas con falsas acusaciones.
La mundanidad también es la porquería del diablo.
Los delitos de esta clase no se pueden encubrir,no solamente son faltas morales; otra cuestión que va unida a todo este asunto: en seminarios, noviciados, postulantados, etc se tendrán que tratar en profundidad cuestiones de tipo sexual, qué supone la vida célibe, si el candidato es idóneo o no. Es que me parece que ha habido un coladero de gente con problemas de este tipo que no se ha detectado bien. Me gustaría saber vuestra opinión.
Yo lo que hecho en falta de la ONU, si tanto celo tienen por la defensa de la dignidad y la protección de los menores, es primeramente el asesinato sistematico de niños en todas partes del mundo. En el seno materno, y en muchos casos desgraciadamente rematados fuera (el aborto). Y en segundo lugar la violación, la esclavitud, la violencia, la discriminación sistematica y institucional de los menores en los países musulmanes. Por ejemplo sin ir mas lejos en Marruecos. Donde se utiliza a los menores para toda clase de tropelías. Muchas veces justificadas o "semijustificadas" por el "islam" y las instituciones. Y a nadie parece importarle demasiado. Conozco amigos míos empresarios que han sido huespedes de casas donde los criados eran negritas menores de edad. ¿eso no es para denunciarlo, rasgarse las vestiduras y escandalizarse profundamente? pues parece que no mucho.
¿Hay pruebas de ello? ¿No es una acusación muy grave?
¿"De forma sistemática"?
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Jorge:
Dice usted: "los miles de casos que se siguen produciendo". ¿Me puede facilitar la fuente de donde saca esos datos? Le quedaría muy agradecido.
En este caso parece un intento de la ONU de hacer daño reclamando algo que ya se ha planteado hacer, favorecer que los culpables comparezcan ante la justicia.
Por otro lado es una contradicción condenar la pederastía y al mismo tiempo ser tolerantes, y hasta promotores que en la sociedad el sexo (sin limitaciones) esté tan presente. Si no se plantean límites en este tema, será más difícil que los que tienen impulsos peores los intenten controlar a su vez, sólo se hace a posteriori con el castigo de la ley, cuando el mal ya está hecho y lo mismo con cosas como los embarazos no deseados. Al final es cierto que es un escándalo mayor que el culpable sea un sacerdote, pero los casos de pederastía y demás aumentarán en toda la sociedad mientras no se ponga un remedio preventivo.
Saludos.
Si yo voy y confieso un asesinato, ¿cómo hace el confesor para obligarme a entregarme a la justicia? Me lo puede poner de penitencia y puede negarme la absolución hasta que no cumpla, pero -según entiendo- no puede decir ni media palabra sobre el delito que cometí.
Y si se cambia la norma sobre el sigilo sacramental, a ver si logran convencerme a mí de volverme a confesar, pensando que el cura puede -y en ciertos caso debe- decir en público el mal que confesé.
Más allá del ataque de los medios a la Iglesia, yo veo en esto un ataque a un sacramento que es fundamental en la vida de los cristianos. Es cierto que el sigilo no es parte esencial del sacramento y puede seguir existiendo sin él. Pero la gente -incluyendo los mismos católicos- se está ensañando contra ciertos delincuentes y no se da cuenta que está atentando las mismas bases de la vida cristiana y poniendo en riesgo su propia vida inmortal.
Yo sé que lo que digo no va a ser popular, pero creo que por mucho que duela, el perdón es más eficaz que la condena. Mandar al infierno, real o figurativo, a un par de sacerdotes no va a devolver la inocencia a diez o cien niños. Pero sí nos puede mandar al infierno real a muchos que vamos a tenerle miedo a un sacramento que debería ser de alivio y no de condena.
Para mi son lo mismo, solo que algunos pecados también son castigados por la ley humana.
Saludos
yo hace como un par de años oí que el defensor del menor de la comunidad de Madrid había recibido una decena de casos de presuntos sacerdotes pederastas y que al final se habían archivado al demostrarse que o eran falsos o el responsable no era el sacerdote. En ese mismo periodo de tiempo se me ocurre por ejemplo el caso de un Senador que sí fue condenado y los medios apenas lo difundieron.
