Campanillas: variaciones sobre un mismo tema
Es interesante cómo las cosas aparentemente más simples acaban convirtiéndose en un conjunto de variaciones sobre un mismo tema que a uno le dejan asombrado.
Hace aproximadamente un mes que empezamos a tocar las campanillas en todas las misas en el momento de la consagración. La cosa no tiene mayor problema. Cuando hay monaguillos, los monaguillos, y en las otras misas, especialmente en las de días laborables, cualquier feligrés. Sin mayor dificultad.
Lo curioso es que voy observando variantes que pudieran parecer imposibles. Porque vamos, digo yo, tocar una campanilla en la consagración admite pocas florituras. Pues nada de eso, en un mes he podido observar unas cuantas variantes.
EN CUANTO AL MOMENTO. En la inmensa mayoría de casos se limita el sonido justo al momento de alzar tanto la sagrada forma como el cáliz. Pero hay variantes. Porque algunos feligreses ya hacen un primer toque en el momento de la epíclesis y otros complementan con pequeño toque al hacer cada genuflexión después de la elevación. Como vemos, pueden producirse desde cinco toques -epíclesis, alzar, genuflexión- a tres –epíclesis y alzar- o simplemente dos en el alzar del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
EN CUANTO AL MODO. Porque los hay que tocan durante toda la elevación hasta depositar el sacramento en los coporales. Otros, dan en cada una de ellas tres pequeños toquecitos. Y los hay que apenas un pequeño toque en cada una.
Y LA INTENSIDAD. Generalmente baja o media en las misas de los días laborables, que se convierte en un «fortisismo» en manos de los monaguillos.
La cosa no tiene mayor importancia. Dos toques, tres o cinco. Pequeñitos, en tres tiempos o prolongados. Piano o fortisismo. Es igual.
Lo curioso es que una cosa tan pequeñita admita tantas variantes. Y más curioso aún que como nos pongamos somos capaces de remontarnos a Santo Tomás para ver lo más exacto. Realmente los católicos cuando nos podemos somos la monda.
21 comentarios
-La de la epíclesis, fija.
-Una en cada genuflexión, es decir antes de la elevación de la Sagrada Hostia y el Cáliz respectivamente.
-Tres toques durante la elevación.
- Una final en la "pequeña elevación", a la altura del "Por Él, con Él y en Él..."
La que es un largo toque se hace solo con el ostensorio en la exposición del Santísimo.
No sé si es que son escuelas distintas pero una catequésis rápida uniformiza bien las cosas. Cosas de "tridentinos" ;)
Lo que parece anecdótico como el toque de las campanillas es afirmación de ortodoxia, ahora más necesario que nunca, para recordar a los asistentes el milagro de la Misa, la transubstanciación
Y lo sano de una situación: que la diversidad se produce no en la opinión de si hay que resaltar el momento, que se da por hecho, sino como resaltarla
Por ello, cuando yo acolito en misas Novus Ordo toco tres veces (numero por excelencia del cristiano), otra cuando el sacerdote hace la genuflexión adorando a NSJC y otra en la genuflexión del sacerdote antes del "Ecce Agnus Dei" Pero efectivamente, no nos dediquemos a crear conflicto donde solo debe haber unidad
Saludos y gracias por sus aportes Padre Jorge!
Quedémonos con la sabia recomendación del Papa Francisco de esta mañana, "la riqueza, la diversidad, la variedad, no alteran la unidad y la armonía de la Iglesia católica!!!
Pregunte qué sucede en África...
En Lima sin embargo he visto que muchas parroquias sí usan la campanilla. Y he visto todas las posibilidades que expone el padre. En Perú se conservan algunas costumbres en algunos sitios, como arrodillarse en el Agnus Dei o la genuflexión con las dos rodillas con el Santísimo expuesto. En algunas iglesias en Semana Santa siguen velando alguna imagen.
La verdad no entiendo por qué se suprimió de la práctica habitual de las parroquias. Otras cosas se pueden llegar a comprender. Cuando uno se acostumbra, lo echa de menos.
«Un poco antes de la consagración, el ministro, si se cree conveniente, advierte a los fieles con un toque de campanilla. Puede también, según las costumbres de cada lugar, tocar la campanilla en cada elevación». (IGMR 150)
Dios os bendiga a todos
Me gusta el sonido de las campanillas, porque evocan mi niñez.
Es normal que el monaguillo se entusiasme con ellas, los niños son así.
Y la palabra Eplíquesis, es la primera vez que la oigo en mi vida.
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