Doce laicos contratados en una parroquia
Así son las cosas, para qué nos vamos a engañar. Hay parroquias con más medios materiales que otras porque están en zonas más ricas o porque tienen una feligresía especialmente espléndida, mientras que en otras no alcanzan ni para pagar la luz.
Las más ricas, insisto en que no nos vamos a engañar, se pueden permitir pequeños lujos que en otras están vedados, desde tener alguna persona contratada hasta poder contar con apoyos y conferenciantes de tronío a los que incluso se les puede pagar el viaje y tener un detalle con ellos.
En las diócesis, al menos en Madrid, tenemos lo que se llama una caja de compensación que se surte de las parroquias con más posibilidades y atiende a su vez a aquellas que peor lo tienen. Con todo y eso, insisto, las diferencias existen, y la parroquia de Santa Apapucia, en la zona de más poderío de la ciudad de A, aún ayudando a otras, que lo hace, se puede permitir organista, limpiadoras, conserje, jardinero… que jamás podrá tener la de San Gundisalvo ubicada en la última periferia.
Dicho todo esto, hay cosas que a uno le dejan con los ojos a cuadros. Hace un par de días, en un comentario que me dejan en wordpress, y hablando de una parroquia, me encuentro lo siguiente: “Puede que al final sea un simple problema de presupuestos y de tamaño de parroquia porque además de los curas hay contratadas a jornada completa, o media jornada: 3 sacristanas, 2 secretarias, 2 limpiadoras y 5 liberados para la pastoral. Además del servicio de seguridad para las noches y madrugadas en la capilla de adoración perpetua…”
Todavía no me he repuesto. Porque si lo que dice esta amable comentarista es cierto, eso significa que, además de los curas (que por lo que cuentan bien pueden ser tres o cuatro más algún ayudante, hay contratadas nada menos que DOCE PERSONAS, aparte el el servicio de seguridad.
Estoy que no me recupero. Porque en la parroquia de un servidor, y hablo de la mía para no meterme con nadie, somos dos curas y una señora contratada para la limpieza unas horas. Y NADA MÁS. En los pueblos, servidor solito. En la primera paroquia que estuve, grande y con muy buenas posibilidades económicas, aparte de los curas, no había más nómina que la señora de la limpieza. El resto, voluntarios, que habían salido de la misma parroquia, de un trabajo bien hecho, de un ir creciendo como comunidad.
No me explico cómo es posible que en una parroquia medianamente trabajada no haya un voluntario para llevar al día por ejemplo el archivo y el despacho. No entiendo que la pastoral directa sea imposible si no es pagando a cinco liberados. ¿Y para abrir la iglesia, cerrar, preparar las vinajeras y el cáliz, organizar las misas, tres sacristanas contratadas? Eso lo hacían Charo y María en los pueblos gratis et amore y si no andabas listo encima pagaban el vino y las formas de su bolsillo. ¿Dos secretarias? Ahora mismo está en un despachito María poniendo en orden el archivo. Otra voluntaria.
No es solo problema económico, que lo es mantener en una simple parroquia DOCE contratados además de los sacerdotes, cuando en otras andan tan justitos. Es que todo se pone al revés. Y si para que las cosas salgan hay que pagar y contratar… es que algo no estamos haciendo bien. Los primeros, los curas. Por cierto, la última parte del comentario también tiene su arte: “Lo malo de esto, que al cura hay que verlo en pintura o pidiendo cita!”
18 comentarios
Fíjese que más bien yo soy la que no se recupera desde que supe que la única sacristana de mi parroquia, una señora soltera ya mayor y sola, sin pensión y nadie que la mantenga, vive de lo que sus hermanos y familia cercana le dan para comer y demás ya que el párroco, conociendo su situación no le ha dado nunca un salario ni siquiera la colocado como asegurada del servicio social.
Ella lucha por su pensión del gobierno ya que, por razón que no comprendemos, tampoco se la han dado
Depende, padre, depende. Habrá casos en que será un derroche pero en otros será mera mínima caridad.
Pero pagar a la gente que colabora, me parece genial. En estos tiempos que corren, mejor todavía, y todo eso lo veo de justicia, incluso con pequeño esfuerzo. Luego se le EXIGE la responsabilidad.
Aparte, se puede dejar espacio para los voluntarios, pero estos a las órdenes del párroco, nada de los que ni comen ni dejan comer, y están siempre por allí en medio, parecen curas ellos o ellas.
¿Sabe Vd. a ciencia cierta si a esa sacristana se le ofreció salario o ayuda y la rechazó?
