A mi amiga Lou: yo no estoy para hacer un mundo mejor
Mi amiga Lou no es creyente, qué le vamos a hacer. Eso sí, en las cosas de la parroquia, lo que quieras. Evidentemente no es catequista, ni se dedica a la liturgia ni a temas de formación. Lo suyo no es el canto litúrgico, ni la hoja parroquial, ni las reflexiones dominicales. Ahora bien, como informática no tiene precio. Para poner al día un ordenador, pegarse con los antivirus, las redes, los controladores de las impresoras, formatear o hacer que funcione el correo, la verdad es que es un crack. Y si se trata en un rastrillo para Cáritas de vender tickets, poner cervezas o aportar su trabajo, genial.
Ayer ha estado por la parroquia. Cosas del “colomato” que necesitaba poner al día un ordenador y echar un vistazo a los programillas.
Al salir, una pequeña charla de amigos. Por su parte llena de buena voluntad. Me sugiere ¡pobre! nada menos que me dedique a la política. Me toqué el alzacuello y le dije: lo mío es otra cosa, no tiene sentido abandonar ni un minuto el ministerio para ponerme a hacer cosas para las que deberían estar cualificados los laicos. Aparte, claro está, que los sacerdotes y religiosos lo tenemos estrictamente prohibido.
Siguió la cosa hasta llegar a ese punto en el que la fe marca la distancia definitiva. Porque me respondió: ¿acaso no estás para hacer un mundo mejor?
Pues vuelta a tocar esa “blanca doble” que como sacerdotes nos identifica. No, Lou, le dije. Yo no estoy simplemente para hacer un mundo mejor. Yo estoy para anunciar el evangelio, para hablar a los hombres de Cristo muerto y resucitado. Mi misión es animar a la gente a que se convierta del todo a Jesucristo, que viva el evangelio, que celebre su fe, que cumpla los mandamientos. Pero ¿sabes? seguí el discurso… la consecuencia de todo eso es que la gente cambia, se hace solidaria, trabaja por los demás y el mundo se renueva.
Aparentemente todo desemboca en lo mismo: estar con los pobres, ayudar a los débiles, hacer familia. Pero las cosas se entienden de distinta manera. Por ejemplo, no entiende igual ayudar a una chiquilla embarazada un agnóstico, una feminista radical o un cristiano. Cuando un cristiano vive su fe con autenticidad, siente la necesidad de abrirse a los otros, darse, transformar el mundo. Entiende que la gran transformación del hombre y del mundo están en la conversión a Cristo, en que las cosas se hagan con criterios evangélicos, en reordenar las cosas, rotas por el pecado, según los criterios de Dios.
Además, a todo esto hay que añadir una cosa aparentemente baladí, la gracia de Dios, que ayuda a comprender todo y es fuerza para poder hacerlo y vivirlo.
A estas alturas, entre lo que hablamos ayer, y lo que escribo hoy, Lou creo que está completamente perdida. Eso sí, al final siempre me dice lo mismo: ya sabes como soy, pero aquí para lo que haga falta. Normal. Para quien no cree esto que acabo de escribir suena a chino mandarín con mezcla de sánscrito antiguo.
No pasa nada, Lou. Gracias por todo y aquí seguimos. Un beso, y un lametón del buenazo de Socio.
22 comentarios
- - - - - -
Nota del blogguer:
El beso, casto, castísimo beso de amigo, es de un servidor.
De parte de mi esposa y de parte mía un beso para Lou, un abrazo para el Padre Jorge, y una caricia muy tierna al buenazo de Socio.
Dios les bendiga.
Soco y Carlos.
Buenísimo el post, como siempre. Lo del lametón entendi que era un error tipografico: no podia ser de otra manera. A Socio hay que enseñarle educacion ¿ que es eso de lamer a todo el mundo por igual ? Algunas personas necesitan mas lametazos que otras.
Los curas están para eso, o estaban...
Creo,son personas que tienen buen fondo,pero que siguen cayendo por la cuesta del engaño hasta que lo tocan,y se dan cuenta que en verdad no estaban para lo que haga falta,porque les faltaba SU Hacedor,estaban faltando a la Verdad.Entonces descubren que ese supuesto buen fondo no estaba realmente iluminado,le faltaba la Fe.