Perfil psicológico, sociológico, familiar, sus antecedentes de vida afectivo-sexual... y MUY IMPORTANTE: perfil ideológico.
Se iban a llevar la ONU, los laicistas y los chantajistas que proliferan al olor de indemnizaciones una sorpresa bien desagradable pata ellos. Garantizado.
Conste que no habia visto el comentario de Voltaire antes de pensar que tambien suscribo 100% su entrada de hoy. impecable.
Saludo,
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Jorge:
Me refería a una fuente fiable.
Sin duda su artículo refleja el sentimiento de muchos católicos, completamente de acuerdo con usted; solo que me parece que las disculpas, por más sinceras y honestas que sean, no solucionan el asunto; hay que ir más allá; primero a resarcir el daño en la medida de lo posible, después atender espiritualmente a las víctimas, con empatía y misericordia, aunque muchos de ellos hallan perdido la fe; también hay que castigar de manera ejemplar no solo los culpables directos de dichos crímenes, sino también aquellos que los protegieron y encubrieron; Superiores, Vicarios, Obispos, etc. El escándalo es mayor cuando no se hace nada, eso ya lo hemos visto.
Saludos y oraciones...
AMDG
Gracias.
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Lo de la ONU va por otra cuerda. Ver hoy en Zenit el artículo "Informe de la ONU: De la política a la ideología", reportaje a Stefano Gennarini director del Centro de Estudios Jurídicos de C-FAM.
Los informes y declaraciones de la ONU tienen la misma credibilidad, origen y naturaleza que las declaraciones de fidelidad y amor eterno de monsieur Hollande a su querida de turno.( Aunque todo quede en la logia )
Todos los pecados son malos para el alma, pero a mí particularmente el pecado contra el sexto Mandamiento me parece especialmente repugnante, y cuando es pederastia ya además de repugnante me parece una aberración, y si es por parte de un sacerdote, que se supone que ha entrado en la vida consagrada por especial llamada del Señor, que ha sido consagrado por ello, y que debe predicar especialmente con su ejemplo como pastor de almas que es, ya es que no tengo palabras...
Y luego están los encubridores, que cuando todo se ha destapado, han quedado en evidencia como cooperadores necesarios para tratar de evitar el castigo de los culpables.
Todo esto ha hecho un daño a la Iglesia terrible, y que es aprovechado por los enemigos de ella, para arremeter contra todo lo que sea Religión, especialmente cristiana y especialmente católica.
Roberto, sólo hay dos maneras de "encubrir y proteger" a un "pederasta". 1) Ser el superior jerárquico de aquel al que se está incentivando a cometer un delito, 2) ser testigo ocular del mismo hecho delictivo. Si no se da ninguno de estos dos casos, que es lo habitual en el 99,9999 % de los casos NO HAY ENCUBRIMIENTO. Y por otro lado, no hay gente que "pierde la fe", lo que hay es gente que nunca la ha tenido.
Y hay que decir que el cambio de destino de algún sacerdote acusado de esa clase de prácticas sí que ha surtido efecto en no pocas ocasiones
Esas cosas son las que hay que vigilar, prevenir siempre da buenos resultados.
Luego, por unos cuantos deplorables casos, a los que hay que aplicar la justicia como ya lo pedía Benedicto XVI animando a las víctimas a presentar denuncias, no se puede juzgar a todo el mundo.
En el seno de las familias hay abusos incomprensibles, y por eso la ONU no amenaza a España u otro país con castigos.
Has tratado alguna vez con alguna víctima de abuso sexual?
Te recomiendo que lo hagas antes de opinar...
AMDG
Si ante una afirmación así alguno se pone a hablar de que en otros sitios también hay pederastas, que si el aborto, los homosexuales... Lamentable. Se parece a cuando al sujeto del partido A le dicen que en su partido hay un caso de corrupción y el dice que en el partido B hay otro más grande. No sé da cuenta de que el enemigo es la corrupción, no el otro partido. Aquí es lo mismo, si hay un pederasta en la Iglesia lo que hay que hacer es encontrarlo y llevarlo a los tribunales; y no escurrir el bulto.