Lo digo solamente porque conozco un caso muy similar y la sacristana lleva 60 años (!!!!!) y jamás ha aceptado ni un solo céntimo del párroco. Es su vocación en la Iglesia y si puede no morir de hambre y vivir sin ayuda de la parroquia seguirá haciéndolo así hasta que el Señor le tenga en su Gloria, que la tendrá.
Mientras, al cura lo veías en la piscina,en el gim, de chiringuitos o terracitas, o en la feria bailando paquito chocolatero. Eso sí, si se te moría un familiar, no lo llames, que no está localizable.
Evidentemente algo se está haciendo mal, pero que muy mal.
Si no es así me parece mal asunto. No ya por el gasto -que también- sino porque "lo que gratis habéis recibido darlo gratis". Una parroquia será mucho más fecunda con voluntarios. Se construye mucho más con voluntarios que con burocracia contratada.
Además, si seguimos por ese camino, habrá que seguir por pasar unas cuotas de inscripción a los feligreses, y formar un comité de representantes de los accionistas que le digan al párroco qué tiene que hacer o decir... vamos, Parroquia, S.A.
En Barcelona conozco tres casos en dos parroquias, y hago completa e íntegramente mías las palabras de Maricruz: denunciar la indignante explotación de los servicios que prestan laicos débiles, necesitados o de buena voluntad en algunas parroquias y la pecaminosa insolidaridad del rector, que se ahorra sus dinerillos y los usa para sí y sus caprichos.
Ello se evita con la visita pastoral de obispo o su delegado, y la investigación de toda la vida de la parroquia. Algunas no tendrán nada, otras explotan a los suyos.
"Fíjese que más bien yo soy la que no se recupera desde que supe que la única sacristana de mi parroquia, una señora soltera ya mayor y sola, sin pensión y nadie que la mantenga, vive de lo que sus hermanos y familia cercana le dan para comer y demás ya que el párroco, conociendo su situación no le ha dado nunca un salario ni siquiera la colocado como asegurada del servicio social.
Ella lucha por su pensión del gobierno ya que, por razón que no comprendemos, tampoco se la han dado."
Bien dicho.
Cada grupo o persona encargado de economía tiene que firmar la menor cantidad de deuda posible, sobre todo si es a largo plazo, para tener dinero disponible para ayudar a las demás parroquias y necesidades pastorales diocesanas.
Dicho esto, no creo ni que haya que tener tantos técnicos ni en el talento de una persona voluntaria: un trabajador se esfuerza más y es más riguroso cuando está en juego su sueldo.
¿Por qué no lloramos el precio de los materiales que compramos para la vida parroquial y los queremos de buena calidad y sí protestamos por el sueldo de una persona que tiene derecho a percibir el sueldo?
Sí que habría que protestar por los complementos de un cura que ya percibe un sueldo de la diócesis.
Coincido con usted : una parroquia debe tener voluntarios que no cobren. Excepto limpieza, seguridad si hiciera falta y organista para fiestas señaladas. Punto. La Iglesia no puede ser la UGT o un partido político. La Iglesia no es un trabajo, es servicio.
¿No dice el Nuevo Testamento: "El obrero merece su salario"? Y justamente en referencia al tema de la Evangelización ;)
Lo que pasa es que San Pablo añade algo parecido a: "Y aun así no he sido gravoso a vosotros y todo lo he corrido de mi cuenta".
Pero si un laico o laica se está dedicando al 100% a la Iglesia... ¿Por qué no se le iba a pagar?
¿La Iglesia no puede tener empleados? ¿Y los que trabajan en el obispado? Si una parroquia los necesita porque hay un volumen inmenso de trabajo... ¿por qué no?
Además me apuesto lo que quiera usted, que si hay esa cantidad de gente asalariada... también además hay más voluntarios que en ningún sitio.
¡Y olé por los voluntarios también!
Pero que vaya, si una parroquia necesita asalariados... ¿por qué no? ;)
El asalariado, con justa paga y en legalidad.
En esto la conversación debe ser franca.
Hay párrocos que ignoran las leyes sociales, no digo por malicia, sino por omisión -propia o ajena-, y luego se desacredita la Iglesia.
Por ejemplo, si hay una remuneración rutinaria por un tiempo, las leyes -en varios paises- suponen una relación de dependencia que obliga a la afiliación del empleado. No es decir que trabajaba por cooperar y por limosna se le daba unos pesos.
Este cristianismo sigue ya desde Constantino viciado de raíz, se basa en la Iglesia Triunfante, en la Iglesia gobernadora de territorios que ejerce con una munión de asalariados burócratas, burócratas que algunos ni tan solo son creyentes..
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