Pido perdón por mi cobardía y mi falta de fe
La gente en general, los católicos en particular, observo que tienen una capacidad de entrega y sacrificio que me impresiona cada día. Eso sí, siempre que lo que se les pide sea algo que de verdad merezca la pena.
Muchas veces me he quejado de la falta de respuesta de la gente. Ahora sé lo que sucedía. Si pido algo “abstracto” nadie se mueve. Por ejemplo: “harían falta voluntarios en Cáritas”. Nada. O decir en el micrófono: “si alguien se ofreciera para ver la posibilidad de un grupo de oración”. Nada. Tampoco sirve eso de anunciar que la parroquia precisa de colaboradores. Seguro que no encontraremos respuesta.
Por eso nos desanimamos y pensamos que no merece la pena intentar nada. Nos conformamos con un ligero mantenimiento y un ir tirando con lo de todos los días conscientes de que es imposible cualquier esfuerzo.
Los católicos tienen una capacidad de entregar la vida que es realmente asombrosa. Tal vez lo que nos falta sea la valentía de pedir cosas grandes. Quizá no lo hacemos por un cierto pudor de que quizá estamos pretendiendo demasiado, que es pedir mucho a la gente corrientita, que nos estamos pasando en las exigencias. Así que ahí vamos tirando y tirando, subestimando por completo la capacidad de santidad que cada persona lleva en su corazón.
En la parroquia hace diez meses tuvimos la osadía de pedir voluntarios para orar una hora fija por semana ante el Santísimo. Y no en cualquier momento, porque también había que completar las noches, las madrugadas. Una llamada realmente seria, honda, de envergadura. Un compromiso de una hora semanal y encima en momentos intempestivos. Milagrosamente hubo una respuesta extraordinaria.
Pues con todo y eso, aún me falta fe. Porque llegando los días de Navidad reconozco que me ha podido de nuevo lo “sensato” y he sido cobarde, tanto que ayer envié un correo a los coordinadores del Santísimo informando de que la capilla de la adoración perpetua permanecería cerrada desde las 21 h. del 24 de diciembre hasta las 02:00 h. del día de Navidad. Cinco horas para que la gente pueda cenar en familia y asistir si así lo desea a la misa del gallo.
Pues a las pocas horas me ha llegado el primer correo de uno de los coordinadores: que la gente de su turno, el de madrugada, que comprende las horas desde las doce de la noche a las seis de la madrugada, dicen que de cerrar la capilla nada, que quieren ser los primeros en adorar a Dios en esa noche. ¿Y de 21 a 24 horas? Sé que también habrá. Aún no me lo han dicho, pero estoy seguro.
Este correo anunciando que la gente estará ahí me ha emocionado. Y me ha vuelto a recordar mi falta de fe. Hasta me ha sacado unas lágrimas. Dios es grande y la generosidad de sus hijos infinita. Y yo todavía dudando.
16 comentarios
Siempre me ha hecho gracia eso que le decimos a Dios en la Misa con el mayor descaro: "No te fijes en nuestros pecados, sino en la Fe de tu Iglesia."
Ni cena, ni turrones, ni champán, que el Niño Dios ha nacido pobre en un portal.
Aunque esté cerrada la capilla unas horas no es ningún pecado, además, la adoración tiene que ser en espíritu y verdad.
Pero nosotros somos muy pequeños, y muy limitados, y tenemos mucho de Pedro y hasta de Tomás.
Pero Dios sabe perfectamente de nuestras limitaciones, y nos comprende ante estas pequeñeces nuestras, como el padre bueno que sabe perdonar las faltas de sus hijos.
Dios lo bendiga.
No se preocupe, que también habrá personas para la franja entre las 21 y 24 horas. Ya sabe: hay gente pa'tó. ;)
A Cristo por Maria y con el Papa.
Y tiene como "complemento salarial en especie" la ayuda 24h del Espiritu Santo.
Asi que para adelante y sin miedo.
Como si el Santísimo no fuese "de la familia"... (aunque claro, lo de ponerse a cenar en la capilla, como que no)
PD: Diría que lo que muchas veces frena a los que podrían presentarse como voluntarios es esa inconcreción que menciona a la hora de formular la petición. Esa inconcreción suele ser siempre mayor cuando se piden voluntarios para poner en marcha un proyecto aún indefinido que cuando el proyecto ya está concretado o cuando se buscan refuerzos para algo que ya está puesto en marcha.
Por eso, la mejor forma de hacer las cosas y de conseguir los voluntarios pasa por ir a lo seguro para elaborar el proyecto (o hacerlo uno mismo, o delegarlo en alguien concreto y de confianza). Únicamente cuando el proyecto ya ha tomado forma y se conocen sus requisitos, plazos, costes y demás, pasar a sondear a los fieles en busca de voluntarios, pero ya solicitando la colaboración para labores concretas en un proyecto concreto.
Y sí, esto entronca con aquel "te nombro encargado" que mencionó vd hace unos días: si le viene alguien con una idea de algo que estaría bien hacer, esa persona podría tomarse a mal que le nombre "encargado" de ponerla en práctica, pero tal vez no se lo tome tan mal si en un primer momento sólo le nombra "encargado" de elaborar una propuesta bien perfilada y más concreta que esa idea general que le acaba de plantear (lo que no significa que no pueda encargarse después de su realización). Al fin y al cabo, antes de concretarlas todas las ideas suelen sonar muy bien, pero se necesitan elementos de juicio bien definidos para poder pronunciarse.
Un saludo.
No adorar a Dios es el mayor pecado y supone la condenación eterna.
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