Lo que creo que ha sucedido hasta hoy - y ello puede explicar el comportamiento de la Jerarquía Eclesial - es que el asunto de la pederastia se vio siempre desde la perspectiva moral (pecado) y no tanto desde la perspectiva judicial (delito).
Pero dado que las cosas ya han cambiado: ¿quien debe hacer la denuncia ante los tribunales?
¿La familia del abusado? y si la familia ignora la situación, pero un feligrés, un compañero sacerdote o un compañero de comunidad (en caso de ser un cura/religioso) sospechan de...e incluso tienen evidencias...¿Cómo deberían proceder?
Porque una cosa es hacer la denuncia "ante la Iglesia" (un obispo, un superior, un vicario) y otra, hacerla "ante los tribunales".
Y es que la Iglesia "expulsa", pero los tribunales "encarcelan".
A mi primer pregunta agrego otra: ¿qué denuncia va primero?
Me da la impresión que no ha leido los propios comentarios que critica. Éstos no "le dan la vuelta" a nada; sino que se preguntan por las CAUSAS de la situación en cuestión: conociendo las causas, se puede poner remedio a las consecuencias, no le parece?
Sólo le añadiría una cosa a lo que usted ha escrito; yo defendería plenamente la transparencia, incluso en lo que toma o deja de tomar un sacerdote del cepillo, y si el sacerdote incurre en delito/falta por coger lo que no es suyo, pues que pase a la justicia ordinaria, sea por la cantidad que sea. La transparencia total, aún así, no creo que sea posible, pese a que se deberían dar pasos hacia ello, empezando por los medios de comunicación de la Iglesia, hasta el destino del último céntimo que se recibe de la renta por la "x".
Y si la ONO quiere algo, que denuncie los países que disminuyen la edad de consentimiento sexual, así como de grupos políticos que lo promuevan.
Saludos cordiales.
- los casos de pederastia son muy graves.
- la ONU no tiene autoridad moral.
-Cada vez que oigo estas confabulaciones, por muy acertadas que estén, me viene a la mente el pasaje evangélico de la mujer adúltera que la estúpida "turba multa" trae a Jesús para que la juzgue y condene.
-Y Jesús, muy acertadamente, dice: "El que esté libre de culpa que tire la primera piedra".
Valen las dos, pero lo peor es que falte la perspectiva de la víctima, del abusado.
En los torturados y abusados está Cristo, no en los torturadores y abusadores.
Que vivimos en una sociedad donde se rinde culto al sexo por placer. Es tan simple como eso. Algunos optan por mujeres, otros por hombres, aquéllos por niñas y los de más allá por animales.
No es un problema exclusivo de los sacerdotes, de hecho, estoy seguro que el problema es MUCHO MENOR entre religiosos consagrados que en la población general. Es ridículo estigmatizar a una profesión dándole excesiva importancia a las causas, como si fuera algo exclusivo, cuando es algo generalizado (y por supuesto, generalizadamente malo).
Es como si dijéramos: se están ahogando personas en el mar. Entre los ahogados hay tres sacerdotes. ¿Es un problema de los sacerdotes? ¡No! Es un problema del mar y de que la gente se está metiendo sin saber nadar. Mientras la mar exista, mientras casi se prohiba enseñar a nadar a la gente (entiéndase, se prohiba enseñar la verdadera dimensión del sexo) seguirá ahogándose gente, incluyendo sacerdotes.
Curiosamente -y síganme en la analogía por favor- hay más salvavidas entre los sacerdotes que en ninguna otra profesión, porque, aunque la gente diga lo contrario, son los que más saben de sexo, de lo que REALMENTE es el sexo, precisamente porque no viven atados a él por voluntad propia.
Y que entre los nuestros se han infiltrado los que no lo son.
Dejo las cosas claras, soy de los que pide la pena de muerte para crímenes más graves, y eso, leedlo bien, no va contra Evangelium Vitae ni el punto corregido del Catecismo. Y en general las penas más severas para muchos delitos, especialmente la violación.
La condición de sacerdote o religioso es un agravante.
Pero no quiero que paguen los justos por los pecadores.
Aunque esto es lo que ocurre con tanta frecuencia en esta vida. Y entonces nos toca expiar.
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