Tocar el corazón o las narices

Ayer tuve la oportunidad de leer varias noticias relacionadas con jóvenes en la Iglesia. Unas tocan el corazón, las otras, las narices. Así somos los humanos.

Ensancha el corazón saber, por ejemplo, que las hermanas de Iesu Communio, en su inmensa mayoría jóvenes, estén planteándose una nueva iglesia para su monasterio de La Aguilera. Normal. Más de doscientas y siguen creciendo. Lo que era un viejo monasterio francisco prácticamente abandonado, hoy alberga una muy floreciente congragación religiosa que está restaurando el conjunto y ha tenido que levantar celdas, locutorios, dependencias. Jóvenes que rezan, contemplan, se entregan y quieren vivir en fidelidad a Cristo y a la Iglesia.

Te toca muy hondo lo que está viviendo la asociación “Jóvenes de San José” en Barcelona. Más de cien voluntarios que, urgidos por la caridad de Cristo, salen cada noche a la calle para encontrarse con los sin techo y ofrecerles alimento, calor y cercanía. Pues bien, el ayuntamiento de Barcelona les ha dicho que de eso nada, que se acabó, que dan mala imagen de la ciudad y que si continúan se atengan a las consecuencias. ¿Será posible? Cuando acabamos de enterarnos de que en Barcelona se han detectado más de 2.800 casos de malnutrición en menores, el ayuntamiento, en lugar de hacer un plan de atención a colectivos marginados, se dedica a poner trabas a los que salen cada noche para atender a los más abandonados, la gente de la calle.

Es bonito, y caldea el corazón, saber que hay jóvenes de Pamplona – Tudela organizando un encuentro juvenil en Roncesvalles para jóvenes que no puedan asistir a la JMJ de Río pero quieran vivirla en comunión con el papa y los jóvenes de todo el mundo. Otras diócesis españolas también están programando encuentros parecidos en los que ocuparán un lugar importante las conexiones en directo con Río de Janeiro.

Sin embargo te toca las narices que otros jóvenes se vayan a manifestar hoy sábado a las puertas del arzobispado de Sevilla, protestando porque su párroco pretenda nada menos que seguir en su parroquia el plan diocesano de pastoral juvenil, y diciendo disparates del calibre de que Cáritas es una tapadera de la jerarquía de la Iglesia para justificar su pasotismo antes los problemas actuales, o que no hay libertad de expresión en la Iglesia, mientras reivindican cosas tan nuevas como el celibato opcional, la ordenación de la mujer, el reconocimiento de parejas del mismo sexo como familia, y se lamentan de que el sacerdote celebre misa según los libros litúrgicos o se dedique de manera especial a administrar los sacramentos.

Miren de donde saco estas noticias y extraigan sus conclusiones. Como pueden imaginar, las tres primeras de Infocatólica. La última, los jóvenes manifestándose en Sevilla, portada ayer tarde en Religión Digital. Simples casualidades.