Por eso se dice;"ya sabes como soy...¡como yo quiero!,no como Dios quiere,¡para lo que quiero!,no para lo que Dios quiere,¡para cuando quiero!,no para siempre".
Si,hago buenas obras,si es preciso,pero que a mi nadie me quite mis vicios ;"ya sabes como soy ,mi alimento es hacer mi voluntad".
Tocar fondo es la manera mas segura de que Cristo nos encuentre,porque somos incorregibles por voluntad propia.Es,cuando ya no tenemos remedio,cuando no hay salida y todo esta oscuro,ese es,el momento de la Gracia,de la Luz del mundo:Jesucristo.
Gloria a TI,Señor.
La meta del cristiano es seguir a Cristo y luchar por el Reino de Dios y su justicia. Todo lo demás se nos dará por añadidura. Pero a difirencia de lo que dice Néstor (o no he entendido lo que quería decir) imitar a Cristo implica hacer el bien. Una de las frases más hermosas sobre Cristo del Nuevo Testamento: "Pasó haciendo el bien".
Y Ramontxu, sí que se debería notar que los cristianos hacemos el bien al seguir a Cristo ("por sus obras los conoceréis, amaos los unos a los otros como yo os he amado") Si no se nos conoce por nuestras obras es por nuestros pecados y es algo que nos tendríamos que hacer mirar.
"La meta del cristiano no es la bienaventuranza privada, sino el todo. El cristiano cree en Cristo, por eso cree también en el futuro del mundo, no sólo en su propio futuro. Sabe que ese futuro es más de lo que él puede hacer. Sabe que existe una inteligencia que él no puede destruir; pero, ¿se cruzará por eso de brazos? Sabe, por el contrario, que existe una inteligencia; por eso se entrega alegre y resueltamente a realizar la obra de la historia, aun cuando tenga la impresión de que su trabajo es sólo la labor de Sísifo, y que la piedra del destino humano será empujada hacia la cima a lo largo de las generaciones para escurrirse un día y frustar los esfuerzos humanos. El creyente sabe que camina hacia .adelante., que no se mueve en círculos. Sabe que la historia no es como la tela que Penélope tejía para destejer después. Quizá moleste al cristiano la pesadilla del miedo ante la inutilidad; esa pesadilla creó en el mundo precristiano los cuadros angustiosos de la nulidad de la obra humana, pero en el sueño resuena la voz de la realidad, salvadora y transformadora: .Animo, yo he vencido al mundo. (Jn 16,33).
El nuevo mundo descrito al final de la Biblia bajo la imagen de la Jerusalén celestial no es una utopía, sino la certeza que nos sale al paso en la fe. El mundo ha sido redimido, esa es la certeza que mantiene a los cristianos y les anima, también hoy, a serlo."
Es curioso el término Salvación... en contraposición a Condenación... Quizá, viendo los tiempos melifluos que nos tocaron, algunos se escandalizarían menos si dijéramos "alcanzar la Gloria Eterna" o "entrar en el Cielo".
También es curioso cuando algunos, de los que se espera mayor exactitud, equiparan "vida eterna" con "Alcanzar el Cielo", de modo que el personal se pierde y no sabe si ya la Iglesia ha accedido, por fin, a unificar todos los lugares de ultratumba en uno solo. ;-)
si, Japón es un pais excepcionamentel cívico (bueno, ahora, después de la Segunda Guerra Mundial, que le pregunten a Corea cómo les fue antes).
Ahora si, nadie sabe cuánto va a durar:
infocatolica.com/blog/bellatiendas.php/1302060539-la-crisis-demografica-japones
Yo entiendo, contigo, que lo importante son las obras, que de las tres virtudes cardinales, la más importante es la caridad. Pero lo cierto es que por vuestras obras, no se os conoce. Hay cristianos buenos, por supuesto, pero no en mayor porcentaje que budistas buenos o ateos buenos.
El cristiano es el seguidor de Cristo, y Él dijo "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie va al Padre sino por mí". Y Cristo es La Bondad en estado puro.
Dejar un comentario